6 - Sombra desconocida
Wonho ha sido una persona rebelde desde que tenía memoria, más por culpa de su padre estricto como la mierda. Siempre diciéndole lo que podía hacer o no, al ser el mayor y un alfa tenía que darle ejemplo a sus hermanos, un beta y una omega, hasta el momento en que nació su último hermano. Era un alfa dominante, Wonho podía ser un alfa de alta categoría, pero estaba por debajo de un alfa dominante.
De ahí la atención y la presión de su padre sobre él se esfumó por arte de magia y ahora el "pequeño y perfecto" Mingyu era el centro de atención. Eso hizo que la rebeldía de Wonho fuera de mal en peor, robaba las tarjetas de crédito de su padre, conducía ilegalmente aún siendo menor, hizo muchas cosas.
Y todo lo pasó de castigo en castigo pero su padre apenas le miró para regañarlo, solo eso. Cuando cumplió dieciocho se llenó de tatuajes, se hizo perforaciones y cambió su nombre a Wonho, su madre le miró con reproche, a igual que su hermana con un toque de lástima, su hermano beta fue más indiferente a lo que hizo, pero su padre, a ese alfa se le metió el demonio.
El mayor gritó y exigió que de alguna forma se quitase eso, pero era irreversible. Bogum no podía creer que el hijo de una "prestigiosa" familia, claro, la imagen ante todo, se comportara de esa manera.
A Wonho le valió tres hectáreas de mierda y siguió con sus fechorías. Pero aún así, de alguna forma se mantuvo en sus estudios y ahora estaba por terminar la universidad, formaría su propia empresa e iba a destruir la de su padre para no dejarle nada a su "pequeño hermanito".
Le seguía jodiendo la vida a su viejo como de costumbre, pero sabía que eso era solo temporal antes de destruirlo todo por completo. Así que mientras tanto seguiría con sus fiestas y omegas bonita en su cama, era otra cosa que amaba de tener dinero, sabía que muchos lo buscaban por beneficios propios.
Pero eso no impedía que las mujeres y hombres le cayeran como moscas a los pies. Sin embargo, había un omega que despertó su interés más allá que solo sexual, ese omega tenia nombre y apellido, Yang Jungwon.
El pequeño ratón que se la pasaba pegado a los libros. Supo de él cuando entró en la universidad, casi chocan una vez uno contra el otro, ese día Wonho iba con una de sus conquistas colgada del brazo y el pecoso enterrando su nariz en un grueso tomo.
Puede jurar que al ver esos ojos tan verdes y grandes, llenos de inocencia y vida. Una sed desconocida despertó en él, lo quería corromper, verlo llorar y gemir. A pesar de que no fuera tan atractivo como las porristas que siempre intentaban llamar su atención.
Jungwon no era así, era pequeño, adorable con sus grandes sudaderas y sus pecas. Wonho quería averiguar si podía transformar esa linda expresión por una más lasciva, sin embargo, el alfa de ojos azules era un asco tratando de llamar la atención de la persona que le interesaba.
Siempre trataba de lucir sus dotes al frente del omega, mostrando sus grandes cantidades de dinero y lo que obtenía con el, alardeaba a los cuatro vientos lo bueno que era en la cama y las otras omega hacían una parte del trabajo diciendo lo atractivo que era.
Aunque, el omega apenas miraba en su dirección, y Wonho no lo entendía, ¿Por qué no lo buscaba rogando una oportunidad para estar con él? Eso era algo inaudito, Jungwon debía de estar arrastrando sobre sus pies igual que los demás. Pero no era así.
Ni deseo, envidia o celos, nada sirvió.
Jungwon solo aparecía cuando los demás lo necesitaban y después se iba a su rincón para estarse allí hasta que fuera necesitado de nuevo. Wonho también tenía una vida muy ocupada como para esta siempre detrás del pecoso aunque lo miraba y vigilaba cada vez que entraba en su rango de visión.
Cuando llegó el verano a Wonho se le ocurrió un plan infalible que no podía fallar, buscó en la oficina de su padre alguna vieja propiedad funcional y su tarjeta de crédito negra para hacer unas vacaciones inolvidables. Por casualidad encontró en unos viejos archivos la propiedad de la montaña con la mansión cerca del lago.
No era exactamente de su padre, por lo que leyó, pero también tenía derechos sobre ella y él estaba encargado de mantenerla siempre en óptimas condiciones, tomó algunas copias y la dirección del lugar.
Hizo algunos movimientos por aquí y allá para obtener copias de las llaves de la puerta principal y cada cuarto de la mansión. Arregló todo a espaldas de su padre y al final terminó dando la idea de pasar el verano jugando en el lago, obviamente los demás le siguieron y con ello también invitó al omega.
Mandó a su reciente y breve pareja para que lo pudiera convencer, eran omegas sabrían hablar entre ellos, y así llevar a cabo su plan. Pero las cosas no salieron como quería, Jungwon siempre estaba de un lado a otro ocupado y Wonho tampoco tenía mucho tiempo libre.
El alcohol y los coños que se servían en bandeja de plata ante él eran muy tentadores como para dejarlos pasar.
Pero lo inesperado tuvo que llegar, el accidente del lago, el miedo, el ambiente tenso, las desapariciones de casi todos y las acusaciones entre sí.
Muchos se echaban las culpas entre ellos diciendo que ya pararan las bromas del mal gusto, incluso algunos se echaron en su contra a pelear diciendo que el había planeado todo eso y por esa razón no los dejaba salir. Pero la verdad era que Wonho también estaba muerto de miedo.
Y mientras más y más pequeño se iba haciendo el grupo de estudiantes el aire se volvía peor de respirar. Lo más raro para Wonho fue la tranquilidad y expresión neutral del omega, algunas veces lo notaba en una esquina escuchando lo que pasaba, mirando todo con sus inexpresivos ojos verdes.
Algunos destellos de mechones castaños pasando de un lado a otro, no se quedaba más de diez minutos en un solo sitio. Algunas veces Wonho podía jurar por su vida que veía un brillo extraño en sus ojos, de algunas manera no quería averiguar de qué se trataba.
Pero ahora, en la actualidad, una ira recorría todo su sistema sanguíneo. Wonho siempre había tratado por todos los medios tener a ese omega en su cama y en sus brazos, pero ahora estaba ahí sintiendo un aroma de alfa desconocido sobre su pequeño cuerpo.
Sexual e impregnado en su piel, alguien había podido disfrutar y tocar algo que él solo había deseado hacer por bastante tiempo. Sabía que Jungwon no era de los fáciles, en lo absoluto, entonces su duda era aún más grande, ¿Como era posible que alguien haya podido ganarle y tomar al omega que más quería?.
Era algo que iba averiguar y no le importaba mucho la situación que estaban pasando en ese momento, solo quería respuestas del pecoso, saber porqué le dio a otro algo que debió ser suyo por derecho.
-¡Habla maldita puta! -el alfa tomó de la ropa al pecoso y lo jaló para acercarlo a su rostro.
Wonho respiraba agitado, su aroma a fuego frío se había vuelto amargo de una manera sofocante, como mucho olor a humo negro muy denso. Hacía que respirar fuera dificultoso, sujetaba al omega con fuerza por el cuello de su camisa, y Jungwon no sabía qué hacer o responder, de toda la desgraciada situación.
¿Por qué le reclamaba por eso? No es como si fuera algo importante o relevante para la situación que estaban viendo y viviendo. ¡Ese alfa era un estúpido que pensaba solo con su nudo! Jungwon estaba más que seguro de eso.
-¡Wonho cálmate! ¡No es momento para que te preocupes por un culo, hay cosas más importantes que solo estar pendiente de una puta sin gracia! -chilló una de las omegas que estaban allí, acercándose al alfa de cabellos oscuros y tratando de apartarlo del pecoso.
Jungwon no dijo nada, tampoco mostró más que nervios o sorpresa, podría tener algo de miedo pero la escena le parecía más ridícula que nada. Pronto, no pudo evitar chillar con algo de dolor cuando Wonho lo agarró por sus rizos con su mano libre soltando el cuello de su suéter, sacudiendo su cabeza un poco antes de enviarlo al suelo.
El pecoso cayó con fuerza lastimándose un poco el codo que usó para proteger su rostro del impacto. Ese alfa estaba en cólera y empujó como si nada a la omega que trataba de calmarlo, apenas la miró.
-¡¿Es que no me oyes?! - Wonho gritó acercándose de nuevo al menor, los demás tenían miedo de acercarse y enfrentarse a la ira del alfa, pues la mayoría era beta y el alfa que quedaba era de bajo rango.
El alfa pelinegro agarró de nuevo a Jungwon por su cabello, sin embargo, antes de que pudiera hacer algo más, un estruendo se escuchó venir fuertemente de una de las ventanas que tenía la cocina. El vidrio se rompió en mil pedazos y cayó al suelo como una lluvia brillante.
El sitio se empezó a llenar de un aroma aún más sofocante que el de Wonho, tan fuerte que hizo temblar de pies a cabeza a todos los que estaban allí.
Wonho reconoció ese aroma y no tuvo que esperar mucho para saber quién era el dueño de tal fragancia.
Un alfa entró por la ventana, era más que obvio, grande, habían músculos tensos bajo esa camisa negra, botas pesadas, una hacha y una máscara de conejo que le cubría todo el rostro, y el cabello. Todos quedaron de piedra mientras el alfa se acercó a ellos a pasos lentos.
-¡¿Quién diablos eres?!-gritó Wonho soltando al omega-, ¡Esto es propiedad privada y haré que te lleven a la cárcel!
Por el aroma, podía deducir que era el alfa con el que Jungwon había pasado la noche, el alfa pelinegro iba a meter a ese alfa en una prisión de alta seguridad, ya tenía a un culpable justificante para dejarle todos los cargos. Pero, ninguno se esperó que el alfa de pronto corrió al lado del único alfa de bajo rango que quedaba.
Cuando llegó a él clavó su hacha profundamente en su cabeza, un sonido crujiente atravesó los oídos de todos y pronto la sangre salió como cascada del joven bañando al desconocido, salpicando a los demás y el suelo por montón.
Los que vieron la escena con horror soltaron gritos despavoridos y salieron corriendo lo más rápido que sus piernas les permitían. Incluso Wonho se perdió entre los pasillos dejando al pecoso en el suelo, quién solo miraba todo con los ojos muy abiertos pero sin decir nada.
Jungwon alzó su rostro para mirar al alfa que se acercaba a pasos lentos en su dirección, su hacha goteaba sangre dejando un pequeño rastro y su camisa negra se miraba aún más oscura con el estampado en rojo.
-Won-murmuró aquel hombre agachándose levemente para acariciar una de sus mejillas con suavidad, limpiando de allí algunas gotas rojas que habían caído.
El pecoso no pudo evitar soltar un pequeño suspiro tembloroso, no sabe si de emoción, miedo o excitación, toda su mente y su cuerpo estaban en una encrucijada. El alfa de la máscara se apartó y corrió por los pasillos persiguiendo a los que huyeron.
Pero Jungwon no se movió, él tampoco le hizo nada más que tocar su rostro con suavidad.
Volteando su cabeza, el pecoso pudo observar como la espalda ancha del alfa se perdía lejos de su alcance, algunos gritos se escucharon después de que el alfa desapareció. Jungwon no sabía si podría pararse siquiera, sus piernas nos respondían y sus brazos tampoco.
Había entrado en un shock, apenas notó como una mancha negra se acercó terminándolo de estrellar contra el suelo. Jungwon jadeó de dolor, y al mirar quién había sido notó los ojos azules que le veían con pánico y miedo helado.
-¡¿Estuviste con un maldito asesino?! - Wonho exclamó, respirando con dificultad y tratando de sujetar su cuello- ¡Eres un monstruo igual que él! Ustedes planearon todo ésto! ¡¿No es así?! ¡Lo hicieron!
-¡Déjame! - Jungwon agarró las manos del alfa enloquecido y trató de empujarlo con sus rodillas para que se alejara.
Su fuerza no se comparaba con la de un alfa, por una vez en su vida maldecía su costumbre de solo leer y ver películas sin hacer mucho esfuerzo físico, quizás pudiera quitárselo con más facilidad.
Agarrándolo fuerte por el cuello, las manos de Wonho hacían que el aire no llegara a sus pulmones, Jungwon estaba empezando a ver borroso cuando miró una sombra pasarse sobre ellos de repente. Algo grande, también pesado se clavó en la unión del cuello y hombro del alfa que estaba encima suyo.
Las manos de Wonho se volvieron flojas y casi al instante Jungwon sintió como un chorro cálido y oscuro cayó sobre su pecho bañando también parte de su rostro. Mirando mejor el hacha clavaba en el alfa, que poco después fue sacada haciendo más sangre saliera.
Jungwon se quitó al alfa sin vida de encima gateando hacia atrás hasta que su cuerpo pegó contra una silla del comedor, estaba empapado de sangre fresca y caliente, Wonho estaba tendido en el suelo muerto y mirando hacia el frente notó al alfa allí parado, estaba aún más lleno de sangre que antes.
Acercándose un par de pasos, él se llevó una mano llena de sangre a su máscara para quitarla y revelar su rostro. La respiración de Jungwon se atascó en sus pulmones. Cabello rubio, rostro cincelado y esos ojos mieles. ¡Por toda la mierda del mundo! Ese alfa era guapo. Jungwon no pudo evitar mojarse, más de lo que ya estaba, levantándose poco a poco hasta quedar de pie.
El pecoso dejó escapar un par de ronroneos, todo lo que había pasado era de película que merecía cinco estrellas.
El alfa se acercó otro paso, Jungwon simplemente corrió.
Los más rápido que sus piernas cortas le permitían, fue hacia las escaleras subiéndolas de dos a tres en cada paso, escuchando atrás pequeños gruñidos y una risa oscura, pero sobre todo, oliendo el aroma de un alfa bastante interesado en su persona.
Jungwon había iniciado una persecución y ya vería como o en donde terminarían las cosas.
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