¿ME QUIERE?
-La niña salió hecha un mar de lágrimas del jardín, pensé que se trató de alguna burla por parte de sus compañeras pero no fue eso.
- ¿Y qué paso? -Nerviosa.
-Hable con Elena y cuando se calmó un poco, me conto que la maestra les dio de actividad que cuenten como es su día con su padre.
Irene suspira y se muerde el labio, no lo piensa dos veces y entra a la habitación de su niña.
-Permiso.
Elena asiente mientras está acostada boca abajo, su rostro está cubierto de lágrimas y a Irene se le hunde el pecho al verla de esa manera. Le duele tanto verla así, no quiere ver sufriendo a su bebé. Se sienta en su cama y acaricia su cabello.
-Liliana me conto lo que paso... ¿no quieres que hablemos?
A la niña le tiembla el labio al mismo tiempo que se sienta sobre la cama, es recibida por los brazos reconfortantes de su madre y cierra los ojos. Levanta la cabeza y observa a su mamá.
- ¿Papá me quiere?
Esa pregunta la sorprendió en menos de un segundo, quedando en silencio. Solo puede abrazarla aún más fuerte. No sabe que decir, solamente odia a no tener una respuesta, odia ver sufrir a su hija de esa manera.
-Claro que te quiere, mi amor... El te quiso.
- ¿Y porque nos dejó solas?
-Ni yo puedo responderme esa pregunta, mi amor. -Suspira. -Pero me tienes a mi. -La mira con una sonrisa y sus ojos se llenan de lágrimas. -Está mamá que te ama con todo su corazón.
Le limpia las lagrimas a su hija y la niña la abraza con fuerza.
-Yo también te amo mamá.
Irene sonríe y besa la frente de su bebé, sonríe con melancolía y suspira.
Unos minutos después, Irene sale de la habitación y se encuentra con Liliana.
- ¿Cómo está?
-Mejor, pero pienso que mañana no vaya al jardín, me voy a quedar con ella así que mañana tienes el día libre.
-Gracias señora, pero si me necesita, no dude en llamarme.
-Gracias Lili.
Irene se despide de la niñera y vuelve con su hija, jugando con ella toda la noche.
Más tarde, se acuesta en la cama y ve que tiene una llamada perdida de Ricardo, lo llama enseguida y sonríe al escuchar su voz.
-Hola mi amor, ¿paso algo?
-Elena, se puso mal y estuve con ella, ni sentí el celular.
- ¿Qué le paso?
-Le dieron una actividad que narre como es su día con su padre. -Suspira. -No sabía qué hacer, me duele está situación, no tienes idea de lo mal que se puso y no dejo de sentirme mal porque nunca pude darle un padre. -Su voz se quiebra.
-Haces lo que puedes mi amor, eres una excelente madre y Elena lo sabe.
-Ella necesita un padre, Ricardo y no puedo dárselo porque si Federico se llega a enterar. -Nerviosa. -No se que hacer, siento que se me está yendo de las manos.
-Esto va a ser transitorio, Elena va a estar bien y será la misma niña alegre de siempre. Ella no necesita a un padre, necesita tu amor.
Irene se limpia las lágrimas y sonríe un poco.
-Gracias mi amor.
-No hace falta mi vida, sabes que te quiero.
El corazón de Irene late con fuerza y sonríe al escucharlo.
-Yo también te quiero. -Suspira. -Nos vemos mañana, cuídate.
-Vos también mi amor.
La mujer corta la llamada y se apoya en el respaldar de la cama, en pocos minutos, la puerta de su habitación se abre y observa a su hija entrando, sostiene su oso de peluche favorito e Irene mueve las sabanas antes que Elena se acueste.
- ¿Cómo estás preciosa?
-Mejor.
Su madre la rodea con sus brazos y acaricia su espalda.
- ¿Quieres acompañar a tu mamá al trabajo?
Elena asiente enérgicamente y su mamá le sonríe.
-Te vas a quedar en mi camerino jugando con tus juguetes, mañana temprano vamos a guardar lo que necesites.
-Si mami. -Apoya la cabeza en su pecho. -Te amo mucho mami.
-Y yo más te amo, mi amor.
Irene besa su cabeza y se disponen a dormir.
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