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2. Del cómo conocimos a los Kangie.

Capítulo 2: Del cómo conocimos a los Kangie.

Después del pequeño incidente con la chica coqueta, Kyu y yo nos separamos de nuevo para ir cada uno a su próxima clase. Por mi parte, biología.

Cuando entro a la clase, para mi sorpresa todos los demás asientos están ocupados —incluido donde generalmente me siento para tener una buena vista a la ventana del aula— así que no me queda más remedio que sentarme con un chico de cabello castaño-rubio, ojos azules y una de esas enormes sonrisas que no quitas ni a golpes.

Lo reconocí como Kaidan Roggers, niño genio que casualmente cada clase conmigo. Cada clase. Kyu lo describió como uno de los "nerds más guapos de la escuela", pero especifico, luego dijo: "No más que tú, claro, Ethan" y me sonrió, así que me quedé tranquilo con eso.

—Ethan, ¿verdad? —dice el Chico Sonrisa Colgate.

—No creo que haya otro. —Repito de nuevo: De hecho, debe haber aproximadamente cuatro en toda la escuela.

—De hecho, debe haber aproximadamente cuatro más en toda la escuela, ¿no? —Me giro hacia él, con completo interés porque al parecer no soy el único que encuentra divertido memorizar los nombres de cada persona que asiste a la escuela.

—Buen hobby, ¿verdad?

Él sonríe aún más, si es que eso llega a ser posible.

—Tú sabes.

Kaidan deja su sonrisa enorme cuando la clase inicia y por nuestra parte ambos nos sumimos en ella. Después, tengo a Kaidan pegado a mí, debido al hecho de comartir cada clase. Tampoco me molesta, es increíblemente divertido y agradable, aunque algo me dice que sonríe tanto porque está practicando para el concurso de sonrisa colgate. Ya saben, esas sonrisas estiradas con las que desmayas a las chicas. Guiño, guiño.

—¿Tú eres el chico que recitó la tabla periódica al derecho y al revés? —pregunta Kaidan mientras caminábamos hacia historia. Sonrío, orgulloso de que al menos alguien tenga esas cosas importantes en mente—. Oh, hígados, en verdad fuiste fabuloso aquella vez.

Me detengo en seco un momento. Hago un pequeño recuento, Alicia: frutas, Michelle: derivados de la leche, Griselda: bichos, pero ¿hígados?

—¿Qué has dicho? —pregunto, examinándolo lo mejor que puedo. Debo recordarlo para poder dibujarlo. Él se detiene en seco, pero no le intimida mi rostro, porque Kaidan sigue sonriendo.

—Que fuiste fabuloso aquella vez. —Rueda los ojos, con algo de diversión en ellos—. ¿Quieres que lo girte? Hiere mi orgullo, ¿sabes?

Contengo mi sonrisa, para quedarme con mi serio rostro. Esto es misterioso, chicos.

—¿Hígados?

—Ah. —Noto que un ligero rubor cubre sus mejillas, como si eso lo hubiera avergonzado, pero se endereza dándome la imagen contraria que había creado ante—. Tendré que contarte. Mi abuelo Jake Roggers tiene desde la primaria insultando con partes del cuerpo, ¿raro, no? La cosa es que tiene que pasarle esa descendencia a todas sus generaciones, así que aquí estoy yo, envuelto entre mis padres cirujanos, hígados, riñones y demás partes del cuerpo. —Se estremece—. Sueño tripas volando, asqueroso.

—Oh, bichos.

Entonces él también se detiene en seco, su sonrisa se borra y me examina tal como yo lo estaba haciendo con él. Me regaño mentalmente por haber dejado a los "bichos" salir justo en un momento como este. No hay duda, el abuelo de Kaidan debe conocer al Clan de las Abuelas porque es extraño su peculiar forma de insultar.

—Tú tienes una historia parecida. —Es una afirmación, llena de determinación. Trago saliva, de repente poniéndome nervioso, pero trato de disimularlo volviendo a reanudar el paso.

—De acuerdo —digo, dándome por vencido. Algo me dice que puedo confiar en Kaidan—. Mi abuela Griselda insulta con bichos desde la primaria, tengo que continuar la descendencia.

—¿Crees que se conozcan? —pregunta Kaidan, volviendo a su actitud de antes de chico de sonrisa colgate. Me encojo de hombros, sin estar muy seguro, pero muriéndome de pura curiosidad.

.  .  .

Estábamos en el receso y Kaidan —para variar— seguía a mi lado. Me preguntaba seriamente si había tenido una pelea con su mejor amiga y chicle personal, Angie Ruther, esa alegre castaña con una enorme sonrisa en la que ambos parecían coincidir. A pesar de mi curiosidad, decidí no hacer preguntas e inconscientemente caminamos hacia mi mesa. Allí ya estaba Kyu esperándonos, sumida en un dibujo nuevo.

—Ey, Kyu —la saludo, sentándome frente a ella. La chica de cabello marrón me da una gran sonrisa, vuelve a su dibujo, pero en cuanto ve al chico que tengo a un lado, su cabeza lentamente vuelve hacia arriba.

—¿Por qué está Kaidan Roggers aquí? —pregunta ella en un chillido.

Ruedo los ojos.

—¿Qué tiene de especial este rubio teñido con ojos azules de contacto? —pregunto yo, como quien no quiere la cosa, a lo que Kyu me lanza una mirada fulminante. Por su parte, Kaidan me sonríe. ¿Es que acaso está sonriendo todo el tiempo? ¡Al menos que deje de sonreír así frente a Kyu, digo!

—¡Es Kaidan Roggers! —vuelve a chillar ella y hago una mueca desinteresada, viendo como Kaidan se sienta a mi lado cómodamente.

—¡Kai! —escucho que una voz nueva grita detrás de nosotros. Y aquí está, jóvenas y jóvenas, es decir, no sé si habrá algún hombre en esto que llamo conciencia, aunque no sé si puedo llamarlo así, porque sólo escucho cosas como "Ethan es geniaaaaal", "¿Dónde consigo un hermano así?", y aunque en verdad lo aprecio, no sirve para intentar ser modesto.

¿Ah, en qué estaba? Cierto. Les presento a Angie Ruther, la mejor amiga de Kaidan desde... no sé. Kaidan tiene un par de años que es nuevo aquí, así que no le llevo la cuenta como a los demás desde el jardín de infancia.

Angie parece no vernos, porque llega cómdamente hablándole al rubio.

—Oye, debemos subir en Kagine, ya sabes que nos han estado exigiendo mucho el vídeo y la verdad creo que... —Los ojos de Angie se amplían casi al mismo tiempo que los nuestros. Después de quedarse viendo un par de segundos a Kaidan, los ojos de Angie van a parar a los nuestros y nos da la sonrisa más inocente del mundo como si quisiera que le evitáramos preguntar si ellos son los verdaderos amigos Kagine.

Les explico. Kagine es un canal de YouTube bastante famoso de dos amigos que jamás muestran sus rostros pero hacen tontería y media que te sacará más de alguna risotada, además de jugar videojuegos juntos, contar experiencias, hacer fallos intentos de cocina, y a veces una que otra reseña más en parte de la chica, que en el canal se apoda Gin. El chico se apoda Kurt.

¿Y olvidé decirles? También son algo como nuestros enemigos mortales en el mundo de YouTube.

¿Olvidé decirles eso también? ¿Que ellos no son los únicos amigos que comparten un canal de YouTube? Está bien, ahora tengo que explicarles la historia completa. Cierto día, mientras Kyu y yo nos aburríamos, decidimos grabar un video —sin mostrar nuestras caras, para variar— en las que estábamos haciendo un par de retos y bromas a las personas que habíamos visto en internet. Casualmente y por pura diversión, Kyu subió ese video el mismo día que Kagine lo hizo. Desde entonces nuestro canal —y Kagine— comenzaron a tener fama, por lo que dejamos nuestro canal como Kethan, que es extremadamente parecido al de Kagine, pero nadie puede decidir si eso fue plagio o no, porque subimos el primer vídeo el mismo cochino día.

Si no lo sabían, pues he aquí una cosa más que no sabían del maravilloso Ethan Cassie. Y por si las dudas, no, no tengo mi ego por los cielos, por favor.

—¿Ustedes... son Kagine? —pregunta Kyu, palideciendo, sin poder ocultar su sorpresa. Yo tampoco puedo. Es demasiada casualidad que nos hayamos encontrado con nada menos y nada más que los misteriosos Kagine.

—¿Qué? —Angie suelta una risa llena de nervios—. ¿Nosotros Kagine? Ah, vamos, eso no puede ser, piénsalo, eso pasaría hasta que una escritora y un cantante se casaran —Pasó, Levi y Becky, prueba uno—, unas locas abuelas tuvieran una guerra —pasó, Alicia, Michelle y Griselda, prueba dos—, una escuela quisiera dividirse por colores —pasó, Hunter, Sheidy, Jordan y Sharpay, prueba tres—, y que un nerd quisiera convertirse en chico malo por una chica —pasándome, soy el vivo ejemplo de la prueba cuatro de que ellos son los misteriosos Kagine.

Y nuestros enemigos por internet.

—¿Sí entiendes que nosotros conocemos a toda la gente que ha pasado por eso, verdad? —digo yo, alzando una ceja. Angie abre sus ojos como platos, con verdadera sorpresa, como si no pudiera creer todo eso que ha dicho como si fueran bromas fuera real.

—Está bien, Angie, se nos salió, no hay problema...

—¡Acabo de arruinarlo, Kai! —se lamenta ella en verdad desamparada. Oh, sufre, Kagine, sufreee. Ay, ¿yo también ocultaba ese lado tan maníaco? Siempre he estadoooo aquí. Ignoraré esto.

—¿Entonces en verdad son los misteriosos y apestosos a bicho muerto, Kagine? —En verdad se me salió de la nada. De verdad, de veritas.

Ellos abren sus ojos como platos y los cuatro nos quedamos en silencio por unos segundos, viéndonos, justo como cuando me enteré de que el abuelo de Kaidan y el Clan de las Abuelas están misteriosamente relacionados.

—Solamente hay dos personas en YouTube que nos odian tanto y nos dicen así... —farfulla Angie viéndonos con una ceja alzada. Kyu y yo intercambiamos miradas, burlescas y llenas de nervios.

—¿Qué? ¿Nosotros los Kethan? —Kyu suelta una risa nerviosa—. Eso sólo sucederá cuando una chica se lance de un balcón para recuperar el mensaje de un vecino al que le ha mandado un corazón gigante —algo en su ceja alzada intrigante, me dice que sí ha visto eso—, una chica quiera perseguir a la misteriosa Rayita —el impasible rostro de Angie me dice que sí han visto eso también— o que una chica funde el club por un Mundo sin Triángulos Amorosos y termine en uno. —Y eso lo ha visto también.

—¿Sí entiendes que nostros conocemos a toda la gente que ha pasado por eso, verdad?

Kyu tampoco puede ocultar su sorpresa, y tal como se siguen viendo las cosas no se puede decir al cien por ciento quién de nostros fue el que decidió plagiar al otro, pero mientras tanto, ninguno dice nada.

—¿Eso quiere decir que Kangie y Kethan han tenido un encuentro ahora mismo?

Kyu rueda los ojos.

—¿No es aquí, Angie, donde le haces como en el canal y le das un codazo que lo deja sin aire?

Angie le da un codazo que lo deja sin aire. Bien, sí nos hemos encontrando con el enemigo, Kangie.

.  .  .

Lo más extraño de todo es que a pesar de que se suponía que debía ser el enemigo, Kaidan y Angie resultaron ser increíblemente divertidos y Kyu y yo no nos pudimos resistir para platicar y platicar con ellos lo que restó del receso y pasarnos papelitos de contrabando entre las clases para charlar de igual manera.

Era la clase de química, que de nuevo compartía con Kaidan y con Dess. Con el asunto de los Kangie contra los Kethan, no había tenido tan siquiera un momento para pensar en Dess. ¿Por qué? Ni la menor idea.

Esperaba ver su cabello rojo y lacio en cuando atravesara el umbral de la puerta con Kaidan pegado como lapa, pero vi su asieno vacío. Con un suspiro de rendición, me acomodo en mi lugar y Kaidan toma asiento al lado.

—¿Por qué ves ese asiento como si esperaras que mágicamente apareciera ahí el amor de tu vida? —pregunta Kaidan.

—Porque estoy esperando que mágicamente aparezca ahí el amor de mi vida —respondo, con voz monóntona y mi cabeza recargada sobre mi mano, sin quitarle un ojo al asiento de Dess.

—¿Estás enamorado de Dess Thompsome? —cuestiona, sorprendido. Asiento, levemente. ¿Por qué resulta tan sorprendente? Con sus ojos llenos de curiosidad por una historia, es como destapar una botella boca abajo, y las palabras comienzan a salir solas.

