Izuku no era popular, de ninguna forma. Siempre pasaba desapercibido, invisible y solo era notado cuando lo necesitaban.

Aunque fuera algo fastidioso ser utilizado siempre a las necesidades de otros, no se quejaba del todo, la verdad era que quería ser parte de algo y por eso era que se hacía el ignorante y se dejaba utilizar por las personas que se hacían llamar sus "amigos".

El nerd de la tecnología, así era llamado por muchos, su padre era mecánico, así que Izuku sabía cómo reparar aparatos, además de que también era aficionado a las computadoras. Por eso, cualquier problema con una laptop e incluso un auto,  Izuku sería la primera opción para llamar.

Nunca le pagaban y siempre se la pasaba sacando de problemas a sus compañeros cuando dañaban algo que es de sus padres.
¿Querían descargar musicas con buen sonido y poco tiempo? Izuku era la solución, navegaba por las páginas de internet como si fuera una piscina para niños en menos de treinta minutos tenías mil canciones de buena calidad.

Aunque, la razón por la cual Izuku había aprendido tanto sobre tecnología y navegar en páginas webs sospechosas, en las que un paso en falso y podrías hacer que tu celular tenga un virus mortal; eran sus películas y series.

El pecoso amaba las películas de terror, sentir esa adrenalina que le daba el miedo y el suspenso o ver la sangre las víctimas que tenían la mala suerte de cruzarse con el monstruo o el asesino. Amaba la sensación de su respiración superficial y los latidos desenfrenados de su corazón en su pecho, tanto que podía escucharlo con claridad en sus oídos.

Hermoso, así era como Izuku describía la sensación que tenía cuando miraba sus películas de terror. Se había vuelto fanático de ellas cuando tenía unos diez años, cuando sus padres se sentaban los viernes por las noches en el sofá para un cine en casa. Ellos al principio estuvieron recios a dejarlo ver esas películas porque no eran para niños.

Pero entonces Izuku les decía que se taparía los ojos en las partes más terroríficas y no tendría miedo ni pesadillas por la noches, les rogó hasta lo dejaron sentarse en medio de ellos y ver las películas. Le gustó desde la primera vez y amaba que con el pasar de los años los cineastas encontrarán formas de hacerlas más realistas, que las escenas fueran más crudas cada vez.

Creció mirándolas, y nunca se cansaba de ellas, no había ninguna película que Izuku ya no hubiera visto una mil veces. Siempre estaba en páginas de internet buscando buenas películas, con buenos audios, idioma y HD, descargaba las películas y las coleccionaba todas en su computadora.

Incluso estando en la universidad, en sus momentos libres quizás no podía ver películas, muchas personas alrededor y poco tiempo para verlas, por eso se llevaba libros, y cuando volvía a casa, una vez termiaba con sus tareas, miraba una película entera y sin pausas antes de dormir.

Un día en su universidad, Izuku estaba leyendo tranquilamente un libro mientras esperaba a que empezara su siguiente clase, faltaba unos diez minutos y estaba en la mejor parte de su libro, el pecoso podía sentir su corazón martillando con fuerza en su pecho y los nervios placenteros de ansiedad lo recorrían de pies a cabeza.

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… la madera crujía con cada paso que daba, las termitas y polillas hicieron un gran trabajo en deteriorar las escaleras de una forma en que la baranda era inservible para apoyarse, tenía demasiados huecos y todo se hacía aserrín bajo sus dedos.

Un pequeño maullido de dolor se escuchó en la parte de abajo, entre la oscuridad, ni siquiera podría ver su mano al frente de su rostro si lo intentase, aún así, siguió bajando lentamente mientras apoyaba su mano en la pared sucia y llena de polvo para guiarse.

—A-auxilio… —la voz rasposa y quebradiza le dio un vuelco a su corazón, se apresuró a bajar con algo más de rapidez para ir al origen de la voz—. A-ayudame, Haru...

Cuando llegó a la parte baja casi tropieza con algunas cajas de madera que habían por allí, mirando a los lado y tratando de encontrar a su amigo herido, siguió caminando con su mano derecha pegada a la pared. De pronto, una suave luz entró en el cuarto oscuro, había una pequeña ventana rectangular que dejaba entrar luz de la luna llena al sitio.

Una sombra se removió en una esquina, no podía ver quién era exactamente, pues aún estaba entre las sombras y la poca iluminación que daba la luna no alcanzaba ahí. Caminó hacia allí con las piernas temblorosas, tenía que cruzar el sótano desordenado y sucio.

—Haru… —la sombra de repente pareció elevarse, era alta y llegaba al techo de piedra, brazos delgados se pudieron destingir a los lados se su cuerpo.

El color abandono su cara cuando miró como uno de los brazos se extendía hacia él, apareciendo un poco a la luz, una piel gris y áspera fue visible desde su posición,  huesos deformes, y dedos largos con unas negras que parecía agujas se extendían hacia él cada vez más.

Ojos rojos un poco hundidos y una sonrisa filosa con dientes grandes se acercaron saliendo a la luz, el rostro deforme le estaba sonriendo, baba viscosa y negra como el petróleo se escurría de su boca, el ser la noche abrió la boca y parecía que iba a…

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—¡Izuku! —el Omega se sobresaltó en su puesto, el libro que tenía en mano resbaló y cayó al suelo debajo de su escritorio.

Miró hacia abajo para ver su libro esparramado en el suelo con la hojas dobladas y después miró miró hacia arriba. Ojos miel y una sonrisa con pequeños colmillos a la vista, Izuku reprimió un pequeño gruñido que quería salir de su garganta, no quería problemas con nadie en la universidad, había mantenido un perfil bajo, lo tendría hasta salir de allir.

—¿Sí, tu celular necesita una nueva actualización, Himiko? —el pecoso preguntó mientras se agachaba para recoger su libro, hizo un pequeño puchero al ver las hojas dobladas pero no dijo nada sobre ello.

—Hum, no por el momento —ella tarareó e Izuku se contuvo de poner los ojos en blanco—, Dabi dice que estás invitado para ir con nosotros al campamento todo el verano.

—¿Eh? —Izuku abrió los ojos algo sorprendido, que lo invitaran a un campamento por dos meses era algo imposible. Aunque, debe de imaginar que siempre hay algo de por medio cada vez que lo notan. 

—¡Sí! La familia de Dabi tiene una gran mansión en las montañas, hay lagos, ríos y será perfecto para olvidar el estrés de la universidad, y tienes que venir —Himiko sonrió, haciendo presión en la última frase como si fuera una orden en vez de una petición, y se inclinó sobre el escritorio de Izuku, los ojos miel de la Omega brillaban peligrosamente.

—Bueno… —el pecoso lo pensó seriamente, no quería ir, sabía que el sitio iba a estar lleno de estudiantes alcohólicos, pero también estaba la posibilidad de estar tranquilo en el bosque con sus películas y sus libros—, iré.

Murmuró al final y Hikimo sonrió, el profesor de ese salón entró y la rubia se fue rápidamente. Izuku suspiró profundamente cuando la clase comenzó, habían interrupido su parte favorita de la lectura y además fue invitado/casi obligado a ir a una montaña el resto del verano.

No sonaba tan mal, si imaginaba que sería invisible mientras no era útil para nadie y podía ver sus series y películas con total tranquilidad. Ya se imaginaba ir de noche a un lago y sentarse bajo un árbol para ver sus películas mientras el agua y los grillos era lo único que escucharía a su alrededor, sonaba como el paraíso.

El pecoso pasó esos últimos dos días de universidad tranquilo, fue llamado un par de veces para arreglar unas bocinas, equipos de sonido y una computadora, su rutina no cambió mucho. Llamó a su madre la tarde el último día antes de irse al 'campamento', estaba empacando su ropa tranquilo mientras dejó su celular en alta voz para escuchar la voz de su madre.

—¿Hola, Izuku? —la voz suave de la Omega mayor sonó al otro lado de la línea, con solo escucharla Izuku se relajaba.

—Hola mamá, ¿Cómo estás? ¿Y papá?—saludó mientras acomodaba un par de camisas grandes dentro de su maleta, el peliverde había comprado incluso un traje de baño para nadar cuando tuviera ganas.

—Cariño, estoy bien, tu padre está acomodando unas cosas ahora en el sótano, sigue empeñado con poder un taller —la mayor dijo mientras soltaba una ligera risilla, Izuku sonrió de manera inconciente y siguió guardando sus cosas en la maleta que estaba sobre la cama.

—Me alegra escuchar eso, tienes que estar al pendiente de que papá no se rompa un dedo con su martillo —Izuku comentó haciendo reír más a la peliverde al otro lado del celular—, mamá, mañana me iré al campamento que te mencioné, quería visitarte antes de irme, pero los demás están apurado para ir a los lagos, la verdad parecen cachorros de primaria cuando suena la campana de recreo.

—Oh, sí, el calor está empezando fuerte nada más con la llegada del verano, creo que los comprendo un poco, desearía tener una piscina con agua fresca para el medio día —Izuku rió por lo bajo cuando escuchó a su madre suspirar soñadora—, ¡Pero estoy feliz por ti! Normalmente pasas los veranos en casa y no sales, es bueno cambiar de escenario de vez en cuando, espero que lo pases increíble este verano. Puedes enviarme fotos del lugar.

El pecoso asintió aunque su madre no le estaba mirando, le gustaba mucho su optimismo por las cosas nuevas. Aunque no tuvieran mucho, Izuku le daría a sus padres una gran casa con piscina cuando sea millonario, les quería agradecer de muchas formas todos los años de cariño que le dieron.

Guardando su computadora, audífonos, algunos libros y otras cosas más en su equipaje, siguió hablando con su padre y hasta un poco con su padre antes de cortar la llamada. Ya tenía todo listo y era tarde, puso una alarma en su celular antes de irse a dormir, de alguna manera esperaba que las palabras de su madre fueran acertadas.

(...)

—¡Vamos, dence prisa! ¡A este paso vamos a llegar después de medio día! —Izuku escuchó el grito de alguien pero no prestó atención, caminó hacia el fondo del autobús en el que estaba para tomar asiento en una esquina.

Acomodó su mochila amarilla sobre sus piernas y buscó sus audífonos, se los colocó pero no puso música, recostó su cabeza contra el colchón del asiento y miró por la ventana de vidrio.

Veía como los demás afuera guardaban sus maletas en los autos propios que tenían y se subían con rapidez para arrancar rápidamente. Casi cuarenta estudiantes universitarios, era una locura y esperaba que su habitación en la mansión no fuera compartida.

Poco a poco el autobús se llenó de otros estudiantes que hablaban entre ellos animados, hacían planes para las cosas que harían primero una vez estuvieran en la montaña. Nadie lo miró, ni trató de hablar con él, bueno, tenía audífonos en los oídos pero aunque no los tuviera, nadie se acercaría, era una presencia omnipresente para todos lo que estaban allí.

No le importaba mucho, siempre fue alguien no-especial, no tenía amigos y no se acercaba a nadie para tratar de hacer uno. Tenía una ventaja y una desventaja ser así, lo bueno era que podría hacer lo que quería y nadie no iba a molestar, pues nadie se daba cuenta. La desventaja era que a veces era aburrido, quería tener a alguien para hablar sobre las películas que le gustaban y las parte más memorables.

Pero sabía que eso solo lo harían que lo tomaran como un bicho raro, aparte de nerd tecnológico también sería el sádico amante de las películas de terror que se excita por ellas.

Sí, quizás era mejor vivir en las sombras y ver todo desde allí.

Izuku cerró sus ojos cuando el autobús arrancó y solo entonces puso música para escuchar con sus auriculares.

(...)

Primer capítulo. 🕴️

Es algo aburrido pero ñee, casi todas las historias empiezan con cosas aburridas antes de lo bueno 😼

Espero que les haya gustado.

Zaorycast.✨✨