Ink observaba en el espejo del baño todas las marcas que Error le había hecho en el cuello la noche anterior. Pensó que al menos la bufanda ayudaría a disimularlas.

-Mío- declaró el mayor, quien había visto la puerta del baño abierta y decidió entrar y abrazar a Ink por detrás.

-Yo sé que soy tuyo- el pintor cerró los ojos e inclinó la cabeza, permitiéndole más espacio a Error para lamer y besar su cuello.

-Me aseguró de que los demás lo sepan-

-¿Marcándome?-

-Son marcas de amor-

-Ajá- declaró sin creerle.

Cuando Error usó sus manos para abrirse camino por el pantalón del menor y jadeó, Ink decidió dejar el asunto para otra ocasión y concentrarse en cosas más importantes.

Después de todo aún no lo habían hecho en la ducha.