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CAPÍTULO 24


Hace un par de días que regresé a Westwood. Por suerte algunas cosas siguen como las dejé. Aún conservo mi empleo en Le' Diamant.

Cabe mencionar, que nadie ha hablado nada acerca del robo al dueño de dicha boutique. Me imagino que no es algo que la señora Eleonor quiera conversar con sus empleadas. Por parte de todos los que ahí trabajamos, tampoco sacamos a lucir el tema en los tiempos libres que tenemos para conversar. Con la única que he entablado esa conversación, es con Juri; quien al igual que yo, tiene esa ligera sospecha de que Bruce W.K, es el esposo de nuestra amada jefa.

Esta semana ha sido extremadamente pesada. Casi a diario hemos recibido mercadería nueva, debido a la temporada. Eso nos ha hecho sacar horas extras para ordenar la mercadería y añadirla a los mostradores. Por suerte tenemos el tiempo, las clases no comienzan sino dentro de unos días más.

Mi vida laboral sigue normal. Mi vida universitaria, espero que siga igual también y sea buena conmigo. Pero mi vida amorosa, esa está hecha una mierda.

No es más que un manojo de inseguridades y un puñado de preguntas y más preguntas.

No tengo idea de si Jaden ya está en la ciudad. No tengo idea de si volverá a la universidad. Y lo peor, lo que me está matando, es no saber si seguiremos juntos o qué. Juri ha sido mi psicóloga y consejera últimamente. Me dice que tenga paciencia y espere la explicación de Jaden. Sin embargo, no sé si mi paciencia continúe o se vaya al caño.

Tenía la esperanza de toparme algún día de estos con Evan, y tratar de indagar algo acerca de Jaden con él, pero tal parece que el chico parlanchín también está desaparecido.

Estoy realizando toda ésta retroalimentación de lo último sucedido en mi triste vida, mientras me visto. Acabo de tomar un baño. Realmente lo necesitaba. El agua fría me relaja muy bien cuando me siento mal.

Finalmente, me obligo a salir de la habitación e ir a preparar algo de café. Son las 3:34pm y no me caería mal uno justo ahora. Avanzo perezosamente por el pasillo hacia la sala, mientras seco mi cabello con la toalla. Estoy a punto de cruzar hacia la cocina, cuando alguien llama a la puerta y me hace quedarme quieta en mi lugar. 

No puede ser Juri, porque ella tiene llaves del apartamento y puede entrar por sí sola, además, dijo que tardaría en regresar de donde sea que fuera. Derian no me informó que vendría aunque de seguro viene de sorpresa como siempre. Ruedo los ojos ante ese pensamiento y avanzo hasta la puerta para abrir y recibirlo con alguna broma.

Al instante en que quito el seguro y halo la puerta para abrir, elevo mi voz para que me oiga al hablar —Te corrió del apartamento tu compañero o... —las palabras mueren en mi boca, en el instante en que abro toda la puerta y veo la persona frente a mí.

Estoy estática. Estoy muda. Estoy más tiesa que una roca. Jaden Wilkerson está parado frente a mí. Está frente a mí, después de todo este tiempo sin verlo. Después de tanto pensar en cuándo lo vería de nuevo.

—¡Bonita!— al instante que habla, sus hermosos ojos azules se achinan cuando sonríe. Sin perder más tiempo, avanza hacia mí y me envuelve entre sus brazos.

Yo aún no salgo de mi asombro. No puedo ni corresponder el abrazo y mis brazos están tendidos hacia abajo sujetando la toalla.

Su abrazo es tan fuerte. Tan cálido. Es como si su vida dependiera de la fuerza con la que me abraza. Luego de unos instantes, se aleja para verme, ahueca mi rostro con sus manos y cuando menos lo espero, me besa.

Sus labios buscan con urgencia los míos. Me besa como creo que nunca lo había hecho. Avanza unos pasos hacia el frente haciéndome retroceder y una de sus manos me suelta para tomar la puerta y empujarla para cerrarla. Al instante en que esta se cierra, lleva su mano libre a mi cintura y me apega más a él. Entonces, suelto la toalla que sostenía con mis manos y me permito sujetar con mis manos en puños, la chaqueta que trae puesta.

Mi gesto parece encantarle, ya que me besa con más fuerza. Sus labios se mueven con frenesí junto con los míos. Su lengua empieza su danza apasionada con la mía y parece que ambos moríamos por estar así de nuevo. Por juntar nuestros labios de nuevo. Parece que ninguno desea detenerse.

Hay algo distinto en la forma en la que Jaden me besa. Creo que jamás lo había hecho así de apasionado, pero debo admitir que no me es desagradable.

Después de nuestro apasionado beso, terminamos por separar nuestros labios y nos quedamos en silencio. Juntos, mientras él acaricia mi cintura y yo recargo mi frente en su pecho. En este momento me doy cuenta, cuánto extrañaba su aroma. Es que amo su aroma varonil.

—Creo que no podría explicar la jodida manera en que extrañaba tus labios —murmura suave mientras sostiene su quijada en mi cabeza y me envuelve en un abrazo de nuevo.

—No sabes cuánto te he detestado y querido a la vez, todo este tiempo —susurro contra su pecho.

Una pequeña risa se le escapa y siento como su pecho vibra ante ello. Entonces me separo de él y lo observo seria, pero él ríe aún más.

—No puedes querer y detestar a una persona al mismo tiempo —alza una ceja.

—A ti, sí. Claro que sí —alzo una ceja también.

—Por eso me encantas —me abraza muy fuerte y me saca una risita —.Me encantas porque eres tan única. En lo bueno y en lo malo — se separa y me guiña un ojo.

—Creo que tú también lo eres —intento separarme para verlo. Entonces me toma de la muñeca y me guía hasta sentarnos en el sillón.

Nos sentamos uno al lado del otro. Entrelaza una de nuestras manos y empieza a jugar con nuestros dedos pulgares como siempre.

—Vine porque no podía esperar más para verte. Y porque tenemos mucho de qué hablar —su vista está clavada en nuestras manos.

—Entonces, hablémoslo —giro un poco para verlo y en ese instante, sus ojos azules se alzan y se clavan en los míos.

—Mierda, es que te juro que extrañaba tanto esto —exclama y se acerca para darme un beso sorpresivo en los labios.

—¿Qué?— pregunto riendo cuando se separa.

—Ver tus ojos brillar cada vez que nuestras miradas se juntan —su mirada sigue clavada en mí y eso, más lo que ha dicho, han hecho que mi corazón se acelere y sienta una especie de emoción que no sé describir.

Simplemente sonrío como idiota, ya que es lo único que me sale bien cuando él me pone así. Entonces él da un enorme suspiro y su postura se vuelve un poco más relajada; y sé de antemano, que aquí viene lo que tanto deseaba oír. Su explicación.

—Tuve una horrible discusión con mis padres —suelta después de un largo silencio. Me limito a prestarle toda mi atención en silencio y él prosigue:— Cuando salí de la ciudad para volver a casa, fue el mismo día que tú lo hiciste. No sé si llegué antes o después de ti pero, no te escribí todo ese día debido a que mis padres estuvieron interrogándome y estaban cerca de mí todo el tiempo. Sé que no somos la familia ideal, pero después de tanto tiempo sin verlos, quería prestarles algo de atención —hace un pequeño encogimiento de hombros.

—Tienes razón. Después de todo, hubiese sido egoísta de tu parte si hubieses estado pegado al teléfono todo el tiempo —me encojo de hombros también.

Una media sonrisa se forma en sus labios y entonces prosigue —En casa, me informaron que hubo un pequeño problema familiar y pues creo que dije cosas que no debí —suspira pesado ahora —.Mostré demasiado mi desinterés en los problemas o asuntos familiares. Cuando el ambiente se puso tenso, supuse que se me iba a dificultar hablar o salir contigo; así que quise avisarte lo más antes posible. Fue cuando te escribí y a penas pude enviarte el último mensaje cuando... —hace una pausa y niega con su cabeza —,mi padre se puso furioso y gritó que nunca le presto atención, y que quien sabe con quienes converso, y entonces, me arrebató el teléfono de las manos y lo estrelló contra el suelo.

El silencio que le sigue a sus palabras es tenso. No creí que su padre fuera una persona demasiado explosiva o con un carácter tan fuerte como para hacer lo que hizo.

Él rompe el silencio cuando una pequeña risa se le escapa pero no hay nada de diversión en ella —Se la vive todo el tiempo controlando con quien hablo o al menos quisiera hacerlo. Intenta saber con quienes me relaciono y así.

—¿Desconfía de ti?— la pregunta sale de mis labios antes de que pueda formularla.

—Desconfía de todos —responde inmediatamente —.Cree que puedo hacer lo mismo que mi hermano y estar en comunicación con drogadictos o algo así. Cree que por vivir con mi tío ya estoy involucrado en sus asuntos y los contactos en mi teléfono son de criminales o narcotraficantes —habla tan rápido que puedo ver que se ha cansado. Luce realmente molesto —.Cree que estoy hablando con cualquier mujer o robándole la novia a mi supuesto hermano, otra vez —éstas palabras salen con algo de sarcasmo.

Entonces proceso lo que dice y entiendo porqué lo dice —Él se entero lo de la chica que...

—Sí —me corta antes de que termine —.Supo de esa idiotez que terminó por enviar a la mierda la relación entre Allen y yo. Siempre lo saca a relucir. Siempre recalca que cómo fuimos tan estúpidos como para caer el algo así —suelta nuestras manos y lleva las suyas a su rostro para frotarlo un poco.

—Creo que tu padre se comporta un poco injusto contigo. No debería desconfiar de ti, ni pensar todas esas cosas —coloco una de mis manos en su rodilla y la otra la llevo a su rostro para retirar las manos de él —.Lo que importa no es lo que crea de ti, sino lo que tú demuestras ser.

—Lo sé. Pero es difícil que tu familia, de quien esperas cosas buenas. De quien esperas que esté ahí apoyándote y ayudándote a salir adelante, sólo recibas rechazos. Sólo te retengan aún más y te hagan retroceder en vez de avanzar —suspira triste y se recuesta en mi hombro con su cabeza. Entonces yo, llevo una mano a su cabello y lo acaricio.

—Debe ser difícil —afirmo e intento hacerlo relajarse a través de las caricias.

—Por eso no pude comunicarme más contigo. No tenía teléfono y no sabía cómo conseguir uno, es que ni siquiera pensaba en salir de casa. Hasta que Esther me invitó a ir al centro comercial. Se enteró de los problemas en casa y me invitó a salir a distraerme con otros chicos.

—¿Son amigos desde hace mucho?— por ridículo que parezca, quiero saber eso porque creo sentir algo de celos de ella.

—Dos años aproximadamente. Es buena amiga. Casi siempre me ayuda a no darles la espalda del todo a mis papás —se encoge de hombros y medio sonríe.

—Entiendo. Y de verdad lamento todo lo que sucedió y gracias por explicar.

—No tienes que agradecer nada, bonita. Sabes que me importas y quiero ser claro en todo contigo —levanta su cabeza y tiernamente besa mi mejilla —.¿Sabes qué quiero hacer?

—¿Qué?— pregunto curiosa. Siempre que dice eso no es nada bueno.

—Quiero que conozcas donde vivo. Que conozcas a mi tío.

—¿Q-Qué?— pregunto incrédula.

—Vamos justo ahora —se pone de pie y empieza a tirar de mí para ponerme de pie también.

—¡Jaden, no! ¡No creo que sea buena idea!— me quejo mientras intento evitar que me hale más.

—¡Vamos!, ¡Levántate, ya!— sigue halándome hasta que me pongo de pie.

—En serio, no creo que sea un buen momento. Además, ni siquiera estoy apta para salir —hago de señas a la mala ropa que visto y espero convencerlo.

—Te ves bonita con lo que sea, pero te daré el tiempo para que te cambies si quieres —se encoge de hombros y hunde sus manos en los bolsillos delanteros de su jeans en un gesto inocente. Estoy a punto de protestar cuando vuelve a hablar —.Tienes diez minutos.

Abro mi boca indignada y a pesar de que no me parece para nada una buena idea, empiezo a avanzar hacia la habitación para cambiarme, porque sé que si no me apresuro, él es capaz de sacarme con lo que sea que traiga puesto.




**~**




—¡Baja de una vez!— exclama Jaden muy divertido. Hace como diez minutos que llegamos y yo no quiero bajar del auto.

Me sigue pareciendo una no muy buena idea haber venido. Pero ya no hay nada que hacer. Estamos frente a la casa donde Jaden vive con su tío.

No sé qué me pone más nerviosa. Si empezar a conocer a la familia de Jaden y empezar a involucrarme más; o conocer a su tío, el cual ya sé que no es una persona sana del todo. Estaré cerca de un hombre que tiene tratos con narcotraficantes. Pero Jaden dijo que era seguro, no tengo porqué tenerle miedo a él.

Finalmente, pongo movilidad a mi cuerpo y salgo del auto. Al instante que bajo, Jaden sonríe ampliamente y rodea mi cintura con un brazo, mientras empieza a caminar hacia la casa a mi lado.

La casa luce bastante acogedora. Tiene un pequeño jardín, que ha pesar de ser pequeño, tiene flores realmente hermosas y que lucen muy bien cuidadas. Sonrío un poco, porque la imagen de Jaden haciendo el papel de jardinero viene a mí.

Entonces, al llegar a la puerta principal, Jaden saca un juego de llaves e introduce una de ellas para abrir la puerta. Entramos a la casa y mientras él cierra la puerta yo me quedo quieta en mi lugar, observando la estancia.

Es una casa amplia y luce muy bien cuidada. Tiene un aspecto de estilo contemporáneo, con cuadros colgando de las paredes. Los muebles son de madera finamente tallada y las alfombras son bastante llamativas.

—Bueno —la voz de Jaden me hace girar a verlo —.Aquí vivo.

—Es más acogedor de lo que decías —sonrío al hablar.

Se encoge de hombros y hunde sus manos en los bolsillos —Seguro hoy tocaba la limpieza.

Una pequeña risa se me escapa y él ríe igual. Sigo observando el espacio de la sala y por todo lo que veo, puedo decir que no luce como la casa de una persona del tipo que es el tío de Jaden. Es una casa llena de lujos, claramente, pero está muy bien cuidada. Tal vez sea por la cantidad de dinero que de seguro gana.

—Creo que mi tío no está —avanza hasta pasar a mi lado y se coloca frente a un pasillo—. Steven, ¿estás en casa?— su voz se eleva y resuena en toda la estancia. Sin embargo, nadie responde a su llamado.

—Creo que no está —digo en voz un poco baja—. ¿Qué piensas hacer?— al instante que pregunto, él se gira hacia mí y una sonrisa maliciosa se dibuja en sus labios.

—Estoy pensando hacer muchas cosas contigo —se acerca a mí y rodea mi cintura con sus brazos.

No puedo evitar reír y cuando estamos a punto de besarnos, el ruido de algo de cristal rompiéndose nos hace dar un brinco del susto.

—¡Mierda!— masculla Jaden y se gira inmediatamente, hacia el lugar de donde se escuchó que provino el ruido. Se separa de mí y entrelaza una de nuestras manos y me hace caminar a su lado.

Siento algo de temor. Se supone que no había nadie en casa. Y por la forma cautelosa en que camina Jaden, me hace sentir más temerosa. Avanzo muy de cerca y cubriéndome tras él, como si fuera un escudo.

Finalmente llegamos a una habitación y es la cocina. Cuando entramos, observamos a un chico que está de cuclillas recogiendo los cristales de lo que parecía ser un vaso, del suelo. Por un instante pienso que es el tío de Jaden, pero luce demasiado joven.

—¿Qué haces aquí?— la voz ronca de Jaden suena en el silencio y parece asustar al chico, ya que da un enorme brinco en su lugar e inmediatamente se pone de pie.

