La obra salió a la perfección e Irene estuvo contenta de tener una cena con su hija y Ricardo antes de regresar a la casa. Su cabeza se disipo por completo y está un poco más aliviada. Tuvieron un paseo hermoso por la Buenos Aires nocturna y la mujer agradece esa salida.

Después de despedirse de Elena, camina hacia el comedor y Ricardo la toma de la mano, ella suspira y apoya la cabeza en su hombro mientras es abrazada por su pareja.

- ¿Cómo te sientes?

-Mejor. -Sonríe. -En serio, me siento un poco más aliviada que Federico quiera conocerla.

-Te dije que no la iba a rechazar. -Animado. -Dale una oportunidad de ser un buen padre. -Acaricia su mejilla.

Ella sonríe con ternura y lo abraza enseguida.

- ¿Por qué no te conocí antes? -Se ríe. - ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

-No era el momento indicado, tal vez...-Tranquilo. -Las personas aparecen en el momento indicado y antes estabas rota, nunca me ibas a mirar estando así, pero te hubiera esperado todo el tiempo del mundo. -Confiesa.

Ricardo acaricia su cabello mientras se miran en silencio y sonríen al mismo tiempo, no hizo falta que hablaran, solamente transmitieron su amor con la mirada. El hombre se inclina para besarla y la toma entre sus brazos.

Mientras, Sofia está pensando que paso con Federico después de saber toda la verdad sobre Elena. Está tan preocupada por el que no puede aliviar el dolor de cabeza. Suspira suavemente y toma rápidamente una aspirina con la esperanza de que ese dolor desaparezca.

La mujer llamo a Federico, pero no obtuvo respuesta, la primera vez no la atendió y a la segunda le daba el celular apagado.

-Pelotudo. -Furiosa. -Encima que me preocupo por vos y apagas el celular.

Trata de mantenerse tranquila, no obstante, es tan difícil para ella. Se muerde los labios y camina de un lado para el otro mientras piensa que hacer.

Su cabeza se dispara y frena su paso, Elena tiene mucha confianza en ella y va a aprovechar esa carta para tratar de sacar información o utilizarla para sus propósitos. Es consciente que ahora Federico es muy dócil y va a ser fácil manipularlo a su antojo, más al saber de su hija.

Al otro día, Federico está tan ansioso por mañana que no puede ocultar las ganas de ver a su hija. Lo único que piensa es en ella y una sonrisa aparece en su rostro. Juana está con el mientras desayunan y acaricia su espalda.

- ¿Dormiste bien, cariño?

-Mucho mejor que otras veces. -Animado.-Pude dormir 8 horas de corrido.

Su madre sonríe al verlo de esa manera y asiente tranquila.

-Podrías ayudarme con las compras del mes.

-Si ma, cuando quieras vamos.

Su madre está tan feliz de verlo así, tan sonriente y de buen humor. No deja de dar gracias a dios por este cambio tan grande.

-Vamos después de desayunar, ¿Qué te parece? -Toma su mate y lo ceba antes de entregarle el mate a su hijo.

-Muy bien. -Lo agarra y toma de la bombilla.

La pareja se despertó más tarde de lo común e Irene se vistió rápidamente para despertar a Elena, se lavaron los dientes y bajaron mientras Ricardo hace el desayuno.

-Buenos días a la niña más hermosa.

La niña corre hasta los brazos del hombre y se abrazan con fuerza.

- ¿Cómo estás para una gran salida el día de hoy?

-Videojuegos. -Alza las manos.

-Videojuegos, me parece muy bien.

-Mmm... -Irene se cruza de brazos. -Me parece que voy a tener que cuidar de dos niños.

Ricardo se ríe y se acerca para besar sus labios.

-Tres niños. -Alza las cejas. -Vos también vas a jugar.

Irene pone los ojos en blanco mientras se ríe.