Tras aquella aparición de tales divinidades, ninguno se atrevía ni a acercarse o a decir alguna palabra, bueno casi todos, Milo en cuanto pudo se acercó a Camus para poder abrazarlo por detrás asegurándose que no tuviera ni un solo rasguño.

- ¿Estas bien? ¿no te paso nada? -Pregunto preocupado al acuariano, pero esté estaba demasiado ocupado mirando a quienes si eran su familia sanguínea.

-No, tranquilo. -Murmuro bajo dejándose abrazar, necesitaba eso, recargando su espalda en el pecho del más alto sintiéndose más estable y seguro.

- ¿Qué... qué hacen aquí? Pensé que estarían no sé, peleando para ver quien tenía la razón. -Saori dio unos pasos hacia atrás, pero unas enredaderas negras que surgieron del suelo aprisionaron sus muñecas no dejando que siguiera, comenzaba a ponerse más nerviosa, estaban su padre y su tío allí, no entendía porque justo Zeus y Hades debían llegar allí, cuando finalmente iba a hacerse cargo de ese.

-Puede ser, Athena, puede ser. -Zeus se acercó a su hija. -Veo que finalmente, si estaba equivocado contigo, no debí dejarte el puesto de tu hermano o siquiera estar cerca de él.

-Él no es mi hermano. -Refunfuño entre dientes.

-Tanto mal te cause al no hacerte caso. -Tomo con suavidad por la barbilla a su pequeña, los demás estaban en shock, solo habían querido enterarse de una cosa y terminaban enterarse de mil cosas más.

-No sé de qué hablas, padre. -Se hizo del quite para mirar hacia otro lado. -Todo ya está olvidado.

-No, no está olvidado como tú dices, sigue presente en ti, en tus recuerdos, pero ¿Por qué tomaste las riendas de todo antes de decirme como te sentías? -Trato de tomar su mano, pero no se lo permitió.

- ¡¿Y para qué papá?! ¡Si de todas formas siempre le das la razón a este! -Apunto a Hades que entrecerró los ojos, si no fuera porque era hija de Zeus ya la habría matado usándola para alimentar a aluna criatura, pero aun así, esa niñita estaba sobre pasando sus límites de paciencia. 

-Athena, yo no te he dicho nada, no me metas en tus locuras. -Hablo en un tono neutro y serio, dejando, además claro que se estaba ofendiendo debido a la forma de referirse a él por parte de su sobrina.

- ¡Tú te metiste sólito, eres un...! -Y acabando con su paciencia Hades hizo que otra rama tapara su boca para que no pudiera hablar. -Mmm. -Además, ya le estaba dando dolor de cabeza solo tener que escucharla.

-Hades, por favor. -Zeus miro a él pelinegro que simplemente se encogió de hombros.

-Ella me busco. -O era que estaban escuchando mal o Hades se comportaba igual que como lo hacía el caballero de los hielos ¿qué estaba pasando aquí?

-Deja que hable, por favor. -Pidió rindiéndose Zeus, el otro dios solo rodó los ojos dejando que la peli lila volviera a hablar.

- ¡Tú y tu hijo que les gusta romper la vida de los demás...! -Nuevamente tuvo que ser callada, pero esta vez por la amenazante mirada que le dirigió su padre.

-Etto... podría alguien explicar ¿qué ocurre aquí? Solo están haciendo que me confunda más. -Cuestiono con algo de intranquilidad el acuariano mirando a ambas deidades, recordaba que tenían que ver con él, pero aún se sentía raro.

- ¿Crees poder con más información? -Ladeo un poco su cabeza el dios del inframundo mirando con ¿preocupación? ¿cariño? ¿amor? A el aquamarina.

-Luego de todo esto un poco mas no me hará daño. -Afirmo tomando la mano del octavo guardián, diciéndole de forma silenciosa que se mantuviera a su lado.

-Está bien. -La actitud que estaban presenciando de Hades era algo rara, no era como todos hubieran pensado que sería, además de que cada que miraba hacía Saori se notaba un odio y rencor impresionante, pero cuando miraba a Camus eso se desvanecía a algo más cálido, mucho más cálido. - ¿Recuerdas estas dos cosas? -Con un chasquido provocando una nube de humo dejo ver dos collares muy hermosos. 

-Si, pero... solo fue un sueño. -Miraba con nostalgia esos collares, esos mismos que en muchos de sus sueños de infancia eran lo que más recordaba a detalle.

-Es que no fue un sueño, Camus, todo eso que para ti ha sido un sueño, fue real. -Miro con desprecio hacía Saori. -Ella es la culpable de que te cueste recordar, en vez de desquitarse conmigo o el idiota de Zeus, lo hizo contigo sabiendo que no podías defenderte, que solo eras un bebé inocente sin culpa alguna. -Se pudieron ver algo más cristalinos los ojos del dios, apenas era notorio, pero había dos de los caballeros que entendían perfectamente su sentir.

-Sin embargo, también fue un descuido nuestro por dedicarnos a discutir y pelear todo el tiempo, no nos dimos cuenta en qué clase de peligro te habíamos dejado al cuidado de ellas. -Agrego Zeus sabiendo lo difícil que era hablar de ello para su hermano, ignoro por completo la molestia que sentía su hija en esos momentos. -Si no fuera porque Hera nos advirtió, por muy impresionante que sea esto, todo lo que ellas hicieron hubiera resultado en el peor de los finales.

-Saori. -El de ojos amatistas miro hacía la única mujer presente. - ¿Por qué me odias tanto?

- ¿Sigues sin darte cuenta? Tu forma de ser me molesta, todo tú me molesta, consigues con solo batir tus pestañas todo lo que quieres. -No había que ser un gran observador para notar el odio que desbordaba tanto en sus ojos como en sus palabras. -Lo único que haces es quitarme todo.

-Basta Saori, de verdad, no te entiendo. -Se soltó del agarre de su ¿pareja? Para poder acercarse a ella. -Si tú no hubieras hecho todo lo que hiciste, yo no estaría aquí, jamás me hubiera enterado de nada y seguiría viviendo mi vida perfecta que todos piensan que vivía, tu sola te arruinaste la vida, no yo, ni mucho menos mis padres, tú te arruinaste odiándome, queriendo destrozarme cuando en vez de eso pudiste dedicarte a mantenerme lejos de todos, alejarme de los chicos o ganándote de verdad el cariño y lealtad de ellos, si tú, no hubieras mandado a matar a mis padres terrenales jamás hubiera terminado en el santuario de esta forma, nada de esto hubiera ocurrido ¿sabes lo que has estado haciendo? -Sintió una solitaria lágrima caer por uno de sus ojos, la cual quito enseguida. -Amargar tu existencia.

-Tal vez, pero verte sufrir y llorar fue tan divertido, aunque, ser la causante de tu muerte lo habría sido mucho más. -En un descuido llamo su báculo evitando que Zeus o Hades pudieran hacer algo, ni siquiera los demás podían moverse. -Eres tan estúpido para ser príncipe del averno, no eres muy listo para ocultar tus debilidades ¿cómo reaccionarías si les hiciera daño a tus queridos amigos? -Antes de que hiciera un movimiento con su báculo, el aquamarina afirmaba este entre sus manos. -Suéltalo o ¿prefieres morir tú primero?

-No te dejaré que les hagas daño. -Hizo un gesto de dolor, ser hijo del dios de los cielos no era mucho problema para controlar el báculo de Athena, pero ser hijo también del dios del averno le daba algo de problema debido a la diferencia de esencias cósmicas.

- ¿Qué? ¿acaso te duele? -Sonrió de medio lado. - ¿No sería mejor que lo soltarás? -Saori estaba disfrutando cada gesto de dolor que hacía acuario. -Tú vida es mucho más preciada como para que la arriesgues por unos simples mortales y a quienes no te supieron proteger.

-Yo no... no soy como tú, Saori... antes prefiero morir en vez... de llegar a ser como... ah como tú. -Encendió su cosmos dispuesto a utilizar todas sus fuerzas, logro con esto quitarle el báculo a Saori quien quedo indefensa, pero el aquamarina quedó débil debido a todas las emociones vividas ese día y todos sus esfuerzos, si no fuera por Saga quien apenas pudo moverse y debido a que estaba más cerca que los demás, logro evitar que el menor se golpeara contra el suelo al perder sus fuerzas, Milo enseguida se acercó a estos preocupado por su amado.

- ¡CAMUS!