LOCURA
Mientras, Federico camina sin rumbo, sintiendo tanta bronca por el destino de mierda, aunque ahora tiene a su hija se siente tan vacío, sabiendo muy bien que solamente quiere a Irene solamente para él. Pensó que, con la existencia de Elena, ella volvería con él, sin embargo, la realidad es otra.
Siente tanta bronca del destino, de la vida que no deja de cagarse de risa en su propia cara, culpando a todo el mundo de su desdicha cuando el único responsable es el.
-Juro que ese hijo de puta me las va a pagar. -Lleno de bronca. -No sé qué es lo que hare pero los voy a separar sea como sea.
Aprieta su puño y sus ojos están completamente desorbitados, perdiendo la poca cordura que le queda.
Sofia está juntando sus cosas para dejarlas sobre el cajón de su escritorio, quiere comer algo mientras se toma unos minutos de su trabajo. Al salir, cierra todo con llave y baja las pequeñas escaleras antes de caminar por la vereda. Sus tacos hacen ruido cada vez que pisa y su celular empieza a sonar. Se queja al pensar que es un cliente y de mala gana saca el celular de su bolso, su rostro cambia al ver que es Federico y atiende enseguida.
- ¿Qué paso Federico?
-Necesito tu ayuda, ¿Dónde estás? Fui a buscarte a tu casa y no hay nadie.
-Estoy en el trabajo, ¿Por qué no me esperas en el Tortoni?
-Está bien, ya voy para allá.
Sofia corta la llamada y se apresura para ir al bar notable. Lo primero que hace es tomar un taxi y le dice a donde quiere ir.
Más tarde, ella entra al bar y se sorprende al ver que Federico llego antes que ella, se acerca hasta donde está el y se sienta.
-Por lo rápido que llegaste me doy cuenta que estás desesperado.
-Estoy furioso más que desesperado, tengo mucha bronca.
-Peleaste con Irene.
-Le dije a su macho que la deje tranquila, que ella no le pertenece e Irene lo defendió. -Molesto. -Me da bronca que lo defienda a el y no a mí.
Golpea la mesa con fuerza. Sofia se cruza de brazos y lo mira divertida.
-Cuando Elena tenga tu apellido todo va a cambiar.
- ¿Qué quieres decir?
-A ver, sabes que a un niño es muy fácil de manipular, vas a tener tus visitas y puedes manipular a Elena para que desee tener a sus padres juntos y que Ricardo quede a un lado. -Le explica.
-Como no lo pensé. -Se dio cuenta.
-No lo tomes a mal, pero sos un poco pelotudo, no me sorprende que no hayas pensado en eso. Por eso sabia que tarde o temprano me ibas a necesitar por vos solo no vas a poder.
Federico está en silencio, pensando en si seria capaz de hacerle daño a Irene con tal de tenerla de nuevo entre sus brazos. Ese pensamiento estuvo por un par de minutos en su cabeza, sin embargo, el tomaría ese sacrificio. No está dispuesto a perderla y que ese desgraciado la tenga.
-No me importaría utilizar a Elena para que Irene vuelva conmigo. -Tranquilo.
- ¿No te importa tu hija?
En los ojos de Federico no hay expresión, solamente puede sentir sentimientos por Irene y nadie más. Está completamente obsesionado por una mujer que no lo va a amar nunca.
- ¿Es cruel decirlo?
-Es lo que sientes. -Sonríe. -Pensé que te iba a poner feliz tener un hijo con Irene.
-De verdad que me sentí feliz, pero si no me sirve para que Irene vuelva conmigo, no la quiero para nada.
Sofia lo observa con una sonrisa satisfecha, ya no tiene que hacer nada para lograr su cometido. Federico ya está completamente obsesionado y dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperar a esa mujerzuela.
-Pero nunca la va a recuperar, de eso me voy a encargar yo. -Piensa.
-Voy a hacer lo que quieras, dejo el plan en tus manos. -Dice Federico.
Sofia solo sonríe mientras sus ojos lo miran con emoción.
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