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CAPÍTULO 26


Mis oídos zumban por la adrenalina. Mis fosas nasales se inundan del olor del humo proveniente de las llantas de los autos. El ruido de los autos acelerando se une con los gritos y silbidos eufóricos de las personas.

Al sonar el disparo en el aire, los dos autos salen veloces por la calle, como si en cualquier momento pudiesen echar alas y salir volando. En unos segundos, ambos autos desaparecen del alcance de nuestra vista. La adrenalina al ver los autos correr es tanta, no me imagino que sentirá Jaden cada vez que corre. De seguro se ha de sentir libre.

Venir a las carreras de Jaden se ha convertido en uno de mis pasatiempos favoritos. Siento que es el lugar adecuado para desestrezarse. Para dejar todo tipo de agobio atrás y simplemente disfrutar de la noche y descargar toda la energía acumulada en gritos y silbidos.

Mi semana ha sido extremadamente pesada. Inicié las clases de la universidad y debo decir, que este ciclo claramente será más pesado que el anterior y me hará la vida de cuadritos. El trabajo ha sido una locura total. La mercadería nueva aún llega casi a diario y la boutique ha estado más llena de lo normal. Eso sin mencionar el estrés mental que he cargado conmigo toda la semana.

Mi mente se ha gozado torturándome con pensamientos negativos. Pensamientos fatalistas y extremistas. Todos y cada uno de ellos relacionados con un solo apellido: Aguilar.

Mi mente no deja de darle vueltas una y otra vez, a la mirada fría con la que me vio. Esa mirada me caló hasta los huesos y se encargó de sembrar en mí, un mal presentimiento. No le he dicho nada a Jaden. No quiero exagerar las cosas, pero por más que he intentado darle una rutina normal a mis días, me encuentro armando escenarios riesgosos para Jaden o para mí.

—¿Todo en orden?— la voz de Evan casi en un grito, me hace pestañear varias veces y volver a la realidad—. ¿Todo bien?— pregunta de nuevo.

—S-Sí, disculpa. Estaba recordando algo.

—Algo importante me imagino. Estabas tan distraída —se mueve de su lugar para colocarse frente a mí.

Estamos en el área de la zona VIP. Lo veo recargar su peso en la cerca que rodea el área y da un sorbo a la lata de cerveza en su mano.

—No es importante en realidad —suspiro —.Mi mente es la que me tortura creyendo que sí.

—¿Quieres hablar de ello?— ladea un poco su cabeza —.Bueno, no soy el mejor consejero que digamos, pero a veces en algo puedo ayudar.

Un sonrisa se me escapa —Es sobre la noche que fuimos a Black and White —muerdo mi labio inferior y lo observo para ver si me entiende a lo que me refiero.

—También es una noche que quisiera olvidar —dice y lleva su mano libre, al pómulo donde el puño del tal Bennet dejó un moretón que duró varios días.

—Me imagino que sí—suspiro —.Yo también quisiera olvidarla por completo.

—¿Y no puedes?

—Pues, ya olvidé incluso cómo llegar al bar. Lo que no olvido es... —las palabras mueren en mi boca. Traigo a mi mente la mirada fría de Aguilar —,también ese momento. Cuando el otro tipo me haló del brazo —miento.

No quiero decirle sobre lo que me inquieta. Por muchas razones. No quiero exagerar, ni mucho menos que Evan le comente a Jaden y arme problemas o algo así.

—Fue un completo hijo de puta. Tal vez sí estaba ebrio, pero no justifica que pueda lastimar a alguien, y menos a una chica —su voz se escucha ronca. Yo volteo a verlo y asiento.

Cuando estoy a punto de decir algo, alguien me toca en el hombro y giro para ver que es Juri.

—¿Nos podemos ir ya?— luce seria, pero su tono de voz y su mirada me dicen que está a punto de llorar.

No sé qué sucede, pero no estoy segura de qué hacer. Jaden aún no termina la carrera.

—Jaden aún no termina la carrera. Pero si quieres...

—Bien. Me voy sola —me corta de golpe y se gira para echarse a andar.

Mi boca se abre con asombro. No sé qué le pasa pero no puedo dejarla así. Me giro para ver a Evan de nuevo —Iré por ella. Si Jaden regresa, dile que... —no sé qué razón dejar.

—Tranquila, ve con ella. Yo le explico a Jad.

Asiento y empiezo a abrirme paso entre la gente para seguir a Juri. Camina demasiado rápido por lo cual me lleva una gran distancia. La gente no cede y se me dificulta salir a empujones entre ellos.

—¡Juri!— grito su nombre para intentar detenerla, pero parece que no me oye, ya que continúa su camino —¡Juri, espera!— grito más fuerte, ella se detiene y se gira hacia mí. Cuando veo que me localiza, corro hasta ella y me paro justo enfrente —¿Qué sucede?— pregunto agitada por la pequeña corrida que hice.

—Estoy bien. Sólo quiero irme de aquí —se abraza así misma y desvía su mirada de mí.

—¿Que pasó?— me acerco y la tomo de la muñeca—. Ven, hablemos de ello —la halo y la guío a las escaleras fuera del edificio a medio construir.

Nos sentamos y le doy su tiempo para que ella se anime a hablar. Después de unos segundos se echa a llorar, cubriendo su rostro con ambas manos y yo la abrazo. No sé qué le ha pasado pero por el momento la dejaré sólo llorar. Sólo desahogarse.

—¿Quién es más idiota?— dice entre sollozos—. ¿Quien espera recibir algo de una persona que nunca dará nada, o quien finge dar algo cuando en realidad quita?

Suspiro y pienso qué decir —Creo que ambos. Con la diferencia que el primero es un idiota con esperanzas y el segundo un maldito idiota.

Una pequeña risa se le escapa entre el llanto. Aleja sus manos de su rostro y me mira sonriendo un poco —¿Soy una idiota con esperanzas?

—Creo que sí. Y Allen es el maldito idiota —me encojo de hombros y ella ríe aún más.

—No he dicho que estoy así por Allen —protesta limpiando su nariz con el dorso de su mano.

—Pensé que sí —me encojo de hombros de nuevo —.Entonces por quien quiera que sea, también es un maldito idiota.

Ahora ríe más fuerte —Sí, es Allen —suspira.

—Eso pensé —doy palmaditas en su espalda—. ¿Por qué tendré que insultarlo?— digo seria y ella me observa incrédula.

—No harías eso..., ¿o sí?— pregunta dudosa.

—Depende el motivo.

Suspira de nuevo —Es que ni siquiera sé por qué estoy así. No somos nada. Ni siquiera nos hemos besado o algo por el estilo y veme —rueda los ojos —Llorando porque lo vi con otra chica.

—De acuerdo, eso sí merece una insultada —se me escapa una risa y a ella igual —.Ya en serio, ¿él sabe que lo viste?

—Sí. Es lo más horrible de todo. Que me quedé ahí saludando como idiota lastimada, cuando me presentó como una amiga —cubre su rostro con ambas manos de nuevo y se le escapa un pequeño gruñido frustrado. Sé que intenta no llorar de nuevo —.Debiste ver. No le importó tenerme enfrente. ¡Dios!— suspira.

—Juri... —dudo unos momentos si debo ser realista en este momento —,pero tú ya sabías que era así. Creo que tú misma fue quien me dijo que él es un mujeriego.

—Sí, lo sé —me mira —.Creo que pensé que sería diferente conmigo. Pensé que sentiría lo mismo que yo.

—Es muy pronto para decir eso. Tal vez él necesite tiempo para saber lo valiosa que eres. Para darse cuenta de que puede llegar a sentir algo bonito por ti —no sé de dónde pero me salen las palabras en forma de consuelo.

—¡Gracias, Aly!— me observa y sonríe —Gracias por escucharme y no dejarme sola.

—No es nada. Es lo menos que puedo hacer por ti —sonrío devuelta y nos damos un pequeño abrazo.

—¿¡Y Jaden!?— se separa de mí, de golpe y se pone de pie como un resorte.

—De seguro ya terminó su carrera, ¿por qué?— pregunto confusa.

—Lo dejaste por mí. Lo siento, deberías haber estado allá —señala con su mano a la zona donde está la pista de carreras.

Hago un desdén con mi mano —No hay problema. Evan se encargaría de explicarle.

—Sí pero no —se cruza de brazos y yo la observo riendo —.O sea, sí puede explicarle Evan, pero no debes tardar más. ¡Vamos!— hace un gesto con su cabeza para que me levante.

Me pongo de pie y mientras río, entrelazo mi brazo con el suyo. Empezamos a caminar entre la gente hacia la zona VIP.

Todo va bien, hasta que siento cuando Juri retrocede repentinamente y me hala con fuerza. Cuando me giro para verla, veo a una rubia tirando de su cabello con fuerza hacia atrás. Lo ha hecho tan fuerte, que la ha hecho retroceder.

—¿¡Qué mierda!?— dice Juri molesta y no sé que tipo de maniobra hace, pero se gira tomando a la chica de la muñeca. Justo de la mano que se enreda en su cabello, al tiempo que gira, dobla de manera dolorosa –al parecer- la mano de la chica y esta chilla quejándose. La chica suelta su cabello y Juri la empuja con fuerza —¿¡Qué diablos te pasa!?

La chica soba su muñeca y mira a Juri con una mirada que casi tira láser de la furia que hay en ella —Te haces la inocente, ¿verdad puta? ¡No debiste ponerme un dedo encima!— escupe con enojo y señala la muñeca que Juri dobló.

—No te parece que también me pusiste una mano encima —espeta Juri y señala su cabello desordenado por el halón de la chica —.Ni siquiera te conozco. ¿Qué diablos te pasa?

—¡Escúchame bien, Allen es sólo mío! La única que puede follar con él soy yo. ¿Me oíste, puta?— mi boca se abre con asombro.

Ahora entiendo  la rabieta de la chica. ¿Está peleando por Allen? Me parece de lo más ridículo, pero me molesta demasiado que esté insultando a mi amiga.

—¡Escúchame bien!— Juri se acerca a la chica y puedo notar que está furiosa —.Me importa un reverendo pepino que folles o no con él. Yo no soy puta como tú para andarme revolcando con cualquier tipo y eso incluye a Allen. Si te vendes o te regalas me importa una mierda —se acerca más —.No te preocupes por mí, que no soy de tu clase como para...

Su habla se corta debido a una bofetada que la chica atesta en su mejilla. Yo cubro mi boca con las manos y un jadeo de asombro se me escapa. Entonces, cuando menos me lo espero, Juri impacta su puño contra el pómulo de la chica, quien tambalea hacia atrás chillando.

Esto llama la atención de muchas personas, por lo que su vista se dirige con demasiada atención a la escena. Yo no puedo creer que Juri haya hecho eso. Impactó su puño contra la chica. ¡Eso fue muy rudo!

—¡Te vas a arrepentir!— la voz elevada de la chica me hace ver la escena de nuevo.

Todo se sale de control. La chica se abalanza contra Juri y empieza a tirar de su cabello. Juri toma un mechón de pelo de la chica y hala fuerte de él, siento que en cualquier momento tire tan fuerte, que le arrancará ese mechón. Con la otra mano cerrada en un puño, golpea a la chica en el estómago.

Entonces siento que esto ya fue demasiado y nadie hace nada por separarlas. Se limitan a silbar y decir quién golpea más a quién. Algunos hasta gritan una especie de porras absurdas.

Entonces con algo de temor me acerco para intentar halar a mi amiga —¡Juri, ya basta!— grito pero parece no escucharme.

Alguien toma mi brazo y me hace girar. Allen es quien me haló pero su vista está fija en la escena de las dos chicas. Por cierto, peleando por él se podría decir.

—¡Haz algo!— le reclamo y parece reaccionar ya que me suelta y llega hasta abrazar a Juri por detrás y tirar de ella para separarla de la otra chica.

Creo que Juri no se ha dado cuenta de quién es, pero no deja de patalear y gritar que la suelten. Desearía tener una cámara justo ahora.


«¡Mierda, Alyssa! ¡Esto es serio!» la vocecilla me interrumpe y río un poco.


—¡Mierda, Juri, ya detente!— Allen dice con su voz enronquecida. En ese momento parece que Juri reconoce su voz ya que deja de forcejear y se gira para verlo.

Y ahora sé que esto no será bueno.

—¡Suéltame!— escupe con enojo y empieza a forcejear de nuevo para alejarse de él.

—¿¡Allen!?— la rubia grita incrédula —.No la defiendas. Ella fue quien empezó. ¡Me agredió! —chilla en un tono muy fresa. Es una actriz completa ya que empieza a fingir que llora.

Él ni siquiera voltea a verla. Sigue con su lucha por sujetar a Juri. La chica se queda llamándolo y avergonzada porque él ni atención le presta. Se me escapa una risa, pero siento algo de pena ajena. Empiezo a caminar para seguir a Allen, que lleva a Juri quién sabe a dónde.

—¿Estás bien, Juri?— pregunto una vez que los he alcanzado. Ella asiente y molesta se zafa del agarre de Allen, y empieza arreglar su desordenado cabello.

—¿Me das un tiempo para calmarla y halar con ella, Aly?— Allen se voltea hacia mí y yo me quedo sosteniendo su mirada. Mi amiga está mal y casi se muele a golpes y tirones de pelo con una chica por él —.Sólo será un momento —añade.

—Te espero donde Evan dejó el auto, Juri —digo y sin decir más, me alejo del lugar.

Empiezo a caminar para volver a la zona VIP y buscar a Jaden. Ahora que lo recuerdo, hace mucho que él debe haber terminado su carrera. Entonces, saco mi celular del bolsillo delantero de mi jeans y presiono el botón para encenderlo.

Cuando la pantalla se enciende, el icono de llamada perdida brilla al lado derecho. Reviso el historial de llamadas y mis ojos se abren con asombro cuando veo que hay una gran cantidad de llamadas perdidas de Jaden.

Inmediatamente le llamo. El timbre suena dos veces y al tercero, él contesta.

—¿Alys?— la duda y preocupación en su voz me extraña.

—Sí. Lo siento por no contestar tus llamadas...

—¿Dónde estás?— me corta de inmediato y yo observo a mi alrededor para buscar alguna señalización para darle.

—No sabría decirte bien pero... —echo una ojeada de nuevo a mi alrededor —, hay un viejo contenedor. Amm, tiene una especie de auto dibujado. Es pintura color verde neón —hago la mejor descripción que puedo de dicho contenedor.

—Sé donde es. No te muevas de ahí. Llegaré en unos segundos —asiento como si pudiera verme —.No te muevas de ahí, ¿okay?

—De acuerdo —digo y cuelgo la llamada. Guardo de nuevo el teléfono en mi bolsillo. Escuché a Jaden un poco preocupado pero debe ser porque no contestaba sus llamadas y hace un buen tiempo que me fui con Juri.

Me quedo esperando en el lugar y observando a todas direcciones para buscar a Jaden, pero no llega por ningún lado. Estoy tan distraída y extrañamente me siento ansiosa, tanto, que cuando mi teléfono suena de nuevo, me saca un brinco del susto. Veo la pantalla, y la llamada es de Jaden.

—¿Sí?— pregunto mientras echo una ojeada a mi alrededor de nuevo.

—¡Alys, muévete de donde estás! ¡Aléjate de ese lugar!

—¿Q-Qué?— pregunto sin entender y siento algo de pánico instalándose en mí.

—Sólo vete. Busca a Evan y vete ahora mismo de aquí —suena muy alterado y se escucha como si corriera.

—Jaden, ¿qué sucede?— no entiendo nada. No sé el motivo de su preocupación. Sin embargo, me echo a andar en dirección a donde Evan dejó el auto.

—Aguilar...

La llamada se corta.

—¿Jaden?— pregunto asustada. Reviso la pantalla y efectivamente, la llamada terminó—. ¡Mierda! ¿Qué hago?— digo para mí misma en voz alta.

Muerdo de manera nerviosa, la uña del pulgar de mi mano izquierda, mientras con mi mano derecha, sostengo con fuerza el teléfono. Puedo jurar que en cualquier momento lo voy a quebrar.

Me siento aterrada. Jaden mencionó a Aguilar y seguido de eso, cortó la llamada. Un mal presentimiento me invade. Algo no va bien. Definitivamente algo no anda bien.

No me doy cuenta en qué momento llego al auto donde venimos con Evan. Pero no lo veo a él por ningún lado. Empiezo a pasearme desesperada en el mismo lugar. A este punto, estoy demasiado alterada.


«¡Piensa, Alyssa, ¡Piensa!, ¡Debes tranquilizarte me intento alentar pero no puedo. No dejo de moverme impaciente vuelta tras vuelta.


Entonces mi cerebro parece reaccionar ya que pienso en llamar a Evan. Me siento tan nerviosa que mis manos tiemblan, así que torpemente, mis dedos buscan a Evan en mi lista de contactos para llamarle.

Tal vez estoy exagerando y las cosas no son tan malas como pienso; pero sólo el hecho de haber escuchado el apellido de Aguilar, me pone la piel de gallina.

Finalmente después de una búsqueda –que me pareció eterna– encuentro el número de Evan. Estoy a punto de llamar, cuando escuchó que alguien llega a mis espaldas.

—Buenas noches —una voz ronca me habla e inmediatamente me giro asustada.

Mi corazón queda en coma y me olvido de cómo respirar. El mal presentimiento se transforma en realidad y estoy deseando correr.

—Hay alguien que quiere verte, Alyssa.

Y entonces mi mundo colapsa cuando Bennet, me muestra el teléfono de Jaden en su mano.

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