Capitulo 2: Viento helado.
El viaje en el autobús duró horas, fue notable el cambio de entorno. Los edificios se fueron poco a poco y se convirtieron en casas, después pasó solo a colinas llenas de cultivos y por último, todo eso se dejó atrás para pasar a estar rodeados de árboles.
Por suerte la carretera de tierra no tenía baches y todo fue tranquilidad. Casi cuatro horas en carro, por suerte habían parado en una gasolinera para ir al baño y comprar algunas cosas. Izuku compró una gran bolsa de comida chatarra, caramelos dulces, chocolates, papas fritas y más.
Se tomó un refresco y unos sándwiches que había hecho con anterioridad para el camino, dejaría sus golosinas para después. Y cuando al fin la gran carroza rectangular se detuvo en medio de la jungla pudieron salir, bueno, no exactamente una jungla, era un bosque, con árboles grandes y podía ver pajaritos volar por todas partes. Buscó su equipaje rápidamente para que no fuera revuelto con otros y se tomó tiempo para admirar el lugar.
El fresco aire que no tenía contaminación, no olía a humo, a quemado, nada, solo a tierra, flores y árboles. los grandes árboles que daban sombras frescas y el canto de los pájaros, puede que estar en ese lugar dos meses no sea tan malo, el pecoso caminó hacia la entrada de la gran mansión que estaba en medio de un pequeño claro.
Un sonido chirriante lo hizo mirar hacia atrás, una gran puerta de metal se cerró por donde justamente habían entrado. Ahora que lo notaba, una alta y larga muralla de ladrillos rodeaba todo el lugar, al menos eso creía pues la pared se extendía tan lejos que sus ojos no alcanzaban a ver en donde había alguna curvatura.
Izuku suspiró, seguramente la cerca rodeaba una gran extensión de la montaña para mantener a animales grandes y peligrosos lejos de la mansión y los que pudieran estar dentro de los muros. Terminó por encogerse de hombros, era obvio que las personas ricas, y con demasiado dinero para su propio bien, hicieran cosas así para mantenerse seguros.
Dejando eso de lado, Izuku caminó para adentrarse en la mansión, muchos estudiantes se iban a la parte superior, competían entre ellos para buscar la más grande y con mejor vista. El pecoso arrugó el entre cejo, mínimo como setenta habitaciones tendría esa enorme casa.
Eso sin contar los baños y las cocinas que tendría. No entendía la razón por la cual alguien haría tremendo lugar, ¿Para que hacían ese tipo de cosas?, Era estúpido y no miraba la necesidad de hacer un sitio tan grande para la familia que fuera a vivir allí.
Quizás cuando sea millonario encuentre su iluminación y sepa porqué.
Por el momento solo quería sobrevivir a ese verano rodeado de estúpidos alcohólicos, caminó por la planta baja para buscar un cuarto, ni de chiste iría a las partes superiores, no quería oler los aromas de sexo ni escuchar gemidos que interrumpieran su momento favorito de la noche.
Para su suerte encontró una buena habitación, estaba en lo que parecía ser una esquina y tenía grandes ventanales que dejaban ver hermosos árboles cerca, junto a muchos arbusto llenos de flores. Al parecer allí iba a tener todo lo que quería, tranquilidad, paz, soledad, y podría salir a escondidas del lugar si quiera.
Las ventanas grandes hacía que salir afuera fuese fácil. La cama cómoda a metro y medio de una ventana era impecable, sus sábanas color crema y muchas almohadas, se encontró con dos puertas en una pared. Las revisó y dio con un armario enorme y un baño, era perfecto.
Si quisiera podría pasar allí todo el verano, aunque se suponía que había ido a ese lugar para pasar ratos en la naturaleza y explorar. Dejó sus cosas a un lado de la cama, buscó su celular y trató memorizar el camino para no perderse después.
—Todo es gigante —murmuró para sí mismo el pecoso poniendo atención a los detalles de la mansión, los techos altos y las decoraciones en las paredes.
Siguió con su exploración interna un rato, hasta que llegó a una sala llena de estudiantes, algunos con cervezas en manos y otros estaban jugando con un videojuego de último modelo. Un chillido de una Omega escándalosa le hizo poner su atención hacía ella.
—¡Dabi-kun! El lugar es genial y el río no queda nada lejos, de verdad que te has lucido ésta vez —Toga colgaba del brazo de Dabi y daba pequeños saltitos, sonreía como maniática y el alfa apenas la miraba, ella solo sería la conquista que iba a calentar su cama esa noche, para todos era obvio.
Izuku no quiso mirar más, no era de su interés ese lugar y quería ver el bosque, ver si conseguía un sitio oculto y apartado para ver esa noche una película en la oscuridad. Sin embargo, un par de ojos azules mar se fijaron en su pequeña figura antes de su salida exitosa.
—Deku —Izuku se congeló en su sitio cuando escuchó la voz de aquel alfa llamarlo, odiaba ese apodo—, ven aquí, no seas tímido.
Aguantando las ganas de salir corriendo, Izuku se giró sobre sus talones y caminó hasta quedar al frente de Dabi, quien pasó una de sus manos a la cintura de Toga, incluso un poco más abajo y apretaba la piel descubierta por la mini falta que ella tenía.
—¿Qué ocurre? ¿La radio de tu auto necesita un ajuste de bocinas? —el pecoso preguntó apenas alzando una ceja y la frente del alfa con cabellos teñidos se arrugó.
—No, ¿Por qué siempre piensas que te llamo es solo para arreglar algo? —Dabi preguntó pero Izuku no despidió en lo absoluto, ni siquiera cambio su expresión—. Como sea, solo quería decirte que disfrutarás de tus vacaciones, ni siquiera me agradeces por haberte invitado.
"Casi obligado por tu nuevo y temporal coño mojado"
El peliverde pensó para sus adentros, no dijo eso, obviamente. Prefería ser el pequeño perrito al cual mandaban de un lado a otro para hacer trucos, a ser el blanco de toda una universidad para atormentar con viles bromas pesadas.
—Ah, Gracias por haberme invitado, Dabi —Izuku hizo una leve reverencia ante el de mayor estatura, parecía que quería decir algo.
Pero afortunadamente/ desgraciadamente apareció un beta algo panzón e interrumpió la pequeña e incómoda charla, el desconocido tenía un traje de baño y parecía haber corrido.
—¡Midoriya, una de las motos acuáticas se averió y la necesitamos ahora mismo para una carrera! —ni siquiera había pasado un día o tres horas y ya lo estaban llamando para reparar algo.
Aparentemente su caminata por el bosque tendría más retrasos de lo previsto. Pero Izuku aprovechó la oportunidad para disculparse con Dabi y toga antes de seguir al beta hacia afuera, al menos ya podría estar fuera de la mirada del fuckboy del campus.
Tristemente pasó su tarde de esa manera, arreglando cosas que los demás estuvieron estropeando. La música sonaba muy alto y la laguna estaba abarrotada de personas, otras partes del río también estaba llena de ellos. Podía verlos reírse, divertirse, tomar alcohol, hacer comida al aire libre.
Era tan sofocante, Izuku se fue a su habitación para meter en su mochila algunas bolsas de papas fritas y chocolates. La tomó y abrió la ventana dando un pequeño salto para caer al suave pasto, sonrió levemente y se adentró al bosque sin rumbo fijo.
Siguió río arriba dejando atrás a los demás, solo cuando ya no escuchó la música y los sonidos de los motores de las lanchas sobre el agua, fue que se detuvo.
Encontró un pequeño lago, era mucho más pequeño que el de la parte de abajo, pero era lindo y tranquilo.
La luz del sol se iba haciendo cada vez más debil entre los árboles, a Izuku no le importó, buscó un árbol con la base cómoda, limpió y se sentó. De su mochila amarilla sacó su computadora, sus audífonos, su comida chatarra y algunos jugos o cajitas de leche.
Eligió al azar una película en su larga lista que tenía en la memoria, conectó los audífonos a la computadora y le dio 'play', puso su mochila como almohada contra el árbol y abrió un chocolate.
Se quedó allí dos horas y media, importándole poco que el sol ya no estaba en el cielo, a su alrededor el único sonido que había era el de los grillos nocturnos.
Tembló un par de veces por el frío e hizo nota mental de traer una manta o un suéter la próxima vez.
Dio pequeños gritos de susto cuando aparecía de repente el demonio en su pantalla, los audífonos eran increíbles captando pequeños sonidos, y se relamió los labios al ver las pobres víctimas siendo asesinadas, sus ojos nunca se cerraron ante esas escenas crudas y cuando la película terminó Izuku solo estiró sus brazos por encima de su cabeza y guardó todo de nuevo en su mochila.
Puso la basura en una bolsa y la metió dentro de unos de los bolsillos amarillos para después echarlas al basurero, no era un desordenado ni iba a dejar su desastre en un lugar tan hermoso. Listo para irse, Izuku encendió la linterna de su celular para ver el camino.
Aunque, antes de abandonar el lugar pudo jurar que un ligero aroma a especias llegó a su nariz. Sin embargo, debía de recordarse que estuvo comiendo cosas chatarras toda la tarde, y esas cosas iban cargadas de especias. Y además los otros niños estúpidos del sitio eran demasiado cobardes para adentrarse tan al bosque de noche, pero Izuku los hubiera visto y oído si estuvieran por allí.
No le importó en lo más mínimo y caminó río abajo para llegar a la mansión de nuevo, había sido una buena experiencia haber mirado una de sus películas favoritas en el bosque. Era como si estuviera en una boca gigante, la noche se lo comía por completo y apenas podía mirar hasta donde su celular alcanzaba alumbrar.
El pecoso saltaba piedras y pequeñas ramas, dando no mucho después con el sonido de la música estridente y los sonidos de emoción a no muy lejos. Izuku rodeó el lugar en donde estaba la mansión para llegar a la parte trasera de esta y así entrar a su habitación por la ventana de la misma forma en la que había salido.
Dejó el bolso amarillo sobre la maleta en el suelo y sacó su bolsa llena de envolturas, salió del cuarto, por la puerta, y caminó por los pasillos a la cocina más cercana, se cruzó con algunos compañeros ebrios que parecían olas caminando mientras se mecían de un lado a otro.
Se deslizó silenciosamente y echó su basura en un cesto, fue al refrigerador para tomar algo ligero e irse, ni siquiera pudo poner sus manos sobre una pieza de carne perfectamente asada antes de ser jalado por su ropa.
—¡Deku! Es bueno verte ahora, Noshi le echó agua a un equipo de sonido y ahora no enciende, ven a revisarlo —Izuku miró al alfa de cabellos naranjas con el ceño ligeramente fruncido.
Suspiró levemente mientras se dejaba arrastra de nuevo al lago y se puso a reparar el equipo, varias cosas hicieron cortocircuito con el agua y estaban quemadas. La única razón por la que estaba allí era esa, a los niños ricos les daba pereza reemplazar lo dañado y el viaje para traer cosas nuevas de la ciudad era de casi cuatro horas.
Por los menos agradecía que ellos tuvieran un poco de cerebro y hayan traído repuestos para muchas cosas allí.
Así por lo menos no tenía que ingeniárselas para reparar algo.
Después de eso tuvo que arreglar otras cosas, y cuando quiso tomar aquel trozo de carne que estaba en el refrigerador dio conque ya no estaba. Molesto y cansado, Izuku regresó a su cuarto para dormir, se quedaba mucho tiempo allí le daría un dolor de cabeza por la música alta.
Al llegar a su destino buscó en su maleta un cambio de ropa y antes de entrar al baño una brisa fría lo heló, miró a las ventanas dando con una de ellas abierta.
¿No la había cerrado cuando entró?
(...)
Segundo cap. 😈
A mí Zuzu lo tienen como burrito, trabajando sin paga 🤧
Espero que les haya gustado el capítulo. 🕴️✨
Zaorycast .✨✨
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