Extra II
Me regalan muchos comentarios xfa 🐜✨
(...)
Katsuki frunció el ceño, cruzó los brazos y miró con una repulsión mal disimulada al alfa dominante que tenía al frente suyo.
Había un hombre con traje entre ellos que firmaba y acomodaba un manojo de papeles que tenían el ancho de un libro de casi doscientas páginas.
—Bien, todos los cargos de las muertes y desapariciones pasan al señor Todoroki. Según todas las pruebas, fue su hijo quien organizó aquella masacre llevando a toda una estudiantil a una mansión plagada de trampas, se encontró al mismo Touya Todoroki en una de ellas, aparentemente su locura lo llevó a cometer un suicidio. —el abogado dijo, tratando de meter todos los archivos que tenía de ese caso en su maletín, cientos de demandas le habían caído a los dueños de aquella mansión.
Sin embargo, Katsuki se libró de todas ellas, sí, era una tierra compartida con Enji, pero todo parecía orquestado por su hijo mayor. Todo fue contundente y el rubio había mostrado pruebas de que nunca tuvo la más mínima idea de lo que ocurría, ya que había pasado todo este tiempo en una casa de verano en la playa con su nueva pareja.
De casi los cuarenta estudiantes, ni el mismo asesino salió libre de lo que había hecho. El alfa de cabellos rojos y padre del psicópata, recibió más cadenas perpetuas de las que puede contar, ni con una libertad condicional se puede librar de pudrirse en la cárcel, Enji estaba acabado.
Un policía lo esposó y lo sacó de la sala, él parecía mortificado, como si solo ahora la realidad de la vida le cayera encima. Parecía que se echaba toda la culpa de lo que había hecho su propio hijo, sin embargo, ya no había nada que pudiera hacer, solo le tomaba resignarse y dejarse llevar sin discutir o tratar de negarse, eso había sido su pago por haber hecho tantas cosas incorrectas que no debió.
—Señor Bakugou, lamentamos todo lo que ocurrió, sobre todo la exposición de su pareja, pero un caso de ésta magnitud volvió loca a todas las personas de la prensa. —el oficial le hizo una reverencia profusa, tratando de hacer que el enojo del enigma se calmara, lo menos que quería era una demanda de él a su estación de policía.
—¿Y qué, piensas que eso lo va a cambiar? Mi pareja ya no puede caminar dos cuadras sin ser abordado por reporteros, será mejor que hagan algo antes de que lo haga yo. —el enigma se levantó de su silla, se arregló el saco de su grave y salió de la sala con el mismo ceño fruncido de hace rato.
Kirishima que le esperaba en el pasillo se le unió siguiéndolo de cerca, estuvieron en silencio hasta llegar a la parte baja del edificio, pero al salir una horda de flashes de cámaras parpadearon por todas las direcciones. Había guardias de seguridad haciendo una barrera para que él pudiera llegar a su auto, pero eso no les impedía hablar.
"¡Señor Bakugou, por favor responda unas preguntas!" Gritaban ellos y Katsuki gruñó por lo bajo tratando de ignorarlos.
"¿¡Cree que las acciones que cometió el hijo de su socio afectan la productividad de su empresa!?"
"¡Bakugou-san! ¿¡Puede darnos detalles de lo que pasó!? ¡¿Es cierto que decenas de universitarios murieron mutilados en un solo verano!?"
"¡Señor Bakugou! ¿¡Está planeando casarse con aquél omega!?"
"¡¿Su omega es de la misma universidad de aquellos estudiantes, no!? ¿¡Como se lo está tomando!?"
Katsuki detuvo su andar, apretó los puños y se tomó un respiro hondo, una vez su ira bajó tres niveles giró sobre sus pasos. Se acercó a la columna de reporteros que se volvieron más locos cuando les prestó atención, varios micrófonos fueron puestos en su rostro y le hacían miles de preguntas más. El rubio solo mantuvo su rostro serio un momento antes de hablar.
—Solo diré esto una vez, nada de lo que ocurrió me afecta a mí porque no tengo nada que ver con ello, —la voz del enigma era poderosa, más con su aroma y aura que calló a toda la prensa que le querían hacer la entrevista—, ¿Y qué si mi pareja es de la misma universidad? Es la única que hay en esta maldita ciudad, solo queríamos disfrutar del verano, y si ustedes no detienen su acoso contra él entonces consideren ésta la última entrevista que harán en sus vidas.
Dicho eso, Katsuki se fue y no se detuvo hasta llegar a su auto, se sentó en la parte de atrás mientras que Kirishima iba en el frente, Sero manejaba. Los vidrios negros no dejaban que nadie mirase desde afuera hacia dentro, pero si se podía hacer al contrario. El rubio sonrió, mágicamente su aroma de molestia cambió a una alegre y divertida, incluso su sonrisa fue contagiosa a los que iban adelante porque también lo hacían.
—Hermano, la cena con tus padres y suegros ya está agendada en el día que lo pediste, la reunión de esa tarde fue cancelada. —el pelirrojo informó mientras escribía algunas cosas en su celular con una sonrisa que mostraba sus dientes filosos.
—Bien, clara plana apúrate, cuanto antes regresemos mejor. —Katsuki ordenó y Sero asintió sin quitar su sonrisa, obviamente ambos sabían porqué el rubio quería regresar tan pronto a su hogar.
Allá le esperaba la única persona que podía seguirle el ritmo sin cansarse y mantenerlo de buen humor todo el tiempo. Puede que sean retorcidos, pero todos los empleados de Katsuki le agradecían en el fondo de su corazón al omega por haber hecho que el rubio grite menos en el trabajo.
Una vez se detuvieron en la zona residencial el rubio se bajó del auto sin despedirse siquiera, pero eso era natural en él cuando estaba apurado y no le importaba a sus subordinados, ellos se fueron dejando que su jefe fuera feliz con su vida.
Mientras tanto, Katsuki entró sacándose los zapatos en el pasillo de la entrada. Frunció un poco el ceño al no escuchar los rápidos pasos a los que ya se estaba acostumbrado ni el "bienvenido a cada" que siempre recibía.
El enigma caminó silencioso hasta la sala, su cara molesta cambió rápidamente a una sorprendida y después a una perversa cuando lo miró. Su omega, su bello Deku, él estaba durmiendo en el enorme sofá completamente desnudo para su deleite.
La piel pecosa de su bello durmiente estaba llena de marcas, desde mordidas algo profundas hasta oscuros chupetones.
Izuku tenía una de sus piernas ligeramente doblada por lo que podía ver bien aquel espacio entre ellas. Con el sigilo de un felino, Katsuki se acercó al omega sin hacer ruidos y se agachó a su altura, se sacó la corbata lentamente y abrió el botón superior de su camisa, no podía esperar para ponerle la mano encima a ese manjar.
—Ni siquiera lo pienses. —el murmullo que salió del pecoso hizo que los dedos de Katsuki se detuvieran a un par de centímetros del cuerpo más pequeño—. ¿No ves que estoy en una faceta de recuperación después de todo lo que me has hecho todos estos días?
El omega gruñó, buscó una posición más cómoda y apretó soltando un suspiro la almohada que se había traído de su habitación. No le importaba en lo más mínimo estar desnudo ante el alfa ni dormir así en medio de la sala, era un castigo para él, ese rubio mañoso que siempre buscaba la manera de dejarlo sin caminar por días.
—Tenemos que ir con nuestros padres mañana, no quiero llegar con una cojera, ellos están muy molestos ¿Sabes? —Izuku bostezó, se pondría ropa, si tan solo no le diera picazón por las mordidas, se le habían acabado las curitas para sus pezones sensibles y no tenía las energías para ir a una farmacia.
Sobre todo, no podía salir de la casa sin ser acosado por esos reporteros que siempre estaban al acecho. Inútiles, por culpa de ellos sus padres estaban tan enojados, al descubrir por las noticias que "pasó" en realidad el verano en una casa de playa en lugar del campamento en la montaña, aunque estaban agradecidos por eso. Eso no quitaba el hecho de que estaba marcado y que se la pasó "todo" el tiempo con un alfa del cual no les contó.
—Deku~ —Katsuki se pegó al menor como un cachorrito, besando sus hombros y paseando sus manos por la espalda pecosa que estaba ligeramente dolorida—. Vamos, ambos sabemos que en realidad te gusta estar así y pides por más siempre, puede que estés algo cansado pero eso no es razón para estar molesto.
El rubio enterró su rostro contra el cuello de Izuku, el aliento cálido pegaba contra la oreja del peliverde y las gruesas manos se deslizaron hasta llegar a los dos redondos glúteos pecosos que tenían marcas atravesadas de azotes.
En un movimiento rápido, Katsuki enredó sus dedos en los cabellos verdes de su pareja y tiró con fuerza de él para atraerlo a su cuerpo. Izuku cayó del sofá a los brazos del enigma, soltó un jadeo y ni siquiera pudo hablar porque su boca fue tomaba con rudeza.
Un beso rudo, lleno de dientes y mordidas que podrían dejar sus labios sangrando. Izuku gimió pasando sus manos alrededor del cuello de Katsuki, clavándole las uñas en el cuero cabelludo de la nunca también, al parecer ninguno de sus dos se quería dar por vencido, pero cuando el enigma llevó su mano libre al trasero del pecoso y metió sin remordimientos dos dedos en la entrada húmeda que esperaba por él.
Fue Izuku quien buscó separarse para recuperar aire y gemir por las leves embestidas que los gruesos dígitos le daban en su interior. El omega hizo una "o" con sus labios hinchados dejando salir sus cánticos contra la boca del mayor.
Katsuki sonrió al haber logrado su meta y volvió a besar a su pareja bebiendo de su boca todos los jadeos que le provocaba.
—¿Ves como si te gusta? —murmuró el enigma cuando se separó con una perversa sonrisa mientras agregaba otro dedo entre aquellas calidad paredes, después de que pasaron por mucho aún seguían apretando sus dedos como si el estrecho lugar fuera virgen.
—¡No es ju-sgh!~ —Izuku gimió tembloroso arqueando su espalda cuando los dedos estimularon su punto dulce sin piedad y Katsuki le mordió el hombro sacándole sangre, se había corrido tan patéticamente, ensuciando el caro traje de su enigma.
—Te gusta hacerte el difícil solo para que sea malo contigo, —dijo dejando al omega volverse flácido en sus brazos, ronroneos salían del pecoso—, me encantas, ¿Vamos a un sitio más cómodo?
Sin quitar su sonrisa, Katsuki cargó al ronroneante omega que se le frotaba contra en el pecho a la habitación en la que ambos dormían. El rubio cerró la puerta con un pie una vez entró, esa tarde sería solo de ellos antes de cualquier otra cosa.
(...)
Izuku frunció el ceño y miró de forma acusadora a su pareja, quién solo le veía de vez en cuando de reojo. Con un resoplido el omega tomó más base de maquillaje y lo aplicó en su hombro algo descubierto, no quería que sus padres le vieran esas marcas.
Ya tenía suficientes problemas y una reputación frente a ellos, que ahora estaba casi destruida, al menos debía de verse más decoroso. ¡Pero Kacchan le dejaba todo el cuello y los hombros llenos de marcas! ¿Cómo iba a verse presentable ante sus padres así? Lo peor del caso era que cenarían en un restaurante caro y no podía usar allí sus grandes sudaderas.
¡Menos al frente de los padres de su Kacchan!
—Sé que lo estás disfrutando, Kacchan. Puedo verlo en tus ojos. —dijo acusándolo, Izuku se miró de nuevo en el espejo y terminó de cubrir su cuello con un difuminador.
