El aire se escapa de sus pulmones sin poder evitarlo, lentamente las burbujas se elevan y le abandonan como su esperanza. ¿Así es como todo terminaría? Mientras su conciencia se iba perdiendo una sonrisa burlona se dibujó en su rostro, o eso es lo que cree.

Ni sus brazos ni sus piernas pueden empujar hacia arriba, bueno... en realidad ni lo intenta. Está tranquilo a pesar de la situación. ¿Acaso así se siente la muerte? ¿O es que acaso la vida no le había atado lo suficiente para que la idea de abandonarla le desesperara?

Lentamente la luz se ve cada vez más lejos, el acantilado seguía ahí pero ya no podría verlo jamás. La oscuridad le envuelve; tan fácil morir pero tan lenta la agonía. Sus ojos toman una última vista de sus manos, la luz, las burbujas... Entonces su cabeza rompe la tensión superficial del agua y vuelve a respirar, es iluminada por las luces led, el sonido de las personas nadando a su alrededor, la claridad del agua. La realidad la golpea de repente, la oscuridad que la envolvía ha desaparecido sin dejar rastro y comienza a nadar de espalda.

¿Qué demonios fue aquello?

Su mente aún confusa repasa los hechos. ¿Imaginarios o verdaderos?

Llega hasta el extremo de la pileta y mira su entorno prestando atención a cualquier cosa anormal. Nada ha cambiado, sigue estando en su clase de natación igual que antes de aquello. Una frase surca su mente «¿Así es como todo terminaría?» Menea la cabeza y continúa nadando.

Verdaderamente qué fue aquello y por qué alguien estaría tan apacible si estaba muriendo.

Volvió a menear la cabeza. Ni idea, mejor no pensarlo tanto.

2020
M.D.D.