Las manos de Irene tiemblan mientras tira de su camisa, provocando que los botones de la camisa de Ricardo salten, se lo saca rápidamente y apoya sus dedos sobre su torso desnudo. 

El hombre se inclina suavemente para besarla y utiliza sus manos para desabrochar sus pantalones y se los baja junto a sus boxer, ella abre las piernas y sube su falda, sus ojos están en su pene hinchado y se muerde los labios, sintiéndose completamente desesperada por tenerlo dentro de ella. Irene envuelve sus piernas alrededor de su cintura, acercándolo más hacia su monte de venus. Los ojos de Ricardo la miran con tanta excitación y no pierde más tiempo, corre sus bragas a un lado y toma su pene antes de embestirla.

Irene cierra los ojos y deja escapar un gemido al ser embestida con fuerza, se siente tan aliviada de acabar con está agonía. Abre los ojos y se encuentra con un Ricardo completamente animal, sus embestidas son rápidas y fuertes, haciendo que ambos suelten gemidos ruidosos. El calor se incrementa en la entrepierna de Irene y echa la cabeza hacia atrás, sintiéndose completamente abrumada por sus movimientos. Ricardo apaga toda su furia en darle con fuerza a Irene, estando completamente encantado por el placer que le está dando.

Ella se mueve con el, pero Ricardo la abraza con fuerza, logrando inmovilizarla. Ama tanto ver el rostro de Irene sumergida en el placer, viendo como su boca está abierto debido a que no puede mantenerse callada. Sigue moviéndose con fuerza y lleva su mano a su clítoris, masajeando suavemente y los gritos de ella se escuchan en todo el comedor. 

-Oh por dios. -Grita. -Me vengo Ricardo, ahhh. 

Sus ojos están cristalinos cuando llega al orgasmo y grita con fuerza.

Sus gritos provocaron la locura en Ricardo y no dejo de moverse mientras el orgasmo llevo a la mujer a la locura. No dejo que se recupere y la alza, ella se sostiene con fuerza de sus hombros, el hombre se mantiene de pie mientras la mueve de arriba abajo, los ojos de Irene se ponen blancos al sentir tanto placer y su cuerpo siente una descarga eléctrica, haciendo que tiemble sin control. Los gemidos de ella lo están volviendo loco y la clava con más fuerza. Utiliza sus manos para acariciar sus senos, pellizcando sus pezones y pasa su lengua en ellos, haciendo que ella se estremezca de pies a cabeza.

La pareja grita mientras se aman apasionadamente, sintiendo como tocan el cielo con las manos. El hombre no puede dejar de mirarla, maravillado al ver su rostro lleno de placer. Sigue moviéndose con prisa y va más profundo.

Las uñas se clavan en el torso de Ricardo y no puede aguantar más. Ambos llegan a la cumbre máxima, se viene dentro de ella y gruñe con fuerza. 

-Dios santo. -Gruñe. -Oh si, sí. Por dios Irene, me vas a matar.

Ella se rie mientras Ricardo la mira encantado y la besa con fuerza, mordiendo suavemente sus labios. Está tan enamorado de Irene que no le importa pelear por ella. 

-Te amo tanto. -Respira con dificultad y sonríe. 

-Yo también te amo, mi amor. -Cansada.

Irene tiene todo el maquillaje corrido y deja escapar un soplido, su cabello está despeinado y su cuerpo sigue temblando. 

-Cada vez es mejor, fue tan perfecto verte tan enojado. -Complacida y respira hondo. -La próxima te voy a hacer enojar. -Se muerde el labio y sonríe con ternura.

-Te voy a dejar sin caminar si lo haces. 

-Muero por eso. -Lo provoca mientras le acaricia el torso.

Ambos sonríen y se besan con suavidad, volviendo la tranquilidad a sus vidas. El hombre envuelve el cuerpo de su amada con sus fuertes brazos y besa la curva de su cuello, en sus rostros hay una sonrisa que nadie puede borrar.