Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 23


Llevo una semana de estar en casa. Semana perfecta al lado de mi familia. Me he sentido perfectamente bien con ellos.  Sin embargo, ha sido una semana un tanto desconcertante en algunos momentos.

No he sabido nada de Jaden. No he sabido ni una sola noticia de él, desde aquel mensaje en el que me decía que debía perder todo contacto conmigo.

Debo admitir que ha habido ocasiones en las que mi mente ha sido demasiado cruel, y me he encontrado creando cientos de escenarios malos. Imaginando razones malas, dolorosas o crueles por las cuales él ha hecho esto. Razones que justifiquen su alejamiento.

He intentado muchas veces entenderlo y hacerme creer que debe tener una buena razón. Pero está la otra parte en mí, la insegura y fría, que ha empezado a crear cierto enojo hacia él.
Me queda una semana más en casa y estoy en la batalla más difícil de todas.

No quiero irme porque es difícil aceptar alejarme de mi familia de nuevo. No podré volver hasta las vacaciones navideñas en diciembre. Y quiero irme, porque me está matando la angustia de querer saber el porqué no he sabido nada de Jaden. Ansío volver y verlo para saber cómo está, aunque siento algo de temor al pensar que tal vez no lo vea de nuevo. Confieso que muchas veces he pensado que se ausente de la universidad y ya no lo vea al regresar.

Y en fin, esa es la odiosa batalla en la que me encuentro. Hay momentos muy buenos que me han ayudado a distraerme, pero cuando busco un rato a solas, lo hago sólo para alimentar mis dudas y temores.

—Dos jugos de naranja —dice Meredit cuando deposita los vasos en la mesa.

Fue un enorme gusto saber de ella de nuevo. Estamos en el centro comercial. Vinimos a dar un paseo y nos encontramos en una cafetería que ofrece deliciosos jugos y licuados naturales. Por pura coincidencia o mala suerte, es donde vi a Jaden la segunda vez. Cuando literalmente, salí huyendo para que él no me viera a mí.

—¡Gracias!— le regalo la mejor sonrisa que puedo, a pesar de que a penas soy consiente de mi alrededor por el profundo estado pensativo en el que me encontraba.

—Y, ¿cómo te va en Westwood?— sonríe y luego da un sorbo por la pajilla a su jugo.

Imito su gesto, probando el refrescante jugo y me encojo de hombros —Todo bien. He logrado adaptarme. La universidad es buena.

—Es enorme, ¿cierto?— se mueve ansiosa en su asiento, como esperando que le haga una eterna descripción de toda la universidad.

—Amm, sí —asiento —.Demasiado, diría yo. Te juro que el primer día casi me pierdo buscando la salida.

Ella tira una enorme carcajada y me hace reír también —¡Dios! Me imagino la jodida cantidad de chicos sexys que debes ver a diario —hace un gesto picaresco y muerde su labio inferior.

Su comentario me hace reír tanto, que casi me ahogo con el trago de jugo que intentaba hacer pasar por mi garganta.

Tengo un pequeño ataque de risa, de hecho, es más tos que risa. Pero muy a mi pesar asiento —Oh, sí.

—¡Que afortunada!— hace un puchero con su boca—. ¿Y ya lograse perder la soltería con alguno?— alza una ceja.

Ella y sus preguntas. A pesar de que no quiero reír lo hago y estoy segura que eso me delata. Ya que en este instante se me vino la imagen de Jaden a la mente, por lo cual, debo tener una sonrisa muy boba.

—¡Oh, por Dios!, ¡Si!— chilla emocionada y eso llama la atención de las personas en la mesa de la par, y la observan de manera extraña.

—Sshh —la intento callar —.No he dicho que sí —me cruzo de brazos y me recargo en el respaldar de la silla.

—Oh, vamos. No lo niegues. ¿Es guapo?— se inclina hacia mí recargando sus antebrazos en la mesa.

Muerdo mi labio inferior intentando contener la sonrisa que me amenaza con escaparse, pero finalmente lo suelto —Sí —y eso basta para que Meredit chille emocionada de nuevo. Entonces añado:— Es alto. Tiene unos hermosos ojos azules. Es lindo, atlético y su forma de ser, es tan dulce.

Y cuando menos me doy cuenta, hago una perfecta descripción de Jaden, como su lo estuviese viendo frente a mí y como si fuese una boba enamorada.

Ella parece más emocionada con cada cosa que digo —Todo un chico de ensueño—sonríe ella y yo siento —.Por fin dejaste la soltería. ¿Para cuando la virginidad?

Su pregunta hace que el jugo se atore a mitad de mi garganta de nuevo —¡¡Meredit!!— ahora soy yo quien chilla, algo indignada. De seguro estoy sonrojada más que un tomate.

—¿Qué?— alza sus manos como si le apuntaran con una pistola —.Sólo preguntaba, si no quieres dar detalles está bien.

—No, es que... —resoplo —,no ha pasado, nada —digo esa última palabra entre dientes como para que nadie pueda escucharme.

—¡Oh, entiendo!, ¿Cuánto llevan?— da otro sorbo a su jugo.

Me detengo un momento a pensar —Amm, creo que cerca de tres o cuatro meses.

—¡Dios, esto va en serio!— dice ella asombrada y me hace reír —.Créeme, cuando una relación supera más de un mes, es porque va muy en serio.

Se me escapa una risita por oír eso —Pues sí. Creo que si vamos en serio —sonrío nerviosa.

—Bueno. De verdad espero todo te vaya bien con él —termina su jugo y se pone de pie —.Oye, ¿vamos a ver una película?

—¿No crees que ya es tarde?— saco mi celular y doy un vistazo a la hora. Son las 7:34pm.

—¡Vamos! Vi una muy buena en cartelera. ¡Di que sí!— ruega ella y empieza a halarme para que me ponga de pie, mientras ella zapatea como niña pequeña haciendo berrinche.

—Está bien —ruedo mis ojos—. ¡Vamos!— recojo mi bolso y me pongo de pie. Meredit entrelaza nuestros brazos y guía el camino hacia el cine.




Después de una eterna fila para comprar los tickets de entrada, finalmente es nuestro turno. Meredit se encarga de solicitarlos mientras yo doy una ojeada a los anuncios de las películas que están en cartelera.

Paseando mi vista por cada anuncio, recorro todo el espacio hasta que dirijo mi vista a la fila para comprar los tickets. Justo en ese instante, logro reconocerlo e inmediatamente se me hela todo el cuerpo y siento que mi corazón se acelera.

Jaden aparece en mi campo de visión. Viene caminando con un chico que no sé quién es, y para mi sorpresa, Esther lo acompaña.

En el instante que se percata de mi presencia, su rostro adopta una expresión que no sabría descifrar aunque intentara, y por impulso, me giro hacia otro lado sólo porque no quiero verlo.

Sólo porque en estos momentos, siento coraje. Mientras yo estaba preocupada pensando cosas malas, él luce tranquilo. Yo pensaba que tal vez estaba enfermo o tenía algún problema; y él está muy tranquilo con los ánimos bien puestos como para pasear en el centro comercial y ver una película.

—¡Vamos! ¡No puedo esperar a que empiece!— Meredit me hala del brazo mientras emocionada me muestra nuestros pases de entrada y un combo de palomitas que compró.

Pestañeo un par de veces solo para deshacerme de esta mala sensación. Sólo para que no vaya a notar mi cambio de humor repentino.

—¿Todo bien?— frunce su ceño e inmediatamente intento darle mi mejor sonrisa.

—Si, claro. Todo bien —sonrío y entrelazo mi brazo con el suyo para ir a la sala donde veremos la película.

Antes de entrar en las puertas dobles, y a pesar de que no debería, echo una ojeada hacia donde estaba Jaden y aun sigue ahí . Viéndome directamente desde donde se encuentra, con su expresión en blanco, pero a la vez como si intentara decirme cientos de cosas.

Agacho la mirada y continúo el camino con Meredit. Avanzamos por el pasillo hasta llegar a la sala y empezamos a ubicar nuestros asientos asignados.

Avanzamos hasta nuestros respectivos asientos que por suerte son en la fila del medio. Una vez nos acomodamos una junto a la otra, Meredit no pierde tiempo en comenzar a comerse las palomitas, mientras observa los anuncios que pasan antes de que la película comience.

La película que veremos es una de acción. Agradezco que sea de ese tipo, ya que por lo menos me mantendrá algo distraída y atenta a ella, o eso espero. No quiero pensar demasiado en que Jaden está en el mismo centro comercial que yo.

Estoy casi, casi atenta al cien por ciento en las letras que van apareciendo en la pantalla, cuando mi mal nacido instinto, me hace voltear a ver la entrada de la sala, justo en el instante en que Jaden va entrando por ella.

