CAPITULO 49
—¿¡Pero qué demonios tienes en la cabeza, Alyssa!?
Juri está furiosa. Está que da miedo.
Creo que va arrancarse un mechón de pelo, por la manera en que tira desesperada de él. Juro que creí iba a golpearme con algo, y tal vez lo merecía. Yo he deseado golpearme desde ayer.
—Juri, ya te dije porqué lo estoy haciendo... —digo tímida abrazando la almohada contra mi pecho. Estoy sentada sobre su cama y ella se pasea por la habitación de un lado a otro.
—¡Mierda! ¡Me va a dar jaqueca! —gruñe molesta y lleva una mano a su frente.
No la culpo. Cometí una imprudencia total en darle esta noticia por la mañana, a penas había despertado. A penas se lo dije, se levantó de la cama como resorte y empezó casi a gritarme cientos de reproches, que yo misma me he estado haciendo desde ayer.
—Juri, lo siento —me abrazo más a la almohada —Yo sé que es una estupidez más para añadir a mi historial de estupideces, pero yo...
—No pudiste decir no —dice más calmada y completa mi frase. Voltea a verme y yo asiento tímida. Ella rueda los ojos y suspira profundo —¿Por qué diablos siempre tienes que pensar en lo que los demás necesitan, antes que en ti? —se sienta en la cama y me observa conmovida, pero con un ligero toque de decepción.
Suspiro también y me encojo de hombros —No lo sé. No pude evitar ponerme a pensar en lo que sentiría su madre al saber que no llegaríamos, eso la deprimiría mucho. Ya está totalmente ilusionada y luego, vi la expresión de Jad, y sus ojos suplicándome. No pude evitar pensar cómo se sentía.
—¿Pero y tú, Alyssa? —pone una mano en mi hombro—, ¿tú pensaste en cómo te sentirías al aceptar?
—No —me sincero y no dejo de sentirme deprimente por ello.
Quita su mano de mi hombro y la lleva a sostener el puente de su nariz en gesto impaciente —No puedo evitar que vayas, ¿cierto? —me mira nuevamente y yo niego con mi cabeza.
—Juri, créeme que me estoy arrepintiendo por haber aceptado, pero ya lo hice. Solo debo ir, fingir ser feliz por un par de horas y luego regresar como si nada. Continuar mi vida sin Jaden ya de una vez por todas —intento sonar segura para convencerla que todo estará bien.
Me observa insegura pero finalmente asiente —Confío en ti, Aly. Pero tengo muchas condiciones para dejarte ir y no encerrarte bajo llave.
Su comentario me causa un poco de gracia pero asiento —Haré lo que me digas. Lo prometo.
—Bien —se pone de pie y empieza a pasearse en el mismo lugar de un lado a otro, de nuevo y con sus dedos empieza a enumerar cada cosa que dice —Él no va a poner un pie en este apartamento o lo saco a golpes. Te esperará afuera y si piensa traerte hará lo mismo, ¿de acuerdo? —yo asiento y ella continúa:—, si se le ocurre intentar aprovecharse de la situación ya sea con un beso o siquiera no respetar tu espacio vital, me lo vas a decir y él tendrá que escucharme —es una clara advertencia y a pesar que me causa algo de gracia, su expresión seria me provoca asentir segura de nuevo. Finalmente termina:— Pero lo más importante Aly, si ya no quieres seguir ahí, no importa cuánto tiempo haya pasado; si quieres salir, no dudes en llamarme inmediatamente y yo iré por ti.
Me observa seria unos instantes pero luego su expresión se suaviza y yo le regalo una sonrisa —Si es necesario, no dudes que lo haré. Gracias por todo, Juri —me pongo de pie y le regalo un pequeño abrazo. Ella me lo corresponde fuerte.
—Sabes que te quiero, Alyssa. Eres mi mejor amiga y solo quiero lo mejor para ti y que no te lastimen —su voz es reconfortante y lo agradezco.
—Lo sé. También te quiero. Te has convertido en una hermana para mí —nos separamos y nos tomamos de las manos —Sé que voy a estar bien. Lo prometo.
Ella suspira y asiente.
Sé que se preocupa por mí, tal vez ella al igual que yo, tiene esa corazonada como si este último encuentro con Jaden, fuera definitivamente el salto suicida que acabará conmigo.
**~**
Antes de salir del edificio, me reviso una vez más, para asegurarme que todo esté en orden con mi vestimenta. Aliso una arruga imaginaria en la falda del vestido y me acomodo la correa del pequeño bolso en mi hombro.
Malditos nervios.
No sé por qué me siento nerviosa, yo sé que no debería estarlo. Busco cualquier cosa insignificante para retrasarme y no salir del edificio. Para no salir y ver a Jaden. Ahora empiezo a creer que esto no fue una buena idea.
Termino de hacer mi camino a la salida, y lo tacones que traigo puestos, resuenan en el piso del lugar, con cada paso que doy. Me puse un vestido gris que me obsequió Juri. Ella insistió en que lo usara ya que a ella hace mucho tiempo dejó de quedarle y a mí, me quedó a la perfección.
Es lindo y formal. Todo es de un hermoso encaje y se ajusta al cuerpo, pero no demasiado. Mangas de tres cuartas y me queda justo arriba de mis rodillas. Me puse unos tacones negros no tan altos y amarré todo mi cabello en una cola de caballo.
Creo que hice todo lo posible para lucir formal frente a la señora Ellie, y además, estuvimos investigando con Juri el dichoso hotel Luxe Sunset y se ve demasiado lujoso. Cenaremos en el restaurante del lugar y sentí la necesidad de hacer el mayor esfuerzo por encajar en el lugar, siquiera con mi vestimenta.
Cuando salgo del edificio, la brisa nocturna me eriza la piel y me abrazo a mí misma. Debí hacerle caso a Juri y traer un abrigo. Continúo mi camino y puedo ver el auto negro de Jaden estacionado a la orilla de la calle.
Él está recargándose en la puerta del copiloto, con sus manos hundidas en los bolsillos del pantalón. Luce completamente formal y demasiado atractivo. Trae puesto un pantalón de vestir negro y una camisa azul marino de botones y manga larga, pero la ha remangado hasta los codos. Sus zapatos son de lustre, y su cabello castaño luce un poco revuelto pero no se ve para nada informal.
Me siento impresionada por su imagen pero hago todo un esfuerzo por ocultarlo. Puedo ver cómo sus ojos me examinan de pies a cabeza y me pone nerviosa. Una vez estoy cerca, me aclaro la garganta esperando que no me falle la voz.
—Hola —no puedo evitar sonreír nerviosa y quiero golpearme por eso.
Una hermosa sonrisa se forma en sus mullidos labios y se retira del auto —Hola —no disimula cuando me da otra ojeada —Luces muy bella.
Mis mejillas arden y me obligo a ver hacia otro lado —Gracias —muerdo mi labio inferior, haciendo un esfuerzo por callarme y no decirle que él también se ve guapo. Es hora de empezar a restarle importancia a cualquier detalle de él.
—Bueno, hay que irnos —me hace de señas al auto y yo asiento. Él se hace a un lado para darme espacio y abre la puerta del auto para mí. Me introduzco en el asiento sin decir nada y él cierra la puerta, para luego trotar y subir al otro lado.
Me acomodo el cinturón de seguridad, y sin decir más, Jaden enciende el motor y nos ponemos en marcha, en un silencio total.
Exactamente quince minutos antes de las ocho, estamos estacionándonos frente a la entrada del hotel. Un hombre con un elegante pero singular traje color vino se acerca hasta mi ventana. Creo que es el botones del hotel.
—Bienvenidos al Luxe Sunset —nos sonríe ampliamente. Luego me abre la puerta y me extiende su mano para que yo baje —¿Me permite bella dama?
Creo que es la primera vez que me tratan así con esa elegancia. Por supuesto, asiento sonriente, tomo su mano y bajo del auto. Una vez afuera, Jaden baja también y entrega las llaves al hombre para que se lleve el auto.
Yo estoy parada frente a la entrada, observando la impresionante vista frente a mí. Esto es demasiado lujo. Detrás de nosotros, venían lujosos autos y de ellos bajan elegantes parejas.
—¿Vamos? —la voz de Jaden me hace voltear y veo que me extiende su brazo para que lo tome. Dudo unos instantes, pero pienso que sería lo más natural entrar así. Después de todo, tenemos que fingir ser una pareja, así que, asiento y entrelazo mi brazo con el suyo.
Avanzamos hasta el lobby del hotel, y puedo ver que toda la fachada, no es nada comparada con el interior. Cada parte de este lugar grita: lujo y dinero por todos lados. Me siento intimidada por la cantidad de personas que se pasean de un lado a otro, como si fueran los dueños del hotel.
Circulan hombres con aspecto de millonarios y mujeres de todas las edades, se cuelgan galantes de los brazos de ellos. Algunas mujeres me observan sin expresión alguna, y otras de las más jóvenes, observan a Jaden sin ninguna discreción. Él siempre llama la atención.
Nos detenemos al llegar a la recepción donde una chica rubia nos observa con una gran sonrisa —Bienvenidos a Luxe Sunset. ¿Tienen alguna reservación?
—Con el apellido Wilkerson —responde Jaden y la chica asiente, tecleando algo en su computadora.
Volteo curiosa hacia todos lados y no me importa si con eso me delate que soy nueva en el lugar. Es que cada cosa que veo me parece más asombrosa que la otra. La voz de la rubia llama mi atención de nuevo.
—Claro, por acá está. Una reservación para tres en el restaurante interno —despega su vista de la computadora y nos sonríe de nuevo —De este lado, por favor —nos hace de señas con su mano hacia el pasillo de la derecha.
Jaden me hala para continuar nuestro camino por la dirección que la chica nos indica. Puedo ver que él luce seguro y casi luce como uno de los demás hombres con pinta de millonario, a excepción, que él es demasiado joven. Nos adentramos al restaurante donde hay cerca de quince mesas muy bien distribuidas.
—Siento que no encajo en este lugar en lo absoluto —digo a penas con un hilo de voz, mientras mi vista se pierde en toda la estancia.
—No tienes por qué encajar en un mundo de gente que vive de apariencias. Te aseguro que tú sobresales por encima de todos —Jaden me hace un gesto señalando a todas las personas en las mesas.— Solo sé tú misma —añade y me observa con una sonrisa cálida.
A pesar que no quiero, sonrío y siento que me sonrojo por su comentario. Él está por decir algo más, pero un hombre con aspecto de mesero nos aborda y lo interrumpe.
—Buenas noches. ¿Me acompañan por favor?
Nos hace un gesto para seguirlo y Jaden lo hace inmediatamente. Caminamos entre las mesas y puedo ver que el mesero nos guía hasta llegar a una, casi al fondo. La mamá de Jaden se encuentra ahí y cuando nos ve, inmediatamente se pone de pie y sale a nuestro encuentro.
Ahora siento los nervios florecer de nuevo y un nudo en mi estómago. Ella luce hermosa y elegante como la última vez que la vi. Viste un hermoso vestido color rosa viejo, con bordes y perlas en la parte del cuello. Su cabello en un fino moño que la hace lucir más galante.
—Jaden —dice con la voz casi a punto de quebrársele de la emoción, y se acerca hasta él para abrazarlo. Yo me alejo de su agarre para darles espacio pero puedo verlo a él, un poco renuente a corresponder el gesto de su madre.
—Que gusto verte, madre —dice él con una expresión que me hace creer que es mitad verdad y mitad mentira lo que dice.
—Gracias por venir, hijo —lleva una de sus manos a la mejilla de Jaden y puedo ver su mirada cristalizarse. Se aleja de él un poco, para girarse hacia mí —Gracias también a ti, Alyssa. Estoy muy agradecida contigo —me toma de las manos y se acerca para saludarme con un beso de mejilla.
—Un gusto, señora —le correspondo el saludo y una vez nos alejamos me observa sonriente.
—Te dije que me llamaras Ellie —me corrige una vez más y no puedo evitar reír —Pero bueno, tomemos asiento —nos hace de señas a la mesa y los tres nos sentamos.
Jaden se sienta a mi lado y se encarga de pedir una botella de vino de la carta, para degustar mientras conversamos y esperamos la comida.
—Bueno, creo que tenemos mucho de qué hablar —dice la señora Ellie y añade:— ¿Cómo han ido las cosas en lo que va del inicio de año?
Me muevo incomoda en el asiento porque hablar de nosotros, es lo menos quiero realmente. Sin embargo, no puedo ser descortés y con la ayuda de Jaden, empezamos a charlar algunas cosas pero evitando tocar temas que se relacionen a lo que éramos nosotros, pero fingimos ser ahora: una pareja feliz.
Llevamos cerca de una hora charlando tranquilamente. Hasta ahora puedo decir, que todo marcha de maravilla. La madre de Jaden parece fascinada con la cena.
Luego que disfrutamos de la exquisita comida que sirve el lugar, continuamos charlando de la universidad y otras cosas. Jaden parece más tranquilo y relajado estando aquí. Me he quedado en muchos momentos, perdida como boba, contemplando las expresiones en el rostro de Jaden, luciendo encantado por hablar con su madre y por escuchar cada cosa que ella cuenta. Luce demasiado tranquilo. Me doy cuenta que muy por encima de todo ese desprecio y de todos esos reproches que tiene hacia su madre, él realmente la ama más de lo que admite.
—Eleonor dice que eres una excelente persona y ya lo creo que sí, Alyssa —la voz de la señora capta mi atención cuando se refiere a mí, por lo que enderezo mi postura y la observo.
—Oh, bueno, gracias —digo un poco penosa.
—Ya veo que la vida se empeñó en juntarlos a ustedes dos —dice ella viendo a Jaden y a mí de hito en hito—, mira que llegar a trabajar en la boutique de la familia, no es por coincidencia. ¿No crees, hijo? —una pequeña risita acompaña sus palabras y yo siento como si estas me golpearan.
Su comentario me incomoda un poco. No sabe que todo este tiempo estuve ignorándolo. Trabajaba para la tía de su hijo y yo era completamente ajena a todo eso.
—Claro, las sorpresas de la vida, ¿verdad? —digo casi en un sarcasmo viendo a Jaden quien me observa serio.
—Tienes toda la razón —me dice él sin despegar su vista de la mía —.La vida tiene muchas sorpresas y por una de ellas, es que acepté venir esta noche y poder compartirla con ustedes —su vista viaja a su madre quien lo observa con una sonrisa, pero mi corazón ha empezado a acelerarse. Siento un mal presentimiento.
—Creí que habías aceptado porque querías verme, hijo —dice Ellie con tono pesaroso y tengo que hacer una fingida sonrisa.
—Si te soy honesto, sí. Quería verte, madre. Pero sabes que debes agradecer a Alyssa el que ahora esté aquí —su vista viaja hasta mí de nuevo y su mirada me cala profundamente. Es diferente. Es calculadora.
—Lo sé —dice ella y me hace verla —Siempre estaré agradecida por eso —pasa una de sus manos por encima de la mesa, hasta tomar una de las mías.
Le sonrío a penas —Para mí fue un placer venir también —creo que miento. En realidad empiezo a tener el mal presentimiento que no debí venir. Jaden va a decirnos algo y eso me tiene ansiosa, por lo que lo incito a continuar —¿Y cuál es la sorpresa, Jaden?
—Tenemos que brindar por una nueva vida —dice con una sonrisa que no toca sus ojos, al tiempo que alza su copa de vino en señal de brindis. Casi por inercia, su madre y yo lo hacemos y él continúa:— Obtuve una beca para un interinato de ingeniería durante seis meses.
Una mala sensación me abraza por completo y mi pulso sigue acelerado. La voz conmocionada de Ellie me distrae.
—¡Oh por Dios, Jad! ¿Es en serio? —claramente está encantada —Esa sí que es una excelente noticia —sin pensarlo, empieza a chocar las copas como brindis. Yo lo hago involuntariamente. Sé que hay algo más que él no está diciendo.
—¿No dices nada? —él me pregunta serio, pero luce como si supiera que no estoy creyendo lo que dice.
—C-Claro, eso es..., es una gran noticia —me las arreglo para decir pero no dejo de escucharme aturdida.
—Gracias —dice con un fingido agradecimiento tan visible. Finalmente, se apoya con los codos sobre la mesa y entrelaza los dedos de sus manos entre sí y entonces, suelta el resto de la noticia.— El interinato será en New York.
Sus palabras me caen como balde de agua helada. La respiración se me atasca y mi corazón queda en coma. Sabía que algo malo iba a decir. Sabía que algo se traía entre manos. Siento las lágrimas en la parte posterior de mi garganta y hago un enorme esfuerzo. No voy a echarme a llorar ahora. Sé que no debo.
—Jad, ¿tendrás que mudarte? —dice Ellie un poco asombrada y aturdida. Al parecer la idea ya no le agrada tanto —¿No necesitas pensarlo con calma? Tal vez, debas considerarlo un poco.
—Creo que es, excelente —me animo a hablar y ambos me observan sorprendidos por mi comentario. Ni yo puedo creer lo que voy a decir:— Creo que es una excelente oportunidad para él. Estudiar en Nueva York esos seis meses, podría ayudarle de manera significativa a su carrera.
—¿Significa que estás de acuerdo? —me pregunta asombrado. Seguro no se esperaba esta reacción mía.
—Sí —me atrevo a decirle firme—, solo son seis meses y después de todo, nuestro deber es apoyarte en todo. ¿No es así, Ellie? —volteo a su madre quien me observa feliz y asiente. Hasta me tomo el atrevimiento de llamarla por su nombre como me lo ha pedido, solo para escucharme convincente.
—Alyssa tiene razón, hijo —suspira y da un sorbo a su copa de vino —Sin embargo, me parece algo muy repentino. Tendremos que hablarlo con calma. Había pensado que se quedaran esta noche aquí.
Me quedo sin palabras y casi se me atora el trago de vino que acabo de tomar.
«No, definitivamente no pienso quedarme aquí. Ni loca» mi subconsciente salta de inmediato.
—¡Claro! —dice él tan calmado que no puedo evitar verlo asombrada.
—¿Qué dices tú, Alyssa? —ella me observa a mí y me siento asustada.
—M-Me gustaría quedarme, pero no puedo —hago un gesto de disculpa.
—Solo será una noche, linda. Me gustaría seguir conociéndonos mejor —sé que ella es sincera y agradezco tanto su aprecio, pero no puedo –no debo- quedarme.
—De verdad, no creo poder. Ya tengo un compromiso importante con mi compañera de cuarto y es para mañana a primera hora —intento que mi mentira suene lo más creíble que me sea posible.
—Es una pena. Tal vez pudieras hablar con ella —Ellie me observa expectante y en su expresión veo que realmente espera que me quede.
Tengo que idear algo bueno para que lo entienda —Veré si tal vez puedo hacer algo, aunque no creo —me encojo de hombros —¿Me disculpan? Iré a llamarle —me pongo de pie y ella asiente.
Mi vista viaja hacia Jaden, quien tiene una mirada indescifrable. Parece que disfruta todo lo que me ha causado con su noticia. Intento ignorarlo y paso de largo hasta llegar a la entrada del restaurante donde se encuentra un mesero.
—Disculpe, ¿los baños para dama? —pregunto tímida al joven.
—Con gusto señorita, el pasillo a la izquierda, segunda puerta —me dice con una sonrisa, señalando el lugar y yo asiento.
Avanzo lo más rápido que me permiten mis pies y me adentro en el cuarto de baño. Por suerte no hay nadie e inmediatamente empiezo a respirar desesperada, intentando deshacerme de las ganas de llorar.
—Tranquila. No llores —me repito en voz alta una y otra vez, pero cada vez el nudo en mi garganta es más.
Se va a Nueva York. Lo hace apropósito. Lo hace para dejarme, para alejarse de mí. Yo sé que tal vez eso sea lo mejor, pero no puedo asimilarlo tan fácil.
Mientras intento desesperadamente calmarme, busco el contacto de Juri para llamarle. Necesito que venga, ya no quiero estar aquí. El timbre suena una vez e inmediatamente ella contesta, como si hubiera estado lista esperando mi llamada.
—¿Aly? —pregunta con cautela.
Trago grueso para evitar que mi voz se escuche quebrada —Juri, tienes que venir por mí, por favor —suspiro e intento darme viento en la cara con mi mano libre, como un gesto para evitar que mis lágrimas salgan.
—Salgo enseguida, no te muevas. Sal del hotel y espérame afuera, o donde quieras, pero aléjate de él —asiento como si pudiera verme y ella me habla de nuevo —.Llegaré lo más pronto posible, Aly.
—Gracias —digo en un hilo de voz y cuelgo la llamada.
Tomo un par de inspiraciones para terminar de serenarme y reviso mi rostro en el espejo. No quiero que se noten las lágrimas que se me escaparon. Me quedo unos segundos parada frente al espejo y me armo de valor para dar la vuelta y salir. Mientras camino de vuelta al restaurante, pienso qué excusa decir para irme y no quedarme.
Cuando llego, puedo ver la mesa donde estábamos y ahí están ambos. Jaden está sentado de espaldas luciendo relajado, y su madre parece hablar por teléfono. Hago mi camino hasta la mesa y al instante que llego ambos me miran, pero yo me enfoco en ver únicamente a Ellie. Por ningún motivo veo a Jaden.
Después de unos monosílabos ella cuelga la llamada y me pregunta sonriente —¿Qué sucedió? ¿Lograste hablar con ella?
—Lo siento, pero no podré quedarme. No podemos posponer el asunto de mañana —me encojo de hombros.
—Oh es una pena, querida —hace una mueca de tristeza —Entonces supongo que ya te irás.
—Sí de hecho, mi amiga pasará a recogerme.
—Yo puedo irte a dejar —la voz ronca de Jaden me toma por sorpresa, pero no volteo a verlo.
—No quiero molestar. Juri ya viene por mí —me acerco hasta Ellie.— Lo siento por tener que irme pronto.
—Descuida. Yo acabo de recibir una llamada importante y también iba a retirarme —sonríe y toma una de mis manos —.Gracias por venir y por traerlo —me hace de señas a Jaden.
Yo sonrío, con ella sí puedo hacerlo —Gracias por todo —sé que mi voz suena como una despedida. Pero es que creo que realmente lo es.
Se pone de pie y se acerca a darme un pequeño abrazo —Espero verte pronto —yo asiento aunque sé perfectamente que eso quizá jamás volverá a pasar. Se gira hacia Jaden para hablarle —.Te veo después. Ya sabes dónde buscarme, ¿cierto? —él asiente —Bien, puedes ir a dejarla a la salida y esperar a que venga su amiga. Yo me retiro.
Él asiente de nuevo y luego de despedirnos, otra vez, ella se marcha. Yo no pierdo tiempo y tomo mi pequeño bolso para salir de aquí. Ya no puedo más. Ya no puedo fingir. Ahora que la madre de Jaden se fue, ya no estoy obligada a fingir que me siento feliz al lado de su hijo.
Empiezo a caminar a paso rápido entre las mesas y escucho a Jaden decir mi nombre, pero lo ignoro. Avanzo por el pasillo por donde entramos, desesperada por llegar a la salida. Paso golpeando a un hombre y le pido disculpas, apresurada. Llegando a la salida escucho a Jad, hablarme de nuevo y vuelvo a ignorarlo.
Salgo del hotel y la brisa me sabe a gloria. Una vez afuera, no me detengo. Continúo caminando sin saber a dónde. No voy a detenerme, justo ahora, si pudiera regresar a Golden corriendo, lo haría.
—¡Alyssa! —escucho su voz más de cerca y de pronto me corta el paso poniéndose enfrente.
—¿Qué quieres? —pregunto exaltada y molesta —Ya no tienes porqué seguirme, Jad. Ya hice lo que me pediste. Cumplí mi promesa —lo observo directo a los ojos —.Ya somos libres.
—Hay algo que quiero decirte...
—No me interesa escuchar nada más —lo corto de golpe —.Ya dijiste suficiente. Lo que dije allá adentro lo dije en serio —señalo con mi mano al hotel—, me alegro por ti. Te irás para mejorar tu vida, tus estudios y créeme, te deseo lo mejor...
—¡No iré a Nueva York, Alyssa! —ahora es él quien me corta de golpe y me quedo enmudecida. Lo observo confundida. No entiendo a qué se refiere.
—¿Era mentira? —digo incrédula.— ¡No puedo creer que sigas mintiendo! ¡No puedo creer que le hayas mentido a tu propia madre!
—No podía decirle la verdad. No a ella...
—¿Y por qué a mí sí quieres decírmela? ¿¡Por qué!?
Suspira profundo y pasa una mano por su cabello —Porque sí voy a irme, Alyssa. Pero quiero que sepas la verdad, porque no quiero despedirme de ti con una mentira más —yo lo observo como si me hablara en otro idioma. No entiendo nada. Él da un paso hacia mí, quedando más cerca, suspira de nuevo y vuelve a hablarme con la vista baja:— Voy a irme a Las Vegas —sus ojos se alzan y se conectan con los míos. Su mirada tiene el miedo y el horror impregnados —Voy a competir en una carrera en las vegas.
Puedo jurar que algo acaba de atravesar mi corazón y ha dolido demasiado. Tal vez, definitivamente, este era mi último salto suicida por Jaden. Acaba de terminar de quebrarme. Doy un paso atrás, negando con mi cabeza. Aturdida y desesperada por intentar creer que lo que acabo de escuchar es mentira. Ahora sí quisiera que me estuviera mintiendo.
Llevo las manos hasta mi cabello en un gesto desesperado —Te hubieras largado sin decírmelo, Jaden —digo apretando los dientes, intentando no desbordar mi coraje o mi llanto.— Hubiera preferido mil veces despedirte creyendo tu mentira del interinato. ¿Con qué derecho te atreves a decirme algo que sabías iba a terminar de herirme? ¿¡Con qué derecho, Jaden!?— no me contengo más y rompo en llanto.
Él está ahí. Parado sin decir nada. Viéndome llorar en silencio con una mirada extraña. Parece indiferente o tal vez dolido. No lo sé.
—Alys, tal vez eso cambie las cosas...
—¡Claro que las cosas cambiaron desde hace mucho tiempo, Jad! —vuelvo a interrumpirlo —¡Esta decisión tuya, solo vino a ser la gota que derramó el vaso!
—No, Alys. Escúchame... —se acerca más, hasta que me toma por los hombros—. Esta carrera es muy importante para Aguilar. Si la gano para él, puede que me deje en paz —dice con una voz llena de falsas esperanzas y niego con mi cabeza. No voy a creerle más.
—Nunca te dejará en paz, porque tú decidiste seguirle el juego. Nada va a cambiar ganes o no, y tú lo sabes.
Se escucha una bocina y la reconozco perfectamente. Es Juri.
—Alys... —él luce desesperado y yo lucho por zafarme de su agarre —Ven conmigo o promete que me estarás esperando al regresar, para saber qué pasó. Yo sé que te dije que no iba a disculparme más, ni rogarte más. Pero es que no puedo aceptar dejarte, me importas demasiado.
—Al parecer ya no soy lo más importante en tu vida, Jaden —retrocedo un paso y él afloja su agarre —.Sé que mueres de ganas por ir a esa carrera, sin importar si yo te pidiera que no fueras, sé que siempre irías. No vas a poder dejarlo. Vas a querer más y más. Una carrera tras otra y no podrás decir no. Jamás te ha gustado perder y no vas a hacerlo está vez. No dejarás lo que te apasiona, aun y cuando sea trabajando para Aguilar.
—Las cosas podían cambiar si gano. Alys, sé que puedo ganar.
Me termino de zafar de su agarre y retrocedo varios pasos más. Voy a dejarlo ir. No pienso detenerlo. No puedo detenerlo. Ya no quiero hacerlo porque siento que esta sensación de resentimiento-odio hacia él, ya es irremediable.
—Alyssa... —da un paso hacia mí, como si quisiera detenerme de nuevo, pero yo pongo una mano al frente para indicarle que se detenga.
—Vete, Jaden. Ve a ganar esa carrera, pero a mí, ya me perdiste.
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