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Extra único.

El sol de la mañana iluminaba la ciudad, sus rayos dorados reflejándose en los edificios y calles, marcando el comienzo de un día perfecto. Jungkook, el repartidor que había conquistado el corazón de su cliente, se despertó con una sonrisa en su rostro. Desde que él y Taehyung se habían declarado y comenzado su relación, cada día parecía estar lleno de pequeños momentos de felicidad.

Después de prepararse para el día, Jungkook se dirigió a la cocina, donde Taehyung ya estaba preparando el desayuno. El aroma del café recién hecho y las tostadas llenaban el aire, creando una atmósfera acogedora y familiar. No estaba demás mencionar como el azabache lograba abarcar más noches en el departamento del castaño que en su propio hogar, pero cuando lo visitaba y llegaba el momento de irse, Taehyung solía convencerlo de pasar la noche ahí y no podía negarse, no cuando colocaba aquella expresión que solía desarmarlo y aceptar todo lo que el contrario le decía. 

Ah, Jungkook estaba a la merced de Taehyung sin siquiera notarlo. 

—Buenos días, Tae.—Dijo Jungkook, abrazándolo por detrás y besando su mejilla.—¿Cómo dormiste? 

—Buenos días, Kook.—Respondió Taehyung con una sonrisa, girándose para devolverle el beso.—Dormí muy bien. ¿Y tú? ¿Tienes hambre? 

—Perfectamente, creo que jamás había descansando tan bien como anoche.—Contestó el azabache con una sonrisa, tomando una taza de café y sirviéndose.—Acepto el desayuno, ¿Qué planes tenemos para hoy? 

Taehyung se apartó un mechón de cabello de la frente y miró el calendario en la pared.—Pensé que podríamos pasar el día juntos, sin nada en particular. Simplemente disfrutar de nuestra compañía. 

La temporada vacacional había llegado para fortuna de los dos, entre sus trabajos de medio tiempo y las salidas ocasionales, lograban equilibrar todo su tiempo libre para hacer actividades juntos, y ese día no sería la excepción. 

Jungkook asintió, encantado con la idea.—Suena perfecto. ¿Quieres que te ayude a servir esto? Moveré las tostadas a la mesa. 

Después del desayuno, decidieron dar un paseo por el parque cercano. El parque estaba lleno de vida, con familias, parejas y amigos disfrutando del buen clima. Caminaron de la mano, conversando sobre todo y nada en particular, simplemente disfrutando de la presencia del otro.

—¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?—Cuestionó el castaño de repente, con una sonrisa nostálgica.

—Claro que sí.—Respondió el contrario, apretando suavemente su mano.—Fue en tu puerta, con una entrega de tu platillo favorito. Nunca olvidaré cómo me cerraste la puerta en la cara. Esa sigue siendo una buena experiencia para contar de cómo nos conocimos. 

Taehyung no pudo retener la carcajada que salió de entre sus labios, negando.—Eso jamás podrás olvidarlo.—Dando un apretón a sus manos entrelazadas, continuó.—Y ahora estamos aquí.—Murmuró, deteniéndose un momento para mirar a Jungkook a los ojos.—Quien hubiera pensado que una simple entrega de calamares y pollo podría llevarnos a esto.

—El destino trabaja de maneras misteriosas.—Dijo el azabache, inclinándose para besar suavemente los labios de Taehyung.—Estoy agradecido por cada momento que nos ha traído aquí. Aún hay ocasiones en que parece imposible, hemos tenido varios momentos memorables. 

—¿Te refieres a la vez del beso, el cual fracturó más tu brazo?—Cuestionó divertido, riendo sin evitarlo. 

—No es necesario recordarlo, realmente fue muy bochornoso.—Tragó en seco, un leve rubor asomando la punta de sus mejillas. 

—Pero de no ser por eso, ¿Aún así me hubieras confesado tus sentimientos sin necesidad de haberlo hecho en el hospital?—Preguntó con curiosidad, deteniendo su andar. 

—Si algo tenía claro, es que de todas las maneras posibles de declararme, jamás podría imaginarme haberlo hecho en un hospital. Por favor, si alguien más pregunta por ese momento, mentiremos y diremos que fue algo premeditado, no que ocurrió después de una mala experiencia compartiendo nuestro primer beso que terminó con mi fractura en el brazo. 

Compartiendo una mirada divertida por el momento, siguieron caminando, explorando diferentes rincones del parque, encontrando un lugar tranquilo junto al lago donde se sentaron en un banco. Los árboles alrededor les proporcionaban sombra, y el sonido del agua moviéndose suavemente era increíblemente relajante.

Taehyung apoyó su cabeza en el hombro de Jungkook, suspirando de contento.—Podría quedarme así para siempre. 

—Yo también.—Respondió Jungkook, acariciando el cabello de Taehyung.—Esto es todo lo que necesito, solo un momento de paz. 

La tarde pasó con la misma tranquilidad y alegría. Almorzaron en su restaurante favorito, riendo y hablando sobre sus sueños y planes futuros. Jungkook compartió su idea de abrir una pequeña tienda de café algún día, inclusive agrandar el restaurante después de que aún les fuera bien con las ventas, y Taehyung lo apoyó entusiastamente, prometiendo ayudar en todo lo que pudiera.

Al anochecer, regresaron a casa y decidieron ver una película juntos. Se acurrucaron en el sofá, con una manta compartida y un bol de palomitas de maíz entre ellos. La película era una comedia romántica, y ambos se rieron y disfrutaron de la historia, encontrando paralelismos con su propia relación.

Cuando la película terminó, Taehyung se giró hacia Jungkook, sus ojos brillando con emoción. —Hoy ha sido perfecto, Kook. No podría haber pedido nada mejor. 

—Cada día contigo es perfecto, Tae.—Respondió el azabache, inclinándose para darle un beso suave pero profundo.—Y apenas estamos comenzando. Hay tantos días más por venir, donde no haya más que felicidad. 

Se abrazaron, sintiendo la calidez y el amor entre ellos. Jungkook sabía que su vida había cambiado desde el momento en que conoció a Taehyung, y no podía estar más agradecido. Juntos, estaban listos para enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara, con la certeza de que seguirían al lado del otro sin dudarlo. 

El sol se puso, marcando el final de un día perfecto pero el comienzo de muchos más. Con el corazón lleno de amor y esperanza, Jungkook y Taehyung se quedaron abrazados en el sofá, sabiendo que su historia de amor apenas comenzaba.

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