El enigma
Viernes 4 de Diciembre de 2015
Luego de que Rogers salió de mi cuarto, tomé una ducha larga y relajante, como lo hacía siempre que algo me abrumaba, y una vez más, como cada vez que algo me afectaba, recogí cada uno de mis sentimientos y los metí dentro de la caja de "sentimientos no resueltos" ubicada en mi cabeza, la cerré y pateé lejos.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Sin haber logrado dormir ni un segundo más el resto de la noche, cuando llegó el momento, quise ir al gimnasio para entrenar, pero me interceptaron en el camino
-____- me di vuelta tapándome la boca mientras bostezaba
-Sí Steve...- mis ojeras me hacían lucir espantosa y mi humor estaba un poco áspero por la falta de horas dormidas.
-Yo... quería saber si te sentías bien, por lo que veo no... no debés haber dormido demasiado, mejor no vayas al entrenamiento hoy- quise negarme, pero mi cuerpo dolía por el cansancio y se negó a rechazar la oferta
-¿Seguro?- pregunté tanteando terreno
-No hay problema- su sonrisa me daba la seguridad que necesitaba
-Tampoco tengo problema si hoy no tenés ánimo para ir al café, podemos ir otro día-
-Por supuesto que no, vamos a ir hoy, no te vas a librar de la apuesta, no trates de posponerla Rogers- comenté un poco más alegre
-No lo estoy haciendo...- su rostro mostraba preocupación
-Oh no, no, estoy solo bromeando- aclaré poniendo una mano en su hombro, que parecía haber acumulado una notable tención en poco tiempo, segundos después él se relajó y me sonrió, diciendo que a las 4 pasaría por mi cuarto para buscarme.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Me recosté unos segundos en mi cama, estaba agotada, y al parecer los segundos pasan rápido, porque cuando volví a abrir los ojos eran casi las 3 pm.
Salté de la cama y corrí a la ducha, tenía 1 hora antes de que Steve me pasara a buscar.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Una vez que me encontraba limpia y sin olor a maratonista, decidí revolver el placard en busca de algo que ponerme, algo que claramente no estaba encontrando, por lo que mi desesperación creció. Estuve a punto de largarme a llorar por la frustración, me debía de estar por llegar el periodo, no podía estar tan sensible de otra manera, pero luego una lámpara se encendió en mi cabeza.
Corrí en busca de mi celular debía llamar a Wanda, ella de seguro me ayudaría, y su sentido de la moda es menos... como decirlo... menos mata hombres, Natasha se auto describió así, por lo que usarlo en este caso no está tan desacertado.
-¿Wanda?- pregunté cuando el tono de espera dejó de sonar
-No señorita Coulson- AY JESUS –Soy Visión, ya le comunico con la joven Maximoff-
-Hola, ____, ¿qué sucede?-
-¿Además del hecho de que Visión contesta tu celular?- dije pícara, ella solo bufó -Tengo una emergencia de moda y te necesito ya.-
-Ya voy, dame unos minutos- dicho eso, me cortó... realmente quiero saber que estarían haciendo... pero mejor ni pregunto.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¿Qué pasó?- preguntó entrando al cuarto, yo estaba maquillada y peinada, pero en bata, me faltaba la parte importante, la ropa.
-Eso me gustaría saber...-
-____, no digas estupideces- su acento siempre me pareció dulce para ser alguien cuyo idioma madre es serbio...
-No las digo... normalmente las hago- Wanda rodó los ojos y yo decidí ir al punto –En 30 minutos, Steve va a pasar a buscarme para ir a- hice un ademán –No importa, el punto es que no sé qué ponerme- la castaña rió levemente y empezó a rebuscar entre la ropa que había tirado sobre la cama
-Creo que esto estará bien- dijo mostrándome una blusa y un jean
-¡Genial!-
-Yo estaba ocupada- levanté una ceja –Y me tengo que ir, pero buena suerte con la cita- dijo yéndose
-No es una cita...- musité para mí misma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Me daba los últimos retoques al pelo cuando golpearon la puerta, tomé el celular, la cartera y abrí, un poco nerviosa a decir verdad.
-Hola- besé su mejilla ligeramente en forma de saludo
-Hola- contestó -¿Vamos?- extendió la mano cortésmente, a lo que respondí tomándola y con un simple movimiento de cabeza.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Los dos decidimos no hablar hasta llegar al centro de Manhattan, por lo tanto el viaje fue tranquilo y relajante.
Steve estacionó su moto frente a una panadería, una pequeña pero de apariencia acogedora, me abrió la puerta para que pasara y me guió a una mesa en el fondo del local, esta tenía la vista a un hermoso jardín interno, delicado y bien cuidado.
