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CAPÍTULO 27

—¿D-Dónde está Jaden?— tartamudeo asustada. Mi vista está clavada en la mano de Bennet que sostiene el teléfono.

—Tranquila, cariño. Él está bien —la voz ronca del hombre me responde. Pero su tono lascivo me hace dudar de lo que dice.

—¿Dónde está?— vuelvo a preguntar está vez más segura. Mis manos se cierran en puños a mis costados.

—Te llevaré con él. ¡Vamos!— hace un gesto con su cabeza para que lo siga.

Sin embargo, la duda me invade. Por un lado, muero de ganas de saber si Jaden está bien realmente y por otro, quiero huir de él porque tengo miedo que mienta y me secuestre o algo así.

—¿M-Me llevarás con él, realmente?— pregunto con temor.

Una sonrisa escalofriante se dibuja en sus labios —Claro que lo haré.

Maldigo para mis adentros pero asiento y empiezo a caminar tras él cuando avanza. El lugar luce desolado y tenebroso, debo decir. La mayoría de personas se fueron ya, pues las carreras ya terminaron. Y las pocas que quedan están al otro lado del terreno.

Bennet sigue caminando dándome la espalda y yo avanzo a paso tímido tras él. Finalmente, veo una camioneta negra aparcada y tras ella, se ven varios hombres reunidos en la oscuridad. Entre ellos, con algo de esfuerzo visual, logro distinguir a Jaden. Suspiro aliviada y me lleno de tranquilidad. Entonces, Bennet se gira para verme y por instinto me encojo.

—¡Anda!— hace de señas de nuevo con su cabeza, hacia el grupo de hombres reunidos.

Temerosa avanzo hacia ellos y logro distinguir a Aguilar, y el chico llamado Rob. Cuando la vista de Aguilar se traslada hacia mí, me siento intimidada. La vista de Jaden se posa en mí también, y en ese instante veo su cuerpo que parece relajarse de toda la tensión que se notaba que tenía.

—Gracias por venir, linda— Aguilar corta el silencio y mi vista se traslada a él—. ¡Que gusto verte de nuevo!

Definitivamente yo no puedo decir lo mismo. No es un gusto verlo de nuevo, es una pesadilla. Finalmente, termino mi camino hasta colocarme a un lado de Jaden; sin embargo, no hago nada de contacto físico con él.

—Ahora seamos claros, muchacho —Aguilar habla a Jaden esta vez —Dame la respuesta que espero —su tono de voz es ahora todo negocios y eso no me agrada.

No sé de qué respuesta habla exactamente, pero mi odiosa intuición me dice que la propuesta de que Jaden corra para él, aún sigue metida en su mente.

—Ya te dije que no puedo. Mis estudios no lo permiten —Jaden habla seguro.

—Pero sí tienes el tiempo para competir en estas carreruchas de quinta, ¿verdad?— ríe y rasca su barbilla—. ¿Qué a caso eres tonto? Conmigo ganarías el triple de plata que ganas aquí. Si es que ganas algo —ríe burlista de nuevo.

—¿La ganaría para mí o para ti?— Jaden se cruza de brazos y me parece un poco desafiante su comentario.

—Haríamos un acuerdo —el hombre entrecano se cruza de brazos también —.Entonces, ¿estás adentro?

Y en ese instante, mi corazón sufre una punzada dolorosa. No quiero que eso suceda.

Intento distraerme en otra cosa. Intento no hacer notar el pánico y angustia que siento en estos momentos, así que bajo mi vista y observo mis zapatos. Yo ni siquiera sé qué hago aquí. Estoy segura que ese hombre llamado Aguilar, no es un tonto, y de seguro me trajo aquí por una razón.

—No —la voz segura de Jaden me hace alzar la vista a él. Inmediatamente, volteo a ver a Aguilar para ver su reacción y lo que me encuentro es una mirada fría e intimidante.

—Creo que no has entendido —pasa una de sus manos por su cabello. Creo que no es nada bueno lo que dirá —.A mí nadie me dice no. No doy segundas oportunidades; sin embargo, te la he dado. Después de tu respuesta negativa la noche en Black and White —y al recordar esa noche mi estómago se revuelve —,esta es la segunda vez que te pregunto.

—Lo siento, pero no lo haré. ¿Qué más quieres? Ya te expliqué mis razones —Jaden lo enfrenta.

El hombre ríe pero su risa es totalmente carente de humor —Muy bien. Lo haremos por las malas y para eso necesitaremos de tu ayuda, linda —en ese instante su vista se posa en mí y yo lo observo confundida.

Entonces, sin previo aviso, alguien me hala por la cintura hacia atrás y choco contra el cuerpo de alguien. Un brazo fuerte me rodea la cintura y el otro pasa por mi cuello, dejándome inmóvil. Un quejido se me escapa en ese momento y llevo ambas manos hacia arriba, hasta sujetar y tirar del brazo que rodea mi cuello. Intento mantener su agarre flojo ya que siento que me asfixiará.

—¿¡Qué mierda haces!?— Jaden luce aterrado, enfadado y no sé qué más—. ¡Estás enfermo o qué! Ella no tiene nada que ver en esto —su respiración es agitada —.Si buscas en ella un motivo para intimidarme y convencerme, estás equivocado. No entiendo porqué la involucras, a penas la conozco.

Sé que intenta hacerle creer a Aguilar que no le importo. Que no lo puede chantajear conmigo. Pero no estoy segura de que le crean.

—¿No te importa?, ¡Perfecto! Entonces no hay problema si Bennet se divierte un rato con ella.

Dicho esto, siento como el repugnante hombre me aprieta más contra su cuerpo y siento su respiración en mi oreja derecha. Cierro mis ojos aterrada y asqueada. Entonces, las nauseas me invaden, cuando siento la asquerosa lengua del tipo en mi cuello y casi puedo jurar que estoy a punto de vomitar. Forcejeo un poco; sin embargo, no tengo las fuerzas suficientes para soltarme de su agarre.

—¡¡Aléjate de ella, hijo de puta!!— la voz furiosa de Jaden me hace abrir los ojos de golpe y veo que se acerca hacia nosotros.

En un abrir y cerrar de ojos, el tipo que me sostiene hace una maniobra extraña. Me suelta, pero con la mano que rodeaba mi cintura, me hala la camisa por detrás tan fuerte, que me hace dar un traspié y caigo sentada sobre mi trasero.

Mis manos me ayudan a aminorar el golpe, pero ahora arden y se llenan de polvo. Hago una pequeña mueca de dolor y levanto mi vista,  justo para presenciar el momento en que Jaden impacta su puño contra Bennet.

Nunca lo había visto así de furioso. Pero temo que le hagan daño porque claramente, el otro tipo le lleva ventaja en cuanto a musculatura. Bennet lleva su mano derecha hasta tocar su labio inferior donde Jaden lo golpeó. Creo que le sacó sangre.

Entonces sucede lo peor. Bennet atesta su puño contra el estómago de Jaden, y lo veo arquearse como si le hubiese sacado todo el aire. A penas tiene tiempo de enderezarse, cuando Bennet lleva su puño hacia él de nuevo. Está vez en su mandíbula. Y otra más a su estómago.

Yo no puedo más. Mis nervios están al límite y estoy aterrada hasta la mierda por la escena que presencio. No me doy cuenta en qué momento me levanto de donde estoy y corro hacia Jaden. Me coloco justo frente a él dándole la espalda y encarando a Bennet.

—¡Ya basta!— grito con mi voz débil a punto de echarme a llorar. Me encojo en mi lugar, cuando veo a Bennet a punto de lanzar otro golpe, pero en tanto se percata que yo estoy al frente, se detiene. Suspiro aliviada porque pensé que iba a golpearme —.Ya basta, por favor —volteo a ver a Aguilar, suplicando con mi mirada que detenga a su matón.

—Ya déjalo, Ben —voltea a ver al hombre quien luce tan agitado que su respiración se escucha en el silencio —.Sí de verdad te importa tu chica —habla Aguilar y la vista de Jaden y mía se traslada hacia él —,solo haz las cosas por el lado fácil. No tiene que haber violencia.

—¿Por qué?— pregunto con mi voz temblorosa y capto la atención del hombre entrecano —. ¿Por qué él? ¿Por qué es tanto su interés en que lo haga? Hay muchos más corredores que estarían encantados de correr para usted.

El hombre me mira y sonríe como si intentara decirme: que ingenua.

—Porque él no es como muchos más. Porque él no es bueno en lo que hace. Él es grandioso —su voz ronca suena muy segura —.Por eso —dicho esto se encamina hasta llegar a la puerta del copiloto de la camioneta —.Ya sabes lo que tienes que hacer, Jaden. Y si piensan que me verán la cara de idiota fingiendo que no son nada, están muy equivocados. Yo lo sé todo —observa por encima de su hombro y sube a la camioneta.

Cuando Bennet pasa al lado nuestro, lanza el teléfono de Jaden al suelo —¡Nos vemos pronto, Lucky!— dice el tipo con su voz ronca y se sube en la camioneta al lado del piloto. Seguido de él, el chico llamado Rob se sube atrás.

Jaden y yo nos quedamos en nuestro lugar, mientras vemos la camioneta irse. Un silencio enorme se apodera del lugar. Hay una tensión extraña en el ambiente.

—¿Estás bien?— Jaden habla finalmente y me toma de la muñeca.

—Sí, estoy bien —giro para verlo y no reprimo las ganas que tengo de abrazarlo, así que lo hago.

A penas y siento sus brazos rodearme y apretarme, me echo a llorar. Cientos de emociones se juntan a la vez y no encuentro nada más que hacer, que llorar.

Lo de esta noche ha sido horrible. No me saco de la mente ese momento en que Bennet golpeaba a Jaden. No quiero ni imaginarme qué hubiera hecho si hubiera sido más grave. No me quiero imaginar qué más le harán si no accede a correr para Aguilar.

Me acerco más a él para abrazarlo más fuerte aún, pero escucho cómo se le escapa un pequeño quejido. Entonces recuerdo que lo golpearon en su estómago y de seguro debe dolerle.

—¡Lo siento!— digo inmediatamente y me alejo de él un poco.

—Tranquila. No es nada —intenta sonar seguro pero la expresión en su rostro me dice que le duele.

—Tengo que revisarte —me inclino un poco y ladeo su cabeza con mi mano, para ver el golpe que le dieron en la mandíbula.

La zona izquierda de su mandíbula luce un poco rosa. La comisura izquierda de sus labios está lastimada, tiene un pequeño corte con poco de sangre.

No sé qué expresión hago con mi rostro, pero él toma mi barbilla con una de sus manos y la levanta para hacerme verlo —Estoy bien. Tranquila.

—¿Podemos irnos?— sé que hay algo de lo que debemos hablar. Pero no quiero quedarme ni un segundo más aquí. Entonces él asiente, lleva su mano a mi cintura y empezamos a caminar a donde dejó su auto —.Vamos a mi apartamento —hablo sin despegar mi vista del suelo. Tras no escuchar su respuesta, lo observo detenidamente. Él me observa unos segundos en silencio y asiente.



**~**




Abro la puerta del apartamento, lo más silenciosa que puedo. Sé que Juri ya está aquí y no me creo lista para escuchar su enorme interrogatorio. Además, no quiero que arme un escándalo si ve a Jaden golpeado.

Entramos a la estancia y cierro la puerta lo más callada posible. Jaden se queda parado a media sala sin moverse a ningún lado. Luce demasiado pensativo.

—Déjame revisarte —digo en voz baja y me acerco para ver de nuevo el golpe en su mandíbula.

—Ya te dije que estoy bien —dice con la voz ronca, pero mi necedad es más grande que el sueño que cargo ahora, así que no le hago caso e intento ver su mandíbula.

Lo veo que está a punto de decir algo, así que llevo mi dedo índice a sus labios para hacerlo callar —¡Shh! ¡Una protesta más y juro que te amarro a una silla para que me dejes revisarte de una jodida vez!— digo en voz baja y entre dientes, pero me encargo de sonar severa.

—Eres tan terca —protesta contra mi dedo índice.

—Mira quién lo dice —alzo una ceja y retiro mi dedo de su boca.

Lo tomo por la muñeca y lo halo camino al pasillo para ir al baño. Una vez adentro del cuarto y sin que proteste, lo hago sentarse sobre el escusado, el cual, tiene la tapa baja.

—Ahora vuelvo. Iré por un recipiente —anuncio y él me observa serio.

—Como usted diga, enfermera —tira una pequeña risa y yo me limito a rodar mis ojos y salir del baño.

Avanzo por el pasillo y justo cuando paso frente a las puertas de las habitaciones, la del cuarto de Juri se abre y me saca un brinco.

—¡Mierda, Alyssa! ¡Hasta que apareces!— dice un poco molesta —¿Qué...

La callo, tapándole la boca con mi mano y la halo para alejarnos del baño y que Jaden no nos oiga. Cuando llegamos a la sala la suelto y me mira más molesta aún.

—¿¡Qué rayos sucede!?— se cruza de brazos.

—Jaden..., tuvimos..., —a penas balbuceo y suspiro —,Juri tengo algo que contarte pero juro que lo haré mañana —ella hace una mueca y estoy segura de que va a protestar; sin embargo, hablo antes de que ella lo haga —.Tengo a Jaden en el baño —señalo con mi dedo índice el pasillo —,está golpeado y necesito hacer el papel de enfermera —río un poco porque recuerdo que así me llamo él —.Sólo necesito que no hagas preguntas, al menos no por hoy. Mañana harás las que quieras, pero por ahora sólo finge que llevas mil años dormida, ¿si?

Balbucea algo que no entiendo y finalmente hace una especie de gruñido desesperado —Tú ganas, señorita enfermera. Iré a fingir que duermo mil años —dice con sarcasmo.

—Fue lo primero que se me ocurrió —me defiendo.

—Sí, como sea. Ve y atiende a tu chico. Te juro que si mañana no me quieres contar, te sacaré la verdad a puras cosquillas —me apunta con su dedo índice en señal de amenaza.

—¡Buenas noches, Juri!— digo con tono aburrido y le hago señas para que se vaya a su habitación.

Ella camina de espaldas y me habla sin verme —Más te vale que me cuentes mañana, Alyssa —se gira un poco y antes de desaparecer totalmente por el pasillo, me mira sobre su hombro —.Por cierto, él se puede quedar a dormir, ¿de acuerdo? Yo no diré nada —dicho esto se va.

Abro mi boca indignada, sin embargo, se me escapa una risa. Termino de llegar a la cocina y busco un recipiente y algo de hielo. Cuando lo encuentro, regreso al baño donde Jaden está, aún sentado sobre el escusado y con aire aburrido.

—Creí que te habías ido a dormir —bromea y yo río.

No digo nada. Me limito a llevar el recipiente y el hielo al lavamanos. Saco una toalla pequeña del estante al lado y abro el pequeño botiquín que está tras el espejo que se sitúa arriba del lavamanos. Saco gasas, algodón y alcohol.

Hago mi trabajo minuciosamente, y bajo la penetrante mirada de Jaden. Tomo un poco de algodón y lo mojo en el alcohol. Entonces, me coloco frente a él, en el espacio entre sus piernas y con mi mano derecha, alzo su mentón. Coloco con cuidado el algodón en la pequeña herida que hay en la comisura de su boca y limpio con cuidado la sangre. Un pequeño gruñido se le escapa y por inercia retiro la mano.

—¡Lo siento!— digo apenada.

—No hay problema. Continúa —cierra sus ojos y yo asiento, vuelvo a colocar el algodón en la zona lastimada.

Limpio una vez más, y veo que él aprieta sus ojos con fuerza. Una vez que he retirado la sangre, deposito el algodón sucio en el lavamanos y al observar a Jaden tan quieto, un pensamiento cruza por mi mente, así que me acerco lentamente para besarlo. No estoy muy segura pero tengo el impulso de hacerlo.

Con mucho cuidado, me acerco hasta rozar sus labios con los míos. En el instante en que lo hago, su cuerpo se tensa un poco, pero inmediatamente se relaja y se le escapa un profundo suspiro.

—Esto de ser curado de esta manera, como que me gusta —susurra contra mis labios y se me escapa una pequeña risa.

Me separo de él —Eso solo es el principio, aun no he comenzado la verdadera curación.

—¿En serio? ¿Y qué falta?— ladea su cabeza.

—Quítate la camiseta —ordeno y me muevo de mi lugar, para ir al lavamanos y verter en el recipiente un poco de agua, que por suerte está muy fría como la quiero y más el hielo ayudará mejor a desinflamar los golpes.

—Esto se pone mejor —dice con un tono picaresco y me hace verlo rápidamente.

—Solo quítatela —digo de nuevo y él ríe un poco —.No seas mal pensado —protesto.

—No estoy pensando nada malo —alza sus manos en gesto de inocencia. Yo me acerco y extiendo la toalla pequeña para mojarla en el recipiente con agua y el hielo —.Solo algo bueno —habla de nuevo y me hace reír —,además me hiciste recordar la escena de la película Karate Kid. Esa donde el entrenamiento es algo así como: ¡quítatela! ¡póntela! ¡cuélgala! —suelta una enorme carcajada y no puedo evitar carcajearme yo también —.No me vayas a hacer eso —dice a penas entre risas y me hace reír aún más.

—Gracias por la idea —bromeo.

Y sin decir nada más, se retira la camiseta dejando su torso desnudo. No es la primera vez que lo veo así, pero creo que jamás dejaré de sonrojarme. La pequeña risa que se me quiere escapar del nerviosismo, desaparece en el instante en que veo los hematomas. Uno está en la parte baja de su abdomen y el otro cerca de sus costillas derechas.

—¡Hey!— su voz me hace alzar la vista—. ¿A dónde se fue mi enfermera sonriente?— sé que intenta evitar que me eche a llorar o que me afecte demasiado verlo así y lo agradezco.

Suspiro y me acerco de nuevo, pero esta vez, él me hace sentarme en una de sus piernas. Con mucho cuidado coloco la toalla con hielo en la parte baja de su abdomen. No ejerzo mucha presión porque no quiero lastimarlo, lo que quiero hacer, es ayudar a bajar la inflamación de la zona.

Retiro la toalla y la vuelvo a mojar para luego colocarla al lado de sus costillas. Trabajo en silencio, pero con el torbellino de imágenes haciendo ruido en mi mente. Esto fue de las cosas más horribles que he vivido o presenciado. Ver cómo golpearon a Jaden, fue demasiado para mí.

—¿Todo bien?— su voz me hace alzar mi vista y verlo directo a los ojos —.No me digas que sí, porque sé que no lo estás, y si te soy sincero, yo tampoco lo estoy. Pero créeme cuando te digo vamos a estar bien, ¿de acuerdo?

—¿Correrás para Aguilar?— pregunto temerosa de su respuesta. Entonces retiro la toalla y la vuelvo a mojar para ponérsela de nuevo.

—No pienses en eso. No quiero que eso sea un motivo por el cual haya tensión entre nosotros —con su mano alza mi barbilla y me hace verlo de nuevo—. ¿Confías en mí?

Yo lo observo con atención y asiento —Sabes que sí confío en ti.

—Entonces confía en que no dejaré que algo te pase. Confía en que estaremos bien. Confía en que haré todo lo que esté a mi alcance por cuidarte siempre.

No me deja decir nada, ya que ahueca con sus dos manos mi rostro y me besa. Yo correspondo su beso con urgencia. Sus manos se alejan de mi rostro y rodean mi cintura para acercarme más a él. Yo dejo caer la toalla en algún lado en el suelo y paso mis manos alrededor de su cuello. Nuestros labios se rozan con mayor avidez y su lengua invade mi boca.

Después de unos segundos, el beso se vuelve más pausado —¿Me puedo quedar esta noche contigo?— susurra contra mis labios. Separa nuestros rostros y me mira dudoso —¿Me dejas quedarme contigo esta noche?— yo asiento sin dudarlo y me acerco para darle un abrazo.




Después de que hice el pequeño tratamiento a los golpes de Jaden, acomodé todo y le di vueltas una y mil veces al asunto de él quedándose en mi apartamento. Me siento extraña de alguna manera; sin embargo, él está en mi habitación esperándome.

Jaden Wilkerson está en mi habitación y dormiremos juntos esta noche. Debo decir que ni siquiera he querido ponerme mi ropa para dormir. Me siento incómoda.

Después de una lucha en el baño de si me cambiaba o no, decidí ponerme una camiseta y un short de algodón. A duras penas avanzo por el pasillo para llegar a mi habitación. El abrir la puerta de mi propia habitación, se siente como algo inusual, sabiendo que un chico está ahí. Que la persona que quiero está ahí y dormiremos juntos.

Finalmente me armo de valor y dentro de una vez. Al cerrar la puerta y girar, veo que Jaden ya está muy bien acomodado en mi cama. Su torso sigue al descubierto ya que al parecer dormirá sin camiseta.

—Ven aquí —hace de señas al espacio junto a él. Una sonrisa nerviosa se me escapa.

La habitación ya está oscura, por lo que agradezco que no note que me he sonrojado. Empiezo a caminar para llegar a la cama y acostarme. El espacio que hay entre la cama y yo, se siente eterno. Cuando llego, me siento al borde de la cama y lo observo de reojos.

—¿Sucede algo?— pregunta él y suena algo divertido.

—No, nada —sonrío y finalmente me introduzco bajo el suave edredón.

Al instante que siento sus pies bajo la cobija y el calor que emana, mi nerviosismo aumenta. Acomodo mi cabeza en la almohada y cruzo mis manos sobre mi estómago y me quedo con la mirada perdida viendo el techo.

—Ven acá, bonita. Lo que más estoy deseando en estos momentos es sentirte entre mis brazos —susurra suave y pasa su brazo derecho debajo de mí. Levanto mi espalda del colchón para darle mayor entrada.

Una vez pasado su brazo, me hala hacia él, por lo que me muevo y recargo mi cabeza en su pecho. La sensación que siento es extraña, pero la más linda que jamás había sentido.

Me atrevo a pasar mi brazo derecho encima de su abdomen y abrazo su torso. Él lleva su otra mano y la coloca en la parte posterior de mi pierna derecha y hala de ella, hasta que abrazo sus piernas también.

Estoy totalmente abrazada a él. Estoy totalmente cerca de su cuerpo y puedo sentir el aroma a su loción muy profundo, y me encanta. Puedo sentir el calor que emana de su cuerpo y me es tan agradable.

Siento que nuestros cuerpos encajan tan bien el uno con el otro, que es como si fueron hechos para estar así juntos toda la vida.

—Buenas noches, mi amor —susurra y besa mi frente.

Yo lo abrazo más —Buenas noches.

El cansancio empieza a hacer acto de presencia en mis ojos y empiezo a cerrarlos lentamente. Siento que en cualquier momento quedaré algo así, como en un estado de coma. Es que dormir abrazada a Jaden, es la mejor manera de dormir.

—No dejaré que nada malo te pase, Alys. No puedo permitirlo porque..., porque yo te amo —su voz ha sido un suave murmullo como si hablara sólo para él. Sin embargo, a pesar de mi somnolencia, he podido escuchar lo que ha dicho. 

La pesadez de mis ojos, le gana a mis deseos de despertar y responder a lo que me ha dicho y que ha hecho temblar mi alma; sin embargo, no puedo. Lo único que hago es abrazarlo más y apegarme más a su cuerpo.

Una sonrisa se dibuja en mis labios y sin más, me entrego a la bruma del sueño, en los brazos de Jaden.

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