El rubio solo se reía mientras que Izuku hizo pucheros en el resto del tiempo que quedaba de camino al restaurante. Una vez allí, el rubio aparcó al frente, salió del auto y dio con grandes pasos la vuelta hasta quedar al frente de la puerta del copiloto para abrirla y darle la mano para ayudarlo a bajar.
Tomando una respiración profunda, Izuku sonrió sonrojándose levemente tomando la mano de Katsuki, se bajó del auto ahogando un chillido cuando sus caderas y espalda dolieron por el esfuerzo de pararse. Se había tomado un par de pastillas no hace mucho, así que el efecto de éstas debía de ocurrir pronto.
—Gracias Kacchan. —Izuku sonrió clavando las uñas en la piel de Katsuki, fue sarcasmo más que nada incluso si lo había dicho dulcemente y eso el rubio lo sabía, pero su sadismo ante la situación solo le hacía sonreír como si estuviera recibiendo el mejor cumplido del mundo.
—Lo que sea por ti, mi vida. Siempre procuro hacer que disfrutes todas nuestras veladas. —como si fuera una película de romance de la era victoriana, Katsuki llevó a sus labios la mano que sostenía de Izuku y le besó el dorso.
Bueno, Izuku no podía negarlo, le gustaba sentirse así de dolorido, la sensación de su piel magullada y la irritación en sus partes bajas solo eran un recordatorio de la buena noche que había tenido.
Aunque, ¡Eso solo se disfrutaba en casa con privacidad, no se podía estar a gusto en una cena con sus papás!
—Katsuki, hijo. —una voz lo interrumpió haciéndolos voltear hacia el origen de ésta—. Recuerda que estás en público, además no quieres darle una mala interpretación a tus suegros ¿Verdad?
Un sonrojo cubrió el rostro de Izuku al ver los padres de su Kacchan y sus propios padres llegando al lugar. El rubio lo tenía pegado contra él, una mano la tenía posada en la parte baja de su espalda y la otra le seguía sosteniendo la mano en lo alto. Además, sus rostros estaban tan cerca que parecía que se iban a besar en cualquier momento.
Izuku miró a sus padres avergonzado, Hisashi tenía el ceño fruncido y le miraba de forma reprobatoria, mientras que su madre Inko tenía una expresión neutral. Y eso daba más miedo que el ceño fruncido de su padre. Por otro lado los Bakugou's tenían expresiones relajadas y se podía decir que incluso estaban felices.
—Mamá, papá… me alegra verlos después de tanto. —desde que acabaron las vacaciones de verano, hace más de un mes, no había ido a verlos, solo algunos mensajes hasta que se descubrió la verdad.
Ellos le siguieron llamando una y otra vez para exigir explicaciones de todo. Pero Izuku los ignoró y desvió el tema lo mejor que pudo, eso mientras las aguas se calmaban un poco, ahora podría presentarles a su enigma y padre de sus futuros bebés.
—Izuku… estoy feliz de que estés bien. —un respiro hondo dejó los pulmones del progenitor del pecoso, parecía haberse contenido por mucho tiempo. El omega le sonrió con cariño y después pasó a los padres del rubio, debía de admitir que la madre era una copia igual de él.
—Señores Bakugou, un gusto conocerlos, mi nombre es Midoriya Izuku. —dijo el pecoso cortésmente mientras se agarraba del antebrazo de Katsuki, se pegó a él por instinto y les sonrió a su nueva familia.
—Oh cariño, puedes decirme tía Mitsuki, ahora eres uno de los nuestros, —la rubia mayor sonrió en grande restándole importancia a su formalidad—, ¿Saben? Esta charla sería mejor dentro, señores Midoriya, a mí me encantaría formalizar una relación bastante sociable con ustedes, así que por favor vengan con nosotros.
