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Epílogo.

La recuperación de Jungkook había sido más rápido de lo esperado, y como primer cosa que hizo una vez que pudo andar por su cuenta, fue invitar a Taehyung en una cita. 

Taehyung se había reído por el hecho de ver al azabache cumplir su promesa sobre invitarlo a salir, pero aceptó sin dudarlo, curioso de lo que el contrario tenía pensado hacer. Aquella noche decidió arreglarse, buscando sus mejores prendas y tratando de acomodar el desorden de su cabello para la cita; No tuvo éxito, porque la última mirada en su espejo le confirmó que su cabello castaño se había levantado de la parte de atrás, y un par de mechones cubrían su frente como de costumbre. Sin perder el tiempo, decidió colocarse una de sus gorras y, subiendo las gafas sobre el puente de su nariz, se dirigió a la puerta. 

Recibió un mensaje en ese momento, una fotografía de Jungkook tomada por él mismo, avisándole que ya estaba de camino al punto donde se iban a ver. Sonriendo a la pantalla, tecleó una respuesta breve sobre que había salido de su departamento, ansioso por verse. 

Jungkook palmeó sus manos sobre la mezclilla de sus pantalones, sintiéndose levemente nervioso por ver al castaño. Sabía lo que tenía que hacer, y la confesión de sus sentimientos no era nada nuevo para los dos, no cuando ya habían sido claros en el hospital y los días en que se encontraron tonteando y escondiéndose de sus amigos como si de sus padres se tratara. Intuía que Jimin comenzaba a sospechar, no era común en él decir que saldría un viernes por la noche para ver a Taehyung, el chico por el que sabía que le gustaba, así que esperaba que al llegar al departamento una tormenta de preguntas. 

Observó el pequeño kiosko que había reservado, tratando de acomodar un par de luces que estaban en la dirección contraria. No preparó algo tan ostentoso como le hubiera gustado, pero se había esforzado por hacer algo que valiera la pena esa noche, consiguiendo ayuda gracias a un par de compañeros de clase. Mirando a su alrededor, quedó satisfecho al verlo todo en su lugar, solo faltaba la presencia de Taehyung y estaría todo listo. 

No tuvo que esperar mucho cuando recibió un mensaje en su celular, alertándolo de que se encontraba cerca de la zona. Dando una última mirada, decidió encontrarlo de camino para guiarlo por un pequeño sendero que daba dirección al kiosko. 

Tan pronto como lo reconoció, se acercó en su dirección y le sonrió, feliz por verlo.—Buenas noches, Taehyungie.

—Oh, hola Jungkook.—Sonriendo de vuelta, observó a su alrededor.—¿Qué haremos hoy? 

—Ven, te guiaré a nuestro destino.—Ofreciendo su brazo, se sintió emocionado cuando el castaño lo envolvió con el suyo.—No es muy lejos de aquí. 

—Te ves bien sin el yeso.

—Me siento demasiado bien sin todos esos yesos, ya no recordaba lo que era moverme sin usr muletas o la ayuda de alguien.—Confesó, negando divertido. 

—Me alegra que por fin estés recuperado.—Comentó con cierto tono feliz, dándole un suave apretón en el brazo que lo envolvía. 

—Gracias, pero lo logré por el bonito enfermero que me atendió en mi recuperación. 

—Ah, el enfermero no está contento, se fue sin que le pagaras por todo el servicio que hizo por ti.—Se quejó con un leve rubor, siguiendo su juego. 

—¿En verdad no le pague? Eso es muy descortés de mi parte, ¿Cómo podría recompensarlo?—Terminando el pequeño sendero, se posicionó delante suyo antes de llegar al lugar. 

—¿Qué es lo que tienes planeado?

—¿Qué tal un poco de pollo picante y calamares?—Recordando la orden que siempre pedía por teléfono, provocó una gran carcajada del castaño. 

—Dios, probablemente lo aborrecí por el resto de mi vida, comí demasiado de ello que ya no pude con más.—Confesó, cubriendo su rostro con un mano libre. 

Jungkook rió de vuelta.—No te preocupes, esta noche no comeremos eso. Hoy traje algo mejor que pollo y calamar, ¿Me acompañas?

