Lo primero que hace Irene es abrazar a su hija con fuerza mientras los ojos no se despegan de Federico. Su cuerpo tiembla y traga saliva, nunca pensó que se atrevería a acercarse a ella.

- ¿Qué quieres?

-Quería felicitarte por la obra, estuviste maravillosa.

Se va acercando más a ella, ignorando que sostiene una pequeña en brazos. Irene solo retrocede y es sostenida por Ricardo.

-Esto es para vos. -Le alcanza las flores.

-No lo quiero. -Seria.

- ¿Por qué? Son tus favoritas.

- ¿Encima preguntas? -Se ríe para no matarlo. -Desaparece de mi vista Federico.

-Tenemos que hablar.

-De ninguna manera, no tenemos nada de que hablar.

-Hay muchas cosas que tengo que decirte Irene, tienes que escucharme.

- ¿Y si no quiero? -Tiembla por la bronca que siente. - ¿Acaso vos me escuchaste?

Irene quiere alejarse de Federico, pero este la toma del brazo, provocando que madre e hija se asusten y Ricardo lo intercepta.

-Creo que ya tienes que calmarte. -Enojado. -Irene no quiere hablar con vos y tienes que respetar su decisión.

La mirada desorbitada de Federico está sobre Ricardo y respira con dificultad.

-No me decís lo que tengo que hacer, no tienes ningún derecho.

-Tienes razón, no tengo ningún derecho, pero no vas a someter a Irene. A ella la vas a respetar

-Ya basta Ricardo. -Traga saliva. -No vale la pena, ¿Por qué no nos vamos?

La mujer toma la mano de su novio y Federico ve eso, provocando que sus ojos se llenen de lágrimas.

-Irene. -La llama. -Irene espera.

La pareja se aleja rápidamente del hombre y Elena está abrazada a su madre por el miedo que siente. Se apresuran para llegar al auto y la mujer se sienta en el asiento del copiloto junto a su hija, Ricardo entra y cierra la puerta antes de arrancar el motor.

Sofia estuvo viendo todo y se acerco a Federico, lo observa con atención y lo ve completamente desesperado.

- ¿Te das cuenta de que necesitas mi ayuda? Solo no vas a poder.

- ¿Por qué quería la ayuda de la mujer que arruino mi vida?

Ella sonríe antes de responder.

-Digamos que es una forma de pedir perdón.

-No quiero tu ayuda, te aborrezco Sofia, ¿no lo entiendes?

-Yo se cosas que tú no sabes. -Ladea la cabeza. -Cuando quieras escucharlas sabes donde puedes encontrarme.

En todo el camino, transcurrió el silencio, Irene no quiso hablar frente a su hija al ver lo asustada que está. Llegaron a la casa y la mujer acostó a su hija.

Mientras la arropa, Elena hizo una pregunta que su madre no quiere contestar.

- ¿Quién era, mami?

Respira hondo y acaricia su cabello.

-Era un seguidor, pero no hay que darle importancia, mi vida.

-Me asuste mucho.

-Yo también, pero ya paso y estamos bien.

Besa su frente y sonríe suavemente.

-Buenas noches mi amor.

-Buenas noches mami.

Unos minutos después, Irene entra al comedor y se encuentra con Ricardo, este está sentado en el sillón y lo acompaña. Su novio la abraza y la mira con preocupación.

- ¿Cómo estás?

-Se suponía que iba a ser una noche perfecta, que nos iríamos a cenar después de la obra y todo tuvo que arruinarse. -Suspira.

-Pero vos no tienes la culpa. -Acaricia su espalda.

-Ya lo sé, aunque yo le di el poder de que me afecté. -Enojada. -Me aferre a mi bebé por miedo a que el se diera cuenta y no, la ignoro por completo. -Cierra los ojos.

-No te preocupes mi amor, ya paso todo y estamos bien. -Besa su frente.

Ella se sienta a horcajadas y apoya la cabeza en el hombro de Ricardo.

- ¿Sabes? En todo el embarazo soñaba con que Federico quisiera hablar conmigo y dándome el derecho a explicar todo lo que paso, tantos años estuve pensando que lo perdonaría de inmediato si estaba arrepentido de lo que me había hecho...-Explica. -Y ahora que lo tuve en frente. -Levanta la cabeza y mira a Ricardo. -Vuelvo a confirmar que el hombre de mi vida sos vos. -Sonríe entre lágrimas.

Su novio la mira con emoción y la abraza con fuerza, ambos cierran los ojos mientras comparten un momento de silencio.