Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Narra Isaac

Como todos los días, nos levantaron a las cuatro de la mañana y, a punta de pistola, nos obligaron a trabajar. Pero, como de costumbre, logré apartarme de los demás; normalmente mi padre me ayuda a apartarme un poco para poder descansar.

Me distancié lo suficiente para que los guardias no pudieran verme, pero no lo suficiente para estar tan alejado de mi padre. Me senté en el suelo y comencé a observar mis alrededores, logrando divisar a un chico que se acercaba, me le quedé observando. De repente, levantó la mirada logrando cruzarla con la mía, se acercó un poco más al cerco, rápidamente fui hasta donde estaba él cuando vi que acercaba su mano.

—No la toques, está electrificada —se apartó un poco del cerco asintiendo, para luego mirarme de pies a cabeza.

—¿Esa es la ropa que llevan los granjeros? —negué rápidamente con la cabeza.

—Esta es la ropa que llevamos todos aquí, nos la dieron cuando nos trajeron —contesté, él solo asintió. Ninguno sabía qué decir o cómo actuar, tampoco es como que tuviéramos mucho de qué hablar ni que hacer.

—¿Hace cuánto estás aquí? —rompió de repente el silencio que se había formado.

—Hace un par de meses —comencé—. Nos trasladaron hasta aquí a mi padre y a mi desde Berlín —asintió para luego mostrarme una pequeña sonrisa.

—Yo también vengo de Berlín, mi padre es general, así que nos trajeron hasta acá.

—¿Tu padre pertenece al partido Nazi? —asintió provocando que mi temor comenzara a crecer poco a poco. Soldados del ejército de Hitler destruyeron mi casa, mataron a mi madre y nos trajeron hasta aquí a mi padre y a mí a quien sabe para qué fin. Retrocedí un par de pasos—. E-eres un Nazi —mi voz tembló al pronunciar esas tres palabras.

—¿Yo? No, no lo soy, no soy un Nazi, solo mis padres y mi hermano lo son, yo no entiendo mucho sobre eso, no me interesa —me quedé mirándolo unos segundos sin nada que decir; parecía hablar en serio, parecía no entender mucho de lo que estoy viviendo.

—¿Lo dices de verdad? —asintió, solté un suspiro aliviado.

—Por cierto, aún no nos hemos presentado, soy Noah —sonrió, pasó su mano con cautela a través del cerco.

—Soy Isaac —estreché su mano devolviéndole la sonrisa.

De repente, escuché la voz de mi padre llamarme a la lejanía, era tiempo de que volviera con ellos. Me despedí de Noah y me dirigí con mi padre. Una vez que volví con él, me giré a ver hacia donde estaba, Noah me saludó con la mano y comenzó a alejarse. Solté un pequeño suspiro; salvo por mi padre, volvía a estar solo. Ese chico parece realmente agradable, aun así, no me fiaré de él, no sabiendo que es hijo de un soldado.

Como todos los días, nos levantaron a las cinco de la mañana para comenzar a trabajar, llevando escombros de un lado al otro. Cuando tocó el mediodía, luego de que nos dieran un trozo de pan y un poco de agua, me dirigí nuevamente a donde Noah y yo nos encontramos ayer. Para mi sorpresa, él ya se encontraba sentado junto al cerco. Cuando me acerqué, levantó la mirada y me mostró una sonrisa.

—Hola —dijo—. Creí que estarías aquí a la misma hora que ayer. Cuando no te vi aquí, pensé que no podría verte hoy —extendió su mano a través del alambre de púa electrificado e intentó darme un sándwich—. Ten, come, mi madre me dio de más, así que decidí dártelo —sonrió, lo miré dubitativo—. Anda, tómalo —solté un pequeño suspiro, lo tomé y lo examiné unos instantes—. ¿No tienes hambre? —asentí para luego comenzar a comer, saboreé todo lo que pude el sándwich; hace tanto que no como algo decente.

—Gracias —dije aún con la boca llena—, n-necesitaba algo más que solo pan —me extendió otro sándwich que tomé rápidamente y comencé a comer.

—¿Solo pan? ¿No comes nada más que eso? —negué con la cabeza.

—No nos dan mucha comida, a veces ni siquiera nos alimentan —terminé el sándwich y me senté colocando mi espalda contra una roca no muy cómoda.

—¿Por qué no te alimentan? —él realmente no entiende todo esto de la guerra y si le digo algo, seguramente se vuelva en mi contra; tener de amigo a un nazi no es una idea brillante, menos cuando el padre de este gestiona todo el campo de trabajo. Por otro lado, tal vez nos ayude a mi padre y a mí a escapar, no parece ser como los soldados que nos miran con repudio cada que cruzamos frente a ellos.

