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siete🍒

Voy caminando a pasos tranquilos hacia mi casa, con la melodía de alguna canción de propaganda publicitaria rondando por mi mente y el cansancio de haber recibido una larga clase de física. Me he quitado el saco del uniforme y lo llevo en manos, dejándome solamente la camisa blanca y el pequeño corbatín. Bajo la mirada a mis medias azules y una de ellas está más abajo que la otra, pero no me interesa componerla porque ya he llegado a casa.

Al alzar la mirada hacia la puerta, por el rabillo de mi ojo me percato de una figura sentada al otro lado, de inmediato me doy cuenta que se trata de Luke, que parece algo fastidiado mediante me acerco.

—Ophelia, ¿Cómo te fue? —me pregunta cuando me detengo en el pasillo de concreto de la entrada de mi casa. Camino por el césped hasta llegar al suyo para poder hablar bien.

—Cansado, mucha física —contesto y mi ceño se frunce al no entender por qué él está sentado en la grada de su casa, con expresión cansada y en pantalones de pijamas—. ¿Qué sucedió?

—Olvidé quitarle el estúpido seguro a la puerta cuando salí por el correo y ahora me quedé encerrado.

— ¿Cuánto tiempo llevas afuera? —no puedo evitar preguntar algo preocupada, Luke hace un gesto de desdén con su mano y reprime una sonrisa.

—Una hora, creo —contesta y decide levantarse, sacudiendo la tela de su pantalón gris—. Se supone que estoy esperando a un amigo porque él tiene copia de mis llaves, pero se ha atrasado.

Asiento, compartiendo su alivio.

—Al menos tienes tu celular contigo.

—Millennials y el afiche de cargarlo a todas partes —es lo que dice con una sonrisa cansada.

Dirijo la mirada hacia la entrada de mi casa y luego veo a Luke a los ojos, tratando de armarme de valor para decir la gran idea que he tenido.

—Puedes esperar en mi casa mientras viene tu amigo, si quieres —le ofrezco, me encojo de hombros y le escucho suspirar—. Te debo una —extiendo, le doy una sonrisa ladeada y él asiente, recordando. Estoy rogando internamente para que él acepte.

—Está bien.

Le observo estirar sus brazos detrás de su cabeza, provocando que sus músculos se ciñan en la tela de la camisa blanca de algodón que lleva. Mis mejillas arden al notar cómo algo de piel de su abdomen bajo se rebela.

Ambos caminamos la pequeña trayectoria en silencio hasta llegar a la puerta, saco las llaves de mi mochila y al abrir, escucho cómo Luke se aclara la garganta, lo que hace que me gire hacia él con una sonrisa.

— ¿Quieres algo de beber? Te traeré una soda o lo que tú quieras —pregunto, dejo mis cosas sobre el sofá, Luke cierra la puerta con cuidado y camina hacia mí, siguiéndome hacia la cocina. Mi corazón late con fuerza por obvias razones como que él me gusta y que solamente estamos los dos solos en mi casa, no quiero fantasear con nada, pero se me es irresistible no hacerlo.

— ¿Siempre estás sola en casa? —me pregunta a la vez que yo abro la refrigeradora para sacar dos latas de Sprite, sé que son sus favoritas porque cuando estuve en su casa el día que me desmayé, llegué a notar las casas de estas sobre la alacena.

—Usualmente, hasta que mamá llega por la noche del trabajo.

— ¿No te da miedo o algo?

—No, ya me he acostumbrado… Igual siempre pudo gritar tu nombre si pasa algo —bromeo intencionalmente, a lo que él alza sus cejas y niega divertido. 

Le tiendo la lata y él sonríe con sus labios apretados. Se ha sentado en uno de los bancos del taburete y yo hago lo mismo, en el del frente. Apoyo mis codos sobre la superficie y reposo mi barbilla en ambos puños, mi corto cabello cae a ambos lados de mi rostro y no hago nada más que verle fijamente hasta que la mirada de Luke se posa en la mía.

—Tú también te mantienes solo en casa, ¿No?

Me reprendo a mí misma mentalmente porque sé que quizá estoy llegando algo lejos siendo tan descarada, pero no puedo simplemente no intentar nada si le tengo justo en frente

—Ahora que lo dices, suena como si fuese un jodido ermitaño o algo —suelta una risa, deja la lata a un lado y copia mi postura de apoyar su barbilla en un puño—. Pero la cuestión es que trabajo desde casa por medio de mi computadora, pero a veces salgo con mis amigos.

— ¿Así que no tienes novia?

Ay, Ophelia.

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