-Quisiera saber cómo conocés este lugar, porque no te veo del tipo que toma té con galletitas a las 5 pm- dije con diversión, aún embelesada por el lugar.
Una mesera que tendría poco más de 40 años dejó dos cartillas de menú con una sonrisa amable en su rostro y se retiró, no antes de darnos la bienvenida, ambos ordenamos sin siquiera mirar las delicias detalladas en los libritos, de todas formas estábamos ahí para que me pague la apuesta
-La dueña, ella era de mi barrio, era una niña para cuando me fui a la guerra- comentó leyendo la carta
-Oh- rápidamente supuse que era uno de esos lugares familiares y que la señora, amiga de Steve aparecería en cualquier momento.
Dicho y hecho, una mujer de unos ochenta... y algo de años se apareció caminando lentamente hacia nosotros, su edad se notaba en las arrugas, pero la vitalidad le salía por los poros.
-¡Steve!- dijo alegremente, su tono era casi infantil, él le debía hacer acordar a su infancia, sin lugar a duda
Charlaron ávidamente unos momentos, antes una adolescente que no llegaba a los 18 años llegara con nuestro pedido, es nuevamente una suposición, pero no tengo dudas que es su nieta, le sonreí agradecida y me respondió de igual manera, quedé gratamente sorprendida a decir verdad, la mitad de los neoyorquinos carecen de modales, y si a eso le agregás el hecho de que es una adolescente... bueno, en vez de ser una dulce criatura sería una bestia, y simplemente lo digo porque yo ya lo fui.
-Bueno jovencitos- comentó Adeline, así se llamaba la señora –Me parece que los voy a dejar disfrutar de su tarde, esta anciana debe descansar más seguido que en sus años dorados- le acaricia la mejilla con ternura a Steve, él solo le da una sonrisa cómplice, luego me mira a mí entrecerrando los ojos, mientras levanta un dedo acusadoramente -Espero que lo cuides, es el mejor partido que vas a conseguir en tu vida- los colores suben a mi cara, pero eso no impide que con una sonrisa responda un simple "lo haré".
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Llevábamos cerca de 10 minutos comiendo sin decir nada, solo disfrutando de nuestro pedido, así que entre sorbo y sorbo de café me dediqué a observarlo con detalle, lo más disimulado que pude.
-¿Hay algo malo conmigo?- preguntó mirándome a los ojos, evité su vista rápidamente, había sido atrapada, e incluso si tuve la necesidad de responderle que todo él era perfecto, opte por una respuesta más política y una evasiva
-No, estaba mirando algo sobre tu hombro y luego me quedé tildada- tomé otro sorbo de café
-¿Te pasa mucho?- fruncí el ceño confundida –Lo de quedarte tildada, a eso me refiero-
-Emmm no, ¿por?- Rogers parecía rebuscar las palabras en su mente, tenía preguntas que hacerme, y sabia hacia donde se dirigía la conversación –Dispará Rogers... como salga tu pregunta va a estar bien- volví a agarrar mi taza, pero ya no había líquido en ella, no la podía usar para evitar más la conversación, no al menos cuando sea mi turno de responder.
-¿Qué fue lo que te pasó anoche?-
-Una pesadilla, ya te dije- tan automatizada estaba, que se me confundiría con facilidad con un robot
-Por más pesadilla que tengas, no son así- su respuesta fue dura, con un dejo de preocupación, y denotaba su conocimiento acerca del tema
-Hay veces que lo que está en nuestras cabezas es peor que lo que pasa afuera ellas-
-Nuestra imaginación no es lo suficiente poderosa para dejarnos como estabas anoche, al menos no sin basarse en algo-
-Una muy mala película de terror- mi comentario no pareció gustarle, porque me miró desaprobatoriamente –Hay cosas de las que no es necesario hablar Steve- su gesticulación se volvió más relajada y la mía también –Hice cosas de las que me arrepiento, y otras de las que no, en su mayoría son de la primera clase, ese es el problema, y en mayor o menor medida lo tenemos todos. Quizá debería ser más específica para que me entiendas, pero me temo que debería matarte luego- lo último lo dije con una pequeña sonrisa, quería desesperadamente deshacerme de la pesadez que recaía sobre nosotros.
-Sos imposible de descifrar...- contestó con otra sonrisa –Un rompecabezas bastante complicado-
-Eso dicen- agregué
-Todo un enigma... no voy a parar hasta descubrirte- espero que no lo hagas
-Mucha suerte con eso-
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Here I'am!!! como todos los viernes acá les traigo el capítulo, espero que les guste, y que me lo hagan saber a través de los votos y comentarios, l@s quiero una eternidad, Barby
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro