Que le había pasado, se sentía tan tonta al haberle dicho a su profesor la verdad y que por ello, lo trataba como si lo odiará , pero ese momento en el baño, se sintió tan atraída no como si hubiera sido una aventura sino como alguien con un deseo de tenerle cerca como una necesidad, eso le encantaba era lo que quería y mucho mejor con alguien que le gustaba demasiado .

Severus se quedó bajo la fuente, bajando su necesidad de su alumna, jamás hubiera creído que ella sintiera algo por él, eso era tan raro pero el jamás lo creyó, era bonita y perfecta podía tener a cualquiera y en cambio lo elegía a él, no lo podía creer; sonrió, eso era lo mejor que le había pasado y era una oportunidad que no dejaría pasar .

Después de la cena Hermione volvió a su habitación trato de arreglarse un poco más pero esta vez no se puso el "perfume" de siempre, no necesitaba más que su esencia natural .

Camino por los pasillos hasta llegar al almacén de pociones toco la puerta y esta se abrió pero al momento que ella entro se cerró de manera brusca y vio a su profesor nuevamente sin su capa y recargado en la puerta .

-. Sabe Señorita Granger , ha dejado su ropa sucia en el baño de prefectos-.

-. Ahora mismo voy a por ella-. !Por Merlín!, la había visto.

-. No se preocupe, he mandado a un elfo a llevarla a lavar. También he encontrado doblada ropa limpia, imagino que será suya también. La he mandado a dejar también a su habitación-.

-. Gracias, es muy amable-. Dijo Hermione en un tono formal.

-. Por cierto, me debe una ducha de agua fría-.

-. ¿Cómo?-. Preguntó Hermione.

-. Mis sentidos se han exaltado cuando he revisado la ropa para ver a quien pertenecía-.

Comentó como si no hubiera significado nada.

-. ¿Qué?-. Hermione sintió el calor ascender por su cuello hasta las mejillas.

-. Ese tanga blanco de encaje es una provocación para la vista-. Le susurró al oído.

-. No habrá sido capaz de mirar mi ropa-. Dijo Hermione boquiabierta.

-. Incluso te he imaginado con ella-. Afirmó él sonriendole tan descaradamente.

Hermione se quedó sin palabras con las que contestarle. ¿Qué demonios le había pasado a Severus? Mejor dicho, ¿quién era ese tipo que tenía enfrente y dónde estaba su profesor?

-. Creo que las formalidades sobran después de lo que me dijiste, te diré que yo siento lo mismo me gustas y no pienso dejarte ir esta noche.

Hermione lo veía y quería llorar jamás imaginaba que su profesor le diría algo así, y teniéndola contra la puerta le parecía tan excitante que no se quería ir.

-. Me gustas Severus-. Se lo dijo mirándolo a sus profundos ojos.

-. Me gustas Hermione-. Él lo repitió desde el fondo de su ser.

La distancia les pareció demasiada y decidieron romperla dándose ese beso que hizo recordarles la noche anterior y con ello proclamaban su amor en el secreto de ese almacén.

-. Hermione, ¿vas a ir ésta noche a algún sitio?-. Preguntó Severus, susurrándole al oído.

Severus levanto la vista y la fijó en Hermione.

-. No lo sé-. Respondió ella, sonrojándose.

Ambos sabían a que se refería esa simple pregunta y con sólo recordar la noche anterior notaba que sus pezones se tensaban. ¡Y llevaba su blusa sin brasier!

Severus miró disimuladamente a su pecho y sonrió. Dos pequeños puntitos se alzaron contra la tela de su blusa.

Dos pequeños guijarros rosas y dulces, con aroma a cítricos y seguramente sabor a ambrosía.

Una imagen se coló en la mente de Severus: Hermione con la piel húmeda, totalmente desnuda, con uno de sus pies en la fuente y las manos moviéndose entre sus muslos.

Imaginó sus dedos finos y delicados acariciando la piel suave y lisa, que pudo sentir la noche anterior.

Con un movimiento brusco se dio la vuelta para ocultar que tenía una erección de caballo delante de su alumna.

Hermione se rio y abrió la puerta sonriéndole a Severus.

-. Lo espero en su oficina para mi castigo profesor-.

Severus se quedó estático pero no se quedaría así toda la noche sobre todo porque estaba a punto de hacer un castigo muy especial para una alumna, y quería que ella aprendiera la lección.