PAPÁ
Federico la mira con desconcierto y la furia interna de Irene se va acrecentando a medida que observa a su ex pareja.
-Acá no es el momento para hablar de lo que paso entre nosotros. -Habla con dureza.
-Quiero ver a Elena, por favor Irene. -Le ruega. -Es mi hija y quiero conocerla.
La mujer se queda en silencio mientras lo observa con los ojos llorosos.
-Y también nos debemos una charla.
-Vas a ver a Elena pero, así como estás no se puede. No quiero que ella se asuste al verte, ayer la espantaste y no quiero que vuelva a pasar.
-Está bien, hare lo que quieras.
Irene cierra los ojos y suspira.
-Puedes verla el lunes... al salir del jardín, estaré con ustedes, ¿estás en la casa de Juana?
-Así es, estaré ahí por un tiempo.
-A la mañana te paso a buscar, solo te pido por favor que estés tranquilo y eso de hablar, lo haremos en otro momento.
Irene quiere alejarse de Federico, sin embargo, el hombre la toma del brazo.
-Solo quiero que me respondas esto. -Asustado. - ¿Me sigues amando?
Mientras, Ricardo está en la casa con Elena, están jugando a un juego de mesa cuando suena el teléfono de línea, se pone de pie y camina hasta el teléfono del comedor.
- ¿Hola?
- ¿Ricardo? Soy yo, Mara.
- ¿Paso algo?
-Es que estuve llamando a Irene y no me contesta, tengo miedo porque mi hermano se entero de todo.
La respiración de Ricardo se corta y observa a Elena.
- ¿Hablas que sabe de Elena?
-Si... lo que no se es como se entero porque mi mamá me dijo que no fue, tengo miedo por lo que puede llegar a hacer.
-Ahora voy para allá, gracias por avisar Mara.
Corta la llamada y enseguida se acerca a la niña.
-Necesito que te quedes acá mi amor y no le abras a nadie. -Le indica. -Ya regreso.
Besa su frente y casi corre hasta la puerta de entrada, cierra todo con llave y abre la puerta del auto. Lo arranca rápidamente y conduce hasta el teatro. Está tan nervioso y ruega de que este todo bien con Irene, ni siquiera les hizo caso a los semáforos de la ciudad, solo le importa llegar hasta el teatro.
Irene observa a Federico y está logra soltarse.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? No te amo Federico, esa historia termino hace mucho tiempo y ese sentimiento ya no existe en mí.
La toma de los hombros con fuerza y ella se asusta.
-Es mentira lo que me estás diciendo, lo dices para hacerme sufrir por todo lo que te hice, pero estoy arrepentido... tenemos una hija Irene, ella es el fruto de nuestro amor y no puede apagarse de un día para el otro.
- ¿No me estás entendiendo? Ya no te amo Federico, no estuviste cuando yo más te necesitaba, me insultaste sin darme el derecho a defenderme, me abandonaste en ese momento, ¿y la que te quiere hacer sufrir soy yo? No puedo creer que seas tan caradura.
Federico la observa con los ojos desorbitados y su respiración es dura.
-No te amo, estoy enamorada de Ricardo y te pido por favor que no te metas en mi relación.
En ese momento, Ricardo estaciona el auto y se espanta al ver a Irene con ese hombre, sale del auto y se acerca a ella.
- ¿Estás bien?
-Si, si. -Lo calma. -Todo está bien y Federico ya se va.
El hombre traga saliva y mira con bronca a Ricardo, tiene tantas ganas de golpearlo, no obstante, es consciente que Irene se va a molestar mucho con el.
-Te espero el lunes.
-Solo si estás tranquilo. -Le advierte.
Asiente en silencio y se aleja de la pareja, la mujer respira aliviada y recibe el abrazo de Ricardo.
- ¿Qué paso? Mara me llamo espantada porque me dijo que Federico se entero de la verdad.
-Quiere verla... no se si estoy preparada para el lunes. -Su voz se va quebrando.
Ricardo la abraza con fuerza.
-Todo va a estar bien, mi amor...
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