Cap. 13
Los pies me dolían por tantas tiendas recorridas el día anterior. Avril había buscado en más de diez y ningún disfraz fue de su agrado. Se paso renegando el hecho de vivir en aquel lugar. Yo solo sonreía e intentaba animarla.
Por un segundo me olvidé de aquel chico y de toda la estúpida situación que había vivido. Me sentía tonta por el hecho de creer que lo que estaba viviendo era especial. Creo que aún más tonta, por imaginar algo con aquel chico.
- Señorita Storn- mencionó la señorita Callowey - puede pasar- indico.
Entre a la oficina del director. Repentinamente me había mandado a llamar. Me sentía nerviosa, aunque sabía que no había hecho nada mal.
- Buenas tardes- hizo una pausa para buscar mi nombre - señorita Storn- termino.
Yo asentí y me sentía como en secundaria, cuando me castigaron una vez, bueno, dos veces.
- la mande llamar porqué necesito me ayude con una misión- ¿Misión?, Pensé - usted es nueva, así que se me hace más fácil pedirle esto.
Comenzaba a ponerme nerviosa.
- Como sabrá, la universidad no se da abasto con tanto alumnado y algunas cuotas no logran cubrir ciertas necesidades. Es por eso que tenemos un benefactor muy importante y bueno, su hijo a llegado de intercambio a nuestra institución.
Se quedó callado, esperando una respuesta. Pero no sabía que decir, así que solo respondí:
- entiendo.
- Es por eso que necesito usted le de la bienvenida y lo lleve a recorrer las instalaciones.
- Pero, aún no conozco muy bien...
- mejor- interrumpió - así ambos aprenderán. Solo le pido que sea muy amable por favor. Ese chico es muy importante.
Asentí y luego de darme las gracias, camine hacia la salida, pero justo cuando iba a cerrar la puerta fui detenida por el director, otra vez.
- ¡ Sea amable!- ordenó aunque intento sonar como si fuera un consejo.
Termine de salir y justo cuando caminaba por el pasillo a mis clases, vi que Hyun - chico del lago- venía en la misma dirección que yo.
¿Que iba hacer? Podía solo decir ¡Hola! No, no,no. Si hacía eso, seguramente me quedaría fría y muda, no sabría que decir.
¿Que hago?
- ¡Hola!- saludo efusivo alguien tras de mí.
Era un chico de ojos cafés y cabello castaño. 1.80 de altura, podría ser. Aunque frente a mí, todos son muy altos.
- Ho..hola- tartamudee.
Entonces vi mi salida, este chico era quien me ayudaría para no pasar un vergonzoso momento.
- Disculpa, no quería incomodarte- se disculpó y cuando gire la mirada, Hyun estaba parado frente a mí.
- ¡Ay, pero qué gracioso eres!- sonreí fingido y golpee el brazo de aquel pobre chico.
- Summer- dijo la ronca voz de Hyun y mi cuerpo tembló.
Sabía que si giraba y hablaba con él, todo sería un desastre. Si solo con escuchar su voz, me había quedado casi congelada, verle esos preciosos ojos, acabarían conmigo.
- ¿Vamos por un café? Tú querías un café, entonces vamos por ese café- tome del brazo aquel chico, que estaba muy sorprendido con mi actuar.
Yo también estaba sorprendida con lo que estaba haciendo. Sobre todo, tratando aquel chico como si lo conociera de toda la vida.
- ¡Espera! ¿Por qué lo tomas de la mano?- escuché la voz de Hyun gritando a los lejos.
Lleve aquel chico hasta la cafetería y fue ahí donde lo solté. Él estaba sonrojado y su mirada denotaba sorpresa.
- ¡Oh Dios!- dije tomando aire y soplando.mi rostro. Había casi corrido hasta aquel lugar.
Cuando por fin recupere el aire, levante la mirada y aque chico estaba viéndome fijamente. Cerré los ojos y luego me lleve las manos al rostro en señal de pena. ¿Como iba explicar lo que había pasado?
- Estoy esperando mi café- dijo de pronto e hizo que quitara mis manos y abriera los ojos.
