TELEVISIÓN
Después de aquella confesión, Irene no pudo dejar de pensar en si decirle la verdad de como termino todo entre ella y Federico. No sabe muy bien como Ricardo reaccionara cuando se entere de ese oscuro momento, ese hecho doloroso de su pasado, no obstante, necesita contarle todo para que no haya problemas en el futuro.
Su mirada está en la nada mientras juega con la comida. Ahora mismo son las 8 de la noche y está cenando con su hija, Elena está disfrutando de su tarta de pollo, huevo y choclo.
Al rato, Irene acuesta a su hija y le da un beso en la frente.
-Es tan lindo Ricardo. -Animada. -Quiero que lo invites a cenar aquí.
Su madre arquea una ceja y sonríe suavemente.
- ¿En serio?
-Si. -Dice emocionada. -Me gustaría mucho que cene con nosotras y hacerle un regalo.... Mmm...-Piensa. - ¿Crees que le guste un dibujo?
Irene se ríe y acaricia su cabello.
-Estoy segura que si mi amor. -La abraza.
-Quiero ser su... ¿se dice celestina?
- ¿El que?
-Es que le gustas a Ricardo y yo lo quiero como papi.
La boca de Irene se abre y traga en seco.
- ¿De qué hablas, cariño?
-Ay mami. -Se ríe. -Es que te mira con esos ojitos verdes, hasta parece pelotudo cuando te ve.
-Esa boca...-La reta.
-Bueno, se pone tonto cuando te mira, mami. -Explica.
La mujer se muerde el labio y niega.
-Es tu imaginación mi vida. -Corta la conversación y escucha como Elena gruñe en protesta. -Hasta mañana, te amo mucho mi corazón.
-Hasta mañana mami. -La abraza. -Te amito mucho.
Irene sonríe y se pone de pie una vez que arropa a su niña. Apaga la luz y deja la puerta entre abierta.
En el momento que al fin se acuesta en su casa, respira aliviada y piensa en todo lo que dijo su hija. Recuerda el tono que utilizo Elena cuando describió como Ricardo se pone al verla y eso la hizo reír.
Suspira y se queda mirando a la pared, contemplando el dulce silencio de la noche. Hace tanto que no se sentía de esa manera, nunca había estado tan enamorada de alguien y Ricardo apareció a su vida para mejorarla.
Sonríe con suavidad y cierra los ojos, ama sentirse de esa manera, encantada completamente de su presente. Se acuesta de lado y se dispone a dormir.
Mientras, Federico está bebiendo su whisky favorito frente a la chimenea, su mente está sumergida en sus recuerdos. Esos dulces recuerdos que vivió junto a Irene y no dejo de recordar en estos largos años.
Otra vez fue débil, se entrego a la bebida de nuevo y su mente no es capaz de ayudarlo. Solo llora en silencio y estalla el vaso contra el piso, no le importa el desastre que provoco en el piso de su living.
Solo quiere a su Irene con él, como los viejos tiempos, pero no puede cambiar de lo que ya está hecho.
Sin embargo, estaría dispuesto a hacer cualquier cosa para estar con ella, jurándose que encontrara la manera de que Irene sea suya de nuevo, sin importarle el precio.
Al otro día, Federico se despierta con un dolor de cabeza espantoso, se queja al tocarse la cabeza y se levanta como puede. Lo primero que hace es darse una ducha fría y tomarse un café negro.
Enciende el televisor y la mira mientras toma su café, está viendo las noticias de la televisión pública, cuando terminan las noticias en torno a la política empieza la temática de espectáculos y el está por cambiar de canal, no obstante, una noticia lo detiene y el control se cae hacia la mesa cuando Federico ve la noticia impactante para su corazón.
-Testigos vieron a los actores Irene Borges y Ricardo de Mendoza besándose en la calle porteña de Monserrat. -Relata la periodista. -Se los vio acaramelados mientras el actor la alzo en medio de la vereda. Ambos están grabando una película que se mantiene en secreto y se desconoce su fecha de estreno. Los mantendremos informados cuando la pareja confirme su noviazgo.
La garganta se le seco y dejo de respirar.
-No... no puede ser.
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