
Capítulo 32
Josué
Todo Muere. Las personas Mueren, los animales, Las plantas, Las rosas, Las amistades, Los Lagos, los bosques, el amor, la alegria, las relaciones. Todo es un final constante al cual cuesta tanto trabajo adaptarse. Las cosas echan raíces en nuestros corazones, se encarnan en nosotros, nos envuelven con su presencia, estamos acostumbrados a ella para después desvanecerse, aquella raíz pierde sentido y se apaga, se aleja y fállese. La muerte resulta aterradora, es algo con lo que debemos tener cuidado, Respeto. Existen tantas personas anhelando un poco más de vida, un año más, un mes más, un día más, una hora más, un segundo más. Sin embargo no se les concede, su vida es arrancada y desechada. En cambio hay otras personas que tienen sus capacidades enteras, tienen esa oportunidad de vencer al mundo cada día, de encontrar sentido a las cosas, de luchar contra los demonios que habiten en sus cabezas, Pasa todo lo contrario, caminan hacia su muerte sin saber siquiera el significado de ella. Piden la muerte a gritos, sin pensar en el entorno, es difícil luchar contra uno mismo pero no es imposible. El simple hecho de vivir ya es ganancia, es un tesoro. Nadie sabe a ciencia cierta si exista algo más haya de este momento, así que no podemos vivir desperdiciando el ahora, lo que nos rodea, lo que amamos, busquémosle el sentido a vivir, por qué es un regalo que dura muy poco, la vida se acaba. Cada día marchamos a nuestra muerte, no hay por qué correr a encontrarnos con ella. No ahora, aún no es tiempo de darle fin a algo que apenas estamos comprendiendo.
Hay otras cosas que mueren de manera metafórica, de manera astral. Cuando terminas algo, es la muerte de aquello. Darle fin a algo significa matarlo, muere. Y lleva su proceso, la muerte no solo es física, morir va más haya de la materia. La muerte o el fin de todo lo que nos rodea son cosas que cuestan trabajo superar. Muchos finales resultan tranquilizantes, otros no tanto.
La muerte es sentir que todo se va apagando. Algo no funciona, no hay manera de arreglarlo siendo la única alternativa morir.
Sentir la muerte y rechazarla es uno de los retos más difíciles, es de guerreros rechazar el final, es de dioses aceptarlo.
Un final o una muerte puede significar dos cosas. El inicio de algo, o el final de un todo.
Morir y volver a comenzar. Morir y renacer.
Cundo una relación no está funcionando, son los primeros síntomas de aquel cancer que aniquilará todo el amor, la desconfianza, los celos, el que no sea recíproco. Todo eso acaba con ello.
Superar una pérdida es de las sensaciones más horribles pero purificadoras. Tal vez aquella persona ya no viva físicamente, Haya terminado con nosotros, dejemos de tener contacto con ella, Pero su esencia siempre vivirá con nosotros. No podemos desprendernos de aquella esencia que nos regalen las personas, las mascotas, las flores.
Es un poco de lo que somos. La muerte es la oportunidad de comenzar de nuevo.
Llorar es esencial para superar ese desprendimiento. A pesar de que las cosas o personas ya no sean parte de nuestra realidad siempre vivirán en nuestro corazón. Es un pequeño consuelo.
La sensación que causa la pérdida es aterradora. Es como perder una parte de nosotros. Puede simular una cirugía donde nos extraen aquello que amamos sin anestesia. Duele, es de las sensaciones más crueles, creemos que nosotros también moriremos, sentimos que nos perdemos, la piel nos quema, el interior carece de significado. Creemos que nos dejan vacíos, pero no, solo se pierde lo físico.
A mi me aterraba la muerte. Me aterraban los finales. Me Parecía injusto, ¿Por que tenían que llevarse algo que amaba?. Hasta que comprendí que para apreciar la vida, teníamos que apreciar la muerte. Para apreciar los comienzos teníamos que hacerlo con los finales. Si no aprecias el final ¿Qué sentido habrá tenido el camino?
Temerle es aniquilarte, invocarla igual. El único sentido es tenerla presente y aceptarla, sin temerle o invocarla.
Las relaciones perderían sentido si jamás terminarán, los libros, las mascotas, nuestros padres, los abuelos, las amistades. Todo carecería de valor sin saber que todo termina.
Eso es lo que vuelve especial a las cosas.
Si nada tuviera un final, carecería de importancia. Es eso lo que impacta tanto en la muerte.
Es bueno aceptar que alguien ya no está. Tenemos que mentalizarnos que no podemos hacer nada, ellos se fueron y nosotros haremos uso de todo lo que nos dejaron.
¿Por qué nos aterra la muerte?
Tenerle miedo a la nada. Es aterrador pensar en una obscuridad total, en una nada. Esa es la idea de los finales, no hay nada más después.
En muchos casos puede que sea verdad, en muchos otros no tanto.
Volver a empezar es algo que nos corresponde a cada quien a nuestro tiempo. Tenemos que sentir el proceso de desolación hasta volver a sentirnos completamente firmes, hasta volver a sentirnos listos para algo nuevo. Ese proceso de desolación se tiene que vivir con todo su dolor, solo así apreciarás la vida. Cada uno sabe en la manera que le duele u en la cantidad y eso debe ser respetado. El dolor como parte del proceso de sanar. Sentir dolor es normal, tirarse al vacío es una elección.
Aprendiendo y aceptando todas estas cuestiones es como uno comprende la libertad y el amor.
La vida es maravillosa, cada final y cada muerte también. Una equivale a la otra. Una no es sin la otra.
Todo eso pienso en las noches antes de dormir. El insomnio y la ansiedad me obligan a buscarle algún significado al dolor. Por fin lo encontré, Descubrí uno de los motivos de permanecer aquí. Cobra sentido.
He aceptado que algunas personas ya no están conmigo, Aún recuerdo a las que se fueron físicamente, todas las amistades que quedaron sepultadas ahora están en mi corazón. Cada lágrima se convirtió en un elixir de vitalidad.
Los finales no son más que un nuevo comienzo.
La muerte no es más que trascender. Cambiar a otro rumbo.
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