PELOTUDO
Irene termino al fin sus escenas y despidió al director antes de irse a su camerino. Empezó a desvestirse y se cambia con su ropa de abrigo, se quita el maquillaje y coloca la ropa que uso en el perchero. Una vez que está lista para irse, sale del camerino y se despide de todos, dando gracias a Dios que no vio por ningún lado a Ricardo.
Se apura para salir de los estudios Luminton y sale a la calle, camina hasta la avenida principal y para su suerte, encuentra un taxi y hace seña para que frene.
Ricardo tardo en cambiarse y salir del camerino, se apresuró para ver si Irene está en su camerino y cuando abre la puerta, encuentra todo apagado. Empieza a correr por los pasillos y no la encuentra por ningún lado, sigue corriendo hasta la salida y frena en seco al saber que ella se fue, jadea por el cansancio, pero igual sigue corriendo, sabe bien a donde fue y trata de alcanzarla hasta la avenida. Cuando está por llegar, la ve entrando a un taxi, trata de pararla, sin embargo, el taxi está en marcha y se aleja rápidamente de él.
Deja de correr y trata de recuperar su respiración mientras ve a Irene marchándose.
-Eres un pelotudo Ricardo. -Se reta.
Irene llega a su casa y se encuentra con la niñera, está la está ayudando con la tarea a Elena.
-Buenas noches. -Saluda la mujer.
Elena se pone de pie y abraza a su madre.
-Hola mami.
Su madre le devuelve el abrazo y sonríe un poco.
-Gracias Lili, la voy a ayudar yo con su tarea.
-Está bien señora, hasta mañana.
-Hasta mañana.
Liliana se va sola hasta la puerta, dejando solas a madre e hija.
- ¿Cómo te fue en el jardín, mi amor?
-Bien mami...-Pone mala cara. - ¿Estás triste?
Irene sonríe y se agacha para quedar a la misma altura.
-Claro que no, mi amor. ¿Cómo voy a estar triste?
-Hum... tus ojitos están tristes.
En cuestión de segundos, Elena la abraza con fuerza e Irene cierra los ojos.
-No estés triste mami.
La mujer suspira y se aleja suavemente de su niña.
- ¿Por qué mejor no hacemos la tarea así tienes tiempo para jugar?
Elena asiente enérgicamente y vuelven hacia la mesa.
Más tarde, Irene fue a bañarse después de un largo día y sale con su bata de baño, se sienta sobre la cama y se coloca su loción antes de ponerse el camisón.
Una vez que se acuesta, su celular empieza a sonar y lo agarra en la mesita de luz, observa el nombre de Ricardo en la pantalla y deja que tono siga sonando. No iba a atender su llamada, no quiere hablar con él. La llamada deja de sonar y procede en apagar el celular. Solamente desea dormir hasta el otro día y eso hará, se acomoda boca abajo y cierra los ojos.
Mientras, Ricardo suspira y trata de llamarla de nuevo, sin embargo, lo atiende el buzón de voz.
-Lo apago... no quiere hablar conmigo. -Se culpa. -Ay Ricardo, ya la tuviste que cagar. ¿Qué hago ahora?
Se apoya contra el respaldo del sillón, lamentándose profundamente por haberse comportado de esa manera. Mañara iría a buscarla para hablar con ella, aunque sabe muy bien que Irene se negaría con firmeza.
Al otro día, Ricardo sale temprano y conduce hasta la casa de Irene, estaciona al frente de la vivienda y la espera afuera del coche. Espera unos minutos que se le hacen horas hasta que la ve saliendo con Elena. Traga saliva al toparse con la mirada seria de Irene. El silencio reino el momento, el hombre está muerto de miedo al mirar su mirada penetrante.
- ¿Qué haces acá?
-Vine a llevarlas.
Irene niega en un instante.
-No es necesario Ricardo, la llevare yo a mi hija.
La mujer toma la mano de su hija y empiezan a caminar, dispuesta a alejarse del hombre.
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