La pareja se separa rápidamente al escuchar que Elena chillo y sus ojos miran con pánico a la niña.

- ¿Están ensayando para mañana? -Sonríe.

Su madre ríe con nerviosismo y se acerca a la niña.

-Si mi amor... estamos ensayando para mañana, ¿no Ricardo?

-Si, queremos que todo esté muy bien para mañana.

-Se vio tan real. -Sonríe con timidez.

Irene traga saliva y no sabe dónde meterse.

-Ya debes estar cansado Ricardo, te acompaño hasta la puerta.

-Hasta mañana Ricardo.

-Nos vemos princesa.

La mujer lo acompaña hasta la puerta y cuando están afuera, la cierra para que la niña no los vea.

-Eso estuvo cerca. -Aliviada.

Ricardo sonríe y besa su mejilla.

-No paso nada mi amor, cuídate mucho.

-Vos también. -Suspira. -Hasta mañana.

Mientras está caminando hacia el coche, Ricardo le tira un beso desde la distancia e Irene sonríe, observa a su pareja manejando hasta que desaparece cuando dobla hacia la izquierda y suspira llena de amor.

Al otro día, Elena está tan emocionada que mira por la ventana esperando a Ricardo. Irene está apurándose para terminar de lavar las tazas y deja todo en su lugar. En ese momento, la niña ve al hombre llegar y empieza a salvar.

- ¡Mami! -Grita. -Vino Ricardo.

-Ya vamos.

Agarra su bolso y las llaves antes de salir de la casa, Elena corre hasta Ricardo y este se agacha para abrazarla y la alza suavemente.

-Buenos días princesa, ¿Cómo amaneciste?

-Bien. -Alegre.

La pareja sonríe viendo a la niña.

-El productor ya sabe que llegaremos un poco más tarde a grabar.

- ¿No te dijo nada?

-Está todo bien, no te preocupes.

Ella respira aliviada y asiente enseguida. Suben al coche y el hombre arranca el motor, acelerando para llegar a tiempo al jardín.

Llegaron a tiempo y los tres salieron del auto, las miradas de los padres están sobre la pareja y más en Irene, nunca se la vio a la actriz con otro hombre y que salga con el actor Ricardo de Mendoza es una sorpresa para los padres.

Irene se da cuenta de las miradas, sin embargo, no le importa para nada, solo se fija en la felicidad de su hija mientras está en los brazos del hombre. Ricardo se inclina y besa los labios de su mujer con suavidad. Las mejillas de la niña se ponen rosadas y sonríe con alegría.

Irene los siguió hasta dentro del jardín y la maestra se sorprende al ver al hombre junto a Elena.

-Buenos días. -Saluda con amabilidad.

Luego observa a Irene y deja pasar a los padres junto a sus hijos. Irene se queda afuera mientras reza por dentro para que todo salga bien.

La clase tomo casi una hora y media, se escucha a los niños despidiendo a sus padres y la mujer se pone de pie, Ricardo se acerca a ella con una sonrisa y la toma de las manos.

- ¿Y? -Impaciente. - ¿Cómo salió?

-Tranquila, mi amor. -Besa su mano. -Todo salió perfectamente bien y Elena está muy feliz.

Irene suspira aliviada y abraza con fuerza a Ricardo.

-Ay gracias a dios. -Sonríe.

En ese momento, la maestra deja a los niños en el aula para acercarse a la pareja.

-Señora Borges. -Le llama la atención.

Irene se separa de Ricardo y le presta atención.

- ¿Tiene tiempo para que podamos hablar?

-Claro que sí. -Luego observa a Ricardo. -Esperarme en el auto, yo ya voy.

El hombre asiente y se retira para dejarlas a solas.

- ¿Paso algo con Elena? -Preocupada.

-Todo está muy buen señora Borges, su hija está muy feliz con su mentira piadosa. -Sonríe.

-Lo siento mucho maestra, es que la niña estuvo tan triste por la tarea. Ricardo quiso ayudar cuando le dio esa idea a Elena, cuando me entere ya tenían todo planeado.

-No pasa nada, se nota mucho que la niña está muy feliz con su pareja y que el señor de Mendoza la aprecia mucho. Si no sentiría amor por usted o por la niña no habría hecho eso.

La mujer sonríe al escuchar eso y baja la cabeza, sus mejillas están ruborizadas y se ríe.

-Gracias maestra, que tenga un buen día.

-Usted también.

Irene camina hasta la salida del jardín y se encuentra con Ricardo esperándola afuera del coche, está le sonríe y Ricardo hace lo mismo. La mujer se acerca a su pareja y es abrazada rápidamente por él.

- ¿Paso algo?

-Está todo bien. -Animada.

Ella lo mira con brillo en los ojos y sonríe aún más. Apoya la frente con la de el y cierra los ojos con suavidad antes de hablar.

-Te amo Ricardo y acepto que formes parte de mi vida, de nuestras vidas. -Confiesa.

El corazón del hombre late con fuerza al escucharla decir eso y toma su rostro entre sus manos.

- ¿Lo dices en serio?

-Te amo. -Repite.

Ricardo se ríe lleno de felicidad y la besa de inmediato, ella envuelve su cuello con los brazos y su pareja la abraza con fuerza, manteniéndola pegada a él.