- ¿Perdón?- pregunté.
- Si. Dijiste que veníamos por mi café, pero aún no lo veo- sonrió amablemente.
- ¿Ah? ¡Oh sí! ¡Si si si!- respondí entendiendo lo que acababa de pasar.
Me levanté y fui a pedir el café.
Mi mente trabajaba a cien por hora. ¿Como explicaría esto? ¿Por qué rayos me habló? ¡Es cierto, me habló! ¿Que habrá querido? Quizá solamente burlarse de mi y mi estúpido romance de película. Off, tonta.
La señorita del café me despertó para entregármelo y regrese hasta aquella mesa. Podía sentir mi cara ardiendo, seguramente estaba muy roja por la vergüenza. Aquel chico estaba sonriendo y agradeció su café.
-¡Vaya, este es un buen café!- alabo después del primer sorbo.
- oye, yo quiero disculparme- comencé - no era mi intención meterte en este desastre. De verdad lo siento mucho.
- Por mí está bien. Comenzar la mañana con una sonrisa y un café, es perfecto- volvió a sonreír.
Trate de sonreír, pero estaba muy preocupada por aquel chico. Bueno, no se si preocupada, era la palabra perfecta para definir lo que estaba sintiendo.
- ¿Puedo ayudarte en algo?- cuestionó aquel chico, haciéndome parpadear muchas veces hasta regresar a la realidad.
- No, no. Por hoy fue suficiente tu ayuda. Muchas gracias y disculpame, pero debo ir a clases- me despedí y rápidamente comencé a buscar a Avril, necesitaba hablar con alguien.
Fui a la biblioteca, no quería toparme con Hyun nuevamente, porque está vez no sabría cómo evadirlo. Esto sólo sería por hoy o unos días más, en lo que resuelvo que debo hacer.
¿Hacer con que? Él, simplemente es un chico normal, ordinario, como todos los demás. No entiendo porque me comportó como una niña.
Me senté frente a una computadora y estuve ahí unos minutos, perdida entre tontos pensamientos y ese chico, Hyun.
"Señorita Storn, presentarse en dirección inmediatamente"
Mi apellido sonaba en aquella bocina. El director nuevamente requería mi presencia, seguramente aquel chico había llegado. Hoy sería como un guía de turistas y pasajero a la vez.
Camine lentamente hasta la dirección y al entrar mi sorpresa fue enorme.
- Señorita Storn, le presento a nuestro nuevo alumno. Señor Philip, por favor- dijo y al hacerse un lado, un rostro familiar apareció.
- ¿Que? ¡Tú!- dije sorprendida.
- ¡Vaya, veo que coincidimos nuevamente!- exclamo y volvió a sonreír.
Era el chico de la mañana, ese chico al que había utilizado para evadir a Hyun. ¡Hay no. Soy chica muerta!
- ¿Ya se conocían?- pregunto el director y él asintió.
- Señor yo- intenté disculparme para no ser reprendía, pero aquel chico me detuvo.
- ¡Si!- exclamó rápidamente - tuve el honor de ser recibido por esta cálida señorita. Créame que fue una bienvenida inesperada, pero muy original- termino y el director sonrió complacido.
- es un gusto oír eso, pensé que por ser nueva, bueno, ustedes saben- sonrió nervioso, al igual que yo - Ahora, por favor señorita Storn, lleve a nuestro nuevo alumno a su primer clase.
Asentí y nos despedimos del director. Caminamos fuera de la dirección y emprendimos el viaje a la clase de historia.
- Gracias por ayudarme- dije - el director me hubiera expulsado si le hubieras dicho la verdad.
- Pero, dije la verdad- respondió - fue una muy original bienvenida y con café incluido- me daba un poco de pena recordar el incidente.
- Gracias, pero la que debía ser amable contigo era yo y no al revés.
- como yo veo, creo que son dos favores que ya me debes.
- ¿Dos en un solo día? ¡Que récord!- exclamé.