—Escucha —dije en tono serio acercándome un poco más al cerco consiguiendo que él también se acercase—, los Nazis son quienes nos trajeron aquí, han atacado a los judíos desde que Adolf Hitler llegó al poder—. Su semblante cambió a uno más serio provocándome cierto temor; tal vez estoy jugando con fuego—. Han matado a muchos de mis amigos y familiares, incluso a mi madre —comenzaron a resbalar por mis mejillas un par de lágrimas al recordar el rostro de mi madre cuando se la llevaban.

—No llores, Isaac, no tendrás el mismo destino —lo miré incrédulo—. Me tomará algo de tiempo, pero te sacaré de aquí —extendió su mano entre los alambres de púa—. Confía en mí, trataré de que las cosas cambien —tomé su mano sintiendo mi cara arder; se sentía extraño que alguien me dijera cosas así. Me le quedé viendo por unos instantes, él me sonrió como lo hizo ayer.

De repente, escuché a mi padre llamarme desde la lejanía, solté rápidamente la mano de Noah rezando que no nos haya visto. Me levanté y, como ayer, me despedí de él y volví con mi padre. Volvimos a trabajar hasta que la oscuridad ya no nos lo permitiera, es entonces cuando nos llevaron a las duchas y nos obligaron a meternos bajo el agua fría. Luego nos llevaron a punta de pistola hasta las pequeñas cabañas donde dormíamos. Éramos cuarenta personas, pero solo había veinte camas, las cuales eran ocupadas solo por niños y ancianos, los adultos decidían dormir en el suelo para ceder el lugar. Me acosté en mí cama y me dediqué a contemplar el techo; estaba cansado, pero no podía dormir, no dejaba de pensar en Noah y en que quería sacarme de aquí.

--------------------------------------------------------------------

Hoy he podido alejarme antes, me dirigí hacia el lugar de siempre y esperé a Noah, quien no apareció hasta un rato después.

—Lamento la tardanza —dijo sentándose frente al cerco—, mi madre no paraba de interrogarme sobre dónde me paso la tarde estos días.

—No te preocupes —le sonreí—. De todas maneras, te esperaría —él me devolvió la sonrisa.

—Ten —me extendió un sándwich como ayer. Quería guardar los modales al comer, pero realmente tenía hambre, en la noche no he comido nada y hoy tampoco había tenido la ración de pan duro que nos dan todos los días—. También te traje un jugo —pasó a través del cerco un pequeño termo azul, lo tomé y rápidamente bebí de él. Hacía tiempo que no probaba estás cosas.

—Gracias, hacía mucho que no comía así —él simplemente se encogió de hombros sonriendo.

—No agradezcas, de ahora en adelante te cuidaré —mi cara comenzó a arder al escuchar aquello.

—G-gracias —tartamudeé aún avergonzado. ¿Por qué me hace sentir así?

Pasamos bastante rato hablando. Él me contó cómo eran las cosas fuera del campo de trabajo, mientras que yo le conté cómo eran las cosas dentro. Noah no parecía creer como nos golpeaban sin motivo, ni como nos mandaban a trabajar desde las cinco de la mañana a punta de pistola.

—No es posible que hagan eso —dijo luego de que le contara la golpiza que me dieron una semana antes de conocernos.

—Sí es posible, uno de los soldados me quemó con su cigarrillo varias veces —me arremangué una de las mangas y le mostré mi brazo donde tenía unas cuantas marcas de quemaduras.

—Son unos animales —la expresión de su rostro cambió a una completamente seria—. Tendré que pensar más rápido una idea para sacarte de aquí —mordió su labio inferior.

—No te presiones, aunque lograras sacarme de aquí, ¿a dónde iría? —tanto él como yo nos desilusionamos al darnos cuenta de esto. Las intenciones de Noah son buenas, pero no tengo a donde ir, ni con quien, ni dinero para viajar a ningún lado.

—Solo dame tiempo, buscaré una forma de sacarte y llevarte a un lugar seguro —parecía realmente convencido de lo que decía.

—Está bien —contesté sin añadir nada más para no bajar ese entusiasmo que tiene, él solo sonrió, extendió su mano, la cual tomé. Por alguna razón, me sentí tranquilo al sostener su mano y saber que él me sacaría del infierno que vivo desde que la guerra empezó. 

**

Muy buena~ acá traigo el nuevo capitulo. Lamento la tardanza, tuve algunos problemas este tiempo que me retrasaron un poco. Espero sepan disculpar la tardanza. Se les agradecen muchísimo los votos y comentarios.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro