Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1. Del cómo fui de compras con mi cuñado.

Capítulo 1: Del cómo fui de compras con mi cuñado.

—Déjame ver si entendí —dice Kyu por enésima vez tomando aire, como cada vez que le repetí el plan para que por fin Iridessa se fijara en mí—. ¿Piensas cambiar tu personalidad para gustarle a una chica? —sus ojos se oscurecen, símbolo de que está confundida. A ella tampoco le parece bien. Yo sigo preguntándome ¿cuál es el problema?

—Sip. —Sonrío y saco la otra camiseta del closet de Dylan, mi hermano mayor. Me gustaría decir que mi hermano es un rebelde chico malo que tiene camisetas de cuero, y motocicletas ocultas en el garage, pero Dylan Cassie es todo menos así. Con decir que compró un auto y le puso cojínes bordados para que Alessa esté cómoda en él.

No me sirve.

—Argh —farfullo—. Toda la ropa de Dylan es inútil —cierro su closet de golpe. Mi hermana Sheidy es tal vez más rebelde que él, así que voy a su habitación y abro su closet—. ¡Ay, cachoras del mal! —exclamo cuando mis manos tocan una mini-falda entallada con lentejuelas doradas—. ¡¿Por qué mi hermana tiene esa porquería ahí?! —Analizo la prenda. Corta, muy corta, entallada, ¿ya les dije que tiene lentejuelas?

Indebidamente, me imagino a Iridessa con esa falda y es una imagen que tengo que sacar rápidamente de mi cabeza, así que lanzo la falda para tipejear adentro del closet y lo cierro lo más veloz que puedo, sintiendo casi como si un monstruo fuera a salir si lo abro de nuevo.

Trueno mis dedos, y miro a Kyu con decisión.

—Tendré que hablar con ella más tarde —digo, asintiendo repetidas veces—. Por ahora, sólo hay una persona que puede ayudarme.

Los ojos de Kyu se abren como platos.

—Ah, no, definitivamente no —corre hacia la puerta y se interpone en mi camino de salida para ir a la casa de mi objetivo.

—Por favor, K —hago un pequeño puchero—. Sabes que él es el único que puede ayudarnos con esto.

—Ethan, no deberías cambiar sólo para gustarle a Iridessa.

—Sip, sí tengo —intento cargarla para quitarla del camino y lo logro. La levanto como un sco de patatas y justamente cuando me faltaban unos pasos para llegar a las escaleras, Kyu logró darme una patada en partes sensibles y me hizo caer.

Pero yo terminé cayendo encima de ella. Los dos nos paralizamos en la nada, trago saliva con fuerza porque nunca he estado tan cerca de Kyu en mi vida. Los ojos de la chica de cabello marrón se abren como platos, expectante.

Ninguno se mueve, ni quita la posición en la que nos encontramos, a pesar de que es incómoda. No hasta que escuchamos la puerta principal abrirse, me aparto rápidamente, dándole espacio a Kyu para que se levante de ahí y emprenda camino. Lo hace, con pasos tambaleantes y aún nerviosa. Me encuentro a mí mismo secándome sudor de la frente por los nervios que sentí al estar tan cerca de ella.

Su piel era cálida y sus ojos brillaban. Obligo a mi corazón a dejar de latir tan rápido.

—¡Kyu! —una sonrisa del tamaño de un tren se forma en mis labios al escuchar la voz de Hunter, mi objetivo. Mi mejor amiga rueda los ojos, porque su plan ha fallado—. ¡¿Estás aquí?!

Yo soy el que baja las escaleras a paso veloz y me pongo a su lado como todo un chico emocionado por ver a su persona favorita.

—¡Cuñadoooo! —lo saludo pasando una mano por sus hombros, aunque él no es en realidad eso de mi hermana. A pesar de que Hunter es alrededor de 8 años mayor que yo, estamos casi de la misma altura, y no porque sea bajito, sino porque yo soy demasiado alto para mi edad.

Hunter se ríe cuando escucha que lo llamo así.

—Sólo me dices así cuando quieres algo —él me mira con ambas cejas alzadas, como preguntándome lo que quiero ahora. Vuelvo a sonreír.

—Por favor, no lo hagas, Ethan —suplica Kyu bajando las escaleras ahora. Veo en sus ojos que ella en verdad no quiere que lo haga. ¿Por qué le molesta tanto?

