MIEDO
Al otro día, Irene está desayunando en silencio junto a su novio, Ricardo la observa y toma la mano de ella suavemente.
-Mira mi amor.
Le muestra la hoja del diario donde está la critica a King lear.
-Dice que estás fabulosa.
Ella toma el diario y lo lee con atención, en cuestión de minutos, aparece una sonrisa y mira a Ricardo.
-Si que salió todo muy bien.
-Perfectamente diría yo. -Animado.
El hombre le aprieta la mano suavemente y la besa.
El animo de Irene mejoro y no pensó más en Federico, solo le hablo de la función de hoy a la noche y está más calmada.
-Hace mucho que no trabajaba en este ritmo, es tan distinto el teatro del cine o la televisión. Debo decir que me gustan todos, sin embargo, no hay como el teatro o el cine. -Sonríe.
Suspira suavemente y Ricardo se acerca suavemente para abrazarla.
-En esto tienes razón.
-Siempre tengo razón. -Bromea.
Se ríe y besa la punta de la nariz, en ese momento, se escucha el timbre e Irene se pone de pie.
-Voy yo.
Sale de la cocina y atraviesa todo el comedor hasta que llega a la entrada, abre la puerta y se encuentra con Mara.
-Hola Mara.-Sorprendida.-No me avisaste que venias.
-Tenemos que hablar.
-Pasa...
Se hace a un lado y Mara lo hace con prisa, una vez adentro espera a que su excuñada le indique a donde hablaran y está la lleva hasta la cocina.
-Todavía Elena no se despertó asique podemos hablar más cómodos.
-Ponte cómoda.
Mara se sienta con ellos y mira a la pareja.
-No se como decirte esto y me da tanta vergüenza... no se como pedirte perdón.
-Si hablas de tu hermano vos no tenes la culpa de nada.
-Es que se está volviendo loco y mi mamá lo apoya, no entiende que su apoyo está provocando que Federico tenga una obsesión y tengo miedo que mi mamá utilice a Elena para ayudar a mi hermano, por eso tengo la culpa de todo Irene, nunca tendría que haberle dicho la verdad a mi mamá.
La mujer se quedo estática, sin saber muy bien en que pensar. Solo se quedo helada mirando a Mara.
-No puede. -Nerviosa. -Tienes que hablar con Juana.
-O decirle la verdad a Federico. -Interrumpe Ricardo.
- ¿Qué? -Sorprendida. -No lo estáS diciendo en serio.
-Ayer estuve pensando en eso y es lo mejor que puedes hacer mi amor, sino va a ser peor para vos y para Elena.
- ¿Y si la rechaza? -Asustada.
-No lo creo, mi amor. -La calma. -Confía en mi... -Besa su frente antes de abrazarla. -Te prometo que no va a pasar nada.
Ella cierra los ojos y se deja proteger por Ricardo, cubre el rostro en su hombro mientras su pareja acaricia su espalda.
Mara se queda en silencio y respira hondo, sintiéndose mal por lo que provoco.
Irene se separa de su pareja y lo mira.
-Solo necesito un poco de tiempo. -Traga saliva. -No creo tener la fuerza para hacerlo.
-Vas a tener tu tiempo, pero sos una mujer fuerte, amor mío. -Le besa la punta de la nariz.
Ella sonríe suavemente mientras se le caen un par de lágrimas.
-Ay mi amor. -Emocionada. -Sos maravilloso.
-Vos haces que sea así. -Sonríe suavemente.
Mara observa todo con una sonrisa y se pone de pie.
-Creo que ya hablé lo que tenia que hablar.
- ¿Por qué no te quedas? A Elena le hará muy bien verte, dale quédate a desayunar.
- ¿No molesto?
-Ay eres la tía de mi hija, claro que no molestas. -Animada y se pone de pie. -Y ya es hora que esa niña se levante, ya regreso.
Mara sonríe y mira a Ricardo mientras Irene fue a la habitación de su hija.
-Se nota mucho que Irene es feliz con vos. -Sincera. -Gracias por cuidar mucho de las dos.
El hombre sonríe y termina de tomar su café.
-Haría cualquier cosa por ellas.
-Eso me deja tranquila, Irene y Elena están en buenas manos.
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