Capítulo 2: Eterna nostalgia
〔𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈: 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐒𝐓𝐀𝐋𝐆𝐈𝐀〕
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En cuanto mi mano entró en contacto con la de Jean, una sensación desagradable invadió todo mi cuerpo. Era como una especie de advertencia sobre algo malo que estaba a punto de ocurrir.
Sabía a la perfección que la insistencia de mi madre para que me presentara en el brunch junto a su amiga iba más allá de querer pasar tiempo conmigo. Me sentía como una marioneta caminando entre el pasto con una falsa sonrisa en el rostro, fingiendo estar a gusto con la situación y el único deseo que se cruzaba por mi mente era salir corriendo de allí lo más pronto posible.
Al llegar a la mesa, Jean arrastró hacia atrás la silla con la intención de que yo pudiera tomar asiento.
—¡Qué caballeroso eres, Jean! —reconoció mi mamá en voz alta al ver el gesto de Kirschtein. Él solo bajó la cabeza avergonzado y tomó asiento junto a mí.
Mientras mi mamá presumía de sus extravagantes adquisiciones, yo me dediqué a servirme una taza de té. Noté que de vez en cuando, Jean volteaba a verme, sin embargo, yo lo ignoraba por completo, puesto que, su presencia era insignificante para mí.
—Ay, Amanda, si te soy sincera aún me cuesta asimilar que tu hija ya es toda una señorita —comentó la mujer con nostalgia mientras colocaba una galleta de mermelada en su plato—. Todavía recuerdo cuando jugaba a la fiesta del té con sus muñecos y luego llegaba Jean a interrumpirla.
Todos rieron con ternura cuando la mujer mencionó aquel recuerdo. Pero yo me mantuve seria en todo momento, ya que prefería dejar aquellos malos ratos en el olvido, por la cantidad inhumana de veces que Jean me hizo la vida imposible cuando éramos tan solo unos niños.
Estaba segura de que si expresaba mi descontento, ellos tratarían de justificar aquellas acciones con que son cosas de niños, pero yo estaba segura de que aquella faceta de insoportable, grosero e imprudente seguía viviendo en alguna parte de Jean.
—Recuerdo una vez que tomé una muñeca de Faith y se la di a Max —se burló el castaño e inmediatamente me enfurecí.
—Era mi muñeca favorita —volteé a verlo con desdén y él me miró con una amplia sonrisa en su rostro, como si estuviera orgulloso de todas las cosas que me hizo en ese entonces.
—Era solo una muñeca, Faith —interrumpió mi madre al ver que la tensión crecía cada vez más y más— No empieces.
Mi mamá me miró con desaprobación. Sabía que estaba a punto de explotar por la forma en la que apretaba los labios, pero no me importó en lo absoluto ya que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de incomodarla o arruinar sus planes.
—¡Casi se me olvida! —habló Jeanette, cortando la tensión que había en la mesa— Jean le trajo un pequeño regalo a Faith —posteriormente, la mujer hizo un ademán con la mano e inmediatamente apareció Ygritte con un ramo de rosas y una pequeña caja de terciopelo.
En todo momento me mostré disgustada e incómoda, todo lo contrario a Jean que tenía una amplia sonrisa en su rostro. Ygritte se encargó de seguir el protocolo, así que colocó los obsequios frente a mí y luego se retiró.
El regalo que más captó mi atención fue aquella caja de terciopelo, así que con algo de temor abrí la caja y me encontré con un collar que a simple vista se veía extremadamente costoso.
—¿Qué se dice Faith? —preguntó mi madre entre dientes.
—Gracias —respondí de la forma más cortante posible.
—¿Quieres que te lo coloque? —Jean dirige su mirada hacia mí en espera de una respuesta y yo me limité a asentir con la cabeza.
El muchacho se colocó de pie y se posicionó detrás de mí. Yo recogí mi cabello para evitar que el castaño lo tocase, quería evitar todo el contacto que fuese posible y al parecer se dio cuenta de esto, puesto que, cuando lo terminó de colocar, rozó mi cuello con las yemas de sus dedos provocando que mi piel se erizara.
Luego de eso, desbloqueó su celular y colocó la cámara frontal para que pudiese apreciar como lucía el collar en mi cuello. Tanto mi mamá como Jeanette parecían estar muy contentas y satisfechas por la breve interacción que había tenido con Kirschtein.
Cuando pensé que toda esta tortura había llegado a su fin, mi mamá optó por colocarse de pie y hacerle una seña a Ygritte para llamar su atención.
—Faith también pensó en darle un pequeño detalle a Jean.
Mi rostro pasó de inexpresivo a confuso. ¿Qué detalle? Ella nunca consultó nada conmigo, pero estaba usando sus mejores dotes de actuación para hacerle creer a Jean y Jeanette que realmente me había tomado la molestia de gastar mi dinero en alguien como él.
Ygritte colocó una caja de cuero sobre la mesa y no lo pensó antes de abrirla. Cuando alcancé a ver el interior de esta, abrí los ojos con sorpresa al ver aquel objeto, ¿y cómo no? si se trataba de un costoso reloj de pulsera que solía utilizar mi papá.
—¡Wow! —Jean tomó el reloj entre sus manos y observó cada detalle con admiración— ¡Que gran detalle, Faith! Muchísimas gracias.
En ese momento, sentí que había sido suficiente humillación, así que me levanté de mi asiento y me retiré lo más rápido posible mientras hacía caso omiso a la orden de volver a la mesa. Al llegar a mi habitación, me encerré con llave y me arranqué el collar para luego tirarlo al suelo.
Me sentía demasiado frustrada, por lo tanto, tomé asiento en la cama con la esperanza de poder asimilar todo lo que había ocurrido minutos atrás, lo cual fue prácticamente imposible porque la conclusiones eran confusas y algo turbias al intentar comprenderlas.
Y en medio de aquella crisis de llanto, llegó Ymir. Ella solía entrar por la ventana, y a decir verdad, yo no tenía problema con su presencia, ya que siempre buscaba la forma de animarme o al menos de sacarme una sonrisa.
—¡¿Qué carajos pasó?! —preguntó alarmada al ver el estado en el que me encontraba— ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?
Antes de que pudiera darle una respuesta, fue interrumpida por los violentos y consecutivos golpes que recibió la puerta de habitación.
—¡Será mejor que abras la puerta! —advierte mamá completamente enojada e inmediatamente Ymir corre hasta mi armario para esconderse, sin embargo, yo no tenía planeado abrir porque no estaba preparada emocionalmente para tolerar los insultos de la rubia— ¿Podrías explicarme qué carajos fue eso? Creí haber hablado contigo para que te comportaras, pero al parecer te encanta dejarme mal frente a los invitados —hizo una pausa—, ¿ahora con qué cara me voy a disculpar?
—¿Invitados o algo más? —me sorbí la nariz— Porque ellos parecían tener intenciones más allá que tomar té —le reclamé entre lágrimas.
—Y si las tenían, ¿qué? Tú solo tenías una tarea, ¡Una simple tarea y no lo hiciste! —gritó completamente enfurecida— En todo momento estuviste a la defensiva buscando incomodar a los Kirschtein y queriendo dejarme mal. ¿Puedes imaginar las cosas que dirán de mí a partir de ahora?
—¿Eso es lo único que te importa? —pregunté indignada como si la respuesta no fuese muy obvia— ¿Qué hay de tu hija a la que estás entregando como si de un objeto se tratase? Te puedo asegurar que no interesa lo que pase conmigo porque en medio de todo esto hay dinero, ¿no es así?
Amanda se quedó en silencio durante un par de segundos y luego continuó.
—¡No voy a caer en tu jueguito, Faith! Estás suficientemente grande como para comprender que todo lo que hiciste está mal y si todo este drama se debe a ese maldito reloj, dejame decirte que tenerlo no lo va a revivir.
Dicho esto, Amanda se retiró. Ymir salió de su escondite y se sentó junto a mí para consolarme. Aproveché aquel instante para explicarle detalladamente lo que había ocurrido y la pecosa no tardó mucho en demostrar su descontento al descifrar las intenciones que tenía Kirschtein conmigo.
Una vez escuché a mamá diciendo que quería deshacerse de todo lo que le recordara a papá, sin embargo, nunca pensé que yo estaría en esa lista hasta ahora.
—Sabes... —habla la castaña después de un rato— Creo que deberíamos salir para que te despejes un poco, ¿no crees?
—Me agrada la idea.
—Entonces cambiate, ese vestido lleno de margaritas me da dolor de cabeza —se burló y yo golpeé sutilmente su hombro.
