Seré honesta, me asusté.

Siempre soñé con la idea de Luke y yo juntos, que él me hiciera caso, llamar su atención y hacer que cayese ante mis encantos. Era una ensoñación la simple idea de él diciéndome que me amaba. Pensaba con frecuencia en eso, en un futuro donde sus sentimientos fuesen reales, así como una niña añora con un unicornio para su cumpleaños; lo quieres tanto, pero muy dentro de ti sabes que nunca pasará, pero aun así sigues ahí, aferrada a ese deseo.

Que Luke me confesara sus sentimientos era algo que pensé que nunca iba a suceder, que nunca amaría a una chica necia y coqueta como yo. Y de tantas vueltas que le he dado a todo esto, quedé en la conclusión de que Luke no es como me lo imaginé en un principio.

El verdadero Luke es sensible, amable y le gusta mirar por lo demás, es razonable, y por eso se enamoró de mí, porque Luke miró más allá de los coqueteos y las directas picantes que le lanzaba. Se fijó en mi personalidad y mi esencia.

Y ahora tengo miedo, me asusta lo real que todo esto es. Luke llegó a hablarme con tanta seriedad y tenacidad respecto a nosotros juntos en un futuro, mencionó la loca idea de esperar hasta que sea mayor de edad, y sobre todo, cuando dijo esas dos palabras tan fuertes y sinceras, supe que no había vuelta atrás, caí en cuenta de que lo nuestro es real, nada de juegos o vacilaciones.

Y justo ahora no puedo dejar de pensar en ello, es lo único que ronda por mi mente, como una especie de tortura, he faltado a clases solo por evitar encontrármelo al salir de casa, no quería tener que enfrentarme a su mirada o a su sonrisa. No estoy lista... Creo que nunca lo estaría si sigo con esta actitud, lo que necesito realmente es tragar la pesadez en mi garganta y afrontar todo, después de todo... creo que yo me busqué todo esto, ¿no?

Mamá me creyó cuando le dije que mi estómago dolía, me dejó una pastilla y un vaso de agua en mi mesa de noche antes de irse.

"¿Estás bien? Miré a tu mamá salir de tu casa hace rato y a ti no"

"¿Estás enferma?"

La luz de la pantalla del celular hace que mis ojos ardan, así que la aparto un rato hasta estar acostumbrada. A los segundos aparece su foto de contacto en grande junto a su nombre, sonrío a medias al recordar el día que le forcé a sonreír para capturar esa foto y luego me llevo el aparato a la oreja.

—Buenos días —digo antes de que él diga algo, le escucho soltar un suspiro seguido de una risa.

—Buenos días, ¿Todo bien?

—Me dolía el estómago, así que mejor me quedo debajo de mis sábanas.

— ¿Segura?

Me temo a decir que hay una pizca de duda en su voz y me siento culpable de provocarlo, me molesta hacer que Luke se sienta inseguro, pero también me asusta ser la que lo saque de ahí, sin embargo, sé que siento algo por él y eso me basta para ignorar mi miedo.

—Segura. ¿Quieres venir? Digo, para hablar y eso —suelto rápido antes de arrepentirme, muerdo mi labio inferior a la espera de una respuesta y a mis oídos llega un largo suspiro, no sé si es de alivio o cansancio.

—Sí, creo que necesitamos hablar.

—Oh... de acuerdo.

— ¿Ophelia, estamos bien?

—Lo estamos, Luke —respondo bajito, apegándome a mis almohadas, cierro mis ojos con fuerza y respiro hondo—. Estamos bien.