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Capítulo 18

Nota: me veo con la obligación de avisarles que este capitulo contiene lemon. 

Narra Isaac

Noah me llevó a su cuarto, tomó algo de ropa y me ayudó a vestirme. Luego, hizo que me sentara en la cama y me abrazó. Me siento realmente débil, intenté liberarme de Henlein, pero no he podido hacer nada, tuve que esperar a Noah para que me salvara de su padre.

—Sé que es estúpido preguntar esto, pero ¿te encuentras bien? —lo miré y asentí. Acarició mi mejilla.

—Noah, déjame entrar —escuchamos la voz de Artur seguido de unos toques en la puerta. Noah me miró como preguntándome si debía o no abrirle la puerta—Noah —asentí al escucharlo insistir tanto.

Noah se acercó a la puerta y la abrió, rápidamente su hermano entró y cerró.

—He escuchado el ruido, pero no he querido salir cuando escuché a mamá gritar —se sentó frente el escritorio—. ¿Qué pasó? —me miró directamente, intimidándome un poco.

—Papá intentó abusar de él —Noah me miró rápidamente e hizo una mueca que no supe identificar—. Mamá y yo escuchamos a Isaac llorar, subimos, escuché a papá gritarle y rompí el picaporte para poder abrir la puerta —se sentó junto a mí y cruzó su brazo alrededor de mis hombros.

—Ya veo... Mamá se enojó mucho, nunca la había escuchado gritar así —Artur se cruzó de brazos y se recostó en el respaldo de la silla—. Dime algo Noah: ¿por qué lo defiendes tanto? —le dirigí una mirada rápidamente a Noah, él soltó un suspiro, apartó su brazo de mis hombros y me tomó de la mano.

—Isaac me gusta —mi cara comenzó a arder—, por eso quiero cuidarlo —suspiró de nuevo—. Espero que guardes el secreto, Artur —su hermano se levantó y se acercó a nosotros, me miró por unos instantes con un semblante serio, pero con un dejo de asco, luego desvió la mirada a Noah.

—Hermano, te estás metiendo en algo peligroso —cruzó sus brazos nuevamente—, pero ambos estamos haciendo algo que no debemos. Guardaré el secreto por ahora —le sonrió a su hermano—. Solo tengan cuidado, papá los mataría a ambos si se entera —Noah asintió.

—A ti también te matará si se entera, y a Fellner lo matarán de verdad —asintió—. Bien ahora vete, Artur —Artur lo miró, soltó un suspiro y asintió.

—Está bien, será mejor que me vaya antes de que se empiecen a besar y me den ganas de vomitar —dicho esto salió del cuarto dejándonos solos.

Sentí a Noah apretar un poco mi mano, lo miré recibiendo de él una pequeña sonrisa.

—¿Confías en que no dirá nada? —se encogió de hombros—. Si dice algo, estaremos en serios problemas.

—Tranquilo, Artur no dirá nada. Él también quiere que guarde un secreto y si se mantiene callado, yo también lo haré —entrelazó nuestros dedos y se acercó a mí—. Todo estará bien ahora —se acercó a mi rostro para besarme, pero instintivamente aparté mi cara de él, me miró unos instantes, soltó un suspiro y acarició mi mejilla—. Lo siento —besó mi mejilla y se levantó—. ¿Por qué no descansas? Te traeré algo para que desayunes —asentí, salió del cuarto mientras yo me acostaba en mi cama. Pronto volvió con una bandeja en sus manos, se acercó a mí y la puso en sus piernas—. Lena solo me dio cereal, pero creo que es suficiente —acercó la cuchara a mi boca, lo miré recibiendo una sonrisa de su parte.

—No es necesario —tomé la cuchara y la metí en mi boca—. Aun así, gracias —él volvió a sonreír y me besó en la mejilla, o al menos esa era su intención, ya que moví mi rostro hacía el suyo para darle un corto beso—. Lo siento, no pude evitarlo —no dijo nada, solo me besó nuevamente. Poco después nos separamos.

—Yo tampoco pude evitarlo —sonrió—. Ten, desayuna —puso la bandeja en mis piernas, besó mi mejilla, se levantó y salió del cuarto.

