CAPÍTULO 9
Tengo ya, cuatro días de haber llegado a Westwood. Tiempo en el cual, me di el espacio de instalarme y adaptarme por completo a mi nueva "casa". Es bastante espacioso el lugar, debo admitir; esto tomando en cuenta, que aún vivo sola. Al parecer, aún no tendré compañera de cuarto.
En realidad, es un apartamento completo. Tiene un espacio amueblado como sala, con un sillón para tres personas y uno personal, además una vieja televisión, sobre un pequeño mueble de madera. Pasando la pequeña sala, está el cuarto de cocina a mano derecha.
El pasillo de la izquierda, lleva a las habitaciones, que son dos. Las puertas están una frente a la otra y al fondo del pasillo, está el baño.
La habitación que escogí es amplia, cabe mencionar, que ambas son del mismo tamaño. Pero escogí esta, porque la ventana da hacia el jardín trasero del edificio y es una excelente vista desde acá arriba. El apartamento está en el tercer piso.
En mi nueva habitación, solamente hay una cama: afortunadamente grande. Además, un escritorio y una silla de madera en la esquina al fondo. Un armario está ubicado en la esquina contraria al escritorio y esto es todo lo que el lugar contiene.
Por suerte, el apartamento está amueblado. Aunque eso aumenta un poco el precio; que según el recepcionista que me entregó las llaves, dijo que está bastante cómodo a comparación de otros. Este edificio según me dijo, está recién construido. De hecho, los que aquí habitaremos este año, somos los primeros. Eso no hace ninguna diferencia para mí.
Aún no he tenido tiempo de visitar a Derian y su nuevo apartamento. El edificio donde vivirá, está a tres cuadras de aquí. Pero el desempacar, limpiar el lugar -que por cierto estaba lleno de polvo- y mis búsquedas incansables en internet sobre empleos; a penas y me ha dejado salir con él a comer. Sin embargo, hemos recorrido ya gran parte del lugar.
Deshago una vez más, el peinado en mi cabello y un suspiro cansino sale de mi boca. Ya estoy aburrida. No sé qué diablos hacer en mi cabello, para que luzca bien.
En veinticinco minutos, tengo una entrevista de trabajo y los nervios no me dejan actuar sobre mi cabello con paciencia.
Finalmente, después de tanta búsqueda en el lugar, por un empleo decente; encontré uno justo ayer, cuando regresábamos con Derian de almorzar. Pasamos por un local, en el que se encuentra una boutique: Le' Diamant. Tenía un letrero que decía, que se solicitaba una chica para trabajar ahí. El lugar me pareció bueno y me animé más, cuando nos informamos y dijeron que no había que tener experiencia.
Gracias a Derian, quien fue el que lo solicitó; consiguió una entrevista, para el día de hoy. Así que justo me alisto para eso. Estoy atrasada y mi paciencia para con mi cabello, se extinguió hace siete minutos. Sin más, me decido por recoger todo mi cabello, en una cola, alta pero no exagerada.
Doy una vuelta frente al espejo del armario y dudosamente, acepto mi presentación. Luzco un pantalón negro de vestir y una blusa blanca manga larga, de botones. Mis zapatos son de lustre, no tan altos; y mi maquillaje es moderado, un poco natural. Suspiro para aminorar el puñado de nervios que empiezo a sentir y tomo mi pequeño bolso, para luego salir de la habitación.
Aún no me acostumbro, a ver la pared y la otra puerta frente a mí, cuando salgo de mi cuarto. Avanzo por el pasillo y llego a la sala. Tomo las llaves que se encuentran, sobre el mueble donde está el televisor y avanzo hacia la puerta principal.
Mientras me aseguro de echar llave en mi nuevo apartamento, mi teléfono suena en el bolso. Una vez segura de que la puerta quede bien cerrada, reviso el mensaje que ha caído:
"Estoy afuera. La entrevista te aguarda"
Derian vino por mí y lo agradezco. Aún me da temor viajar en autobús hasta el centro, pero pronto me acostumbraré.
**~**
Quince minutos después, nos estamos estacionando en el parqueo de la boutique. Salimos del auto y espero hasta que Derian llegue a mi lado.
—Bien. Déjame ver...— él examina mi presentación, de pies a cabeza y asiente satisfecho —De acuerdo. Bien señorita Walker, ¡recuerde actuar serena, recatada y segura de sí misma!
—Decirlo es más fácil que hacerlo —me quejo, porque justo ahora, estoy pensando en quitarme estos tacones y echarme a correr.
—¡Vamos!, ¿Qué tan mala puede ser una entrevista?— me alienta.
—¡Una PRIMERA ENTREVISTA!— recalco la situación —¡No lo sé!
—Todo saldrá bien, ya verás. ¡Ve por ese trabajo!— me empuja un poco hacia el lugar —Estás justo a cinco minutos, de que llegue la hora que acordaron.
—¡Que tú acordaste!— me quejo aún más.
—Bueno eso no importa. ¡Ya entra de una vez por todas niña!— se retira y se recarga en el auto con los brazos cruzados —Te llamo en la noche para saber cómo te fue, ¿de acuerdo?. Ten cuidado al regresar.
Asiento —De acuerdo, ¡cruza los dedos!
Él se retira del auto y se dirige a subirse en él, antes de entrar extiende sus manos y me muestra que cruza los dedos. Río un poco y finalmente me encamino hacia Le' Diamant.
Exactamente a las 2:00pm, me informan que pase a la oficina de la gerente del lugar, la persona que me entrevistará. El camino hacia la oficina me parece eterno; eso sin contar, que siento como si en lugar de tacones, trajera ladrillos en mis pies, ya que cada paso que doy es pesado y lento.
Mis manos están heladas, cosa que detesto cuando me pongo nerviosa. Mi corazón no ha dejado de latir, como si quisiera salirse de mi pecho. Y un nudo en mi estómago me da la sensación de querer vomitar.
Sin embargo, a duras penas, logro llegar hacia la oficina. Toco la puerta y espero una respuesta.
—¡Adelante!— la voz neutral de una mujer, se escucha dentro. A pesar de que no quiero, abro la puerta para entrar.
Al instante en que lo hago, me encuentro con un espacio un poco reducido. Hay un escritorio pequeño al centro, con una silla giratoria detrás y al frente otra silla, forrada de cuero. Unos maniquíes están en una esquina, al lado de un mueble con gavetero, que tiene una pila de revistas arriba. En el otro extremo de la reducida habitación, hay un librero.
Una mujer me da la espalda, mientras observa algo por la ventana, con una taza humeante en su mano. Es más alta que yo y mucho más robusta. Sus notables curvas son ceñidas por una falda de tubo negra y una blusa azul marino, contrasta a la perfección con su piel blanca. Unos tacones del mismo color que su blusa, completan su vestimenta.
—Excelente puntualidad, señorita...— se gira un poco para verme.
—Alyssa— respondo y a pesar del puñado de nervios que tengo, controlo mi voz.
—Bien. Alyssa— se retira de la ventana y se dirige hacia el escritorio. Coloca la taza en él, se sienta y me hace un gesto con la mano, para tomar asiento frente a ella.
—¡Gracias!— talvez no deba darlas, pero lo hago. Quiero hacer todo, por tener este empleo.
—Señorita, Alyssa. Recibí tu currículum esta mañana —se pone unos anteojos y observa el monitor de su computadora.
Sus ojos son de un color castaño claro, y la hacen lucir más bella de lo que ya es. Y su cabellera color caramelo, está amarrada en un elegante peinado. Es una mujer de aproximadamente unos treinta años. Parece de esas, que gozan de una vida sana y llena de lujos, cuyo esposo mantiene y tiene una boutique como esta, por hobbie.
—Me gusta la forma en la que te describes —se retira los lentes y me observa directamente. —Pero quiero que me lo digas. Quiero oírlo de tu voz.
Aclaro mi garganta y ruego al cielo que mi voz no me traicione —Pues soy una persona responsable. Tengo seriedad en los asuntos que lo requieren. Me gusta considerarme una persona creativa... —hago una pausa esperando que esta descripción sea suficiente, pero ella no dice nada, por lo que prosigo —Jamás he trabajado antes, pero soy alguien con disposición a aprender y soy buena acatando órdenes —me encojo de hombros.
—De acuerdo. Déjame decirte, que en mi boutique, trabajo sólo con chicas. Y me gusta tener excelentes relaciones con ellas.
— toma un sorbo de la taza que parece tener café —.El puesto que necesito que cubras, es el de cajera. Comprenderás que es un puesto delicado —me observa fijamente a los ojos —Pero te veo capaz de manejarlo.
Asiento porque no sé qué responder. Es un puesto bastante delicado, pero necesito el empleo y me esforzaré por aprender.
—Soy una persona directa y estricta, Alyssa. Si algo no me gusta, lo hago saber. Si algo me parece bien, lo aplaudo —se pone de pie y su postura al observarme, no hace más que hacerme sentir pequeña y asustada —.Además soy una persona exigente, pero no tomes esto a mal. Suelo ser muy amigable una vez entro en confianza con mis empleadas.
Vuelvo a asentir —Ser sincera es algo que de hecho, tengo yo también. No suelo quedarme callada cuando algo me gusta o no me gusta —y justo lo acabo de hacer, hablé demás.
—Excelente. Serás bienvenida aquí, con el mayor de los gustos, Alyssa. ¡El puesto es tuyo!
Alivio. Emoción. Sorpresa. Todo se mezcla en estos instantes. Me siento ansiosa, nerviosa. No lo creo. Quiero brincar de la emoción. No puedo creer que vaya a trabajar. ¿Así de sencillo fue?
—¿E-Es en serio?, ¿El trabajo es mío?, ¿Así, sin más?— no puedo evitar sonar, como niña chiquita haciendo tontas preguntas.
—Así, sin más, Alyssa. Empiezas mañana. Te enviaré a tu correo, todo lo que necesitas y tus horarios.
Me pongo de pie y no reprimo el impulso de estrechar su mano. Aunque por la emoción, quisiera abrazarla. Ella estrecha mi mano y me regala una sonrisa.
—Gracias. ¡Muchas gracias!
Me siento eufórica.
¡¡Oficialmente tengo empleo!!
Aún no creo que vaya a trabajar. Mañana es mi primer día y estoy feliz. Camino por la calle, sin rumbo. No tengo idea de a dónde voy, pero me siento de buen ánimo como para caminar.
A pesar, de que debo regresar al apartamento en autobús, no camino hacia la parada que Derian me indicó. Avanzo a paso lento, por una de las avenidas donde se encuentran la mayoría de negocios. Me gustaría dar un pequeño tour justo ahora.
Mi paseo está siendo perfecto. A excepción de los tacones, que ya me están matando. Pero aún así, tengo una sonrisa en el rostro que nada me la quita; mi emoción por mi nuevo empleo es tanta, que justo ahora, le sonrió a todo el mundo que me mira.
Me detengo un poco, frente a una tienda de accesorios para autos. No sé por qué lo hago, no soy fanática de autos y esas cosas. Pero hay un pequeño auto de juguete, parecido al que Derian tiene y que tanto ama, que llama mi atención. El pensamiento de obsequiárselo, pasa por mi mente. Pronto será su cumpleaños y no se vería tan mal un adorno así en su mesa de noche.
Observo otros accesorios y finalmente, observo la fachada del lugar. Busco alguna señalización o el nombre de la tienda para tenerla en mente. Justo en la otra vitrina se lee: The Golden's Cars.
Soy buena recordando, así que no creo que se me olvide. Estoy a punto de marcharme y continuar con la ruta que llevaba, cuando alguien me llama entre el ruido de los autos y la gente.
—¡¡Alys!!
Frunzo mi ceño y observo cuidadosamente a todos lados. Nadie, a excepción de Derian, conoce mi nombre en este lugar. Y claramente la voz que oí no es de él.
«Tal vez lo imaginaste» me digo en mi cabeza y continúo caminando. A penas he dado un paso, cuando lo escucho de nuevo.
—¡Hey! ¡Alys!...— la voz de un chico: ronca y cansada, me llama de nuevo.
Al instante en que mi cabeza procesa esa voz. Imagino al dueño. Ojos azules. Cabello castaño. ¡¡Jaden!!
Me giro justo en el instante en que él casi llega a mí. Mi respiración se atasca y mi corazón parece querer huir de mi cuerpo. Siento un odioso nerviosismo al instante en que lo veo. Es él.
Cuando estoy a punto de decir algo, a penas y logro escuchar un pequeño grito.
—¡¡Cuidado!!
Algo me empuja hacia adelante con brusquedad y a pesar de que trato de mantener el equilibrio, el peso de mi cuerpo siendo empujado, me lleva hacia el suelo. ¡Me romperé la cara!
Justo cuando extiendo mis manos hacia el suelo. Alguien me sostiene de los brazos rápidamente, tirando de mí, con fuerza hacia arriba.
En el proceso, una mano se traslada a mi cintura cuando me pongo de pie. Pero por la maniobra tan brusca, me tambaleo un poco. Entonces, la persona que me sostiene, me apega a su cuerpo para mantenerme estable.
Cuando mi cuerpo choca con el de quien me sostiene; traslado mi vista hacia su rostro, que está a escasos centímetros del mío.
—¡Jaden!— mi voz suena cansada, debido a mi respiración agitada y siento como todo dentro de mí, colisiona al instante, en que sus ojos se conectan con los míos.
—¡Que gusto verte,Alys!
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