Marzo de 2002

POV'S NARRADOR

-Directora Carter- dijo un hombre de más de cuarenta años asomándose por la puerta -la joven ya está en el ala médica, despertó hace unos minutos.-

-Ahora voy a verla- dijo dejando sus anteojos y unos papeles sobre el escritorio. Le sonrió de lado al afroamericano -Nicholas, ya deberías de dejar de llamarme así ¿no?- el susodicho hizo una mueca

-Aún no me acostumbro-

-Ya pasaron 2 años desde que asumiste, sos apto para este puesto, tenete confianza- le sonrió cálidamente, como lo haría una madre a su hijo -Ahora, vayamos a ver a la pequeña, debe estar bastante confundida-

Ambos directores, el entrante y la saliente, se dirigieron a las habitaciones de la enfermería, donde una adolescente de cabellos negros y ojos celestes miraba aterrada a su alrededor, mientras una enfermera tomaba por décima vez en el día su presión arterial.

La expresión de la morocha era entre preocupación, terror y algo similar al nerviosismo, claramente estaba incómoda, y por su postura corporal se podría decir que a la mínima oportunidad, saldría corriendo.

-Buenos días jovencita- la voz de la ex agente Carter era suave y tranquila, y aunque se conservaba muy bien para su edad, su cuerpo era una sombra del que fue durante los años 40' -A mí tampoco me gustan las agujas- dijo viendo la mueca de la chica al sentir el pinchazo -Galla, querida, queremos preguntarte un par de cosas-

-Sus cuerdas vocales están seriamente dañadas directora- le susurró un enfermero a la retirada agente

-Aun así puede contestar preguntas- dijo Fury, pero al mirar a la joven, esta golpeó a la enfermera en la nariz, noqueó con una patada a otra, y con un impresionante salto se impulsó en la cama, pasó por sobre los directores, aterrizando en el pasillo, y dándose a la fuga.

El afroamericano corrió detrás de ella, mientras sacado un Handy de su bolsillo alertaba de la huida de la morocha.

-Cierren todas las puertas, y tengan cuidado, es peligrosa, lleva puesto un conjunto blanco de hospital-

-Señor, se la vio bajar por las escaleras al estacionamiento, ya está sellado-

Escuchó del otro lado de la línea, musitó un perfecto y salió a su encuentro.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Todo el piso estaba en penumbras, las luces parecían a penas iluminar el lugar, lo que ponía de mal humor a Fury, quien pretendía encontrar rápido a la chica y llevarla de nuevo a los pisos de arriba.

-Cuanto antes voy a ordenar que iluminen esto, mejor que el Time Square en navidad- se dijo para sí mismo, justo cuando vio una sombra moverse a velocidad hacia el la parte de maquinarias -Te tengo- susurró avanzando con su arma dispuesta a disparar

Sus pasos resonaban lentos, amenazante, decididos... el corazón de Galla por su parte era una metralleta, cada latido resonaba en su pecho con una fuerza increíble, provocándole algo de dolor y mucha ansiedad, la matarían si la encontraba, ella lo sabía. Cerró los ojos cuando sintió el repiqueteo de pasos más cerca, esperando lo peor, y rogándole a dios, clemencia por su alma, a sus trece años ya cargaba con los pecados suficientes para una eternidad de sufrimiento.

-Las manos donde las pueda ver- la voz dura y decidida del afroamericano hizo que abriera los ojos más asustada, se encontraba arrodillada en una esquina con el pelo alborotado y sus brazos rodeando sus rodillas -No lo quiero repetir- dijo apuntándola con el arma, ella sabía que esto pasaría, pero le hizo caso

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Muy en contra de su voluntad, pero a sabiendas de que no le quedaba otra, volvió a la habitación en la que estuvo anteriormente, y la que se encontraba fuertemente custodiada a su vuelta.

Allí estuvo cuatro días sin tener contacto con nadie más que unas enfermeras y que Phil Coulson, un hombre que pisaba los 40 años, simpático y bromista, con una pelada en proceso y ojos celestes que proyectaban tranquilidad para Galla.

Durante todas sus visitas, (que fueron muchas para haber estado allí tan poco tiempo) hizo que la joven riera o sonriera levemente, aunque no pudo sacar ni una palabra de su boca, en parte por su estado, y porque aún desconfiaba de todos; pero lo que más la alegró fue un pequeño oso de peluche que le trajo el tercer día, él le dijo que la había encontrado y que si lo dejaba, la iba a cuidar, declaración a la que la morocha respondió asintiendo y abrazando al oso.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Hacia las 8 am del cuarto día, dos agentes armados la sacaron del cuarto y condujeron hacia la sala de interrogatorios, Galla, solo viéndolos, supo que podía escaparse sin problemas, aun así sabía que su situación era complicada, por lo que una huida implicaría más peligro para ella.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Se sentó pacíficamente en la incómoda silla de metal y apoyó su cabeza contra la fría mesa del mismo material, dormitando durante unos minutos hasta que escuchó a la puerta abrirse.

Su postura se volvió rígida, sus hombros expandidos y derechos, su cara mirando al frente y sus manos cruzadas, quien hizo el interrogatorio, supo que la niña ya había pasado por una situación parecida.