Dudo. Quiero hacer sentir bien a Kyu, quiero complacerla, así que el hecho de cambiar pasa a segundo plano. Pero también quiero que Iridessa se fije en mí, porque llevo mucho tiempo esperando por ese momento. Trato de que vea la disculpa en mis ojos.

—Quiero convertirme en un chico malo —suelto, mi emoción siendo levemente nublada por los ojos llenos de decepción de mi mejor amiga.

No lo entiendo. ¿Por qué me siento así por el hecho de que ella me haya lanzado esa mirada? ¿Por qué le molesta a ella tanto lo que estoy haciendo? ¿Por qué estamos de esta manera?

Escucho la grave carcajada de Hunter, prueba de que no me cree.

—¿Qué?

Ruedo los ojos y me pongo frente a él.

—Quiero usar chaquetas de cuero, conseguir una motocicleta, poder hablar más fácilmente con chicas... ya sabes como los chicos malos, pero sin el alcohol, los tatuajes, el cigarrillo, las fiestas con drogas y el sexo desenfrenado. —Bueno, si lo ponemos así no me voy a acercar mucho a ser un chico malo. Pero eso sería ir mucho más lejos, beber, fumar y drogarme por una chica es algo que ya no estoy dispuesto a hacer.

—Al menos todavía te queda algo de consciencia —murmura Kyu, queriendo que escuche sus palabras. Las ignoro.

Hunter no se ríe esta vez, sino que se queda en silencio, pensativo. Se sienta en el sofá y yo enfrente de él.

—Entonces... Lo que quieres es más convertirte como en un chico con más confianza, más coqueto, ¿verdad? Porque no harás todo eso que acabas de decir —dice Hunter, como si esperara que lo corrigiéramos por si está mal. No lo hacemos—. Bueno, a todos les va bien una dosis de confianza. —Entonces, la comisura del labio de mi cuñado del alma tira hacia arriba, mostrándome una sonrisa traviesa. Kyu bufa.

—No me digas que vas a ayudarlo —dice mi amiga entre dientes.

—Todo por un cuñado, ¿no?

Sonrío yo ahora.

.  .  .

Después de haber ido de compras con Hunter, que si me lo preguntan fue un poco incómodo con Kyu bufando y farfullando por todo y él viendo la ropa con sonrisas de "quiero comprar esto y esto y esto", me encuentro el día siguiente, antes de salir de la escuela, viéndome en el espejo, sin saber si esto será suficiente.

Iba de unos pantalones de mezclilla de forma desgastada y rotos de algunas partes, con una camiseta cuello V y una chaqueta negra arriba. Hunter dijo que era de los looks más normales juveniles en hombre, así que acepté. Mi cuñado del alma, me había prestado una de las motos que Levi le había regalado. Las motos se me daban de maravilla, pero jamás había decidido tener una propia porque a mi papá le daba cierto tipo de miedo que me convirtiera como el tío Lou, fanático de las motos y competidor de carreras ilegales. También me había aconsejado que entrara al equipo de fútbol americando de la escuela.

A Jordan, un amigo de mi hermana, le encantaba el fútbol americano, igual que a Hunter —de nuevo, y no lo culpo, él fue el más popular en su generación de la secundaria—, así que ambos se encargaron de enseñarme.

Si miraba en retrospectiva, tenía mis contactos para ser lo que era justo ahora, pero me había gustado dejar eso oculto. Ahora podía dejarlo de nuevo. Si podía convertirme en un chico popular, con un toque rebelde, podría llamar la atención de Dess.

Llevándome ese pensamiento conmigo, salgo de la habitación con los nervios a flor de piel. Afortunadamente, ni Dylan ni Sheidy estaban en casa ahora y no podían ver la travesura que se suponía estaba a punto de hacer. Mis papás aún no se habían despertado, así que después de desayunar, me escabullí por la puerta de atrás y tomé la motocicleta.

Era casi nueva, según Hunter y de hecho, me gustaba. Acomodándome la mochila en mi espalda, me subí a la moto e incié mi recorrido hacia la escuela. En parte podía entender por qué a la gente le gustaba andar en motocicleta, el aire en tu cara era agradable y sentías una adrenalina que no sentías mucho, que parecía ser exclusivamente cuando subías a la moto.

Al llegar a la escuela, traté de caminar incluso como Hunter me dijo que tenía que hacerlo. Hombros hacia atrás, relajados, manos en los bolsillos, mochila ladeada y sonrisa relajada. Lo intenté, y creo que funcionaba porque capté varias miradas de chicas que podía considerar guapas, a pesar de que por dentro me estaba muriendo de nervios por verme asquerosamente ridículo.

—Te ves asquerosamente ridículo—dice Kyu a mi lado y me giro con una sonrisa fingida de agradecimiento.

—Muchísimas gracias por el ánimo.

Eso la hace sonreír a ella.

—Al menos no vas a dejar tu sarcasmo.

—Nah, eso me hace Ethan. Ethan sin sarcasmo estaría incompleto, ¿no? —alzo una ceja y le doy un pequeño encogimiento de hombros.

—De acuerdo —suspira, como si estuviera declarándose rendida—. Te ves bastante guapo, ya he escuchado a varias chicas decir: "¿Ya viste al chico de allá?" "¿Teníamos chicos así de guapos en la escuela?" "¿Siempre ha estadoa aquí o es de intercambio?" —imita ella a las chicas con voces graves y agudas, haciéndome carcajear.

—Oh, vamos —ruedo los ojos y ambos empezamos a caminar hacia dentro de los pasillos de lo que llamamos escuela—. ¿No has escuchado nada de Dess?

Se tensa de inmediato, lo sé, porque sus hombros se curvan hacia abajo y su mirada va para el suelo también. Eso me pone alerta.

—K, ¿escuchaste algo?

—No —murmura, nerviosa, jugueteando con sus manos—. Vi algo.

Trago saliva en seco, pero aún así pregunto.

—¿Qué viste?

—Pues... vi a —sus ojos se alzan a los míos por fin. Se muerde su labio inferior y me obligo a no bajar la mirada a ellos y concentrarme en su mirada— Dess besándose con... Alex.

Dejo escapar un suspiro de rendición y me lanzo en la banca café más cerca que tengo. Mantengo mis ojos cerrados, con los celos apoderándose de mí y Kyu se sienta a mi lado, sin decir nada, pero aún así, su compañía se siente bien.

—No fue más que un beso nervioso de parte de ella —explica Kyu muy rápido, tropezándose con las palabras, como si quisiera recomponer las que dijo antes. Pero claramente lo que vio no fue su culpa.

No digo nada. Después de todo, para esto hice esto, este cambio. Y haré que Dess me vea. Ella tendrá que verme.

Voy a mostrarle lo que puedo llegar a valer, antes de que alguien más robe a mi chica.

.  .  .

Hunter me había aconsejado saltarme una que otra clase para probar un poco mi rebeldía, así que le hice caso con la de artística, que es la que más odiaba. Me escabullí antes de entrar, y hasta ahora nadie había visto mi travesura. Sentía los nervios dentro de mí, del peligro de lo que podía llegar a suceder si alguien me descubría, pero me hacía sentir adrenalina, igual que antes con la motocicleta.

No había alcanzado a preguntarle a Hunter qué hacían cuando se saltaban clases, así que heme aquí, sentado en una banca café, con mi pierna yendo de arriba a abajo, esperando a que el tiempo avanzara rápido y que al menos alguien viera mi travesura. ¿Sino de qué iba a servir mi tiempo desperdiciado aquí sentado en la banca? Admite que tú quieres que el tiempo corra más rápido aquí afuera que cuando estás en clase. No negaré eso.

Después de diez minutos sentado con mi pierna tambaleante, decidí levantarme y pasear por los pasillos o ir a mi casillero a hacer nada, no lo sé. Era sólo que estar sentado ahí estaba poniéndome de los nervios.

Abro la puerta de mi casillero y dejo los libros de artística dentro, que después de todo, no usé. Tomo los dos de la siguientes clases a las que sí tengo pensado entrar: literatura y química. Química sólo me hace pensar en Dess, así que no puedo saltármela.

Una chica de larga cabellera negra y potentes ojos verdes, que identifico como Lainy Scotts, una de las más bellas porristas, asoma su cabeza cuando cierro el casillero. Eso me da un pequeño susto y ella se ríe alegremente. Su risa no me causa repulsión, como la de la mayoría de las porristas.

—Ethan, ¿verdad? —pregunta ella, usando una voz melosa. Bueno, no soy tan tonto como para no saber de qué va ésto.

—No creo que haya otro. —En realidad, hay aproximadamente otros cuatro Ethans en la escuela, pero no lo menciono. Calladito me veo más bonito, decía sabiamente mi abuela Zelda, digo, Griselda.

—Soy Lainy —dice ella sonriéndome dulcemente y acercándoseme. Me alejo un poco, tratando de que no lo note.

—Lo sé. —Mala elección de palabras, ahora pensará que la acoso, cuando es que simplemente me sé todos los nombres de todos mis compañeros en la escuela. Hobby de cuando me aburro. Igual que el memorizar los ingredientes del shampoo cuando me baño—. Es decir, te he visto en las práticas.

Lo curioso conmigo mismo, era que las chicas —aunque fueran guapas— me ponían nervioso, por lo que eso ayudaba a que demostraba confianza en mí mismo. Algo en lo que al menos no tenía que trabajar. Me ponía nervioso frente a una chica si se me insinuaba demasiado —exagerdamente— o si era alguien que en verdad me gustaba, como Dess.

—Bueno, creo que yo también he estado teniendo un ojo sobre ti —dice ahora, su voz bajando, ahora sí empezando a preguntarme si en cualquier momento querrá abalanzarse a mí, lo que me da un profundo escalofrío—. Te ves como un tigre.

La tigre aquí eres tú.

Su asquerosa forma de coquetear casi me hace vomitar, pero me contengo. ¿Cómo nos zafamos de esta garrapata? ¿Le echamos piz piz? No estamos en el juego mexicano de la cucaracha y el piz piz, por favor. Sólo tenemos una opción.

Invocando a mi lado nerd, me encorvo a propósito.

—Y hablando de tigres —digo yo, mi voz empezando a sonar nerviosa, de nuevo, a propósito. Soy el amo del disfraz. Después de esto, diré algo como "El Ethan enmscarado lo hizo de nuevo"— ¿Sabías que las patas de los tigres son tan fuertes que pueden permacer de pie incluso después de morir?

—E inteligente el chico —murmura ella. Está bien, esto no es bueno. Se suponía que mi lado nerd debía alejarla de mí ¿por qué se sigue acercando?—. Me ayudarás a pasar química.

¿Sí entiendes que eso de los animales y sus datos curiosos será más bien biología?

Lainy se sigue acercando, jugando con su cabello, y pronto, la pared me traiciona dejándome acorralada con ella.

Que el bicho me perdone.

Se acerca. Bicos, bichos.

Se acerca. Cachoras, cachoras.

Se acerca. Hormigas, hormigas.

—¡Cariño! —suena una voz tan chillona que al principio no reconozco, hasta que alzo la mirada y veo la cabellera marrón de Kyu, lo ha soltado, porque en la mañana traía una coleta y sus labios con un fino brillo rosado—. ¿Por qué esta tipeja se te está insinuando? —cuestiona, sin dejar de lado su tono chillón del que me aseguraré burlarme más tarde. Ella se acerca a nostros y se interpone entre la tigre y yo, la víctima—. Discúlpame, morochita, pero este chico de aquí —me señala y toquetea un poco mi cara. Concluyo que ella está disfrutando molestarme y poniendo sus manos sobre mi cara, porque sabe que odio eso—, es de mi propiedad. —Pone una mano en su cadera y sonríe burlonamente y con superficialidad.

Lainy hace una pequeña mueca, se encoge y se aleja, dándose por vencida.

El Ethan y Kyu enmascarados, lo hicieron de nuevo.

Una vez escuchamos los pasos lejos, Kyu y yo suspiramos aliviados, para luego estallar en carcajadas.

—¿Qué ha sido eso? —pregunta K, riéndose todavía.

—Traté de zafármela con mis comentarios nerds, pero no lo logré —le respondo y ella se ríe aún más fuerte. Es mi turno de pregunta—: Y lo tuyo, ¿qué ha sido ese nuevo lado de Kyu Morrison que jamás había visto?

—Ya sabes —sonríe, quitándose el labial con su mano—, tengo mis momentos.

De pronto, me apodera el pensamiento de que al lado de una amiga como Kyu, será fácil conquistar a Dess.

* * *

No sé por qué sólo he querido subir de aquí hoy, a pesar de que subí ayer. Pero como usualmente digo: Aprovechen mientras suba mucho seguido xD.

Ethan es asdfghjk. Me encanta ese personaje, chicas, kdcirls. Kyu en multimedia.

Me tengo que ir, pero espero que hayan disfrutado del capítulo :D

Faniela, fuera.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro