Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3.

Ambos permanecieron en silencio jamás pensaron que alguna vez se encontrarían en esta situación otra vez, Camus se dejó caer lentamente al suelo y se abrazó a sus piernas, intentaba calmarse para dejar de temblar, no quería verse tan débil mucho menos ante Escorpio. Milo solo miraba al aquamarina de lejos sin quitar un segundo está de encima, aquel chico no parecía en estos momentos el mismo Camus de Acuario que conocía, parecía alguien muy diferente a lo que siempre demostraba, pero no estaba dispuesto a dejarse llevar por esa imagen que le hacía tener ganas de protegerlo de todos los males, no volvería a caer como lo hizo alguna vez hace muchos años, se acercó cuando notó que los temblores del Acuariano disminuían, se quedó mirando desde su lugar decidiendo hablar para romper aquel momento tan tenso.

- ¿En serio te dejaste ganar por un simple humano? -Pregunto cruzando sus brazos sobre su pecho, quería mantener su postura de siempre, llevando muy lejos bajo llave aquellos recuerdos donde él estaba seguro que aquel chico jamás dañaría a nadie. -Que débil resultaste ser Acuario.

-¿Tú podrías atacar a un humano cuando tienes esto puesto? -Alzo su brazo derecho dejando que viera su muñeca la cual estaba lastimada y era apresada por una pulsera anti cosmos. -Yo no me especializo en ser un bruto con los puños o a romper el reglamento. -Apoyo el costado de su cabeza sobre sus piernas evitando la mirada. -Saga me va a regañar de nuevo y Aioros se va a morir de la preocupación. -Murmuro apretando sus puños.

- ¿No es primera vez? -Pregunto Milo extrañado, no tenía conocimientos sobre que algo así haya ocurrido, esto hizo que sintiera una punzada en su pecho, años atrás era el primero en saber cualquier cosa que ocurriera con el onceavo guardian. - ¿Cuantas veces?

-Cuatro, los últimos meses... tú nunca estás Escorpio por eso no sabes nada. -Respondió Camus sintiendo sus ojos cristalizarse, odiaba que en momentos así promesas del pasado se le vinieran a su mente, en especial si era la promesa "yo me encargaré de protegerte siempre" se abrazó mas así mismo ocultando sus ojos por completo, se sentía tan patetico. -Aunque me odies y que sé que jamás harías esto por gusto... gracias por ayudarme.

-No fue nada, si te ocurre algo y yo lo sabía me asesinan. -Miro hacía otro lugar, no es que eso fuera mentira, pero también era porque de alguna forma seguía teniendo promesas pendientes. - ¿Te duele la muñeca?

-No percibo el dolor físico con el pasar del tiempo deje de darle importancia... eso deberías saberlo Escorpio. -Camus teniendo cuidado se puso de pie, apoyando su espalda contra el muro, Milo se encogió de hombros, el solo recordaba aquellos tiempos en que se quejaba por el mínimo daño físico. - ¿Cómo pudiste salir del efecto de la hierba?

-No sé de qué hablas.

-Hierba del sueño. -Alzo la mirada para fijarla en el más alto y al notar que realmente desconocía toda información de esta suspiro cansado. -Puede usarse de tres formas como medicamento para recuperar el sueño, para robar o hacer algo sin que nadie se entere y la última... actuar como veneno ante una persona para que jamás despierte. -Se cruzo de brazos pasando por el costado del escorpión que intentaba procesar aquella información. -Debo preparar antes de que surja el tercer efecto un antídoto, dime ¿te dio un dolor de cabeza al despertar?

-Si, algo así como si hubiera ido a beber. -Al ser observado unos segundos por el más bajo que tenía alzada una ceja rodó los ojos. -entiendes eso ¿verdad? 

-Se lo que es tener resaca, no soy tan santo como crees, si quisiera matarte ya lo hubiera hecho hace mucho, ni siquiera te darías cuenta de eso. -Con cuidado paso por todo el desastre que ahora era su templo para dirigirse a la cocina, tendría mucho que limpiar luego.

-Oye ¿a qué te refieres con eso? -Milo debido a la curiosidad que estaba sintiendo y a que no quería quedarse con la información a medias decidió seguirlo.

-Ya que viste eso y me salvaste tendré que contarte parte de la historia, bueno lo que yo se. -Camus comenzó a buscar unas cosas entre sus estantes. -Ya sabes eso de que familia vengo y todo eso, bueno esa familia tiene integrantes asesinos, por una cuestión de herencia genética ningún veneno, hierba o incluso una sobredosis de medicamentos que se utilicen para asesinar a alguien pueden hacer efecto en mi, como lo harían en otros.

- ¿Cómo Afrodita con sus rosas venenosas?

-Algo así, Dita es mi primo lejano por eso algunos venenos como el de sus rosas no le hacen daño. -Explico concentrado en lo que hacía, aquello llamo mucho mas la atención de Milo. -Solo te estoy contando esto porque ya te has metido, aún sigo odiándote.

-Eso lo sé, no tienes que gastar saliva diciendo eso. -Bufó cruzando sus brazos detrás de su cabeza.

-Mis padres eran los mejores asesinos en Francia, pero una vez que llegué yo a sus vidas lo dejaron de lado en gran parte, se volvieron personas mas normales hasta que ocurrió el accidente donde el único que pudo sobrevivir fui yo, quedé a cargo de mis tíos, ellos no eran lo que aparentaban ser y para poder escapar de ellos los deje con todo lo que alguna vez fue mío. -Camus sintió algo de arrepentimiento por su antiguo yo, debido a que este jamás habría querido ocultar algo así al escorpión. -No debiste dejar que ese hombre te viera. -Señalo hacía donde alguna vez estuvo alguien, pero ya había desaparecido. -Quieren que me case con ese tipo y por alguna extraña razón termino obsesionado conmigo y me dijo claramente que si no soy de el, no seré de nadie mas, es capaz de matar a cualquiera con todos sus conocimientos sobre venenos y está en búsqueda de quien sería algo así como mi alma gemela, estuvo a punto de secuestrarme varias veces en todo este tiempo. -Volteo a verle viendo por segundos a quien fue alguien muy importante para su persona, movió su cabeza eliminando aquellos recuerdos, no era el momento. - ¿Serias capaz de confiar en mi? -Tomo uno de sus vasos llenándolo con la infusión que había preparado.

- ¿Cómo estoy seguro que no tiene veneno? -Cuestiono un poco inseguro retrocediendo un paso, esto hizo que el aquamarina rodara los ojo. 

-No soy capaz de matar a nadie por mas que sienta odio por ese ser, todos en el santuario te aprecian mucho Milo de Escorpio, sin ti no sería lo mismo para nadie, ellos te extrañarían. -Le entrego el vaso con una pequeña sonrisa, Milo sintió algo removerse en su interior, por segundos lograba ver a quien estaba seguro ya no existía.

- ¿Por qué de la nada te estas comportando tan amable? No eres el mismo de la tarde ¿a qué estás jugando? -Lo acorralo contra el mueble de la cocina provocando que la nivea piel tomará color. -Mas bien no eres el mismo desde hace años, desde que yo... -Antes de que pudiera seguir hablando fue interrumpido por el más bajo que evito la mirada no queriendo que viera cuanto afectaban los recuerdos en su ser.

-Eso ya es pasado, yo te odio ¿entiendes? Y solo me estoy comportando de esta forma porque me da la gana, no puedo lastimar a alguien que me ayudo con ese. -Alzo sus manos para dejarlas sobre el pecho de Milo y apartarlo, pero mas que un empujón se sintió como una caricia. -Yo te odio y tu me odias no hay nada mas, por favor toma ese liquido, no quiero confiarme y que la hierba reaccione en tu cuerpo nuevamente, no quiero ser el responsable de obtener un regaño gratis. -Se alejo finalmente del escorpiano, anulando toda cercanía posible entre ellos.

-Camus ¿sigues aquí? -Llego Athena preocupada buscando al acuariano, había logrado despertar usando su poder divino, pero al entrar a la cocina y encontrar a esos dos se quedo sorprendida de que no se estuvieran casi matando. - ¿Interrumpo algo?

-No Athena, es solo que... Milo pudo salir del efecto de la hierba y me ayudo con ese tipo. -Explico lo más tranquilo posible el aquamarina bajando la mirada segundos luego. -Ya tengo listo el antídoto, Milo ya lo está tomando y tuve que explicar que sucedió.

-Eres tan dulce ¿por qué no te quedas así todo el tiempo?-Comento con una sonrisa la diosa, se le estaba viniendo una idea a la cabeza. -Pronto amanecerá, será mejor que los despiertes y los veré en el templo principal para dar unas ordenes, Milo ¿puedes ayudar a Camus en su tarea? Yo me encargo de despertar al patriarca y a Afrodita. -No espero respuesta por parte de ninguno tomando dos de los vasos que ya tenían aquella infusión. -Gracias, ambos se ven muy lindos cuando no están peleando. -Se retiro de allí.

-Athena. -Murmuro entre dientes Camus con fastidio, pero olvido esto debido a que tenía que darse prisa. -Cierto los chicos. -No tienes que ayudarme si no quieres, lo haré solo.

-Una orden de Athena es una orden de Athena. -Comento Milo restándole mayor importancia, acomodo en otra bandeja algunos de los vasos.-Tu encárgate hasta Virgo, yo me hago cargo del resto, Acuario.

-Como quieras.-Apretó sus labios para tomar la otra bandeja he ir a hacer lo que debía.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro