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CAPITULO 47


—¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme? —Jaden pregunta curioso, sin despegar su vista del frente mientras conduce.

Muerdo la uña de mi dedo pulgar. No puedo creer que me estén matando los nervios. Vamos camino a la boutique para iniciar mi jornada laboral un día más, y yo estoy intentando decirle a Jaden, lo que pasó ayer con su madre. No sé cómo vaya a tomarlo.

—Alyssa... —escucho que me llama con la voz un poco irritada.

—Es que no es fácil decirlo —digo nerviosa y suspiro para finalmente atreverme a hablar.— Tu madre, vino a visitarme ayer.

En ese instante no puede evitar observarme y luce realmente sorprendido; sin embargo, regresa su vista al frente.

—¿Por qué habría hecho eso? —no puedo apostar, pero se escucha un poco molesto.

—Sólo quería saber de ti y tal vez vio en mí la fuente perfecta para...

—¿Qué quería saber? ¿Qué le dijiste? —me corta de inmediato y su reacción me molesta un poco. Me está cuestionando como si yo le hubiera contado cosas que no debía a su madre. 

—No le dije nada malo, Jaden. No me hables así —alzo un poco la voz yo también.

Suspira y me observa durante una fracción de segundo —Lo siento. Es solo que esto es sorpresa para mí.

—Ella solo quería saber si estás bien. Si tienes un lugar donde quedarte, cómo vas con tus gastos y esas cosas —me encojo de hombros e intento relajarme.— Fue muy linda conmigo —digo recordando la manera en que me trató, pero omito decirle otras cosas, que no creo que él deba saber.

Puedo ver por la ventana que estamos llegando a la boutique y Jaden se estaciona a la orilla de la calle. Una vez apaga el motor se gira un poco en su asiento para verme.

—¿Qué más te dijo? —creo que ya intuye que hay algo más.

—Jad, de verdad está preocupada. Deberías tener un poco más de comunicación con ella.

—No, Alyssa —me interrumpe de nuevo —No puedo hacerlo porque no quiero. Para mí las cosas están mejor así. Hace mucho que no tenemos buena relación y jamás le ha importado. ¿Por qué ahora querría venir a buscarme y querer decir que se preocupa por mí?

—Jaden, es tu madre. Lo quieras o no. Solo conversé con ella cerca de quince minutos, y puedo asegurar, que es una excelente madre. No veo en ella ninguna mujer orgullosa ni mucho menos mala —le hablo firme. Es que no puedo creer que él sea así con su madre.

—Alys, mi madre no es tanto la del problema. El problema es que se deja manipular por mi padre hasta el punto de ponerse en contra de sus propios hijos. ¿Todo por qué? ¿Por complacerlo a él? Sabes que eso no es justo.

Me quedo sin habla unos momentos. Jaden se escucha tan resentido.

—A veces hacemos cosas en contra de nuestra voluntad aunque sepamos que están malas, ¿no crees? —me siento un poco molesta por su actitud y espero y me entienda la indirecta.

Se limita a observarme algo molesto. Su mandíbula se tensa y sus labios forman una línea dura —¿Qué quieres, Alyssa?, ¿Qué te pidió que hicieras?

Sin dudarlo, contesto a su pregunta —Quiere que vayamos a cenar el domingo. Juntos.

—No puedo hacerlo —dice tajante y se mueve incómodo en el asiento.

—Jad, solo será una cena, por favor. Ella me lo pidió, casi me suplicó. No pude negarme a intentar ayudarle.

—Alyssa, agradezco el gesto que quieres tener con ella; pero a ti no te corresponde intentar salvar a mi familia —dice seguro con la vos ronca  y me quedo si habla. 

Abro mi boca para hablar pero la cierro de nuevo. Me siento ofendida.

—A-Alys..., no quise..., no quise decirlo de esa manera —se disculpa suave ahora e intenta tomar una de mis manos pero yo la aparto de su toque.

—No estoy intentando salvar a tu familia, Jaden. Estoy intentando salvarte a ti —le reprocho y al instante, empiezo a desabrochar el cinturón para salir del auto.

—¡Alys! —me habla pero no le hago caso. Abro la puerta y bajo dando un portazo, inmediatamente él hace lo mismo y apresura tanto el paso, que en cuestión de segundos está frente a mí. —De acuerdo. Lo haré.

Yo levanto mi vista para verlo, aun disgusta —No quiero que lo hagas solo por mí.

—Pero es que solo lo haría por ti —lleva su mano hasta mi barbilla y la alza un poco. Mi corazón da un vuelco extraño y ansioso. Una sonrisa tímida se me escapa, pero él luce torturado. Sé que no le agrada la idea.

—Oye, todo saldrá bien —llevo mi mano hasta su mejilla y lo veo cerrar sus ojos —No vamos a forzar nada, ¿de acuerdo?

—Por favor, tienes que venir conmigo, sí o sí —abre sus ojos y sus hermosas irises azules destellan angustia.— No puedo ni siquiera pensar estar yo solo frente a ella.

—Le dije a tu madre que iría y también te lo digo a ti —me pongo de puntillas para darle un tierno beso en los labios —.Lo prometo —añado una vez que me alejo y él se relaja.

Me regala una hermosa sonrisa y se acerca para besarme de nuevo —Te veo luego, bonita.

Asiento encantada y me alejo de él para empezar a caminar hacia el callejón y entrar a la boutique. Feliz, nerviosa y ansiosa.





—Últimamente te has estado metiendo en muchos líos, amiga —Juri me observa alzando una ceja, mientras sostiene su quijada en la mano derecha, recostada sobre un mostrador.

Llevo mis manos hasta cubrir mi rostro dramáticamente —Lo sé. Todo parece indicar que no puedo negarme a nada que me pidan —retiro mis manos y la observo haciendo un mohín.— Tengo que aprender a decir no.

—Eso es lo más sano muchas veces y te evita problemas como ir a cenar con tu suegra y rogar a su hijo para hacerlo —al terminar de hablar se le escapa una pequeña risa.

—Ni me lo recuerdes. Lo dices como si fuera algo muy malo —me muerdo el labio inferior —¿Crees que algo salga mal?

Ella ríe aún más y me da pequeñas palmaditas en mi hombro derecho —¡Tranquila! Todo saldrá bien. ¿Qué podría salir mal?

Suspiro pesado y asiento, intentado ser optimista como ella —De todas maneras, no hay vuelta atrás. Ya le he llamado para confirmar que iríamos.

Ella hace una mueca graciosa, algo así como diciendo: ¡Buena suerte, entonces!

—Alyssa, Eleonor quiere verte en su oficina —nos interrumpe Emma, otra de nuestras compañeras de trabajo.

Estoy casi terminando el cierre de caja del día, cuando ella me interrumpe —Voy en seguida —le digo, guardando el documento antes de cerrarlo.


«¡Genial! Estoy a diez minutos de terminar mi turno y me manda a llamar la jefa» ruedo los ojos un poco disgusta.


—Juri, si no regreso en diez minutos, ¿podrías ayudarme con el cierre de caja? —ella asiente segura.

—¿Hiciste algo malo? —me dice en tono burlista.

—Si no regreso en diez minutos, ten por seguro que es algo malo. Solo que yo no tengo idea de qué —le digo en burla yo también y ambas reímos.

Avanzo a paso lento por el pasillo hacia la oficina de Eleonor y no puedo negar que, aunque voy segura que no he hecho nada malo, no puedo evitar sentirme nerviosa. Llego hasta la puerta y llamo una vez. En seguida, una voz adentro me dice que pase y así lo hago.

—Dijeron que querías verme —le digo una vez que entro. Parecería extraño el hecho de que tutee a mi jefa que es mucho mayor que mí, pero a ella le gusta así. Dice que eso es confianza y ella habla todo el tiempo de la confianza que lleva con sus empleadas.

—Toma asiento, Alyssa. Esto nos llevará un poco de tiempo —dice segura, mientras su vista está clavada en unos papeles que firma.

Ahora sí me siento nerviosa. Tomo asiento en la silla frente a su escritorio y coloco las manos sobre mi regazo de manera nerviosa. Ella no me observa todavía, aun sigue distraída en todos los papeles que repasa una y otra vez.


«Dios mío, de seguro son mis cierres de caja. Algo debe estar mal. Algo no cuadra» mi subconsciente tan inoportuno como siempre.


Empiezo a torturar mi dedo meñique de manera nerviosa y me atrevo a preguntar —¿Hay algo de malo con mis cierres de caja? —sé que me escucho asustada pero realmente lo estoy. Lo menos que quiero es que me acusen de ladrona.

Entonces alza su mirada a mí y deja los papeles a un lado —No, Alyssa. No hay nada de malo con tus cierres de caja —dice con una leve sonrisa. Suelto el aire en un enorme suspiro. Ella retira sus anteojos y sus ojos verdes me examinan fijamente.— Alyssa, de hecho lo que necesito hablar contigo no es nada laboral. Es más bien, personal.

Frunzo mi ceño. No tengo idea de qué tengamos que hablar, que no sea laboral —Te escucho —acepto dudosa.

—Bien —dice y coloca sus anteojos sobre el escritorio y entrelaza los dedos de sus manos sobre este—, sé que esto no me concierne y te pido disculpas de ante mano si crees que soy entrometida, pero realmente te he tomado un gran aprecio y necesitaba aclararlo contigo —dice segura, pero yo la observo como si me hablara en chino. 

No entiendo nada.

Estoy sin habla, por lo que ella prosigue:— Alyssa, eres una buena empleada. Eres de hecho, de las mejores que jamás he tenido y si estoy hablando contigo, es porque de verdad me parece innecesario mezclar lo laboral con lo personal, pero, me vi obligada a hacerlo —me observa detenidamente y yo a ella. Estoy segura que tengo una cara de idiota en estos momentos. Sigo sin entenderla.

—Perdón pero, no entiendo nada —me sincero y ella suspira. Ay Dios mío, aquí viene el golpe.

—Alyssa yo sé que tú sales con un chico —sus palabras me caen como balde de agua helada.

—Eleonor, jamás he hecho algo que vaya contra las normas. Nunca hemos..., yo nunca he cometido imprudencias aquí en el trabajo. Te lo juro —digo desesperada. Esto debe ser broma de alguien. Alguien me puso en mal con ella.

—Lo sé. Tranquilízate —me hace de señas con sus manos —Solo lo vi por aquí una vez, no tengo que reprenderte por eso —dice en un tono tranquilizador y yo suspiro aliviada.

—Pero, ¿y entonces? —cuestiono con dudas y recuerdo la vez que Jaden vino y ella se le acercó. Esa vez creí que ella nos había visto, pero Jaden me dijo que solo se acercó para ofrecerle un descuento. Tal vez no fue así.

—Estás muy nerviosa, Alysssa —dice con una media sonrisa —.Creí que sabías que no tenías que preocuparte por mí. Creí que Jaden te lo había dicho ya —continúa sonriendo pero yo palidezco y mi rostro se torna serio.

—¿Q-Qué? —pregunto confundida. ¿Cómo sabe ella su nombre?

Últimamente parece que todos conocen a mi jefa y yo no lo sabía. Esther, la madre de Jaden y ahora él.

—Sí, es decir, en cuanto lo supe no tuve problema alguno. Me pareces una chica linda y te considero la chica idónea para mi sobrino consentido. Se lo dije a Jaden, ¿no te lo dijo?

Mi respiración se atasca y mis latidos se detienen. ¿Que Jaden qué?

Su sonrisa amplia desaparece por completo cuando me observa al borde del colapso —Alyssa, tú no..., —parece tan asustada como yo. Lleva una de sus manos hasta cubrir su boca—, no lo sabías —afirma en lugar de preguntar.

La observo directo a ella, pero en realidad mi vista está perdida en la nada. Mi corazón quedó en un coma total. Esto no puede ser. Niego varias veces con mi cabeza, totalmente aturdida y me recargo sobre su escritorio con los codos, llevando las manos hasta cubrir mi rostro.

—Alyssa, perdón. Fui una imprudente. No tenía idea de que no lo sabías. No entiendo porqué no te lo dijo —ella se escucha apenada.

Me obligo a verla —¿Jaden, es tu sobrino? —es una pregunta ilógica, dado el hecho de que, me lo acaba de confirmar. Pero necesito preguntar y escucharlo una vez más.

Ella suspira y asiente —El padre de Jaden, es mi hermano —un nudo se aprieta en mi estómago y siento incluso nauseas.

¿Todo este tiempo estuve trabajando para la tía de mi novio?

—Siento mucho que te hayas enterado de esta manera —me habla con la voz suave, como intentando tranquilizarme. Como si ella pudiera saber lo mal que me siento en estos momentos. Siento ganas de llorar.— No sé las razones por las que Jaden no te lo dijo, pero estoy segura que hay una explicación.


«¡Demonios! ¡Últimamente es lo único que he escuchado! ¡Debe haber una explicación! ¡Al diablo! Su tía ni siquiera debe estar al tanto de todas las cosas que ha hecho su sobrino» la vocecilla está furiosa y ansiosa por decir eso en voz alta, pero la hago callar.


Siento las lágrimas nublarme la vista pero trago duro e intento ser fuerte —¿Y eso necesitabas hablar conmigo? —las palabras me salen no sé de dónde.

—El papá de Jad, me visitó ayer por la noche. Tal vez esté de más hablar de nuestra vida familiar pero, debo decir que su visita me sorprendió. No nos veíamos desde hace mucho tiempo —hace una pausa y yo me obligo a escucharla atenta, entonces continúa:— No sé cómo, pero él sabe que trabajas para mí. Dime: ¿Tú lo conoces?

Me aclaro la garganta —Solo lo he visto una vez y fue de lejos. Ni siquiera nos presentamos —me encojo de hombros.

Ella frunce su ceño —Pues me habló de ti como si realmente te conociera y casi estuvo a punto de pedirme tu hoja de vida.

Palidezco aún más. ¿Él le habló de mí? Ahora recuerdo las palabras de la madre de Jaden ayer: quiero advertirte que tal vez llegues a saber de él algún día.

Sin embargo, todavía me parece algo imposible —¿Por qué hablaría así de mí? —pregunto y justo cuando pensé que esto no sería peor, mi estómago siente esa mala sanción de que algo va mal.

—¿Qué sabes acerca de Jaden y la relación con su padre? —pregunta calculadora. Se está asegurando de no hablar de más. De seguro no quiere decirme otra cosa que yo no sepa, de nuevo.

—No sé si Jaden haya sido sincero conmigo del todo pero, sé que no se llevan bien. Sé lo que pasó con Allen, y sé que Jaden se fue de casa al igual que su hermano —hablo en voz baja e intento recordar los detalles más importantes que sé.— Sé que su padre desconfía de toda mujer que se acerque a sus hijos.

Asiente luciendo satisfecha —Pues mi querido hermano alegó que eres una mala influencia para su hijo —dice con notorio disgusto y no puedo evitar abrir mi boca con indignación —Alyssa, te dejo en claro que no estoy de acuerdo con sus tontas ideas. Tú me pareces una buena chica y estoy segura que eso es así —habla con mucha seguridad y agradezco sus halagos.

—El padre de Jaden quiere que me aleje de él, ¿no es cierto? —se queda unos segundos en silencio y eso me da la respuesta.

—No me dijo eso exactamente pero, creo que sí —no sé si sorprenderme o disgustarme—, él dijo que Jaden está metido en problemas, ¿sabes algo al respecto?

Trago grueso. No sé si decirle todo lo que sucede. No me concierne esa parte a mí —Creo que ya notaste que Jaden no es sincero conmigo al cien por ciento —digo con una sonrisa forzada.— Hemos estado con dificultades últimamente pero no sé si hay algo malo con él y yo no lo sé. Tal vez tenga problemas pero no ha querido contármelos —hasta yo misma me creo lo que digo. Fue una buena mentira decir que no sé nada.

—Entiendo —dice ella y luce pensativa —No sé qué pretende mi hermano, pero puedo decirte que estés tranquila. Yo me encargaré de ponerlo en su lugar —me regala una sonrisa y yo le devuelvo el gesto, únicamente por no ser descortés.

«Como si fuera fácil para mí estar tranquila» me recalco internamente.

—Gracias, Eleonor. ¿Ya me puedo retirar?

—Sí, claro —asiente, e inmediatamente yo me pongo de pie para salir de su oficina. Antes de salir por la puerta su voz me detiene—. ¡Alyssa!— giro un poco para verla por sobre mi hombro —Jad, me habla de ti. Habla como un chico completamente enamorado, estoy segura que eso lo sabes —yo me limito responderle con una pequeña sonrisa y salgo.

En realidad no. Ya no estoy segura de nada respecto a Jaden.

Camino como sonámbula por el pasillo hacia el cuarto de empleados. Hace quince minutos terminó mi turno así que ya puedo irme. Necesito salir y respirar aire fresco, y tratar de asimilar lo que Eleonor me ha dicho.

—¡Juri dijo que te esperaría afuera! —me grita Emma cuando entra y sale corriendo del cuarto, llevando unas revistas.

Tomo mi bolso y hago mi camino para salir al callejón.

«Mentiras. Más mentiras» solo puedo pensar en eso.

Tengo miedo, cada vez voy descubriendo cosas que Jaden me ha estado ocultando todo este tiempo. En estos momentos, la decisión que tomé de darle una oportunidad, cuelga de un hilo. Ya no sé si puedo confiar en él. Todo se vuelve en su contra, todo se me pone en bandeja de plata para querer dejarlo.

Una vez salgo, abro la puerta trasera y la cierro detrás de mí al salir al callejón. Son cerca de las 6:00pm y está oscuro, pero aun así, al levantar mi vista logro distinguir a Juri y Jaden. Los dos hablan tranquilos, a un lado del auto de ella.

Una roca se instala en mi estómago. Esa sensación de nuevo, de querer huir a kilómetros de Jaden. No puedo verlo sin traer a mi mente cada mentira. Cada...

Me quedo en coma, cuando su vista viaja hacia mí. ¡Demonios!

Me quedo quieta en mi lugar. No sé si avanzar más o quedarme aquí. Tal vez sea bueno echarme a correr. No puedo enfrentarlo en estos momentos, ¿o tal vez deba? 

Se abre paso en mí, un sentimiento de coraje. Aprieto mi mandíbula y empiezo a caminar hacia ellos. Sé que probablemente esto se saldrá de control. Inhalo y exhalo profundo. Debo tranquilizarme. Estoy llegando a ellos y él da un paso hacia mí e intenta tomarme del brazo y eso es un detonante para mi furia.

—¡No me toques! —espeto con fuerza y me aparto de él.

Los dos me observan sorprendidos y como si estuviera loca.

—¿Alys, qué sucede? —pregunta él con el ceño fruncido.

—Juri, nos vamos —ignoro su pregunta y volteo hacia mi amiga quien me observa con expresión de espanto.

—¡Alyssa, dime qué pasa! —me alza un poco la voz y yo vuelvo a verlo molesta. Al instante se queda callado y aprieta su mandíbula con fuerza. Una vez me giro hacia Juri de nuevo, vuelve a hablarme:— ¿Estás así por el comentario que dije en la mañana? Lo siento, sé que fue estúpido de mi parte...

—¡No es por que hayas dicho eso, Jaden! —lo interrumpo molesta y me giro para encararlo.— Eso ni siquiera me importa ahora en comparación a lo otro. Es por todo lo que no has estado diciendo todo este tiempo. ¡Todo lo que sigues haciendo! —me observa confundido y niega con la cabeza. Antes que pueda hablar vuelvo a interrumpirlo —Ya no puedo con esto.