—¡Mierda, Jad! ¡Me asustaste!— se queja al instante en que queda frente a nosotros.

—Tú me asustaste. Pensé que no había nadie en casa y de pronto se escuchó el ruido del cristal rompiéndose —Jaden parece relajarse. Sin embargo, yo sigo aferrada a su mano y medio escondida tras él.

—Lo siento, sólo vine por unos vasos para la reunión allá afuera —hace una seña con su cabeza hacia la puerta del otro lado de la cocina, que parece dar a un patio trasero.

—¿Quiénes están?— Jaden pregunta mientras observa al chico que se ha vuelto agachar para recoger los cristales.

—Steven, Bennet, Aguilar...

—¿Aguilar está aquí?— Jaden corta el listado de personas que el chico mencionaba.

El chico se levanta del suelo y deposita los cristales en el bote de basura —Hoy es viernes —responde el chico con un tono como si se tratara de lo más obvio y como si Jaden fuera ignorante.

Yo por el contrario, me siento ignorante. No tengo idea de que hablan y me siento invisible en esta habitación.

—¡Maldición!— exclama Jaden —.Olvidé qué día es hoy.

—Vaya, vaya— el chico contesta sin nada de interés y en el instante en que se gira de nuevo hacia nosotros, parece que se percata de mi presencia—. Hola, señorita —una amplia sonrisa se forma en sus labios. Diría que una demasiado maliciosa por lo cual, no sé cómo responder —.Linda chica, ¿eh?— dice mirando a Jaden.

Entonces siento la mirada de Jaden en mí y volteo a verlo. Él me guiña un ojo y se gira para ver al chico de nuevo    —¿No tenías que llevar vasos, Rob? Además ella y yo, ya nos íbamos.

—¿Por qué tardas tanto... —un hombre entrecano entra en la cocina y deja su frase a medias cuando nos ve a Jaden y a mí—. ¿Qué demonios haces aquí?— su tono de voz suena molesto pero no lo hace notar demasiado, ya que baja la voz como para que no lo escuchen.

—Lo siento, Steven. Ya me iba.

—Por tu bien, más te vale que así sea —dice entre dientes de nuevo.

—Sólo traje a Alys a que conociera el lugar y...

—¿¡Y tenías que venir este día!?— corta de golpe a Jaden. Ahora luce más furioso y me siento con temor. No debí venir hoy. Lo sabía. Sabía que no era buena idea—. ¡Vete ahora mismo y hablamos luego!

—¿Por qué estás corriendo a estos chicos, Steven?— una voz ronca resuena en el lugar.

Una sensación extraña se apodera de mí en el instante en que escucho esa voz, no la conozco pero suena realmente aterradora. Entonces, me atrevo a ver en la dirección de donde provino y mi miedo es más, cuando veo al hombre a quien pertenece.

Es un hombre un poco mayor, luce como de cuarenta y algo de años, aproximadamente. Es robusto y viste un traje totalmente negro. Una pequeña argolla dorada perfora su oreja derecha. Pero lo aterrador, es su aspecto. Su ceño fruncido, sus ojos castaños, son penetrantes y su rostro tiene una pronunciada cicatriz al lado derecho, que va verticalmente desde su sien hasta bajar por su cuello.

La estancia se ha sumido en un total silencio. Es como si este hombre y su presencia, hubiesen transformado el ambiente en uno pesado.

—Sólo están de visita, Aguilar. Pero ya les dije que no puedo atenderlos. Es por eso que pedí que se fueran —el tío de Jaden responde finalmente pero luce nervioso.

Jaden por su parte, ha aferrado su agarre más a mi mano y yo lo sostengo con más fuerza. Sé que algo no va bien. Jaden se tensó cuando escuchó el apellido de ese hombre. No debe ser bueno que esté aquí. No debe ser nada bueno que nosotros estemos aquí y que él ya lo sepa.

—Por qué no se quedan a la fiesta, muchachos —el hombre se dirige a nosotros con una sonrisa que parece amplia, pero aún así, sus ojos no la reflejan.

