-¿Qué pasó?- preguntó mi padre un poco asustado cerrando la puerta con seguro, yo me encontraba demasiado perturbada por lo que había descubierto, y ya no debía fingir un estado de tranquilidad, de manera que sin decir ni una palabra, le entregué el pendrive. Él lo conectó a la pantalla donde varios archivos se abrieron instantáneamente, una foto mía, de hacía ya muchos años, encabezaba uno de estos.

"Galla..." no podía seguir leyendo, las lágrimas nublaban mi vista

-Me están buscando- dije susurrante

-¿Cómo es posible?- su voz denotaba angustia y preocupación mientras seguía leyendo, yo me limité a temblar levemente

-No lo sé... no... no pude leer todo, parece un archivo viejo, de antes de S.H.I.E.L.D, no se lo sacaron a Fury- un lágrima gruesa surcó mi mejilla.

Mi vida se dividía en dos, siempre fue así, tengo mi vida feliz desde el momento que me topé con Coulson y Fury, y otra, un poco más... desastrosa, antes. Pero ahora, esos primeros años de mi vida me venían a perseguir, tantos esfuerzos tratando de escapar habían sido en vano.

-Encontraron registros tuyos y de tu entrenamiento, _____ esto es grave- una foto mía, pero hecha por computadora se presentó en la pantalla –Deben de haber pasado tu foto por algún programa de envejecimiento, Harrison ya lo sabe, por lo que Hydra también- sollocé en silencio, recientemente supe que mi pasado se entrelazaba con ellos –Por dios, menos mal que nunca te tuvimos en los archivos de S.H.I.E.L.D- murmuró esto con cierto alivio, disipado automáticamente -Te van a querer de vuelta, no te van a dejar de nuestro lado- su voz cada vez sonaba más lejana para mí, me estaba desesperando, tenía la sensación de que en cualquier momento, entrarían a buscarme.

-No puedo, yo... ¡No puedo volver!- chillé aterrada –No puedo papá...- remarqué la última palabra mientras las lágrimas salían sin contención alguna, me calmé un poco al sentir que me abrazaba, pero aún estaba agitada y con el terror de volver a mi pasado corriendo por mis venas.

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En algún punto nos sentamos en el sillón y me dio varios vasos de agua para que me calmara, una costumbre que con los años absorbí de él.

-Nada te va a pasar- afirmó con decisión

-Es una frase muuuuuuy amplia, me podría morir mañana sin que nada me pasara- traté de suavizar el ambiente con sarcasmo y una sonrisa, pero fue un intento más que fallido, tenía una mueca en mi cara, y pánico en mi voz.

-Mirame- enfoqué mis ojos en los suyos –Se lo que sufriste, y no hay forma en la tierra de que deje que suceda de nuevo, voy a hacer todo y más de lo que esté a mi alcance para protegerte ¿sí?- asentí casi sin convencimiento, volviéndolo a abrazar Phil, mi padre adoptivo, el único que tuve en realidad, era mi ángel guardián desde que tenía trece años, y aunque en un principio tuve graves problemas para confiar en él, me enseñó que siempre estaría ahí para mí, cuidándome de cada golpe, piedra o mal en el camino, básicamente siendo un padre. Hoy, casi 14 años después, habiéndolo perdido en el medio y con alguno que otro traspié menor, seguía ahí, dándome fuerzas para seguir, y prometiéndome un futuro mejor, muy lejos de lo que había vivido.

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-No mires las agujas мой маленьkий (mi pequeña), ya pasará- susurró mi mentor, Alek, acariciando mi pelo con ternura –Una mantis fuerte debe tener todas sus vitaminas- el rubio me miraba esperando mi aprobación, por lo que solo asentí suavemente, aunque el dolor se marcaba en mi joven rostro de tan solo 5 años.

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Abrí los ojos ampliamente, mi pulso corría errático, el sudor frío recorría mi cuerpo y las lágrimas mi cara. Respiré hondo varias veces, aun así no lograba calmarme. Decidí que lo mejor sería salir del cuarto, y tomar algo fresco.

Llevaba cuatro días viviendo en la base de S.H.I.E.L.D de mi padre, ya me había puesto al corriente con todos, y mi preocupación por Hydra había disminuido, pero al parecer eso no se reflejaba en mi inconsciente, que noche tras noche me atormentaba con recuerdos.

Tomé un vaso de agua casi de un solo trago, podría emborracharme para olvidar... No lo haría estando aquí al menos.

Mi cabeza volvió a reproducir la cara de Alek... parecía tan vívido el recuerdo, como si lo tuviese frente a mí.

-Alek...- chasqueé la lengua al pronunciar aquel nombre. Sintiendo la presencia de alguien me di vuelta, mi padre me observaba en silencio –"Defensor de la humanidad" significa en ruso su nombre, irónico ¿no?- la pregunta lo agarró desprevenido

-Dependiendo del lado que te pongas de la historia, él lo era...- sonreí de lado

-Me protegía... incluso con los horrores que nos rodeaban... era su preferida. Una vez recuerdo que me trajo chocolates de regalo ¡No había hecho nada! Pero él me los trajo- un dejo de alegría recorrió mi cara, rápidamente se borró

-Estás hablando de tu pasado, ¿me tengo que preocupar?- su cara expresaba diversión ante la inusual situación

-No... veces me gusta darte datos de lo que pasó, a vos te intriga mucho lo que sucedió hace tiempo, yo solo quiero soltar-

-Soltar hace bien...- por su cara sabía que no tenía idea que contestarme, lo abracé con fuerza –Te gusta dejarme en suspenso ¿no?-

-Un poco...- reí aun abrazándolo –pero me da tranquilidad saber que no importa si te doy información a cuenta gota, seguís confiando en mí, y no me obligás a contarte nada-

-¿Qué clase de padre sería si te obligara a hacer algo?-

-Uno casi tan malo como Fury- ambos reímos un poco, esa noche pudeterminar de dormir tranquila.   

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Tres minutos antes de las 12, pero sigue siendo viernes, así que cuenta, espero que les guste, que voten y comenten, porfis, saludos Barby.