—Ella y yo éramos buenos amigos cuando estábamos pequeños. Yo no me enteré de que me gustaba hasta después, justo cuando ella dejó de hablarme y a mí me empezó a gustar. Desde enconces, ella y yo no cruzamos más que algunas incómodas palabras, pero supongo que sigo esperando que vuelva y se fije en mí —le confieso todo al que se supone que de todos los lados debería ser mi enemigo, pero algo me hace confiar en Kaidan. Será quizá su sonrisa tamaño Colgate o su para nada arrogante mirada que se parece tanto a la mía, pero lo hago.

—¿Pero a ti no te gusta Kyu Morrison? —pregunta de la nada, sorprendiéndome en verdad. Me río por gracioso disparate.

—No le gusto a Kyu. —Es todo lo que respondo.

—¿No te has dado cuenta de eso? Por favor, se nota que Kyu tiene sentimientos hacia ti, y tú de alguna manera la debes corresponder también porque tú...

Pero las palabras de Kaidan mueren justo en su boca cuando una chica de cabello castaño entra al aula. La reconozco, de nuevo. Vanessa Lange, la chica que persigue a Kaidan como si fuera la mismísima Pucca.

—Cúbreme, Ethanito, cúbreme —suplica Kaidan por debajo de la mesa. Decido poner mi pesada mochila sobre su espalda. Sonrío cuando escucho su quejido molesto, pero afortunadamente la Pucca americana no mira a su Garú.

—Misión cumplida —le murmuro en respuesta y él alza poco a poco la cabeza como si pensara que le estoy mintiendo. Aunque hubiera sido tentador, no soy tan cruel tampoco, vamos.

Mi mirada va de nuevo hacia el asiento solitario de Dess, cuando veo a una de sus amigas decir:

—Dess acaba de llamar. Ha tenido un problema con el auto. Le han chocado.

Mi vello de la nuca se eriza y mis sentidos se ponen alertas. No pienso en nada más, ni que química sería la asquerosa segunda clase del día que voy a faltarme si voy tras ella, sólo tomo mi mochila y salgo corriendo del aula, escuchando a lo lejos los gritos de Kaidan.

Corro lo más rápido que puedo hacia mi moto y hago un recuento de todos los lugares que frecuenta Dess para tener que venir a la escuela, descartando lo que menor tráfico tiene, quedándome con sólo tres posibles resultados. Justo en ese momento, recibo un mensaje de noticias:

"Chica joven de 15 años acaba de tener un accidente automovilístico por Junge". No necesito más, la moto ya está andando hacia toda velocidad donde se supone que Dess tuvo su accidente.

Recuerdo cuando se raspó la rodilla y empezó a sangrarle. Yo estaba allí para darle unas palmaditas en la espalda y decirle que todo estaría bien. O cuando se fracturó su brazo. Yo estuve ahí para darle la palmadita y decirle que su brazo estaría mejor. O cuando le bajó por primera vez a los doce, en ese verano, y yo estuve a su lado, dándole una palmadita mientras aguantaba sus extraños cambios de humor. Pero yo siempre estuve ahí cuando ella estuvo en un aprieto, le dolió algo o sufrió un mal momento.

Y me negaba a no estar yo justo ahora.

* * *

Segundo capítuloooo de DCSUCM, uff. Me la he pasado escribiendo toda la tarde y mi espalda me duele, pero todo porque tengan capítulo mientras la inspiración fluye.

Ayer por la noche estaba contándole a mi hermano en la noche que le había dedicado una historia a Ian —el amigo de mi hermano, de seis, deben recordarlo xd— porque había un personaje basado en él. Entonces se me ocurrió. Hacer un personaje de mi hermano y ante ustedes, Kaidan Roggers, alias, Edy mi hermano. También integré otros personajes que son amigos de mi hermano, como Annia, que vendría siendo Angie o Vanessa que hace de René. Será interesante ¿no? También con el asunto de las nuevas abuelas, ellas estarán con nosotros ahora y descubriremos cosas interesantes acerca de ellos, buahaha.

Kaidan en multimedia. Mi hermano no es un ogro, pero me gustaría tener a esa belleza de hermanooo, Dios <3.

Déjenme sus opiniones.

Faniela, fuera.




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