—Gracias señor, pero vamos de paso —Jaden se excusa sereno. Su voz no flaquea para nada y eso me hace sentir tranquila.

—Insisto jóvenes, quédense con nosotros. No aceptaré un no por respuesta —dicho esto, toma unos vasos que están sobre la mesa y antes de salir por la puerta, nos observa sobre su hombro—. Los veo allá afuera.

Mi corazón ha empezado a latir con fuerza, si es que aún está en mi cuerpo. Creo que ya huyó quién sabe a dónde. 

El tío de Jaden nos observa y luego toma también otros vasos —Ya sabes qué hacer. Explícale a ella —dicho esto se marcha también. Seguido de él, sale el otro chico sin decir nada.

Jaden se gira para verme y me sujeta de los hombros para que lo vea de frente —¿Estás bien?— su ceño luce un poco fruncido, pero él luce tranquilo.

—S-Sí —tartamudeo un poco—. ¿Nos vamos a quedar?— pregunto un poco insegura.

Él asiente y lleva una de sus manos para ahuecar mi mejilla —Tendremos que hacerlo aunque no quiera. Escucha Alys, lo siento. Fue mi culpa. No debimos venir. No recordaba qué día es hoy —niega varias veces con su cabeza.

—Tranquilo —intento regalarle una sonrisa tranquilizadora —.Estaremos bien, ¿verdad?

—Te lo juro —se acerca y me besa en los labios. Cuando se separa vuelve a hablar:— .Escúchame, Alys. Estas personas son con las que trabaja mi tío, cada viernes, de cada semana, tienen una reunión para ver cómo van los negocios. Obviamente estando presentes  nosotros no hablaran de ello, o eso creo.

—¿S-son narcotraficantes?— pregunto esta vez asustada.

—Sí, lo son. Pero mientras estemos allá —señala con su dedo índice la puerta que lleva al patio —,debes fingir que no lo sabes. Sólo tranquilízate y no te alejes de mí en ningún momento. No ingieras nada de lo que ellos te den. Acéptalo gentil pero no lo bebas o comas, ¿de acuerdo?-— yo asiento —.Si te preguntan cuánto llevamos de conocernos, diles que poco tiempo.

Frunzo mi ceño confundida —Creí que debía decir que te conozco desde hace mucho.

—Alys —suspira —,odio tener que pedirte esto. Me odio por haberte puesto en esta situación —cierra sus ojos y suspira de nuevo.

—N-No entiendo.

—No deben saber que tenemos algo serio. Odio decirlo pero..., deben pensar que sólo es algo pasajero. Algo por diversión.

—¿Q-Qué?— pregunto sin entender.

—Amor, escúchame —ahueca mi rostro con ambas manos y me hace verlo fijamente a los ojos —.Ellos saben que soy familiar de Steven. Les gusta jugar con las personas, les gusta tenerlas en sus manos y si algún día quisieran hacerlo conmigo, odiaría que lo hagan a través de ti. Odiaría que sepan cuán importante eres para mí e intenten forzarme a algo a cambio de tu seguridad.

No digo nada pero ahora lo entiendo. Entiendo cuál es el riesgo de estar aquí. Entiendo cuál es el riesgo de que se den cuenta de la relación entre Jaden y yo. Podría afectarle a él o a su tío y no quiero eso. Yo sería un perfecto chantaje.

—Te juro que todo estará bien. Confía en mí, amor —besa de nuevo mis labios y yo asiento. Él parece relajarse con eso y con la manera que correspondo su beso.

Cuando nos separamos, coloca su mano alrededor de mi cintura y avanzamos hacia la puerta para salir al patio. Al instante en que lo hago, el olor a cigarrillos, marihuana y alcohol inunda mis fosas nasales.

Hay aproximadamente diez personas. Hay cuatro hombres. El chico que estaba en la cocina, el tío de Jaden, el tal Aguilar y otro hombre. Las demás personas son mujeres, claramente noto que son prostitutas.

Mi estómago se contrae de manera extraña. Tengo una sensación de miedo horrible.

—Todo estará bien, bonita. Todo estará bien —Jaden me repite mientras avanzamos hacia ellos.

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