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CAPITULO 40


—Juri, ya sal de ahí. No seas ridícula —digo con tono aburrido, golpeando la puerta del baño incesante.

—Regresa en unas horas —dice desde adentro y su voz se oye hueca.

Suelto un suspiro cansado y ruedo los ojos.

Se ha encerrado en el baño de mujeres, y no quiere salir. Estamos en el sótano del edificio Golden. Hay una pequeña fiesta que organizaron, según dicen, acostumbran hacer una cada cierto tiempo. Todo iba bien hasta que Allen se presentó en el lugar y Juri salió huyendo a escondidas como si fuera una prófuga.

—No puedes quedarte aquí toda la noche. Debes salir y actuar normal como si él no estuviera aquí —le digo como un pequeño reclamo y me doy la vuelta para recargar mi espalda contra la madera de la puerta, y me cruzo de brazos.

—No entiendo cómo puedes decirlo como si fuera algo fácil. El hombre me mandó a la mierda hace una semana y no lo había visto desde entonces —una pequeña risa se me escapa por saber cuán nerviosa o asustada está. Escucho un pequeño gruñido de frustración al otro lado, y ella vuelve hablar—. Sé que he actuado normal todos esos días y parezco que ya lo superé. ¡Pero, joder! ¡El hombre me pone los nervios de punta!

No puedo evitar reír más —Ya lo creo —le doy la razón debido a su comportamiento.

—Vamos, Aly. No me pidas ir allá y soportar verlo, mientras se manosea con cuanta puta se le ponga enfrente —dice en tono de súplica—. No pienso salir hasta que sepa que se ha ido —dice firme y no se me ocurre nada para hacerla salir de ahí.

Resoplo insegura de qué hacer, pero justo entonces se me ocurre una brillante idea: hacerle cargo de consciencia.

—Por favor, Juri. Tenemos que volver a la fiesta. Nos la vamos a perder —finjo algo de súplica.

—¡Adelante, puedes ir! No es necesario que te quedes aquí. Estaré bien en un par de horas.

—Sabes que no lo haré. No te dejaré sola —reprimo una sonrisa porque ahora pondré en marcha mi idea—. La fiesta se escucha genial, pero tendré que perdérmela porque no puedo dejarte aquí. No sería lo mismo sin ti —utilizo un tono de voz que denota un fingido sufrimiento.

Lo sé. Puedo ser toda una dramática cuando quiero.

—¿Estás intentando hacerme sentir mal contigo para que salga?— pregunta claramente sospechando de mí. Escucho una pequeña risa —¿Alyssa, en serio intentas hacerme cargo de consciencia?

Muerdo mi labio inferior y pregunto con un filo ansioso —Y..., ¿funcionó?

Escucho cuando el pasador de la puerta anuncia que saldrá, y me alejo de la madera, dando la vuelta para verla. La puerta se abre y Juri me observa seria y con sus ojos entrecerrados, luciendo acusadora.

—Eres tan mala amiga.

—¿Yo? —finjo inocencia ante lo que acabo de hacer —Si fuera mala amiga, me hubiera ido y te hubiera dejado aquí.

—Ya lo sé —dice haciendo un puchero —.Pero sabes que no quiero sentirme incómoda allá —hace de señas a donde está la fiesta.

Entrelazo mi brazo con el suyo y la halo para caminar por el pequeño pasillo —Me encargaré de que la pases excelente, tanto, que ni siquiera recuerdes que ese patán está aquí, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —asiente con una pequeña sonrisa.

Avanzamos por el pasillo haciendo unas cuantas bromas, hasta que el sonido de la música se vuelve tan fuerte conforme nos acercamos, y no podemos escuchar lo que decimos. Pasamos a empujones entre las personas que bailan frenéticamente. El hedor a cerveza, cigarrillo y sudor se mezcla en el aire, haciéndome sentir un poco asqueada. No me acostumbraré a eso de las fiestas, nunca.

Terminamos de llegar hasta donde está la improvisada barra, y nos encontramos con Evan y Esther, quienes toman cervezas.

—¡Vaya hasta que decidieron regresar!— dice Esther con una sonrisa y lleva la lata en su mano hasta su boca, para dar otro trago.

—No podíamos perdernos la fiesta —digo encogiéndome de hombros—. ¿Dónde están los demás?— pregunto viendo a los lados más cercanos en busca de Jaden y Derian.

—Tu hermano está bailando con una chica y Jad, está afuera haciendo una llamada —contesta Evan.

Asiento en respuesta y me acerco un poco más a la barra, para recargarme de espaldas con mis antebrazos sobre ella, y ver hacia el remolino de gente que baila. Juri toma asiento en uno de los taburetes al lado de Evan, quedando entre él y yo. Veo que pide una cerveza y me río por eso.

—¡No te vayas a embriagar!— le digo riendo

—Dijiste que la pasara excelente —me habla y yo asiento en respuesta. Lleva la cerveza a su boca y da un trago, aprieta los labios y luego añade—. Bueno, pues necesito de esto para que eso sea así —levanta la lata hacia mí.

Evan ríe un poco y levanta su cerveza en señal de brindis —Bueno, pues pasémosla excelente todos.

Esther y Juri levantan sus latas también, hasta chocarlas con la de Evan, en señal de brindis.

—¿Por qué no pides siquiera un jugo, Aly?— dice Juri divertida—. Brinda con nosotros.

Yo la observo alzando una ceja, me doy la vuelta hacia la barra y le hago de señas al chico que está de bartender —¡Una cerveza, por favor!

—¡¡Uuhh!! —dicen al unísono los tres y yo me giro sonriente con la lata en mi mano.

La choco junto con la de ellos —¡Salud!

Ellos sonríen complacidos. Luego del brindis, todos damos un sorbo a la cerveza. Siento cómo el líquido amargo baja por mi garganta y quema un poco.

Nos quedamos en silencio un tiempo, mientras bebemos las cervezas y observamos a los que bailan. Veo a Juri y Esther moverse un poco en sus lugares, al ritmo de la música. Es un estilo pop, y debo decir, que es muy pegajosa.

—¡Como que Jad ya se tardó demasiado! —grita Esther encima del bullicio —Se está perdiendo la fiesta —termina lo que queda de su cerveza de un solo sorbo. Deja la lata vacía sobre la barra y se acerca un poco a mí para hablarme—. ¿No deberías ir a buscarlo?

Doy un sorbo a mi cerveza y niego con la cabeza. Una vez trago el líquido le contesto —No tengo por qué hacerlo. Puede ser una llamada importante y no tengo por qué interrumpirlo.

—Las cosas no están bien entre ustedes, ¿cierto? —pregunta de lo más casual mientras abre otra lata.

Su pregunta me toma por sorpresa y no sé qué decirle. Abro mi boca para hablar pero siento que alguien coloca sus manos en mis hombros.

—¡Esa canción me encanta!— dice Juri casi gritando —¡Aly, tenemos que ir a bailarla!

No me da tiempo de responder, porque me quita la cerveza de la mano para ponerla en la barra y luego me hala impaciente para ir a bailar.

Me siento aliviada porque ella me haya salvado de responder a Esther. Efectivamente, Jaden y yo, hemos tenido algunos roces luego del incidente del paquete misterioso que recibí. No me quiso decir quién envió el paquete ni de quién era la llamada que recibió. Estuvo tenso los siguientes dos días, pero no le tomé atención.

Hemos estado bastante distante desde entonces, realmente me siento un poco resentida con él. A esto le sumo que tenemos poco tiempo durante el día para vernos, y no ha vuelto a quedarse en mi apartamento para dormir.

Definitivamente, cuando hay secretos en una relación, nada es igual. Y yo estoy más que segura que Jaden, algo me oculta respecto a ese paquete.

Vuelvo a la realidad luego de mi profundo pensamiento, y la música estridente regresa a mis oídos. Pasamos entre empujones de las personas y nos detenemos casi al medio. Ella empieza a bailar mientras canta algunas partes de la canción y lentamente intento empezar a moverme yo también. Creo que necesito distraerme.

—¡Me parece que esa chica es un poco entrometida! —me alza la voz para que la escuche y me observa—. Sabía que no querrías responderle, por eso me interpuse.

—Pues gracias por eso —digo aliviada y ella sonríe.

—Sabes que te lo he dicho muchas veces. Ella no me agrada.

—Lo sé. Me llevo bien con ella, pero sabes que no la considero tan amiga mía.

—Y mejor que siga siendo así —me observa seria —.Te lo digo en serio, Aly. No confíes en ella —me señala con su dedo índice y yo asiento —¡De acuerdo! ¡Ahora muéstrame cómo bailas!— dice entre risas y se acerca a mí para bailar.

La estamos pasando genial. Bailamos una cerca de la otra, pero tampoco nos vemos como lesbianas o de esas chicas que bailan de manera demasiado sensual juntas. Creería yo, que nos desenvolvemos muy bien con este ritmo de música.

—¡Allen está en la mesa al fondo!— grita ella casi en mi oído.

—¿Y? —le grito de vuelta.

—¡Sé que está ebrio! ¡Y te aseguro que en estos momentos, lamenta haber sido un hijo de puta conmigo! —se escucha fascinada y me hace reír un poco.

—¡Oh, sí! —le digo y echo un vistazo fugaz a la mesa donde está—. Te está viendo. Te aseguro que al verte bailar, desearía estar aquí contigo.

—¡Excelente! Ahora que se conforme con observar de lejos, lo que pudo tener cerca —dice altanera y empieza a bailar de una manera sensual, podría decir.

Me alegra tanto verla feliz. Ya me siento mejor porque de verdad vaya a demostrarle a Allen, que él perdió a una gran chica. En medio de nuestro baile de amigas en pareja, un chico se nos acerca con la intención de bailar con nosotros.

No parece ebrio y debo decir, que es atractivo. Claramente veo sus intenciones de bailar con Juri, ya que es a ella a quien se le acerca directamente. Ella por supuesto, no lo rechaza. El chico es el blanco perfecto para que Allen siga observándola como lo hace.

Me agrada el chico. No tiene mala pinta como de esos que solo buscan bailar con una chica por un motivo morboso. Puedo ver que bailan tranquilamente ellos dos y yo me siento como agregada aquí, así que decido darles un poco de espacio.

—Voy a ir a la barra por otra cerveza. ¡Ahora vuelvo! —grito a Juri y ella asiente en respuesta.

Empiezo abrirme paso y me alejo del remolino de bailarines para regresar a la barra. Cuando regreso ya no están ni Esther ni Evan, pero no le tomo importancia. Me siento en uno de los taburetes y pido la cerveza.

La última vez que tomé dos cervezas terminé siendo drogada, y desde entonces quedé con temor a beber de nuevo, pero el ambiente de la fiesta está bueno y sé que no sucederá nada malo, si veo que abren cada lata frente a mis ojos.

Empiezo a tomar la cerveza trago por trago, y cuando menos lo espero ya le tomé más de la mitad. Estoy sentada mientras muevo mi cabeza al ritmo de la música. Los taburetes que han colocado son giratorios, por lo que puedo sentir perfectamente cuando alguien hace girar el mío. Al instante que me han dado la vuelta, entre medio de la oscuridad y las luces danzantes, no puedo distinguir quien se sitúa frente a mí.

Todo es tan rápido. A penas proceso cuando la persona frente a mí se ubica en el espacio entre mis piernas y me sujeta de la cintura. Sin perder el tiempo, una mano se sitúa en la parte posterior de mi cabeza y me acerca hasta besarme.

No sé qué diablos pasa y coloco mis manos en el pecho de quien sea que me bese. Estoy a punto de empujarlo con fuerzas, cuando siento su aroma varonil invadir mis fosas nasales.

Es Jaden.

Mi cuerpo se relaja por completo y mis ojos que se encontraban abiertos exageradamente por la sorpresa, contemplan su rostro junto al mío. Mis manos se aferran a su chaqueta en puños, y correspondo el beso fascinada. Incluso me permito cerrar los ojos.

Me detesto, porque en estos momentos, no me interesan las diferencias que haya entre nosotros. Su beso me hace olvidarlas por completo.

Un suspiro entrecortado se le escapa cuando siente como me acerco más a él, tirando de su chaqueta. Su mano en mi cintura me sostiene firme y sus labios se rozan con los míos tan extraordinariamente.

—Oigan, esto es un complejo habitacional. Vayan y busquen una habitación arriba —se escucha la voz de un chico y nos hace separarnos.

Me giro un poco para ver que es el chico bartender y una risa se me escapa por su comentario.

—Cierra la boca y dame una cerveza, Matt —dice Jaden mientras se aleja un poco hasta halar el taburete junto al mío, y se sienta en él.

—¡Hey, Jad! No te había reconocido —dice el chico sonriendo —En seguida traigo tu cerveza. Lo siento por lo que dije —me habla a mí.

—Tranquilo —hago un desdén con mi mano para restarle importancia.

Se da la vuelta, y saca una cerveza para luego abrirla y colocarla sobre la barra, enfrente de Jaden. Él la toma enseguida y da un gran trago. La deposita de nuevo sobre la barra y se gira para verme.

Me sonríe cálidamente y se pone de pie para mover su asiento y acercarlo más a mí. Cuando se asegura de estar lo suficiente cerca, se vuelve a sentar y se inclina para hablarme cerca.

—¿Qué dices? ¿Buscamos una habitación arriba? —su voz es ronca y profunda. No puedo evitar sonreír nerviosa por su comentario, pero disimulo lo más que puedo.

—No quiero perderme la fiesta —me encojo de hombros y llevo la cerveza a mi boca para dar un último trago.

—Me parece bien —se aleja quedando en su postura normal —¿Me permites invitarte a una cerveza, linda? —dice con tono lascivo y me causa gracia.

Esta vez no puedo disimular mi sonrisa —Ya he bebido dos, pero puedo aceptar una más.

—¿Sólo has bebido dos? —alza una ceja y yo asiento. Le pide al chico tras la barra otra cerveza, y cuando este se la entrega, la pone frente a mí —Si vas a disfrutar esta fiesta como se debe, te faltan muchas más —dice sonriendo.

Acepto la cerveza que me ofrece y le doy un trago. Aprieto mis labios y espero unos segundos a que la sensación caliente que ha dejado el trago en mi garganta disminuya para poder hablar. Esta es la tercera cerveza y debo decir, que mi lengua se siente un poco adormecida.

—No quiero terminar ebria y que tengan que sacarme de arrastras —digo finalmente y aclaro mi garganta un poco.

Él tira una pequeña carcajada y se queda observando la lata en su mano sin decir nada. Yo lo observo detenidamente pensando muchas cosas que quiero decirle pero no puedo, o tal vez no me atrevo.

—¿Era importante la llamada?— pregunto y él me observa con su ceño fruncido, por lo que le aclaro —.Dijeron que saliste por una llamada.

—No tan importante, pero tenía que tomarla —dice despreocupado y da otro sorbo a la cerveza.

—No entiendo por qué sigues sin querer decirme las cosas —digo casi como un reproche y justo ahora, me arrepiento de haberlo dicho.

—¿Por qué lo dices? —ladea su cabeza con curiosidad.

—Olvídalo. No dije nada —digo cabizbaja y me distraigo viendo a los que bailan.

—Alys... —su voz se escucha insegura. Sé que va a decirme algo pero no volteo. Le escucho suspirar—. Sé que lo arruiné. Sé que no estamos bien desde ese día y créeme que no sé cómo hacer para enmendar lo que hice.

Se queda en silencio y le hablo casi por inercia —Sí sabes cómo enmendarlo —dirijo mi mirada hacia él y me observa confundido. Entonces le doy la repuesta:— No me mientas. Dime lo que sucede, no importa si es bueno o es malo. Ya estoy cansada de esta tensión. No puedo pasar mis días tranquila sabiendo que algo anda mal y no tengo ni la más mínima idea de qué es.

Me observa directo a los ojos. Luce golpeado por mis palabras. Mi respiración es un poco dificultosa por la rapidez con la que hablé, y ni yo misma creo que finalmente le haya dicho todo lo que desde hace unos días necesitaba decir.

Suspira pesadamente y pasa una de sus manos en su cabello, como gesto desesperado —Tienes toda la razón —dice finalmente —.Hasta que no hablemos muchas cosas que suceden, no podremos estar bien.

—Entonces dime. Hablemos.

—No ahora —dice y yo no puedo evitar rodar los ojos y sentirme molesta—. Alys, no es un buen momento ahora —dice inmediatamente.

—No ha sido un buen momento durante ni un solo día en la semana —le digo un poco molesta, y me muevo inquieta en mi lugar.

—Porque definitivamente no he encontrado el momento para hacerlo y creo que ahora, en medio de tanta gente y su ruido, no es tampoco el momento para hablar —dice utilizando un tono un poco molesto también—. Con ese beso creí, que estaríamos bien por esta noche —dice un poco desilusionado y lleva una de sus manos hasta acariciar mi mejilla.

No puedo evitar cerrar los ojos ante su tacto —Yo también lo creí —utilizo el mismo tono de desilusión, y abro los ojos para verlo fijamente —.Pero las cosas no siempre son como se creen.

—Alys, te prometo que al salir de aquí hablaremos. Me quedaré contigo esta noche y no dormiremos hasta que estemos bien de nuevo. ¿De acuerdo? —ahueca mi rostro con ambas mano y yo asiento.

Estoy a punto de abrir la boca, pero su celular suena y me interrumpe. Sé que es otra llamada y me siento un poco molesta por no saber quién es. Se mueve en su lugar y saca el teléfono del bolsillo, observa la pantalla y me observa con gesto de disculpa —Tengo que atender.

Asiento nuevamente y sin decir más, él responde la llamada. Doy un sorbo más a mi cerveza y la dejo casi vacía sobre la barra, me pongo de pie y sin decirle nada, me encamino de nuevo al baile. No tiene caso quedarme aquí esperando nada.

Siento una rabia interna. Siento tristeza o decepción, o no sé qué. Sólo Jaden puede hacerme sentir tantas emociones a la misma vez. Realmente estoy resentida con él, pero no puedo sacarme de la cabeza el momento en que sus labios me besaron. Ansiaba tanto besarlo así de nuevo, pero ahora me siento frágil. 

Paso mi dedo índice y medio sobre mis labios, recordando la sensación que me dejó ese beso, pero inmediatamente sacudo mi cabeza en una negativa. Suspiro y continúo caminando.

Me mezclo entre las personas que bailan y trato de buscar a Juri y el chico con el que bailaba. Las personas me empujan hacia todas las direcciones, y al contrario de enojarme, me causa risa.

Finalmente logro distinguir a Juri que aún baila con el chico que la dejé. Se me escapa una sonrisa y termino de llegar hacia ellos. Al instante que me ve, sonríe ampliamente y me hala del brazo.

—¡Volviste! —grita por encima del bullicio y me hace de señas para que vuelva a bailar.

A pesar de mi mal rato hace unos instantes, empiezo a bailar sin problema alguno. La música es excelente y los ánimos que me transmite Juri, también. Veo que ella sostiene una lata de cerveza en su mano y quizás debido a eso sea su estado tan anímico. Puede que ya lleve unos cuantos tragos de más.

Tal vez nadie baile conmigo en estos momentos, pero eso no me impide moverme lo mejor que puedo. Cierro los ojos unos instantes y me muevo al ritmo de la música como si esta me dominara. Abro mis ojos, y me sorprendo un poco cuando veo a Juri bailar muy junto al chico, mientras él la abraza por detrás.

Se me escapa una risa porque esto será interesante para recordárselo  mañana. Mi sonrisa desaparece cuando logro distinguir a Allen casi llegando a ellos. ¿Pero qué es lo que trama?

Veo justo el momento, en que Allen tira con fuerza de la camiseta del chico que baila con Juri, haciéndolo alejarse bruscamente. Ella se gira sorprendida y queda justo frente a Allen.

—¡Oh, mierda! —se me escapa en voz alta e inmediatamente me acerco a ellos.

—¿¡Qué crees que haces!?— grita Juri molesta y puedo ver la mirada dormida con que la observa Allen. Claramente está muy ebrio.

—Sólo quiero bailar contigo —le dice con la voz ronca y se acerca un poco—. Ya bailaste demasiado con ese idiota.

Me sorprendo, pero a la vez me agrada cuando veo que ella lo empuja con fuerza para alejarlo. La mandíbula de Allen se aprieta con fuerza, y luce molesto.

—¡Oye! ¡yo bailaba con ella, no molestes!— escucho que el otro chico le habla y Allen se gira hacia él luciendo imponente.

—¡Tú no te metas! —escupe Allen alzando la voz.

Algunas personas de las que bailan observan curiosos en esta dirección, y otros, solamente siguen en lo suyo. Antes que algo más suceda me involucro en la situación

—¡Quieren calmarse! —alzo la voz y ellos me observan —¡Allen, tú estás muy ebrio! ¡Será mejor que no busques problemas! —lo encaro y lo observo seria.

Se gira hacia mí y se acerca demasiado diría yo, tanto, que tengo que alzar mi rostro para verlo —¡No te metas!— alza su voz, y no niego que me asusta un poco.

—¡A ella no le hables así, hijo de puta! —la voz ronca de Jaden se escucha a mis espaldas y siento que mi piel se eriza.

La vista de Allen se posa justo atrás de mí y su mandíbula se aprieta. Me muevo de mi lugar hacia un lado y observo a Jad, quien luce furioso. Puedo ver que ambos se retan con la mirada, esperando que uno de los dos cruce la línea primero.

Una mala sensación se asienta en mi estómago y al ver a los dos hermanos cara a cara: uno ebrio y el otro furioso, no se me hace nada bueno. Lo menos que quiero es un desastre aquí.

Puedo ver como varias personas ya se dieron cuenta de la escena, y mientras unos se alejan, otros observan curiosos.

—¡Mejor lárgate! —el chico que bailaba con Juri alza la voz de nuevo y puedo ver que no luce intimidado para nada con Allen, ya que tuvo el valor para hablarle así.

Todo pasa tan rápido. Allen se gira de nuevo y sin darle tiempo para reaccionar, impacta su puño contra la mandíbula del chico, quien retrocede bruscamente por el impacto y a penas se detiene en las personas que están atrás de él.

No puedo creer que Allen haya hecho eso. Juri está petrificada ante la escena, al igual que yo y las demás personas. El chico no pierde tiempo y a penas se recompone del inesperado golpe, se abalanza contra Allen intentando darle un puño también, pero únicamente logra pegarle en el hombro, ya que él es mucho más bajo que Allen.

A pesar que Allen está ebrio, coordina muy bien sus movimiento y lleva su puño de nuevo, hasta impactarlo en el estómago del chico, y este se arquea en respuesta.

—¡Jad, por favor detenlo!— grita Juri pero yo niego con mi cabeza.

—¡El no puede meterse!...

No he terminado de hablar, cuando Jaden pasa a mi lado, y se acerca cautelosamente a ellos. Intenta halar a su hermano de la camiseta, pero este se gira bruscamente y en cuanto lo ve, lo empuja con fuerza, casi golpeándolo en el rostro con su otra mano.

—¡A mí no me vas a poner una mano encima! —le dice Jaden alzando la voz, justo cuando ha esquivado el golpe y empuja a su hermano con fuerza.

—¡Entonces no te metas! —le grita Allen de vuelta —¿O vas a pelear en su lugar? ¿Tienes el valor para hacerlo? —claramente me doy cuenta que lo está retando —Tal vez seas un cobarde como siempre, hermanito.

Y justo eso basta, para sacar de sus límites a Jaden. Su mandíbula se tensa y adopta una postura intimidante. En un abrir y cerrar de ojos, lleva su puño hasta golpear a su hermano en la quijada.

Un jadeo se me escapa y cubro mi boca con ambas manos. Esto ya se salió de control.

—¡Chicos, ya basta! —grito fuerte pero ninguno de ellos me escucha. Están forcejeando mientras fallan unos puñetazos y aciertan otros—. ¡Jaden ya para, por favor! —le grito a él casi suplicando, pero ni siquiera parece recordar que estoy aquí.

—¿Que sucede? —puedo escuchar que Derian me grita, cuando llega al lugar.

No le doy explicaciones simplemente lo halo y lo empujo en dirección a los chicos que pelean —¡Detenlos! —él los observa unos instantes dudando de cómo proceder—. Tú intenta separar a Allen, yo veré qué hacer con Jad —le grito desesperada y él asiente.

Sin dudarlo, él avanza hasta intentar tirar de Allen con ayuda de otro chico. Con algo de temor me acerco hasta Jaden y halo de su brazo, pero se zafa de mi agarre bruscamente y me hace dar un traspié.

—¡Jad, para!— le hablo de nuevo. En ese instante voltea a verme y cuando se percata que soy yo, se detiene—. Ya basta. Él está ebrio, no sigas sus juegos, por favor —le digo suplicante y me coloco casi enfrente de él.

Volteo a ver un poco hacia atrás, y veo como Allen forcejea para zafarse del agarre de los chicos, y abalanzarse de nuevo contra Jad. Dirijo mi vista de nuevo al frente, para pedirle que nos vayamos antes que su hermano pierda más el control.

Pero de pronto, el tiempo parece detenerse.

—¡Aly, cuidado! —grita Juri mi nombre y veo a Jaden observar algo detrás de mí. 

Su expresión tiene algo de pánico y aunque no proceso nada de lo que sucede, en cuestión de segundos, me toma de los hombros y me hace a un lado, tirándome. Lo hace con tanta fuerza, que literalmente me lanza y me voy directamente hacia el suelo.

Intento poner mis manos como escudo pero no logro hacerlo a tiempo, y caigo sobre mi costado derecho, recargando mi peso sobre ese brazo y un chillido de dolor se me escapa ante el golpe, cuando me impacto con brutalidad contra el suelo.

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