—¿A qué te refieres con que ya no puedes? —pregunta claramente asustado —¡Alys, solo han pasado unas horas desde que decidiste hacer esto conmigo!

—¡Exacto! ¡Y no pensé que en tan poco tiempo fuera a darme cuenta de más mentiras tuyas! —reprocho molesta.— Una verdad, lleva a la otra y están golpeándome una por una, sin que yo pida saberlo.

—¿¡Y ahora qué hiciste, Jaden!? —Juri dice molesta y se incluye en la conversación.

Él no dice nada. Luce tan ajeno a todo lo que hablamos que incluso siento ganas de golpearlo.

—¿Qué te dijo Eleonor? —me pregunta Juri y me toma por los hombros, casi sacudiéndome.

—¿Eleonor habló contigo? —dice él, y puedo asegurar que ahora sí sabe de qué hablo.

—¿Tu tía? ¡Oh, claro que habló conmigo! —digo con una risa carente de humor y lo veo palidecer.

—¿¡Qué!? —Juri cuestiona incrédula como en estado de shock, mientras observa a Jaden y a mí de hito en hito.

—¿Cuándo ibas a decírmelo? —encaro a Jaden.— ¿Por qué pensaste que jamás me daría cuenta?

—No lo sé —dice él negando con su cabeza aturdido —No pensé que fuera a importarte tanto, ni siquiera pensé que este momento llegaría..., ¡yo no tenía planeadas las cosas así, Alyssa! —alza un poco la voz de manera desesperada.

No puedo evitar sentir una sensación extraña en mi pecho, al escucharlo llamarme por mi nombre completo —¿En serio? Pues noticia: ¡yo tampoco planeaba todo esto, Jaden! —reclamo tan alterada como él.

Se queda unos segundos en silencio y su mandíbula se tensa —Te pedí que lo intentaras. Te pedí que hicieras un esfuerzo por llevar esto conmigo. Pero..., a la primera oportunidad me demuestras que no estás ni siquiera intentándolo.

Abro mi boca incrédula. ¿Como puede reprocharme eso?

—¡No te atrevas a decirme que no lo intento! —atajo furiosa —Si de verdad no lo intentara, no estaría aquí después de todo lo que me has hecho los últimos días. Créeme, Jaden. Han sido motivos suficientes para mandarlo todo a la mierda y darme la vuelta —mi respiración es agitada y siento que no puedo detener todo el palabrerío que sale de mi boca.— Y me tienes aquí: pidiendo una explicación para cada maldita mentira que me has hecho creer. Solo porque sé, que si tus labios me lo niegan todo, te juro que yo te creería.

Mi voz se debilita y estoy casi por echarme a llorar. Su rostro tiene una expresión de dolor, pánico o quizá remordimiento. Pero no dice nada más. Sus ojos gritan, pero su boca calla.

Finalmente abre la boca para hablar pero en ese instante, suena la bocina de un auto y la atención de todos se dirige a la entrada del callejón. Las luces altas que trae el auto me ciegan y no puedo evitar usar mi mano de escudo. El auto se acerca a nosotros, hasta quedar a un metro de distancia a lo mucho. Apaga las luces, y alguien baja del lado del copiloto.

Es un hombre. Camina a paso despreocupado y cuando está demasiado cerca y lo reconozco, todo mi cuerpo se queda paralizado. Me olvido de cómo respirar. Mi corazón huye de mi cuerpo y mi boca se seca. Es Aguilar.

Todo el ambiente se vuelve tenso. Jaden aprieta los puños y todo su cuerpo adopta una postura intimidante. Retrocedo un paso hasta que siento que choco contra el cuerpo de Juri.

—¿Qué sucede?... ¿Alyssa, quién es él? —pregunta ella en voz baja, pero yo no soy capaz de responder. No puedo creer lo que ven mis ojos. 

Tengo frente a mí, al causante de todo lo malo que me ha sucedido estos días. Tengo frente a mí, al ser más repugnante que jamás conocí.

—¿Qué haces aquí, Aguilar? —pregunta Jaden seguro y con la voz enronquecida.

—¿En serio es él? —vuelve a susurrar Juri para que solo yo la escuche. Esta vez, logro dar un asentimiento en respuesta.

—Solo vine a verificar por qué tardabas tanto en llegar —la voz ronca e intimidante de ese hombre me pone la piel de gallina—, y fue tan obvio que tendrías cierto..., problema —dice con tono despectivo viéndome a mí —.Supuse que estarías aquí.

Su mirada oscura e intimidante se clava en mí. Mis entrañas se retuercen, al ver su maldito rostro de nuevo. La cicatriz en su cara luce más aterradora de lo que recordaba. Siento su mirada traspasarme y calar cada uno de mis huesos.

—Iba en camino. No tenías porqué venir —Jaden habla de nuevo y Aguilar aparta su vista de mí. En ese instante suelto el aire que estaba reteniendo sin haberme dado cuenta.

—¿Seguro que nadie lo estaba impidiendo? —esta vez no voltea a verme, pero sé perfectamente que habla de mí.

Jaden voltea hacia mí y su mirada es, extraña. No logro descifrar la manera en que me observa, es tan calculadora, tan fría.

—Ya te lo dije —desvía su mirada de mí hacia Aguilar—, todo está bien por aquí.

—No te importará si me lo llevo, ¿cierto Alyssa? —cuando el hombre pronuncia mi nombre, mi respiración se detiene de nuevo. Su vista viaja hacia mí una vez más y una sonrisa enferma se dibuja en su boca —Después de todo, ahora que lo recuerdo, eso ya no depende de ti —la sonrisa se vuelve una pequeña carcajada burlona y siento el coraje e impotencia ante sus palabras.

—¡Váyase al diablo! —digo con firmeza y Juri me observa atónita. Incluso yo misma me sorprendo de haber tenido las agallas para decir eso.

Su estúpida risa se silencia y se convierte en una sonrisa escalofriante que no toca sus ojos —No, linda. Muchos dicen que yo soy el diablo.

Toda la sangre de mi cuerpo se agolpa en mis pies y se me eriza toda la piel. Sin decir más, se gira y regresa al auto. Justo cuando abre la puerta, en el proceso de introducirse en el auto, puedo ver al lado derecho de su cinturón que algo brilla. Es un arma.

Un horrible temor me invade y cuando volteo hacia Jaden, parece tan pensativo, pero empieza a caminar para seguir a Aguilar. Se va a marchar. Se irá con Aguilar y aunque estoy molesta con él, tengo miedo que vaya. Aguilar está armado.

—¡Jaden!... —digo dando unos pasos dubitativos hacia él, y únicamente se detiene, no se gira para verme. Le hablo de nuevo, esta vez casi suplicando —.No quiero que vayas, por favor.

A penas y gira un poco su cabeza para verme sobre su hombro —Eso ya no depende de ti, Alyssa.

Una punzada dolorosa atraviesa mi corazón y casi me desplomo. Mis piernas flaquean y siento cuando Juri se acerca para sujetarme.

Él se marcha. Se sube al auto de Aguilar y lo observo lentamente salir del callejón, mientras las lágrimas me nublan la vista. ¿Me está dejando?

«¿Y no es eso lo que querías?» la vocecilla en mi cabeza me grita algo que ya sé.

Pero duele. No pensé que realmente fuera a pasar. No así. No de esta manera.

Juri me sostiene con fuerza intentando abrazarme desde atrás. Me habla, pero no escucho qué dice. Creo que es algo acerca de que me tranquilice. Que ella está conmigo. que está conmigo, pero Jaden se va.

La persona que sostenía mi mundo, se marcha y me lo arrebata todo en un solo instante. La paz, la tranquilidad, la felicidad. La persona que era capaz de unir todas y cada una de mis piezas, me rompe en miles de fragmentos y si no regresa, jamás podré volver a armarme de nuevo.

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