Entramos a clase de literatura. Le presente aquel chico a Avril y ella muy amistosa -como siempre- le dio la bienvenida. El profesor nos envío a discutir un tema y por supuesto tuve que hacer equipo con él, por ser nuevo y yo también. Se veía feliz, no lo notaba nervioso, como cuando yo llegue a este lugar.
- ¿Pasa algo?- pregunto al ver mi mirada centrada en él.
- ¿Que? ¡Oh no! Lo siento- me disculpé sonrojada.
- seguramente estás así, por el chico del cual escapaste hace un rato.
- ¡Pff! Para nada- sonreí, pero el siguió viéndome fijamente - ¡Soy una cobarde!- llore.
En ese momento él profesor dio por terminada la clase y todos comenzamos a levantar nuestras cosas. Me sentía ridícula por llorar frente al chico nuevo y una cobarde por hui de Hyun. ¿Que clase de chica soy?
- ¡Oye!- grito el chico nuevo y se acercó a mí - te invito a comer y terminamos nuestra plática.
- Creo que no hay mucho que contar- refute - pero te acompañaré a comer. Al fin de cuentas, te lo debo- le sonreí.
Fuimos hasta la cafetería. Le fui explicando más o menos los lugares del campus. Le dije que era mi primer semana, así que no podía ayudarlo mucho. Él estuvo de acuerdo y esa sonrisa en su rostro no se borraba. Llegamos a la cafetería y ordenamos casi lo mismo.
- por cierto ¿Como te llamas?- me pregunto mientras yo mordía mi deliciosa hamburguesa.
- Summer- dije tragando rápido mi comida.
- Un placer Summer. Mi nombre es Luke, Luke Philips.
- Un gusto Luke- le sonreí - y ¿De dónde eres? O ¿Por qué elegiste un lugar como Spenser?
- creo que debería preguntar lo mismo.
- si, pero yo pregunté primero- bromee.
- Soy de Los Ángeles, pero mis padres decidieron que un intercambio a esta escuela me ayudaría.
- ¿Ayudarte? ¿Cómo podría Spenser ayudarte? Los Ángeles son mil veces mejor que aquí. Yo quisiera vivir ahí- replique.
- Quizá esa vida no me estaba ayudando. Me estaba convirtiendo en un chico de malas compañías- explicó.
- creo que fue un cambio muy drástico enviarte hasta Spenser. Podrían haber pensado en otro lugar.
- mi madre es de por aquí y bueno, el resto es historia.
No hice más preguntas y seguí comiendo un poco más tranquila. Había dejado de pensar en Hyun por unos segundos y me había concentrado en aquel chico.
Después de una hora, le dije que debía irme. Me había agradado platicar con él y aunque se ofreció a llevarme, le dije que no. En el fondo, quizá tenía la esperanza de ver a Hyun por algún lugar de aquella universidad, pero el resultado fue otro.
Por ninguno de los pasillos o sitios de la facultad pude verlo. Me sentí un poco triste, pero también aliviada. ¡Dios! Ese chico me pone mal. Pero creo que estaba bien no verlo, aún no sé cómo responder a sus preguntas, que seguramente serán muchas. Además, el panorama comenzaba agradarme, tanto, que me detuve en aquel enorme bosque por el cual debía cruzar. Decidí tomar algunas fotos, me encantaba lo verde de las copas que chocaban entre sí, por el viento fuerte que hacía.
Saque mi celular y comencé a fotografiar cada cosa que me gustaba. En New York era muy difícil ver un paisaje tan hermoso como éste, quizá enviaría algunas fotografías a mis amigos.
Estaba distraída tomando foto a una pequeña flor morada que había encontrado, cuando de pronto una mano se colocó sobre mi hombro derecho, haciéndome brincar y cayendo a la tierra, en medio de un pequeño montón de hojas secas.
- ¡Que rayos!- iba comenzar a maldecir, pero al levantar la mirada, me congelé.
- Hola- saludo secamente la voz gruesa.
Me quedé observándolo unos segundos, no sabía que responder. ¿Por qué rayos me pasa esto?
Estaba en serios problemas, Hyun estaba frente a mí y yo estaba paralizada.
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