PROPUESTA
Capítulos culminantes...
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Desayunaron en silencio e Irene se sentía tan complacida con lo que hizo Elena y Ricardo, ella los mira con una sonrisa y los abraza.
-Muchas gracias por este desayuno delicioso, mis amores.
Ellos sonríen suavemente mientras se lanzan una mirada cómplice.
Después del desayuno, Irene se levanto de buen humor y se dio un baño, se vistió rápidamente y repaso sus líneas antes de ir al ensayo.
- ¿Te parece bien mi amor si llevo a Elena al jardín?
-Por favor. -Agradecida. -Yo me voy a quedar guardando las cosas para el teatro.
Asiente con una sonrisa y Elena sale con su uniforme de la habitación, su madre se acerca para abrazarla y llenarla de besos.
-Mucha suerte, mi amor.
-Gracias mami.
La niña la abraza por ultima vez y se va con Ricardo. Ellos están afuera de la casa y ella hace pucheros.
-No quiero ir al jardín, quiero ayudarte con la sorpresa.
-Nada de eso. -Se ríe. -Tenes que ir a la escuela, al mediodía te paso a buscar y vamos a comer algo mientras te digo lo que vamos a hacer a la noche.
La niña asiente derrotada y el hombre le abre la puerta del auto, se sube rápidamente y la cierra. Ricardo enciende el motor y conduce hasta el instituto.
Al mismo tiempo, Irene guarda sus cosas en su bolso y lo ultimo en guardar es su bolso. Al terminar, se arregla el cabello y limpia la casa antes de esperar a Ricardo.
Mientras, Federico no tiene fuerzas para levantarse, no quiere ver a nadie y estar solo en aquella habitación. Las cosas salieron mal y no sabe como ganarse la confianza de la niña, a quien no siente como su hija.
Lo que son las cosas, siempre deseo formar una familia con la mujer de su vida, pero al tenerla, no la quiere. Sin embargo, no se siente culpable al no quererla, en su corazón solamente hay lugar para Irene y nadie más, esa niña solamente está para ganarse el amor de su mujer.
Su mirada está hacia el techo y suspira. Tiene que pensar en algo antes de que sea demasiado tarde.
Alguien toca a la puerta y Federico la mira con desagrado.
- ¿No vas a desayunar, hijo?
-No tengo ganas, mamá. -Habla en voz alta. -Quiero estar solo.
-Bueno querido... háblame si necesitas algo.
Federico hace una mueca y suspira mientras trata de pensar en algún plan.
Después de unos minutos, Ricardo llega rápidamente y va a buscar a Irene para llevarla al trabajo, abre la puerta y la encuentra lista.
-Que hermosa está mi novia.
Ella sonríe suavemente y dan un beso apasionado.
-Gracias mi amor. -Animada. -Vamos antes de que se me haga tarde.
-Y yo que te quería mimar un poco más.
Se ríen al unisonó y salen rápidamente de la casa.
Ricardo está tan ansioso por la propuesta y está deseoso de que ya sea de noche. La lleva al teatro y estaciona antes de despedirse de su pareja, besa sus labios y la mira con una sonrisa.
-Mucha suerte mi amor. -Sonríe. -A la noche te vamos a estar esperando afuera para llevarte a cenar.
Ella sonríe y vuelve a besar sus labios.
-Me encanta la idea, nos vemos más tarde.
Ricardo ve como ella entra al teatro y suspira con una sonrisa.
Ahora empieza el plan.
Mientras está fuera del auto, espera a que aparezca un productor o el director de la obra y por suerte ve caminando al director de la obra, lo frena enseguida y el hombre ve con agrado a Ricardo.
-Buenos días José, ¿Cómo estás?
-Muy bien Ricardo, ¿Qué puedo hacer por vos?
El enamorado le cuenta todo el plan y el director lo recibe con una sonrisa, lo mira sorprendido a Ricardo y está dispuesto a ayudarlo.
-Cuenta conmigo Ricardo, estoy seguro que va a decir que sí.
-Es lo único que quiero. -Nervioso. -Gracias José.
Más tarde, el publico aplaude a los actores después de la obra, detrás del telón, está Ricardo con la niña y Elena sube al escenario con un ramo de flores. Irene mira sorprendida a su hija y toma las flores que recibió de Elena. El director toma el micrófono y habla.
-La actriz Irene Borges va a recibir una gran sorpresa por parte de su pareja.
Irene frunce el ceño y ve a Ricardo vestido de traje, avanza hacia ella y sonríe lleno de nervios. Su pareja la recibe con un beso en los labios e Irene lo mira entre confundida y feliz.
De pronto, ve como se arrodilla frente a ella y abre la caja con el anillo de compromiso.
-Estaba tan ansioso de proponerte ser mi esposa, la mujer que me va a acompañar hasta el fin de mis días. Ser el que te acompañe en los momentos buenos y malos, en criar a tu hija maravillosa. -Emocionado. - ¿Quieres casarte conmigo?
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