Mientras luchaba por alcanzar a Melodie, las circunstancias iban mejorando gradualmente. Al adentrarme en la industria del k-pop, me di cuenta de que las oportunidades eran más amplias para ella que para mí. Tuve la fortuna de conocerla en persona, y aunque parecía una chica increíble, era evidente que estaba en un nivel mucho más alto que yo. Le pedí un autógrafo, pero en lugar de eso, me empujó contra la pared con desdén.

- Pequeña, no deberías meterte en este mundo. Yo nací con un potencial innato, a diferencia de ti, que solo eres una mera imitación - me dijo con desdén.

Acto seguido, fingió que me atacaría, pero en realidad solo se burlaba de mí. Me di cuenta de que para ella solo era otra fan más.

Al regresar a casa y quitarme la peluca azul, me recosté en mi cama, refunfuñando por el agotador día que había tenido. Bonnie, mi hermana menor, salió y me abrazó, deseándome feliz cumpleaños dieciséis.

- Qué día tan pesado - murmuré en respuesta.

Después, jugué con Bonnie y luego me llevó junto con mi papá adoptivo, quien me sorprendió con un pastel.

- ¡Feliz cumpleaños, Janet! - dijo mi padre adoptivo con la voz entrecortada.

A pesar de las dificultades en su comunicación, su gesto me recordó a mis padres fallecidos y me llenó de alegría. En mi mente, les envié un mensaje: "¡Papá, mamá, finalmente encontré a alguien como ustedes después de dos años desde aquel accidente!"