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cap. 14

El viento soplaba más fuerte y los árboles se mecían feroces, como molestos o quizá emocionados. Yo estaba tirada en la tierra, sentada, congelada frente a Hyun, mientras él solo me observaba.

- Déjame ayudarme- dijo de pronto y extendió su mano.

-¡No!- refute y me levanté de un solo brinco - ¡Crees que puedes ir por ahí, asustando a la gente!- reclamé.

Creo que no era un buen comienzo, pero era la única manera en que podía descongelar mis palabras.

- No fue mi intención. Pero la culpa es tuya.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- ¿Que haces caminando sola por este lugar?- pregunto. Su seriedad me asustaba.¿Donde había quedado su hermosa sonrisa?

- Voy a casa. Además no es la primera vez que lo hago.

- Este lugar es muy solitario y por lo tanto peligroso. No puedes andar sola.

- Creo que eh andado sola muchas veces y gracias, pero se cuidarme.

- No lo creo- replicó

- ¡Tú no sabes nada!- respondí y regrese al camino.

- ¿Estas molesta?- pregunto siguiéndome.

- No, off. ¿Por qué estaría molesta?- la verdad no sabía ni como estaba.

- El tono de tu voz es muy diferente a las otras veces que hemos hablado- cuando dijo eso, recordé las bonitas y raras platicas que teníamos.

No respondí y seguí caminando.

- ¡Espera!- grito y comenzó a caminar tras de mí.

- ¿Por qué estas siguiéndome?

- Me preocupo por ti.

- ¿Por qué te preocupas por mí? Tu y yo no..no tenemos..

- somos amigos- respondió inesperadamente y fue cuando me detuve.

- ¿Amigos? ¡Los amigos no se mienten!- respondí y gire para encontrarme con aquellos preciosos ojos.

- ¿Que mentira dije?

- Bien, pues tú no me dijiste que estudiabas en la misma universidad.

- Nunca preguntaste.

- ¡Te pregunté tu nombre y no respondiste!

- ¿Eso te hubiera ayudado en algo?

- Bueno, quizá- la verdad creo que no, aunque si le hubiera preguntado a Avril...

- No te mentí, no puedo hacer eso.

- Todas las personas mienten.

- ¿¡Tú también mientes!?- su pregunta sonaba con sorpresa y eso me hacía dudar en mi respuesta.

- Si, bueno, a veces. No es como si toda mi vida fuera mentira, solo a veces necesito mentir. ¿Tú nunca haz hecho eso?

- Ya te dije que no puedo hacer eso.

- ¡Si claro!- hice una mueca de no creerle - en el lago...

- creo que ya aclare que no te mentí.

Rodé los ojos y camine de nuevo. Estaba nerviosa, pero por fin había podido entablar una platica-si es que puede llamarse asi- con Hyun, sin quedarme congelada. Por dentro sentía que algo explotaba, mi sangre fluía rápido, tanto que mi corazón estaba agitado como si hubiese corrido un maratón. Quería reírme. Veía de reojo su figura que venía tras de mí, llevaba los brazos cruzados y su rostro era serio, pero me observaba con duda.

Cruce el puente, llegue hasta un pequeño parque cerca de mi casa. Ese parque parecía más un jardín muy bien cuidado, flores muy hermosas lo adornaban. Habían pequeñas bancas de madera y el pasto era increíble.

- Vas a seguirme hasta mi casa- susurré y me detuve.

- Si, debo cuidar de ti.

- ¡Eh dicho que no!- me gire y quedamos de frente. Aunque yo debía levantar un poco la mirada, ya que su altura me hacía ver muy pequeña.

El olía a lavanda o quizá eran ¿fresas? No lo se, solo sabía que olía tan bien que hacia mi corazón detenerse y palpitar rápidamente.

- Debes entender que ahora yo cuido de ti- su respuesta era tan tranquila, mientras que mi corazón había explotado como fuegos artificiales dentro de mi - la verdad es que no tuve muchas opciones.

Otra vez estaba congelada frente a él. Mis hormonas se alebrestaban, mi respiración se agitaba y todo mi cuerpo estaba a merced. ¿Como era posible que alguién pudiera provocar eso? Pero ¿Que era en realidad " eso"?

- ¿Estás bien?- pregunto frunciendo el señor y agachándose un poco.

- ¿Ah?- susurré como tonta - ¡Oh! ¡Aggh!- arrugue la nariz y me di la vuelta.

El calor en mi rostro volvía aparecer y me sentía molesta conmigo por sentirme así. No respondí a su pregunta y decidí ignorarlo. Sus pisadas eran grandes y podía escucharlas tras de mí. Estaba emocionada, pero a la vez molesta. Mis emociones no eran estables cerca de él.

Después de unos minutos por fin llegue a la entrada de mi casa. Él se quedó parado justo donde inicia mi jardín y solo me observó hasta que llegue a la puerta. Sabía que era hora de despedirme.

- ¡Oye!- grite girando - No quiero que vuelvas a seguirme.

- De nada- respondió - y ya te dije que no es tu decisión y fue la mía, pero en un cinco por ciento - sonrió.

Su sonrisa volvió aparecer. Era tan hermosa, tan blanca y perfecta. ¿A caso ese chico era un extraterrestre? Y si es así, bueno, era un extraterrestre muy guapo.

Cerré la puerta y solté un enorme suspiro que llevaba guardando desde que lo vi. Comencé a brincar de un lado a otro, emocionada, dejando que todo lo que había guardado en este tiempo con él, saliera sin permiso. Sonreía y suspiraba como tonta.

Comencé a cantar Wonderwall de Oasis, mientras me quitaba la ropa y me preparaba para bañarme. El tiempo pasó muy rápido, cuando termine de leer un poco y hacer ciertos trabajos, note que eran las siete y media de la noche. Baje a la cocina y note que no había leche.

- ¡Rayos!- bufé. Justo en mi antojo de malteada.

Fui por un suéter y salí a comprar. El supermercado estaba a unas cuantas cuadras de la casa, así que tome mi bicicleta y me dirigí a el. Las calles estaban alumbradas, habían algunas personas aún caminando, saliendo de sus respectivos trabajos. El frío era muy fuerte, sentía que hasta mi saliva podía congelarse.

Llegue al lugar, deje la bicicleta casi en la entrada y luego fui por la leche. Después me entretuve viendo unas frutas y verduras que me servirían para preparar una ensalada que había visto en internet. Cuando pague mis cosas, vi que eran casi las nueve. Un poco tarde para andar en aquellas calles un tanto desconocidas aún.

Salí y el frío era más fuerte. Las calles estaban casi vacías-como predije-. Se podían escuchar los ladridos de los perros peleando seguramente con los gatos. Sentí un poco de miedo. La oscuridad y la noche, no son mi fuerte. Comencé a pedalear un poco rápido, aquellas pocas cuadras se me hacían eternas.

- ¡Hey!- escuché un grito. Gire y dos  hombres comenzaban a seguirme.

Eso no era bueno.

Seguí manejando, pero esta vez más rápido de lo que ya lo hacía. Sentía muchos nervios y el corazón comenzaba a dolerme. " No puede tener emociones fuertes" recomendó el doctor hace algunos años. Creo que esto cuenta cómo emoción fuerte.

- Por favor no me falles- susurré a mi bicicleta.

Pero como si algo estuviera en mi contra, la cadena comenzó a salirse de su lugar y uno de los pedales se aflojó, provocando con esto que mi cuerpo fuera a dar aquella calle empedrada. Mi rodilla nuevamente volvió a sangrar y ahora la acompañaron mis codos. Levante la mirada rápidamente, me sentía aterrada, sabía que en cualquier momento aquellos hombre me alcanzarían. Pero para mi sorpresa, no había nadie siguiéndome.

- ¡Oh Dios!- gemí un tanto adolorida, pero aliviada.

- Te dije que no debías salir sola- la gruesa voz de Hyun sonaba frente a mí.

Eleve la mirada, comencé a llorar - el miedo me vuelve sentimental- y me levanté rápidamente.

- ¡Espera!- grito y me tomo del brazo - Vas a lastimarte aún más.

No hice caso y lo abracé. Mi cuerpo temblaba un poco. No sabía que había pasado con aquellos tipos y luego mi bicicleta, traicionandome.

- ¿Que paso? - pregunto

- No lo se- dije y me aleje de él - habían dos tipos siguiéndome. Comencé a pedalear más rápido y de pronto mi bi...

Me quedé callada al observar mi bicicleta. Con la cara de sorpresa me acerque hasta ella y estaba bien. La cadena estaba en su lugar, como si nunca se hubiese movido. El pedal que se había aflojado- y casi salido- estaba en su lugar. Lo toque y estaba duro. Trate de moverlo pero fue en vano.

- ¿Que está ocurriendo?- susurré y mi corazón se agitó aún más.

- Quizá fue producto de tu imaginación. La oscuridad puede jugarte malas pasadas.

- No, en verdad se lo que vi. No estaba tan oscuro y mi bicicleta se descompuso.

Yo estaba incrédula. No sabía que rayos estaba pasando y sobre todo ¿Que hacía Hyun aquí?

- ¿Tú qué haces aquí?- cuestione rápidamente.

- Dije que estaba cuidándote. Supe que estabas en peligro y..

- ¡Supiste!- lo interrumpí - ¿Como supiste? A caso tu lees mi mente - todo podría suceder después de esto que vi.

- No, no puedo hacer eso. Simplemente lo supe, no puedo explicarte ahora y decirte algo más seria mentir y eso es algo que yo no hago- dijo moviendo la cabeza.

Él era extraño, todo esto era extraño, mi vida se estaba volviendo extraña. ¿Que estaba pasando?

- Vamos, te llevaré a casa- dijo y sin decir nada, me cargó.

Si, me cargó.

- ¡Espera! ¿Que haces?- dije aturdida y sonrojada.

- Tus rodillas está lastimada, no podrás caminar- respondió serio.

No hice más preguntas y deje que me llevará a casa. Me sentía como una niña pequeña, como aquella vez cuando mi abuela tuvo que llevarme en brazos al funeral de papá. Es un recuerdo muy triste, pero ahora me sentía extraña con Hyun. Él llevándome me hacía sentir nerviosa, podía ver su rostro y me parecía hermoso, casi perfecto. Sus labios grueso y rojos me encantaba. Sus pequeños ojos alargados, vaya, podía verlos todo el día y ese olor a vainilla ¡Mmmm! Era delicioso.

- ¿Por qué sonríes?- pregunto y me sorprendí. Sin darme cuenta había sonreído al verlo.

Que verguenza, pensé y me acurruqué en su pecho, cubriendo mi rostro.

Después de unos minutos de camino por fin llegamos a mi casa. Se detuvo hasta la puerta y me bajo lentamente.

- Gracias por traerme- dije y le sonreí.

- Voy acompañarte- soltó de pronto

- ¿¡Que!?- respondí sorprendida.

- Tu abuela no está y no volverá en toda la noche. No puedes quedarte sola y menos después de lo que paso.

- Por si no sabes, eh vivido así por mucho tiempo. La soledad no me asusta.

- Lo se. Pero ahora es diferente.

- ¿Por qué? Además ¿Por qué dejaría que te quedarás conmigo? ¡Eres un completo extraño! No te conozco en absoluto.

- Se muchas cosas más de ti, de lo que te imaginas- cuando dijo eso, la intriga me invadió,pero el miedo también.

- ¡ Eres un acosador!- grite y me puse como loca - ¿Como rayos no me di cuenta? ¡pervertido!

Comencé a buscar la llave para entrar a casa. Él se veía tranquilo, ni siquiera se movía para detenerme o algo que un pervertido violador debería hacer. Por fin abrí la puerta y entre agitada.

- ¡Nunca dije que me quedaría adentro!- grito mientras yo me resbalaba por la puerta - Voy a cuidar de ti, no es un opción. Es mi deber- susurro.

- Tus palabras no tienen coherencia. No entiendo nada de lo que dices- respondí tratando de estar más tranquila.

- Ahora no, pero pronto.

No respondí a eso último. En su lugar, corrí a la ventana que da al jardín. Hyun estaba sentado en el borde de la entrada, con una enorme sonrisa en el rostro. ¿Por qué estaba sonriendo? ¿Que clase de chico es él?

Lo observé unos minutos más. Me gustaba su rostro, su encantadora sonrisa y esos pequeños ojos alargados. Su voz era tan suave, pero grave a la vez. Se que suena estúpido lo que voy a decir pero, parece un ángel. Un muy singular y galán ángel.

- Que tontería- susurré y me levanté de aquel lugar.

Subí a mi habitación, cure los raspones de mi rodilla y codos. Coloque mi pijama para dormir. Me sentía cansada, este día era particularmente agotador.

" Summer, está cerca de ti...summer. ¿Que decides ¿Muere o vive?"

"¿Morir? ¿Por que debía morir? ¿Quién eres?"

" Lo que muy pronto conocerás"

Un rostro horrible apareció en mi sueño, haciendo que me levantara de un brinco. Mi corazón estaba agitado ¿Que había sido eso? Se sintió tan real, tan palpable. ¡Dios, ese rostro era horrible!

Baje a la cocina por un poco de agua. Me sentía un poco más tranquila. Seguramente lo que había pasado en la calle había provocado aquel sueño tan tonto.

- pff- resople y me quedé observando la entrada.

¿Hyun estaría ahí? ¿A caso pasaría toda la noche afuera?

Me acerque hasta la ventana, pero Hyun ya no estaba sentado en la entrada. Seguramente solo había sido un momento, mientras yo dormía. Ese chico es tan extraño, pero me gusta. Si, debo aceptar que me gusta.

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