-Galla, es un placer volverte a ver-

La oji-azul se sorprendió al ver a la anciana en la sala, pero como venía siendo costumbre, no dijo nada -Te conozco ¿sabías?- no se inmutó ante su declaración, se tenía que mantener seria -Hace mucho que no te veía, pero estás igual, a mí se me notan más los años- quiso ser neutral, pero sus gestos la traicionaron y frunció el ceño notablemente, tuvo que hacer fuerza para recordar, aun así le era difícil, su rostro lucía familiar, pero no lo suficiente como para saber de dónde -Me costó mucho saber de donde tenía tu cara, hace un tiempo desde que te ví, pero en la tele había una noticia de Stark y me acordé instantáneamente, quizá es más fácil para vos si te digo que me llaman Peggy-

Las memorias de la chica se dispararon y la reconoció, claro está que cuando la había visto por primera vez era mucho más joven, sus cabellos no eran casi en su totalidad blancos y su cara era tersa, no arrugada. Una mueca se extendió por su cara, al recordar exactamente en qué situación la había cruzado, quiso hablar, rogarle su perdón, pero las palabras no salieron de su boca.

-No hay rencores, y por favor no hables, te vas a lastimar más-

Su cara permanecía seria, pero sus palabras eran dulces, acompañadas de un sentimiento maternal, estaba sinceramente preocupada por que no se lastimara, los ojos se le llenaron de lágrimas ante tanta bondad, a la que no estaba acostumbrada -Galla, pequeña, tengo un ofrecimiento para vos- nuevamente el miedo la invadió, sabía que querían de ella -No es nada malo- dijo Peggy -Coulson te quiere adoptar- una vez más, las palabras de la ex directora de S.H.I.E.L.D la descolocaron, inclinó su cabeza señalando su falta de entendimiento -Él dice que se encariñó con vos, y que quiere adoptarte, solo si vos querés.- hizo una pausa -Querida, estando con él siempre estarías cuidada, S.H.I.E.L.D te daría la máxima protección posible, y tenlo por seguro que solo Fury, Coulson y yo sabríamos tu historia, te estamos prometiendo un futuro completamente alejado de lo que fue tu vida... El mundo es otro ahora, y nadie puede ir al pasado. Solo podemos dar lo mejor, y a veces, lo mejor que uno puede hacer, es iniciar de nuevo.- la señora Carter le extendió un papel y un lápiz a la chica quien con rapidez garabateó un sí, y junto a él un "Mi nombre será ___" que susurró.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

POV'S _____

-_____- dijo Steve

-¿Hmmm?- preguntó la chica

-Decía que ¿cómo la conociste a Peggy?-

-Ahhh, perdón, es que este café es delicioso- comenté dándole un sorbo y entrando en modo "mi vida según el archivo" -Si leíste mi archivo sabrás que Phil, papá, me encontró a los 13 vagando por Washington- asintió, si supiera la realidad... -Bueno, cuando me encontró yo tenía una terrible gripe, fue casi llegando el invierno, así que hacía frío, y el estar en la calle me destruyó, el punto es que me llevó a S.H.I.E.L.D, donde me curaron, luego de eso me adoptó, pero mientras tanto, conocí a la directora saliente Carter, o Peggy como me hacía llamarla-

-Ah... que extraño- se dijo para sí mismo

-¿Qué?-

-Nada, es solo que hoy cuando la fui a ver, te nombre como ____, la hija de Phil, pero apenas supo de quién hablaba y por lo que decís, eran cercanas...- su voz sonaba a duda, como si no me creyera, tenía razones para no hacerlo, pero no las sabía, de todas formas, esta vez no estaba mintiendo

-Lo somos, sigo yéndola a ver cada vez que puedo- dije con una media sonrisa -pero si me llamás ____, no me va a reconocer, para ella soy Galla-

-¿Tu segundo nombre? ¿Por qué?-

-Siempre dijo que le gustaban las cosas francesas... y Galla es por la región de Galia, se le llamaba así a Francia- solo asintió, por lo que ambos ocupamos un silencio bastante cómodo a decir verdad, hasta que una lamparita se encendió en mi cabeza -¿Steve?- pregunté con diversión

-Hmmm-

-¿Puedo saber por qué me nombraste con Peggy?- mi voz reflejaba intriga

-Es que... yo... Yo le dije que eras nueva en el equipo- soltó con las mejillas teñidas de rosa, me controlé para no reírme

-Ah... genial-

El Capitán miró la pantalla de su celular nervioso.

-Pffff como pasa el tiempo, ya son las casi 6.30- se quería librar de la incomodidad de ser atrapado, por lo que lo ayudé

-Sí, yo...- bostecé falsamente, pero no tanto como para que no se notara -Estoy algo cansada ¿Te molestaría volver?- dije con cautela

-No, ¡por supuesto que no!- prácticamente lo gritó.

-No te veas obligado Rogers. Si tenés algo que hacer, no hay problema, me tomo un taxi-

-No. Te llevo yo- sonrió -No dejaría que te vuelvas sola... incluso sabiendo que te sabés defender- fui yo quien sonreí esta vez, sinceramente.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

¿Medio confuso? ¿No tanto? Espero que vayan entendiendo un poco de como va la historia, en el caso de que no sea así, tenganme paciencia que ya van a saber más, de todas formas, gracias por leer, y realmente espero que esto les esté gustando, saludos, Barby.