Entrada la tarde todos se encontraban reunidos en el coliseo, pues allí era donde se llevaría a cabo el juicio de ambas diosas, incluso estaba todo arreglado para aquello, los dioses que presenciaran tal juicio eran Zeus, Hades, Hera, Poseidón, Hefesto, Artemisa, Apolo, Afrodita, Ares, Hermes, Dionisio, Deméter, Hester, Eride, Eros, Metis, Hestia, Hypnos, Thanatos y Hécate, después los caballeros, los generales marina y los espectros, claro que la mayoría de los dioses se encontraba hablando con Camus, así como también habían unos que eran aliados de cierta forma en la envidia y celos que provocaba todo aquello, todo estaba muy pacifico hasta que llegaron quienes serian juzgadas encadenadas con cadenas pertenecientes al tártaro para que no pudieran escapar, Perséfone y Athena llegaron junto a Themis, quien sería la juez en este caso del juicio.

-Hija mía. -Murmuro con dolor Deméter a lo que el aquamarina se sintió mal, Saori era un tema, pero Perséfone lo cuido durante mucho tiempo, ella nunca más hizo algo en su contra o en contra de sus padres.

-Perséfone. -Susurro mirando a esta, se iba a acercar a ella, pero sus pares de padres y pareja lo detuvieron. -No me hará daño, dejen que vaya con ella, por favor. -Se soltó de ellos para poder acercarse a la diosa de la primavera. - ¿No se te ocurrió nada más que perla cómo nombre?

-Camus. -La diosa sonrió entrecerrando sus hermosos ojos, con ver a ese pequeño chico que por más que tuviera tanto luz como oscuridad en su cosmos, era inocente, con solo verle se recordaba el error de haberse dejado llevar por esas ideas negativas y se alegraba de haberse arrepentido pudiendo ayudarlo en lo que pudo. -Estas tan grande.

- ¿Por qué le pusieron estas cadenas? Les dije claramente que a ella no le pusieran nada. -Ser el hijo de Zeus y Hades tenía sus ventajas ciertamente.

-Lo debimos haber olvidado, perdónenos, joven príncipe. -Los espectros enseguida quitaron las cadenas de la pelirroja.

-No pasa nada. -Camus sonrió a los espectros de quienes había ganado su lealtad, no solo por ser hijo de su dios, sino por su forma de tratarlos, pero en eso noto que todos lo miraban extrañados. -Tú me ayudaste a sobrevivir cuando nadie más me ayudo.

-Pero te separe de tus padres... -Bajo la mirada avergonzada.

-Arrepintiéndote en ese mismo momento, no tengo ningún rencor hacia ti, Perséfone. -Podía ser hijo de dos de los tres grandes, pero siempre sería distinto a los otros dioses, esto causaba envidia en tantos. -Lo que paso en el pasado que se quede allí, en el pasado. -Tomo las manos de la diosa con suavidad, esta sintió primero frío y luego una calidez que llego a su corazón.

-Eres mucho más que un ángel, Camus. -Susurro la diosa expresando su gratitud con una pequeña reverencia de pie.

-No es para tanto. -Se sonrojo ante esto evitando por momentos la mirada para luego fijarla en la otra diosa. -Saori.

- ¿Pueden comenzar de una vez? Mientras menos tiempo este cerca de este, bastardo, mejor para mí. -Miro de abajo hacia arriba de forma despectiva al aquamarina, este solo negó, con esa terquedad que seguía teniendo no podría ayudarla.

-Hijo. -Hades lo llamo por lo que se despidió con un abrazo de la pelirroja deseándole suerte para ir con este. -No es tu culpa ¿si, mi amor?

-Sí, mamá. -Susurro no muy seguro, el pelinegro suspiro abrazando a su retoño contra su cuerpo viendo que comenzaba el juicio.

Finalmente, el juicio dio inició, llegó la hora de que las que eligieran un bando cada uno de los dioses presentes, quienes apoyaban a estas y quienes apoyaban a las víctimas, hubo algunos que les costó tomar esa decisión y otros que no, estaban divididos así (Menos Zeus, Hades y Camus, estos eran las principales víctimas del asunto) en su contra estaban claramente los caballeros, marinas, espectros, pero también Poseidón, Hera, Hefesto, Hermes, Dioniso, Ares, Eros, Hypnos, Thanatos y Hécate, mientras que con ellas estaban Deméter, Afrodita, Hester, Artemisa, Metis, Hestia y Eride.

-Bien, diosa Athena de la sabiduría y guerra anterior comandante de la tierra, diosa Perséfone de la primavera antigua regente del averno, se les acusa por haber cometido secuestro hacia su propio medio hermano menor, Camus, actual regente de la tierra, en lo cual formaron un equipo ambas, pero también a la diosa Athena se le acusa de muchos delitos graves que se irán mencionando mientras vayamos avanzando ¿joven Camus, quiere seguir con esto o se arrepiente de acusarlas? -Pregunto Themis a lo que Camus respiro profundamente y miro a los chicos, a sus padres, a todos en general para poder responder.

-Yo... Sigamos con esto Themis. -Le costó un poco decirlo, pero era lo justo ¿cierto?

-Está bien, señorita Perséfone según me he enterado usted se arrepintió del delito que cometió contra su hermano menor, nos podría decir ¿por qué si se arrepintió nunca les dijo dónde estaba? -Fue directo al grano, Perséfone se puso algo nerviosa por aquella pregunta, pero sabía que responder.

-Es cierto, me arrepentí de lo que hice, pero no podía decir nada de la ubicación de Camus o sobre él, porque quería protegerlo de Athena, al verlo como un mortal solo sin nadie a su lado que lo protegiera siendo un niño, no sé como explicarlo, pero me dolió haber sido una de las causantes de aquello. -Respondió Perséfone con la mayor sinceridad posible. -Y porque yo quería causarles algún daño a sus padres, no a él realmente.

-Si fue así ¿por qué lo envió al santuario de Athena si su idea era protegerlo?

-La familia en donde deje a Camus... Ellos no eran lo que parecían, sus padres terrenales fallecieron siendo mandados a asesinar por Athena y sus demás familiares deseaban la fortuna, solo le causarían daño y lo envié allí para que él... -Antes de que siguiera hablando, un rayo se escuchó en el cielo, pero lo que a la mayoría le preocupo, a Zeus y Hades les dio jaqueca pues sabían quién lo hizo.

-Destiny. -Murmuraron cansados ¿acaso esa niña no hacía caso a lo que le decían?

- ¿Destiny? -Preguntaron todos, Camus miro a sus padres, supuso enseguida que ellos sabían que pasaba, una hermosa chica se hizo presente ante todos, aunque no parecía mucho de la época y era muy diferente a cualquiera, su cabello era largo hasta los tobillos algo ondulado con flequillo de color mitad purpura azulado y mitad aquamarina, con mechas rojas, puntas negras y uno que otro mechón rubio, sus ojos era lo que llamaba más la atención, uno de ellos era principalmente de un suave amatista, seguido por un rosado apenas notorio, rubí y dorado, mientras que el otro un hermoso zafiro que se iba volviendo turquesa en su mayoría para ir decolorándose hasta quedar en un suave azul periwinkle, con algunos pequeños destellos en plata, sin embargo, se veían algo apagados a pesar de todos sus colores en ellos tan brillantes y hermosos, se podía ver un gran sufrimiento y dolor detrás de estos, su rostro era detalladamente de un ángel o muñeca de porcelana y se notaba de lejos que era una diosa y estaba bien formada físicamente, aparentemente debía de contar con 14 o 16 años.

-Destiny, cariño ¿qué haces aquí? -Pregunto Hades, si a ella se le salía algo al hablar todo se podía arruinar. -Te dijimos que te quedaras en el inframundo.

-Y seguir con el mismo destino, no bromees ab... Hades. -Se cruzó de brazos para luego mirar a las juzgadas. -Perséfone, está libre de cargo, pero recibirá un castigo de igual manera, no debió actuar por cuenta propia, pudo haber sido muy peligroso, debió haber hablado con Zeus y Hades, después le designaran un castigo al final del juicio, en cambio usted, Athena, tiene muchas cosas que pagar.

-Destiny, no interfieras en esto, por favor. -Pidió Zeus, sabiendo de primeras que no le haría caso, le recordaba tanto a dos personas.

-Ab... -Negó con su cabeza. -Zeus ¿qué significa mi "nombre"? -Cuestiono dirigiéndole una fría y seria mirada, aquello habría helado a cualquiera de ser el receptor de está, Zeus rodó los ojos, aparentemente estaba acostumbrado a los tratos por parte de la chica. -No puedo decir nada de nada, lo sé, pero los hechos del pasado no es lo mismo que los del futuro.

- ¿Quién eres? -Preguntaron todos, ya que se hacían esa pregunta y porque les recordaba a dos personas en específico.

-Destiny, soy la diosa del destino, podría decirse que soy un igual del joven Camus, pero no puedo entrar en detalles, solo he venido a que se haga justicia, pero para eso necesitan esto. -Se acercó a Themis y le entrego unas cuantas cosas. -Perdónenme por interrumpir, pero ya debo volver a donde pertenezco... es solo que no soporto las injusticias, adiós. -Desapareció en ese instante.

-Themis, sigue con el juicio, no nos pregunten nada que no diremos quién es, Destiny, ni nada, Destiny, es del futuro, ella aún no nace en este tiempo y no deben saber más, algún día se enterarán de todo. -Ordeno Zeus, se notaba que buscaba a toda costa de ocultar la identidad de aquella chica.

-Está bien, continuaremos con esto. -Themis quito la importancia al asunto, claro que ninguno se olvidaría de aquello que acababa de ocurrir, pero tampoco lo recordarían con tanto detalle para la suerte del destino. -Diosa Athena, ha llegado la hora de juzgarla.