Comí rápidamente, tomé la bandeja y me levanté. Me acerqué a la puerta y coloqué mi mano sobre el picaporte, pero no abrí la puerta, opté por quedarme en el cuarto. Dejé la bandeja en el escritorio y me senté en el alfeizar de la ventana. Mientras miraba, en mi mente comenzaron a aparecer imágenes de antes de la guerra, cuando era más pequeño, cuando era feliz con mis padres en Berlín. Un par de lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas.

—¿Qué sucede? —me sobresalté al escuchar la voz de Noah—. ¿Por qué lloras? —se sentó frente a mí.

—N-no es nada... —limpié mis lágrimas y solté un suspiro—. S-solo recordaba cuando vivía con mis padres en Berlín; cuando eran buenos tiempos —volví a suspirar. Tomó mi mano y acarició mis nudillos.

—Lo siento —su rostro se entristeció—. Me gustaría poder hacer algo por eso, pero prometo que te daré una vida un poco más tranquila cuando te saque de aquí —me mostró una pequeña sonrisa. Lo abracé colocando mi cabeza en su pecho como siempre, cerré los ojos y solté un suspiro pesado.

—Gracias...

Un silencio se formó en la habitación y se quedó por largo rato. Ninguno de los dos decía nada, ninguno se quería mover, no queríamos romper nuestra pequeña burbuja de tranquilidad. De repente, Noah comenzó a juguetear con sus dedos en mi espalda provocándome cosquillas, me estremecí al sentir sus dedos.

—Noah, me haces cosquillas —levanté la cabeza para mirarlo, él ignoró completamente lo que le dije y siguió con lo que hacía—. No hagas eso —aparté su mano de mí, Noah solo me dirigió una sonrisa.

—Lo siento, me gusta acariciarte —me dio un corto beso, solo sonreí. Podría enojarme con él, pero se ve realmente lindo cuando me sonríe de esta manera. Pasó su mano por mi mejilla y la acarició—. Eres realmente lindo —susurró dándome besos en la mejilla haciendo un camino hasta llegar a mis labios, cuando llegó, me besó.

—Noah —dije cuando nos separamos—, hoy quiero enseñarte lo que aprendí con Kaiser... —sentí el ardor en mis mejillas—. ¿Puedo hacerlo? —sus mejillas también se enrojecieron, asintió desviando la mirada de mi rostro, sonreí y le di un corto beso.

Pasamos varias horas allí, la criada nos llevó el almuerzo y luego la cena. Noah decidió que nos bañáramos luego de que su padre vaya a su oficina y así lo hicimos. Cuando terminamos, él me cambió las vendas como todos los días. Luego, apagamos las luces y nos acostamos en su cama. Me encontraba jugueteando con el cabello de Noah, mientras él, simplemente, me abrazaba por la cintura. Bajé mi mano delineando su rostro delicadamente con mi índice.

Será mejor empezar o se quedará dormido.

Sin decirle ni media palabra, lo besé, él tardó unos instantes, los cuales aproveché para meter mi lengua en su boca. Él correspondió algo torpe; seguramente por haberlo tomado por sorpresa. Me separé poco después y lo miré.

—¿Ahora quieres enseñarme? —asentí, me senté e hice que se sentara frente a mí.

Bajo su atenta mirada me desvestí, logrando que su rostro se pusiera rojo, pero que no me saque la vista de encima. Le sonreí con algo de vergüenza. No era la primera vez que iba a hacer esto, pero era la primera vez que será con alguien que reamente quería que me toque. Solo me quedé con mis calzoncillos puestos.

—¿Por dónde quieres empezar? —abrió la boca, pero no dijo nada—. ¿Dónde quieres empezar a tocar? —desvió la mirada—. Está bien, eres tímido. Por suerte no eres como tu padre —me acerqué a él, me senté en sus piernas y rodeé su cuello con mis brazos—. Iremos a tu ritmo, ¿sí? Cuando quieras tocarme, puedes hacerlo —dicho esto, lo besé. Correspondió tomándome de la cintura. No pasó mucho hasta que el besó se intensificó.

Noah comenzó a acercar mi cuerpo al suyo y comenzó a pasar sus dedos delicadamente por mi espalda, provocando que me dieran escalofríos. Me separé de él y lo miré por los pocos segundos que me dejó hacerlo, ya que, ni bien nos separamos el comenzó a besar mi cuello- Aunque era algo torpe hacía que soltara algunos suspiros. Sentí que bajaba por mi clavícula hacia mi pecho besando y lamiéndome.

—P-parece que algo sabes —dije con la voz un poco entrecortada, él me miró algo serio.

—He visto lo que te hacía mi padre, pero yo no seré brusco, no te lastimaré ni te forzaré a nada —puso sus manos en la cintura de mis calzoncillos, tomé una de sus manos y la puse en mi entrepierna—. ¿A-aquí? —asentí, comenzó a masajear mi miembro lentamente, como si me torturara o algo así.

Solté más gemidos y suspiros cuando comenzó a mover su mano más rápido. Le pedí que me bajase el calzoncillo que comenzaba a molestarme. Me complació y bajó la última prenda que traía puesta. Volvió a tocarme como lo estaba haciendo antes, haciendo que nuevamente suelte gemidos. Siguió así por varios minutos más, mi cuerpo comenzaba a temblar.

De repente, bajé la mirada y me percaté del bulto en el pantalón de Noah. Tomé su muñeca y lo detuve, me miró sin comprender. Le desabroché el pantalón, lo bajé un poco y pasé mi mano lentamente consiguiendo que soltara un gemido ahogado, sonreí instantáneamente al escucharlo.

—Hagamos esto de una vez —susurró en mi oído sorprendiéndome.

Realmente no esperaba que dijera algo así. Me acostó, se desvistió y volvió a sentarse frente a mí. Me recosté sobre mis codos y lo miré. No parecía muy seguro de que hacer. Volví a acostarme, extendí mis brazos hacia él logrando que se acercara, colocándose encima, lo rodeé por el cuello y le dediqué una pequeña sonrisa.

—No estés nervioso, ¿sí?

Lo besé, él correspondió, pero el beso no duro mucho, ya que solté un gemido al sentirlo entrar en mi interior. Comenzó a moverse lentamente soltando algunos jadeos. Pronto comenzó a aumentar tanto la fuerza como la rapidez de sus embestidas, pero no era lo único que aumentó, mis gemidos y jadeos también aumentaron al sentirlo, sin contar el dolor en mi erección que se incrementaba con cada gemido de Noah. Podía sentir que él estaba igual que yo. Podía sentir su miembro duro saliendo y entrando cada vez más fuerte. De repente, sentí su mano tomar mi miembro y comenzar a masajearlo. Por primera vez sentía placer al hacer esto; era la primera vez que realmente quería ver el rostro de quien estaba tan cerca de mí.

—N-Noah —gemí su nombre cuando sentí que estaba a punto de llegar a mi límite, pero él no dejaba de tocarme—. D-detente... D-detente, N-Noah...

No se detuvo, hizo caso omiso a lo que le decía. No pasó mucho hasta que eyaculé, él me dedicó una pequeña sonrisa, para luego poner ambas manos en mi cintura y sostenerme con fuerza.

—N-Noah... —volví a nombrarlo entre gemidos.

Comenzó a ir cada vez más profundo hasta que pude sentir el líquido en mi interior haciéndome estremecer. Lo acerqué a mi rostro y lo besé; sentí sus manos tomar las mías y entrelazar nuestros dedos.

—¿E-estás cansado?

Tenía la voz entrecortada. Salió de mi interior. Simplemente asentí acomodándome en la cama, él me arropó para luego acostarse a mi lado. Noah se quedó dormido casi al instante. Mientras, me dedicaba a observarlo, acariciando delicadamente su cabello. Guardé en mi memoria su rostro tranquilo al dormir. Sentía mi cuerpo temblar aún, pero no fue desagradable esta vez. Había disfrutado por primera vez que alguien pasara sus manos por mi cuerpo. Sonreí, me acerqué a su rostro y, con sumo cuidado, le di un corto beso. 

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Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Espero que les guste tanto como a mi me gustó escribirlo.  Se les agradece muchísimo los votos y comentarios. 

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