Sin duda alguna, Ymir era aquella amiga que todos desearían tener.
Y no me refería a las cosas materiales, no. Más bien se trataba de ese vínculo que poco a poco fue creciendo con nosotras, y es que, el gesto de estar presente ante cualquier circunstancia valía más que cualquier otra cosa en el mundo.
[...]
En cuanto llegamos a nuestro destino, revisé mi celular y caí en cuenta que era viernes, por lo tanto, el grupo de Eren se presentaría a eso de las diez de la noche. La pecosa al notar mi emoción puso los ojos en blanco y me guió hasta la barra en donde cada una eligió un cóctel para comenzar.
Una vez que el trago comenzó a hacer efecto, tomé una servilleta y allí le escribí un mensaje a Eren con respecto a lo que sucedió la noche anterior. Pensé que sería mejor decírselo en persona, pero los efectos del alcohol me llevaron la contraria.
—¿Cómo harás para entregarle la carta a Eren? —preguntó la castaña, haciendo énfasis en la antepenúltima palabra— Te costará mucho acercarte al escenario, hay mucha gente.
—Yo puedo entregársela, soy muy amigo de Eren —intervino el pelirrojo al otro lado de la barra.
—¿De verdad?
—Claro, sin problema —extendió su mano y le entregué la servilleta en donde estaba escrito mi mensaje.
|𝐄𝐑𝐄𝐍|
Volteé a ver a Connie y este alzó su dedo pulgar indicándome que ya había afinado las cuerdas de su guitarra, sin embargo, no pude comenzar de inmediato debido a que Floch se subió al escenario.
—Esto te lo envía la pelinegra de la barra —susurra en mi oído y me entrega una servilleta antes de bajarse del escenario.
Al abrir la servilleta, me encontré con un breve mensaje el cual decía:
''Creo que no hay necesidad de explicar el porqué no te llamé. De todas formas, aquí te dejo mi número de teléfono:)
505-0810-2022''
Una amplia sonrisa se formó en mi rostro y sin pensarlo dos veces, giré sobre mis tobillos para comentarle a los muchachos que cambiaríamos el repertorio de la noche. Al tener la confirmación de todos, volví a mi lugar.
—Soy fiel creyente de que uno debe cantar acorde a sus emociones y hace un par de segundos me llegó la motivación para sacar este tema que ha estado llevando polvo desde hace mucho tiempo —confesé mientras le buscaba el ritmo a la canción.
[SUGERENCIA: REPRODUCIR CAN I CALL YOU TONIGHT? MINUTO 2:17 PARA MEJORAR LA EXPERIENCIA]
|***|
Faith se colocó de pie en cuanto Eren comenzó a cantar, aquella sensación tan agradable volvió a aparecer, ya que disfrutaba mucho escucharlo cantar.
—I think that I might have to let you go... —el ojiverde hizo contacto visual con Ruscetti— So can I call you tonight?
Faith asintió con la cabeza e inmediatamente Eren comenzó a saltar por todo el escenario mientras seguía cantando. El público estaba muy animado, algunos en sus mesas otros agrupados cerca del escenario pero a nivel general todos estaban disfrutando de aquella canción que ofrecía el grupo.
—I'm trying to make up my mind, just how I feel, could you tell me what's real? I hear your voice on the phone, now I'm no longer alone.
Jaeger no lograba entender a la perfección esa sensación que lo invadía cuando la pelinegra se encontraba en medio del público. Era como una descarga de adrenalina que invadía todo su ser y lo motivaba a superarse presentación tras presentación, ya que disfrutaba la atención y presencia de Ruscetti.
«¿Esa sensación duraría para toda la eternidad o solo sería algo pasajero? —Pensó Eren mientras interpretaba aquel tema.»
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Buenas tardes, gente linda. Espero que todos se encuentren bien y que hayan disfrutado del capítulo.
Capítulo dedicado a: @RheaReiss que estuvo de cumpleaños el día de ayer. Espero hayas disfrutado el capítulo, corazón.
¿Les va gustando la trama? Dejé otras referencias a PRISONER, espero las hayan podido captar.
ACLARACIÓN: Las pertenencias del papá de Faith le pertenecen a ella por herencia, su mamá no puede regalarlas o venderlas, pero como le sabe a chicharrón hace lo que se le da la gana.
➥Instagram: @indrianyglazierfanfics
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