CAPITULO 41
Estoy tirada en el suelo.
Mi brazo duele y me siento aturdida. Me quedo así unos segundos que parecen eternos, hasta que alguien me habla muy de cerca y logro escuchar la voz por encima del bullicio
—¿Aly, estás bien? —me doy cuenta que es Juri. Asiento incapaz de responder y ella me ayuda a incorporarme un poco, hasta que quedo sentada.
Escucho murmullos de las personas alrededor. Algunos hasta hacen un pequeño círculo a mi alrededor y me observan como si estuviera muerta. No puedo evitar rodar los ojos por ello. Son una bola de entrometidos.
Intento levantarme pero cuando Juri tira de mi brazo para ayudarme, un dolor punzante en mi muñeca derecha, hace que un quejido de dolor se me escape. Ella me observa con preocupación y se aleja alzando sus manos, como si ella me hubiera lastimado con tocarme —¿¡Qué sucede!?
—Creo que me lastimé la muñeca —le digo haciendo una mueca de dolor. Ella me observa más preocupada aún.
—Debes ponerte de pie— me dice al tiempo que hala con delicadeza de mi brazo no lastimado, para ayudarme. Una vez de pie, intento mover mi mano derecha pero el dolor es aún más fuerte y no puedo evitar quejarme de nuevo—. Hay que sacarte de aquí —añade ella y yo asiento.
Puedo ver que han logrado llevarse a Allen quien sabe a dónde porque ya no lo veo. Derian se acerca a zancadas hacia nosotras y me observa de pies a cabeza.
—¿Puedes caminar? ¿Te lastimaste algo? —pregunta preocupado y yo le regalo una pequeña sonrisa tranquilizadora.
—Sólo es la muñeca —digo apretando los dientes ante el dolor, mientras sostengo la mano lastimada suavemente contra mi estómago.
El asiente y se coloca a mi lado para ir abriendo espacio entre la gente. Juri va a mi otro lado y me lleva un poco abrazada. Ambos me sirven como escudo para evitar ser golpeada por las personas.
Entre todo el bullicio de las personas que aún bailan al ritmo de la música, que todavía es alta, logro escuchar la voz de Jaden llamándome.
—¡Alys! —de pronto, se coloca justo frente a mí. Sus ojos me observan preocupados e intenta acercarse más, pero Derian no se lo permite. Se interpone en su camino, quedando frente a mí y al igual que yo estoy, puedo ver a Jaden confundido.— ¿Qué sucede?— pregunta observando a Derian —Sólo quiero saber si está bien —añade.
—Derian... —le hablo haciendo notar la duda en mi voz, ante lo que ha hecho.
—¡¡Alyssa, esto es su culpa!!— dice Derian observándome sobre su hombro.
Abro mi boca y no sé qué decir. Balbuceo monosílabos sin sentido y ni siquiera puedo defender o culpar a Jaden.
—S-Salgamos de aquí —digo finalmente y bajo mi vista al suelo.
Juri me hala con cuidado para seguir caminando, y pasamos de largo a Derian y Jad. Pero sé que ambos vendrán con nosotros hasta afuera, y no sé si estoy dispuesta a escuchar una pelea entre ellos.
Finalmente, salimos del sótano y el aire fresco de la noche que golpea mi rostro, se siente demasiado bien. Inhalo profundo como si hubiese estado mucho tiempo sin respirar allá adentro.
—¡Sabes que yo no lo hice intencional, Alys! ¡Sólo quería protegerte!— escucho a Jaden desesperado.
—¡La lanzaste contra el piso sin piedad!— lo corta Derian de golpe. Se escucha muy molesto.
—¿¡Qué querías que hiciera!?— le dice Jaden alterado.— ¿Querías que dejara que ese idiota la golpeara? ¡Ese puño iba justo en su dirección! ¡Fue lo único que pude hacer! —Jaden está muy alterado. Ha empezado a pasearse de un lado a otro.
—Aly... —Juri me habla y me hace verla—, Jaden tiene razón. Yo hubiera hecho lo mismo en su lugar, era la única manera de evitar que Allen te golpeara.
—¿Allen iba a golpearme? —pregunto molesta o sorprendida, no lo sé.
—No a ti directamente —dice Jaden y yo volteo a verlo. Pero Juri me vuelve a hablar y vuelvo a verla a ella.
—Allen estaba forcejeando. Los chicos no pudieron evitar que se zafara de su agarre, y lo primero que hizo fue lanzarse hacia donde estaban Jaden y tú. Llevaba su puño listo para impactarlo, probablemente hubiera golpeado tu espalda. Tal vez no se imaginó que tú estarías en el lugar donde se supone que estaba Jaden, y pensó que a quien golpearía era a él —trago duro solo de pensar que Allen me hubiera golpeado. Estaría probablemente con mi columna quebrada. Entonces, Juri me vuelve a hablar—. Alys, Jaden te lanzó al suelo para evitar que el puño de Allen se impactara contra ti, y fue él quien recibió semejante golpe.
Inmediatamente dirijo mi vista hacia Jaden, y en ese momento me doy cuenta que su labio inferior está sangrando. Algo me estruja el pecho. El verlo de esa manera y saber que está así por evitar que me golpearan a mí, me hace sentirme mal con él.
Suspiro. Observo a Juri y de nuevo a Jaden, quien me observa con una mirada suplicante porque le crea. Voy abrir mi boca para decir algo, cuando el dolor punzante en mi muñeca regresa y me hace quejarme.
—Yo sé que no fue intencional —digo apretando los dientes por el dolor —.Derian, tú también sabes que no lo hizo con la intención de lastimarme.
Derian me observa, puedo ver su mandíbula tensa; sin embargo, asiente y parece relajarse un poco —Ya sé que no lo hizo con la intención de lastimarte. Pero pudo evitar la pelea; sin embargo, se dejó llevar por las provocaciones de su hermano —le lanza una mirada furiosa a Jad.
Mi ceño se frunce porque no recuerdo haberle dicho a Derian que ellos son hermanos, no sé cómo lo sabe. Puedo ver a Jaden que no luce sorprendido por eso, pero también me doy cuenta que le ha molestado el comentario.
—¡Ya pasó lo que tenía que pasar!— dice Jaden intentando lucir sereno—. Ahora solo me interesa llevarla a un hospital —termina de hablar y pasa de largo a Derian para llegar hasta mí.
—No es necesario ir a un hospital —digo a regañadientes cuando él se para justo enfrente de mí.
El me observa serio y con delicadeza lleva sus manos, hasta tomar mi muñeca lastimada y la levanta un poco. El dolor se hace presente y no puedo evitar quejarme.
—Claro que tenemos que ir —dice y lleva una de sus manos hasta mi barbilla, para hacerme alzar mi rostro y verlo—. ¡Por favor!
Asiento en respuesta y él me da un pequeño abrazo, teniendo el cuidado de no lastimarme.
—¡Yo voy con ustedes!— dice Juri y Jad asiente sin problemas.
—¿Tú no vienes?— digo a Derian cuando paso a su lado y me detengo. Me observa inexpresivo y hace una negativa para hacerme saber que no irá. Sé que necesita calmarse y que sabe que estaré bien, así que asiento y me pongo de puntillas sobre mis pies para darle un beso en la mejilla—. Estaré bien, ¿tú lo estarás?
Me regala una pequeña sonrisa —Lo estaré —me sonríe un poco—. Voy a regresar —hace de señas con su cabeza hacia el sótano donde está la fiesta —Veré qué hicieron con el otro busca pleitos, y tomaré un par de tragos más.
—No tomes demasiado —le digo intentando sonar dura pero me sale más como burla. Él asiente y se gira para regresar al edificio.
Me doy la vuelta, y camino lentamente al lado de Jaden y Juri, para ir al auto. Yo me subo al lado del copiloto, Juri atrás, y Jaden conducirá. Son las 10:51pm, y realmente me parece una mala hora para que todo esto sucediera.
De no ser por el dolor en la muñeca que cada vez es más fuerte, y empiezo a ver que se me ha inflamado un poco, con gusto me fuera mejor a dormir y no iría al hospital. De verdad que estoy pensando qué excusa dar para decir que me caí y no que Jaden me empujó.
A la incómoda situación le sumo, que los tres vamos un poco alcoholizados. Dios quiera y no nos encontremos algún policía, o estaremos en problemas.
**~**
El auto es un silencio total. Las calles están desoladas por la hora, y no hay tráfico en lo absoluto. Podría decir que somos en único auto circulando a estas horas.
Vamos de regreso a Golden y yo voy con mi cabeza recostada en el vidrio de la ventana, fingiendo dormir profundamente. Realmente siento algo de pesadez en mis ojos, el sueño ya se hace presente y a eso le sumo, el efecto de los analgésicos que me dieron para el dolor de la muñeca.
No fue nada fácil conseguir que me recetaran analgésicos, ya que obviamente tuve que decir que había bebido un par de cervezas, mi lado modesto me impulsó a decirlo.
Por suerte lo de mi mano no fue nada grave, me dijeron que solamente fue uno de los tendones que sufrió daño, por la presión que ejercí en mi mano cuando recargue todo mi cuerpo. Luego de pasar con el fisioterapeuta, y que hiciera una dolorosa reparación de mi muñeca, -que según ellos, es para devolver el tendón a su lugar, ¡pero joder como duele!-, me la vendó y me dejó algo de reposo para esa mano, así como los analgésicos para el dolor.
Obviamente el reposo se basará más en tener cuidado con lo que hago con esa mano, que en el reposo de no hacer nada. No puedo faltar al trabajo, mucho menos perderme clases en la universidad.
Cuando hago el repaso mental de todo lo sucedido esta noche, pienso que hubiese sido mejor haberme quedado encerrada en el baño con Juri. Hubiera sido mucho más sano para ambas. Yo no me hubiera lesionado la muñeca, y ella no tendría que haber lidiado con la actitud de mierda de Allen estando ebrio, y todo ese show de arruinarle el baile con el otro chico. Sé que todo lo sucedido le afectó demasiado.
Me siento decaída. Justo ahora, no tengo ningún ánimo ni para hablar. Es por eso que finjo dormir, y el silencio del auto es interrumpido únicamente por el ruido del motor, cada vez que Jaden sube o baja la velocidad.
Finalmente escucho que Juri le habla a Jaden —¿Estás bien?
No sé por qué le pregunta eso, y aunque quisiera verlo en estos momentos, no lo hago. Puede que se sienta mal, o tal vez, los golpes que le dio Allen le duelan. Ahora que lo pienso, él también necesitaba una revisión y nos enfocamos únicamente en mí.
—Solo quiero que este día termine de una vez por todas —su voz profunda se escucha agobiada.
—Yo siento que todo esto es mi culpa —dice ella, y yo no puedo evitar sentirme mal. Fue mi culpa, por obligarla a estar en esa fiesta.
—No lo es —dice Jaden seguro—. Allen fue un completo imbécil.
—Estaba ebrio. Y no es que lo defienda, pero..., de algún modo yo lo provoqué —escucho un largo suspiro—. No pensé que él fuera a reaccionar así. Creí que le importaría una mierda lo que hiciera —dice un poco molesta.
—No quisiera decirlo, y tal vez soy la persona menos indicada para esto pero, tal vez reaccionó así porque verte con otro chico le provocó celos —él dice en tono neutral, pero estoy segura que Juri está en estado de shock en estos momentos, y quiero golpear a Jaden por alterarla. No puede decirle eso a ella. La confundirá respecto a Allen.
Sin embargo, no quiero meterme en la conversación, así que finjo seguir dormida.
—Claro, empiezan a sacar su hombría cuando creen ser dueños de algo solo cuando les de la gana, pero ven que alguien más se los puede quitar. Tenían que ser hombres —dice con tono aburrido y molesto. Su comentario me causa gracia.
—No todos somos así —él finge indignación y se defiende.
En serio que realmente es extraño pero agradable escuchar este tipo de interacción entre Juri y Jaden.
—Nadie es perfecto, Jad —suspira de nuevo—. Solamente somos unos tontos haciendo estupideces como lo de hoy.
Escucho otro suspiro y sé que es de Jaden —Tal vez tengas mucha razón. Y al final fue Alys quien pagó por nuestras estupideces. Debí haberme contenido ante las provocaciones de Allen—el auto se queda en silencio unos instantes hasta que Jaden vuelve hablar—. ¡Soy un completo idiota! —su voz se escucha molesta o tal vez dolida consigo mismo.
—Sólo intenta olvidar lo que pasó, Jad. No te mortifiques.
—Me mortifico todo el tiempo, porque no dejo de cometer las peores estupideces. Sabes que Alys y yo no estamos bien y eso me asusta —se escucha molesto, o quizás triste. Mi estómago se retuerce ante sus palabras, y él continúa:— Yo sólo quiero que ella esté bien. Y no sé si sea la excusa perfecta para justificar lo que hago, pero no me importa.
Esas palabras me provocan una extraña sensación. Saber que busca siempre mi bienestar, es tierno, pero no saber a costa de qué lo hace, me preocupa.
Quisiera escucharlo decir más, pero ni uno ni otro vuelve a hablar. Creo que estamos llegando al edificio, porque siento como el auto disminuye la velocidad hasta detenerse.
—Voy a despertarla —dice Juri y sé que se refiere a mí, por lo que cierro mis ojos de nuevo.
—Puedo cargarla sin problemas —dice Jaden y su propuesta se me hace tierna. Sería fantástico seguir "dormida" y que me lleve hasta la cama.
«En serio Alyssa, pero qué actitud más infantil» la vocecilla en mi cabeza me arruina todo plan.
—De todas maneras se despertará —dice Juri y me doy cuenta, que no solo la vocecilla está en contra de mi plan, sino también ella. Siento cuando una mano se coloca en mi hombro izquierdo y empieza a moverme suave —Aly, despierta. Ya llegamos —sigue dando pequeñas sacudidas y yo finjo despertar de un profundo sueño.
—¿Ya llegamos? —finjo que no lo sabía y observo por la ventana el edificio. Mi ceño se frunce, cuando observo que no estamos en Golden.— ¿Dónde estamos?— volteo y observo a Jaden.
—Nos quedaremos en el apartamento de Jaden —dice Juri de lo más casual.
—Fue idea mía. No la culpes a ella —me habla él y yo le regalo una pequeña sonrisa.
—No voy a culpar a nadie. Pero, ¿por qué estamos aquí? —se me escapa un bostezo y me estiro un poco, enderezando mi postura en el asiento.
—La fiesta en Golden aún no termina, y creí que después de lo sucedido necesitarían dormir bastante. Aquí estamos lejos del ruido —él se encoge de hombros y sin decirme más, apaga el motor y se baja del auto.
Yo me quedo observándolo, y Juri se baja también, para luego acercarse a la ventana y hablarme —De verdad necesitan hablar. Él se siente culpable por lo que pasó.
Un suspiro se me escapa y asiento. Bajo del auto, cierro la puerta y me quedo frente a Juri —Vamos a hablar, sólo si él quiere hacerlo.
Ella no luce convencida del todo pero asiente. Empezamos a caminar hasta el edificio, y Jaden nos espera en la entrada. Al pasar a su lado me toma de la mano izquierda y me hala para seguir caminando así. Su mano cálida y suave, aprieta fuerte la mía y yo le devuelvo el apretón. Puedo ver que se sonríe un poco, pero hace una mueca de dolor y creo saber que es por el golpe en su boca.
Subimos las gradas a paso despreocupado. Finalmente llegamos al pasillo, y llegamos hasta la puerta de su apartamento. No puedo evitar recordar la primera vez que vine, y lo que pasó entre nosotros. Sé que no puedo evitar sonreí y él, claramente lo nota.
—También recordé eso —me dice cerca, casi al oído y no puedo evitar sonreír más.
Entramos al apartamento, y me voy directo a sentarme en el sillón. Mi muñeca está volviendo a doler un poco.
—¿No les importa si me voy a dormir ya? —pregunto observando a ambos.
Juri niega con su cabeza —También necesito dormirme ya —se gira hacia Jaden.— ¿Puedo dormir en el sillón verdad?
—De ninguna manera dormirás ahí. Puedes quedarte en la habitación de Evan —le dice él indicando cuál es.
—¿Y que hay cuando él venga? —ella se cruza de brazos.
—Yo voy a llamarle para decirle que se quede en el sillón. Le hablaré en unos minutos, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —dice ella segura —Solo entraré ahí y me quedaré tumbada en la cama así como estoy. Muero de sueño —hace un gesto cansado.
—¿Segura que podrás dormir después de todo lo que bebiste hoy? —le digo con tono burlista.
—Eso no fue nada. Créeme, he estado peor —se le escapa un bostezo—. Ese par de cervezas me ayudarán a dormir mucho mejor. Te lo aseguro —me regala una sonrisa y se acerca para darme un pequeño abrazo .— ¡Buenas noches!
—Buenas noches, Juri. Gracias por cuidarme —le correspondo el abrazo únicamente con mi brazo izquierdo. Es odioso no poder mover bien el derecho.
—No lo agradezcas —se aleja y voltea hacia Jaden—. Ahora es tu turno. Más te vale cuidarla bien mientras duerma —lo señala con su dedo índice y Jaden la observa divertido, pero asiente —¡Buenas noches, Lucky! —le dice pasándolo de largo y se adentra en la habitación de Evan.
—¡Buenas noches, pelirroja!— le contesta él y no puedo evitar reír un poco.
Él se gira para verme, y cuando está a punto de hablar, Juri sale de la habitación y ambos la observamos.
—Si van a hacer cosas, sólo asegúrense de no lastimar esa mano, ¿de acuerdo? —nos guiña un ojo y no puedo evitar abrir mi boca incrédula a su comentario, pero muy a mi pesar, sonrío algo avergonzada.
A Jaden incluso se le escapa una carcajada —No te preocupes. Aquí el único que utiliza las manos soy yo.
Volteo a verlo inmediatamente —¡Jaden! —le golpeo con mi mano sana en el hombro y él ríe aún más. Yo sé que estoy completamente sonrojada.
Puedo ver que Juri contiene una gran carcajada, y sin decir más, se adentra de nuevo en la habitación.
Nos quedamos en silencio, y Jaden se pone de cuclillas frente a mí —Por qué no te vas adelantando a la cama, y te alcanzo luego, ¿te parece?. Solo necesito llamarle a Evan.
Yo asiento y me pongo de pie para ir a su habitación. Una vez dentro, me siento en el borde de la cama, y trabajo en quitarme mis vans. Es tan tedioso tener que arreglármelas para hacer todo con una sola mano. Sobre todo porque mi mano lastimada es la derecha y yo soy diestra, me siento una torpe total utilizando solo la izquierda.
Una vez me he logrado quitar los zapatos, me pongo de pie para ir al armario y sacar una camiseta de Jaden. Tomo la primera que me queda al frente, y la dejo sobre la cama mientras intento zafarme la blusa, sin lastimar mi mano. Me siento enredada. No sé cómo quitármela.
Un gruñido molesto se me escapa, cuando a mitad del proceso de sacarme la blusa, se me queda atorada en mi cabeza.
—¿Por qué no me esperaste para ayudarte? —escucho la voz ronca de Jaden, y siento cuando sus manos halan de mi blusa para terminar de sacarla con cuidado —Ya está —dice sonriendo una vez que ha terminado. Se da la vuelta y observa la camiseta sobre su cama, la toma y regresa a mí para ponérmela.
—Esto es fastidioso —digo seria mientras resignada, dejo que él me vista.
—Para mí es adorable —me dice él, y cuando termina de ponerme la camiseta me da un suave beso en la mejilla—. Si puedo desvestirte, porque no puedo vestirte también —me guiña un ojo y me regala una sonrisa maliciosa. No puedo evitar sonreír también.
Lo veo agacharse y no entiendo qué hace, hasta que desabrocha el botón de mi jeans, y sé que es para quitármelo. La piel se me eriza cuando sus dedos halan del jeans hacia abajo. Con mucha delicadeza me hace levantar mis pies uno a uno, para terminar de sacarlo. Una vez lo hace, con sus manos acaricia mis muslos delicadamente. No puedo evitar cerrar mis ojos.
Sus manos suben un poco y siento mi corazón acelerarse. Baja de nuevo y acaricia mis piernas desde los tobillos, hasta un poco arriba de la rodilla. Sus caricias envían escalofríos a cada parte de mi cuerpo, erizando mi piel. Se acerca a mi pierna derecha, y la levanta un poco para depositar un delicado beso, justo arriba de la rodilla. Un suspiro se me escapa, pero de pronto, se aleja y me hace abrir los ojos de golpe.
Se pone de pie y deposita un beso en mis labios. Luego se da la vuelta y toma mi ropa para colgarla en un gancho.
¿Por qué se detuvo?
Yo aún no me deshago de esa sensación que ha dejado en mí. Por un momento recordé esa noche cuando una a una, quitó mis prendas de vestir mientras acariciaba mi piel. No puedo creer que este deseando eso de nuevo. No puedo creer que él haya sido capaz de provocarme de esta manera.
—¿Estás bien? —pregunta y se coloca frente a mí, ahuecando mi rostro. Pestañeo un par de veces solo para ahuyentar los pensamientos que tenía y asiento. Entonces retrocede hasta que se sienta en el borde de la cama y me hala suavemente para sentarme en su regazo.
Mi vista está hacia abajo en mis manos, y hago una mueca de dolor cuando intento mover mi muñeca derecha. Siento su mano en mi barbilla y me alza el rostro para verlo —¿Quieres otro analgésico? —yo niego con mi cabeza. Se queda unos segundos en silencio, hasta que vuelve a hablarme:— ¿Quieres que hablemos?— se escucha tímido.
Levanto mi vista, y lo observo fijamente a los ojos, y aunque tengo sueño necesito que hablemos, así que asiento.
—Pregunta lo que quieras. Lo que sea, voy a responderte —me habla mientras sus hermosas irises azules se clavan en mis ojos, y sé perfectamente que me dice la verdad. Pero ahora, no sé qué preguntar. Tengo miedo a preguntar, o más bien, tengo miedo a sus respuestas. Sin embargo, pregunto lo primero que se me viene a la mente.
—¿Quién envió el paquete? —no necesito aclarar más, porque sé perfectamente que sabe bien de lo que hablo. Luce como si mi pregunta lo hubiera tomado por sorpresa.
Sus ojos se apartan de los míos y parece dudar tanto en hablar —Alys, sabes que yo no quiero hacer o decir algo que te haga daño.
—Pero dijiste que ibas a decirme la verdad —lo corto de golpe.
—¡Lo sé! Y es por eso que voy a decirte —suspira —,pero no quiero preocuparte, porque no he podido confirmar si realmente él envió el paquete.
Trago duro y una mala sensación se asienta en mi estómago —¿Él? —pregunto confundida, pero siento que la ansiedad ya me invadió por completo.
Asiente y lleva una de sus manos a mi mejilla —Alys, promete que me dejarás explicar todo.
Esas palabras bastan para saber que lo que voy a escuchar, no es nada bueno. Por el contrario, sé de ante mano que es malo. Mi corazón se ha acelerado y siento que mis manos empiezan a ponerse heladas por el nerviosismo.
—Alys... —vuelve hablarme con cautela, esperando mi respuesta.
—L-Lo haré —digo a penas en un hilo de voz.
Asiente no muy convencido, y toma una inspiración profunda —Yo creo, que quien envió el paquete... —se detiene y parece tensarse. Siento una de sus manos rodear mi cintura, y aprieta como si yo fuera a irme y eso me hace aterrarme hasta la mierda —Quien te envió el paquete fue Aguilar.
Mi corazón se queda en coma. Me olvido de cómo respirar. Me olvido de cómo mantener la cordura en un momento así. Necesito espacio. Necesito moverme. Necesito moverme del regazo de Jaden maldita sea.
—¡Alys, tranquilízate! ¡Te estás lastimando!— la voz de Jaden se alza y me hace volver a la realidad.
Ni siquiera era consciente de lo que hacía. Estoy forcejeando con fuerza para alejarme de él mientras me abraza con fuerzas, como a una loca que intentan ponerle una camisa de fuerza, o se irá corriendo hasta tirarse por la ventana.
La punzada de dolor en mi muñeca me hace reaccionar de qué es lo que hago. Él dijo que me estoy lastimando, porque mientras forcejeo, lo empujo con ambas manos. Aún con mi mano lastimada. Pero justo ahora, no me importa.
—S-Suéltame —digo a penas, e incluso yo misma desconozco mi voz. Sueno aterrada, molesta y a punto de llorar —Jad, suéltame —vuelvo a decir y lo empujo una vez más, pero no puedo evitar quejarme por el dolor que al hacer eso, siento en la muñeca.
Me suelta, solamente porque sabe que si no lo hace, seguiré lastimándome. Me alejo y empiezo a moverme de un lado a otro, en el mismo lugar. Me siento desesperada.
Estoy pensando en todo y nada a la vez. Estoy haciendo un flashback de todo el martirio que fue tener a ese hombre en nuestras vidas. Mis pensamientos y recuerdos van tan rápido, que me marean. Me voy a volver loca justo en este momento.
—Alys, te dije que no estoy seguro.
—¡Dijiste que lo habías solucionado!— lo corto de golpe y sé que he intentado sonar molesta, pero más sueno como si estuviera a punto de echarme a llorar —¡Dijiste que él nos dejaría en paz! —las últimas palabras me salen temblorosas, y sin que pueda contenerme más, las lágrimas se me escapan.
Cuando me doy la vuelta para encararlo, él está ya muy cerca. No me da tiempo de hablar, me abraza con la fuerza suficiente como para que no pueda zafarme, y para sentir que me sostiene para no caer en esta desesperación.
No puedo evitar pegarme a él. Con mi mano sana, hago puño su camiseta justo en la parte del pecho y lo acerco más a mí. Quiero que me suelte, o tal vez, no quiero que deje de abrazarme.
Las lágrimas se deslizan por mis mejillas, y los sollozos hacen que me estremezca.
—Lo siento, Alys. Lo siento tanto —dice con la voz enronquecida, pero se escucha dolido—, pero ya que lo solté de una vez, necesito que termines de escucharme.
Niego con mi cabeza contra su pecho. No quiero. No quiero saber más. No creo ser capaz de soportar escuchar otra cosa, que tenga relación con ese hombre.
—No debiste abrazarme —digo entre sollozos —No porque me prepares para la herida, significa que vaya a doler menos.
Un suspiro pesado se le escapa —Pero tengo que hacerlo —dice seguro y escuchar eso, me aterra más.
Algo malo va a decirme. Algo que va a lastimarme, va a herirme.
¿Me echo a correr para salvarme de lo que pueda escuchar, o me quedo aquí para torturarme un poco más de lo que ya estoy? ¿Qué podría decirme que sea peor, de lo que ya me dijo?
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