¿Quien te crees que eres?
Irene sintió un aire de incomodidad y bronca al ver como Ricardo y Federico se ven, ella se sento al lado de su pareja para que todo este en paz y toma su mano debajo de la mesa, eso lo tranquilizo a Ricardo, pero no le agrada para nada aquel hombre. Entiende perfectamente que Federico es el padre de Elena y lo acepta, no obstante, hay algo que le da mal espina de el.
-Quiero acompañarlas a la escuela. -Mira a Irene. - ¿Te molesta?
-Eh...-Duda. -Claro que no. -Sonríe por cortesía. -Está bien, deja que lavo todo, me cambio y nos vamos.
-Deja que yo limpie, mi vida.
Ella le sonríe a Ricardo y asiente enseguida.
-Bueno mi amor, entonces me voy apurando.
Se pone de pie y camina hasta su habitación, Elena agarra la mano de su papá y lo tira suavemente.
-Quiero mostrarte mi habitación papito.
-Vamos cariño.
Ambos se ponen de pie y salen de la cocina, Ricardo levanta todo y lo pone en la pileta para lavar todo.
Una vez que Elena le mostro todo, la dejo sola en la habitación y entro en la cocina. Lo mira con seriedad y empezó a hablar.
-No tienes nada que hacer acá.
Ricardo se sorprendió al escuchar la voz de el, pensó que estaba solo.
- ¿Perdón?
-Que vos no tenes que estar acá, el que tiene que estar cerca de Irene y mi hija soy yo.
Ricardo intenta mantener su autocontrol y enjuaga los platos.
-No entiendo a qué te refieres.
-No te hagas el pelotudo, sabes muy bien a que me refiero. No voy a dejar que me robes todo lo que más amo y eso corresponde a mi mujer y a mi hija.
-Irene no es un objeto, no le pertenece a nadie.
Federico se ríe y se cruza de brazos.
-Te lo advierto, no me hagas que te lo pida dos veces, aléjate de ellas.
El rostro de Federico cambia cuando escucha unos pasos e Irene se queda confundida al ver la cara furiosa de Ricardo.
- ¿Pasa algo?
-Sera mejor que lleven a Elena al jardín. -Serio.
-Estoy de acuerdo. -Sonríe Federico.
Irene está segura que paso algo entre ellos, suspira y escucha la voz de Elena.
-Ya estoy mami.
-Está bien, vamos. -Se acerca a Ricardo para besar sus labios. -Ya regreso amor.
El asiente y sonríe un poco.
-Te espero.
Ella sonríe y se va con ellos. Mientras busca un taxi, piensa que paso entre ellos para que Ricardo este tan serio. Al cruzar la avenida, pararon un taxi y el conductor los llevo hasta el instituto.
Más tarde, bajan del auto y la niña abraza a sus padres antes de ingresar al jardín. Ella entra contenta y sus padres sonríen al verla, una vez que están solos, Irene observa a Federico.
-Tenemos que hablar.
Este asiente y empiezan a caminar para alejarse de los padres.
- ¿Le dijiste algo a mi pareja?
- ¿Qué le podría decir algo a ese estúpido?
Ella frena en seco y lo mira con furia.
- ¿Quién carajo te crees que sos? No tienes derecho en meterte con el, no te hizo nada.
- ¿No me hizo nada? Me está quitando todo, tu amor, el de Elena.
-Elena te quiere.
- ¿Y vos? ¿Qué sentís por mí?
Irene no dice nada, solamente suspira.
-Sabes muy bien que ya no te amo. -Cansada.
-Y lo amas a él.
-Por algo está conmigo.
-No te das una idea de cómo lo odio. -Molesto. -Odio que te tenga, odio que lo ames a el y no a mí. Tenemos una hija que nos une, tendríamos que estar juntos.
-Un hijo no salva una pareja cuando esta está hecha pedazos y eso es lo que nos pasó, yo te ame en su momento y no sabes como desee que me creyeras, pero no se pudo y rehíce mi vida.
-No puedo dejar que estés con él, yo te sigo amando Irene.
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