Mitsuki los guió al exclusivo restaurante, Izuku estaba aún sostenido de Katsuki, mientras que el rubio sonreía internamente sabiendo que su vieja bruja ya estaba enredando a los Midoriya entre sus dedos, ella era así, suave, dulce y hasta tierna cuando quería, era incluso de temer.
Fueron unos minutos en completo silencio, fueron a la recepción y llevados por el encargado hasta la mesa probada que tendrían ellos seis. Había una mesa de cuatro lados con un bello florero en el centro, pero la mesa era lo suficientemente grande como para que cupieran dos asientos en cada lado.
Izuku se sentó al lado de Katsuki con los padres de este a su costado y los Midoriya a la izquierda del pecoso. Un camarero llegó enseguida con los menú y se fue dejándoles espacio. La verdad era que el peliverde no leía nada de lo que tenía al frente, estaba más preocupado por la tensión más que por otras cosas.
—¿Desde cuándo? —el pecoso alzó su mirada encontrándose con la de su madre—, ¿Desde cuándo estás saliendo con él, cómo fue que llegaron al punto de que me mintieras diciendo que irías a un campamento para escaparte todo el verano con él?
Izuku tragó saliva, agachó la cabeza y jugó con sus dedos. De inmediato el rubio dejó su menú para colocar una mano sobre la espalda del omega y susurrarle algo al oído, desde el punto de vista de los mayores parecía que Katsuki estaba alentando a su pareja para que dijera las cosas como eran.
—L-lo siento. —el pecoso sollozó por lo bajo y respiró hondo—. Conocí a Kacchan al inicio de mi nuevo año universitario, fue en un café, las cosas solo se dieron porque sí y antes de darme cuenta ya estábamos saliendo, no quería contarles hasta estar listo y seguro de nuestra relación.
—¿Por eso pocas veces llamabas y los fines de semana no venías a vernos? —Inko preguntó menos molesta que antes, e Izuku asintió tomando un pañuelo para secar sus lágrimas.
—En serio lo siento, sabía que ustedes juzgarían primero a Kacchan por su edad y yo no he terminado mis estudios. Pero estuve tan emocionado con estar con él todo el verano y eso me llevó a mentir sobre aquella salida en grupo. —Izuku volvió a bajar la cabeza colocando el paño en su regazo—. La verdad es que no tengo ningún amigo en la universidad, ya sabes parte de eso mamá, por eso casi nunca salía de casa siquiera y estar con Kacchan fue algo maravilloso que me ocurrió, no quería arruinarlo.
—Cariño… —esta vez fue Inko quien no pudo aguantar su corazón de pollo y abrazó a su único cachorro, ambos se deleitaron con sus aromas después de haber estado tanto tiempo separados.
—Eso no explica lo de la marca, —interrumpió Hisashi quién miró fulminante al rubio—, ¿Acaso usted se aprovechó de la búsqueda de afecto de mi hijo y lo presionó para dejarse marcar?
—¡No papá, no fue así! —el pecoso chilló inmediatamente tratando de defender a su pareja, aunque el rubio se le adelantó y le miró dejando en claro que tomaría la palabra.
—En realidad no esperaba marcarlo ahora, iba hacerlo una vez estuviera graduado. Sin embargo, mi celo llegó antes de lo esperado mientras estábamos en la casa de la playa y eso desencadenó que el celo de Izuku también surgiera antes de tiempo, ninguno de los dos tuvo control de la situación. —el silencio llenó la mesa después de eso, los Bakugou no decían nada y dejaban que los otros resolvieran sus asuntos en paz, aunque no duró mucho, pues Mitsuki se aclaró la garganta suavemente.
—Señor Hisashi, Inko. Entiendo que las cosas no se dieron de la mejor manera, obviamente mi hijo primero tenía que pasar por un proceso de cortejo antes de marcar al pobre Izuku, —la rubia sonrió tomando una campanilla haciéndola sonar para llamar a los meseros—, pero no hay reversa atrás, no se preocupen por nada, si Katsuki hace algo indebido yo mismo lo mandaré a castrar. Los Bakugou tienen un honor que mantener.
La omega sonrió luciendo sus bellos dientes blancos. Los Midoriya no pudieron responder ya que el mesero llegó por sus órdenes, una vez pedida la comida volvieron a tomar la conversación. Mitsuki tenía razón, no se podía hacer nada con la marca de Katsuki en Izuku, sobre todo al ser un enigma y que el pecoso lo quisiera, tratar de hacerle una cirugía para eliminarla solo haría que cayera en una horrible gota e incluso muriera.
A los Midoriya no les tocó más que aceptarlo, aunque Hisashi arrugó por un rato el entrecejo, rápidamente cambió cuando Masaru empezó a murmurar cosas sobre talleres de carpintería y tallados en maderas. El alfa de cabellos negros fue comprado sin saberlo con eso, más cuando el enigma de cabellos marrón dijo que necesitaba a alguien con experiencia para ser jefe de uno de sus propio talleres.
E Inko, quien fue comprada por Mitsuki al invitarla a su "pequeño hogar" en una de las zonas más caras y seguras de Japón, fue con la excusa de "tenían que volverse más cercanos". Katsuki contribuyó bastante sobre esos temas, metiendo lentamente una mano bajo la mesa para apretar el muslo interno de Izuku suavemente y el mencionado tratando de controlar su aroma junto al sonrojo que de pronto apareció en su rostro.
—¡Tengo todo listo para la boda! ¡Me he tomado la molestia con la información que me ha dado Katsuki y ahora solo falta elegir trajes o vestidos, lo que quieras cariño! —la omega rubia le sonrió al pecoso quien parpadeó confundido un momento antes de sonrojarse hasta las orejas, dejando a los Midoriya en shock.
Pero Izuku estaba feliz
¡Se iba a casar con Kacchan!
¿Podría haber algo mejor que eso?
Sabía que nada había mejor que eso, bueno, si lo había pero eso era diferente.
La cena fue un éxito, según el rubio que estaba orgulloso de poder llevarlo de nuevo a su apartamento y follarlo sin descanso toda la noche, dejando al omega satisfecho y cansado hasta la médula en su cama.
Cuando el cuerpo de Izuku se recuperó físicamente dos semanas después, pudo ir con su madre y suegra a comprar un hermoso traje blanco para el día de su boda. Ahora la omega de cabellos verdes estaba más que encantada con todo, pues tal parece que Mitsuki la había hecho sentir como una reina bien servida en su mansión, además de la propiedad que le dejó a ella y Hisashi en el mismo barrio que vivía.
Y poco después de eso, Izuku caminó por el pasillo de la iglesia, había dos cachorros familiares de Katsuki, Mahoro y Katsuma sino recordaba mal sus nombres, que dejaban caer cientos de pétalos de bella flores por donde caminaba hasta llegar al altar. La ceremonia se dio sin problemas y al final del "puede besar a su omega".
Katsuki lo había tirado contra su cuerpo para darle un beso demandante al frente de todo el público que estaba invitado. Después de eso siguió la fiesta, el pecoso gozó de comer del delicioso pastel que tenía unos cinco pisos y evitó bebidas alcohólicas, solo por si acaso.
Y al acabar todo, se fueron de "luna de miel". El rubio lo sentó sobre su regazo y casi se lo comía allí en el auto prácticamente, mientras le mostraba los folletos del paraíso de las aguas termales, era una región algo abandonada con un pequeño pueblo que sobrevivía por el turismo y las aguas cálidas.
Bueno, siempre desaparecía una o dos personas al año en ese lugar, ¿Que tiene de malo que se desaparezcan un par más ese?
(...)
K? Creyeron que me había olvidado de este fic? No, damas y damos. Solo me llegó la inspiración divina. ✨
Al fin concluimos esta historia por completo uwu
Ansjksd ahí veremos cuando llegue de nuevo para otro extra hajsgkds
Zaorycast ✨✨
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