Con un asentimiento, Taehyung fue guiado por el azabache hasta el kiosko, abriendo los ojos con sorpresa al ver lo iluminado que estaba el pequeño espacio. Luces caían desde arriba, cubriendo los costados del recinto; los arbustos que había rodeando el kiosko tenía flores en su máximo esplendor, brindándole un toque sutil al momento. Sonrió encantado, subiendo a la pequeña tarima con una mirada anhelante mientras Jungkook le ofrecía asiento en una de las dos sillas que se encontraban en el centro, una mesa los separaba y en ella se encontraba depositada la cena de aquella noche junto con un par de detalles decorativos.  

—Espero que sea de tu agrado.—Asegurándose de que tomara asiento, se dirigió a la silla de enfrente, copiando la acción.—¿Qué te parece el lugar? No estaba seguro si ir a un lugar al aire libre, o comer en uno de esos restaurantes que están por la zona, casi siempre están llenos por ser viernes, así que pensé que aquí sería un buen lugar. 

—Es muy hermoso, me encanta.—Aún observando la decoración, casi sintió el impulso de chillar en ese momento de la emoción.—¿Cómo hiciste para decorarlo? Pensé que estaba prohibido para hacer alguna clase de reservación aquí. 

—Sobre eso... Tuve un poco de ayuda con unos compañeros, también me hicieron el favor de mantener este favor oculto, así que tenemos una reservación privada no autorizada.—Comentó con un ligero rubor sobre sus mejillas, aborchonado. 

—¿Estás diciendo que estamos aquí de manera ilegal?

—¡No! Bueno, a lo mejor... Pero no te preocupes, siendo viernes ya todos salieron, no habrá nadie molestándonos. 

El ver la expresión afligida de Jungkook solo lo hizo sonreír, tratando de calmarlo.—Está bien, ¿Por qué no empezamos a comer? No queremos que se enfríe. 

—Espero que el platillo sea de tu agrado, traté de pedir algo ligero y que pueda gustarte.—Cuando se inclinó para destapar los dos platillos, sonrió.—Nada de pollo y calamar.

Taehyung asintió conforme, divertido por su comentario. Teniendo los cubiertos a sus costados, comenzaron a comer los primeros bocados mientras se sumían a una conversación casual entre ellos, compartiendo un par de opiniones y comentarios para conocerse, sintiéndose cómodos de esa manera. 

La comida fue haciéndose menos en sus platillos conforme la conversación fluía, al igual que el tiempo pasaba demasiado rápido. Cuando terminaron, Jungkook se levantó para recoger los platos y cambiarlos por los siguientes, degustando un postre a base de chocolate mientras seguían en lo suyo. 

Cuando Taehyung notó la ausencia de Jungkook con su postre, preguntó.—¿No te gustó? 

—No es eso, solo estoy pensando en algo.

—¿En qué estás pensando?

—En ti.—Su respuesta lo tomó desprevenido, un fuerte rubor cubriendo su rostro mientras terminaba de pasar el bocado de su postre.—Sé que es inesperado cambiar la conversación, pero si no lo hago en este momento, entonces no me atreveré a hacerlo más adelante. Sabes mis sentimientos por ti por ese día en el hospital, pero como dije esa noche, creo que mereces algo mejor que una simple confesión en un hospital,  así que aquí estoy yo siendo sincero nuevamente hacia ti.

—Jungkook, realmente no es necesario esto, estoy bien así.—Alzando su mano para tocarlo, juntó sus palmas con una sonrisa.

—Pero quiero hacerlo, así que llegó el momento.—Observando la unión entre sus manos, sonrió.—Me gustas mucho, Kim Taehyung, y en estos días que hemos pasado juntos, confirmé cualquier duda que tenía sobre mis sentimientos hacia ti. Me haces actuar como un tonto, pero debes de saber que a este tonto le gustas y solo quiere verte feliz, así sea que tenga que decir alguien idiotez para verte sonreír, lo arriesgaría todo por verte de esa manera siempre. Provocas en mí sentimientos que no esperaba tener, pero de los cuales estoy seguro que solo tú podrías provocar, porque solo tú eres la respuesta a ellos. Todos los días quería conocer algo tuyo, anhelé poder saber más de ti y pasar más tiempo contigo, pero ese día que preguntaste por mi nombre... No puedo explicar la emoción que surgió en ese momento, y cada encuentro que tuve contigo sin saber que te vería fue lo mejor de mis días, cuando menos pensé ya quería hacer de nuestros encuentros casuales a no casuales, quería coincidir contigo así fuera a propósito porque verte era todo lo que necesitaba para saber que mi día concluiría de buena forma. 

Tomando un sorbo de su vaso, siguió.—Lo volveré a repetir, eres una persona inteligente, demasiado bello y me siento bendecido por verte todos los días. Eres alguien tímido, y me gusta cuando tu rostro se vuelve rojo y quieres disimularlo, pero te da un aspecto encantador, más de lo que ya eres; eres un tanto distraído a veces, pero me encantaría poder guiarte cuando lo necesites, recordarte en donde estás y todo lo que te rodea. Quiero ser tu soporte, quiero ser la persona que anheles ver todos los días así como yo lo hago contigo, quiero todas tus sonrisas y todas tus miradas si es posible, porque me encanta tener tu atención en mí, me hace sentir de dos metros y que puedo con todo. Me gustas tanto, Kim Taehyung, que pensar en momento lejos de ti está doliendo, porque me acostumbré tanto de ti en estos días que solo quiero que sigamos escondiéndonos y actuar como dos niños escapando de sus padres que no nos descubran. Pero tampoco quiero que nos escondamos, porque si me haces el honor de aceptarme en tu vida, quisiera gritarle a todos que me gustas y solo tengo ojos para ti. 

Diferente a su reacción en el hospital, sintió las esquinas de sus ojos húmedos mientras apretaba con fuerza la mano de Jungkook, necesitando un respiro para contestar. Maldición, ¿Cómo podría contestarle adecuadamente? No tenía palabras, y la verdad era que las palabras no eran su mayor fuerte, por lo que se limitó a levantarse y sin preámbulo se abalanzó entre sus brazos. 

Jungkook casi perdió el equilibrio en la silla, pero por suerte los sostuvo a los dos antes de sentir las manos del contrario sobre su rostro. 

—Me gustas mucho, Jeon Jungkook. Pensé que sería más notorio desde que decidí hablar todos los días para encargar conmigo, todo con la intención de verte. Confieso que preguntar tu nombre fue la manía más grande que haya hecho en mi vida, ¡Estaba temblando! Pero cuando me respondiste, solo sabía que quería saber más de ti, anhelaba más de ti. No puedo expresar las mismas palabras que tú hiciste porque no se me dan, pero prometo demostrar la devoción y amor que tengo hacia ti a partir de este momento, porque te acepto en mi vida y espero que no te arrepientas de esta decisión. 

Con una última mirada divertida, estrelló sus labios con los ajenos, disfrutando del suave tacto. A diferencia de otras veces, este beso no era uno desordenado o inclusive incómodo, tampoco había porqué ocultarse de sus amigos ni de ojos curiosos, simplemente eran ellos dos en aquella noche donde compartían sus sentimientos. Los brazos del azabache se envolvieron alrededor de su cintura mientras las manos de Taehyung seguían acariciando su rostro, peinando su cabello hacia atrás sin romper el beso de por medio. 

Soltaron un suspiro cuando tuvieron que separarse, pero juntaron sus frentes mientras recuperaban el aliento. Sonrisas cómplices decoraban sus rostros, satisfechos por la culminación de aquella noche. 

—Creo que por fin hemos hecho algo bien, sin nada raro de por medio.—Comentó Jungkook, recordando las palabras de Taehyung en el hospital. 

Pero como si de una broma se tratara, las luces parpadearon por un momento, haciéndolos reír.

—Es malo hablar antes de tiempo.—Murmuró Taehyung, bajando una de sus manos hasta la base de su cuello, propinando leves caricias. 

—Creo que es mejor irnos antes de que suceda otra cosa.—Ayudándolo a levantarse, los dos se mantuvieron de pie a un costado de la mesa, observando a su alrededor. 

—¿A dónde iremos ahora?

—¿Qué te parece si pasamos el rato en tu departamento? No estoy listo para enfrentar la ola de preguntas por nuestra salida misteriosa. 

—Me parece perfecto.—Sintiéndose demasiado feliz, depositó un casto beso sobre la comisura de sus labios antes de apartarse. 

Recogiendo todo lo necesario, salieron del kiosko con enormes sonrisas, y con las cosas sobre sus manos, corrieron como dos niños hasta el sendero que los llevaba fuera del campus, riéndose conforme corrían lejos del lugar y se encontraban con ojos curiosos que los seguían. La noche había concluido mejor de lo que alguno de los dos imaginó, sintiéndose plenos al lado del otro mientras seguían un mismo camino. 


Fin. 

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