En realidad, yo tengo amigos.
Yo no creo en la amistad.
Pues siempre somos propensos a la traición.
En realidad, yo no creo en el amor.
Pues las palabras siempre terminan en un rincón y termina siendo efímero.
Puedo tener cientos de amistades e igual cantidad de amores.
Pero la vida me ha enseñado a no confiar en las palabras huecas ni en las actitudes pasajeras.
Al fina son muchos los que traicionan y pocos los que se quedan.
Y de esos pocos alguno saldrá traidor.
En realidad, desconfío de todos y yo no soy mi excepción.

Jonathan Cordero.
30 de agosto 2020