Debe ser una odiosa broma. Realmente me sentiré más incómoda que nunca. Deseo que cancelen la función o algo así para salir de aquí para no verlo. Tal vez sea mucho drama, pero es que realmente me siento muy resentida con él.

Claramente veo cuando busca con la mirada por todos los asientos hasta que sus ojos azules se posan sobre mí. Casi puedo jurar, que he sentido la fuerza de su mirada en el instante en que nuestros ojos se juntan.

Intento mostrarme inexpresiva y no hacerle notar que me tiene muy interesada, así que dirijo mi vista hacia la pantalla de nuevo. Sin embargo, por el rabillo del ojo logro ver cuando se sienta en la fila de al lado, justo en la misma dirección de los asientos donde estamos Meredit y yo.

«Genial, esto no será nada bueno.» la vocecilla, inoportuna como siempre, me habla.

Un suspiro cansino se me escapa y trato de relajarme en el asiento, tomando una postura un tanto desgarbada. Entonces, la estancia queda a oscuras y segundos después, empieza la película.





Juro que estas dos horas de película las he sentido eternas; aunque creo que ha sido menos tiempo en realidad.

La película está por terminar y si me pidieran que dijera el argumento de lo que acabo de ver, fracasaría por completo. No he prestado nada de atención a las escenas que pasaban frente a mí.

La mirada de Jaden ha estado clavada en mí casi todo el tiempo. Más que verla, la he sentido. Me he sentido como un odioso blanco, frente a la vista minuciosa y directa vista de un francotirador.

Cuando la película termina doy gracias al cielo y siento un enorme alivio por salir de aquí y estar lejos del alcance de su mirada.

—¡Eso fue asombroso!— masculla Meredit impresionada —.En serio, ahora creo que quiero un novio que sea agente secreto como el de la película.

No puedo evitar reír y tiro más de ella para lograr salir lo más antes posible de aquí. Por suerte, salimos al lado contrario de donde Jaden saldrá.

—Tanta adrenalina me dio ganas de ir al baño —dice ella entre risas —.Ahora vuelvo.

Sin decir más, se suelta de mi agarre y me deja sola mientras ella se pierde entre en pasillo que lleva al baño de damas.

Un poco aburrida, me cruzo de brazos y recargo mi espalda contra la pared detrás de mí. Estoy fingiendo una total atención a mis vans negros, cuando unas botas cafés aparecen frente a mi campo de visión, abajo. Inmediatamente levanto mi vista, y cuando mis ojos se topan con los hermosos irises azules de Jaden, quedo paralizada en mi lugar.

—¡Hola, bonita!— al hablar una enorme sonrisa se dibuja en su rostro e inmediatamente, se acerca a mí con las intenciones de besarme. Sin embargo, coloco mis manos en su pecho y lo alejo. Su ceño se frunce —. ¿Por qué hiciste eso?

Yo lo observó seria y me contengo grandemente para no soltar todo el palabrerío que quiero decirle. Me limito a negar con mi cabeza.

—¿Tienes idea de las ganas locas que tenía de verte, de besarte? Te he extrañado —su voz es baja por lo cual suena más ronca de lo normal. Entonces ahueca mi rostro con sus manos y me hace verlo —¡Oye!, sé que te debo muchas explicaciones.

—¿Tienes idea de todas las veces que pasé pensando que te había pasado algo?— suelto finalmente lo que callaba —. Pensaba sólo idioteces, sólo para no pensar tan mal de ti, pero te veo ahora tranquilo en el cine, de paseo. Así no funciona esto, Jaden —le hablo un poco enojada, pero sé que claramente ha notado el reproche con tristeza en mi voz.

—¡Amor, lo siento!— sin que pueda decir algo, tira de mí hacia él y me envuelve entre sus brazos.

Estoy estática. Me llamó amor y es la primera vez que lo hace. Sin embargo, mi maldito orgullo me impide que le devuelva el abrazo como en realidad quisiera. Ese jodido orgullo no cesa de decirme que esto no está bien. Que él no puede desaparecer cuando quiera y reaparecer como si nada.

—Alys, por favor —su voz suena a súplica—. ¡Por favor, abrázame!

Suspiro y con ello, hago a un lado mi orgullo. Lo abrazo con todas mis fuerzas tal y como deseé hacerlo todos estos días atrás. Lo abrazo con las mismas fuerzas con las que él me abraza.

—Te juro que te explicaré todo, bonita. Y te juro que estaré esperando con ansias verte de nuevo —tiernamente, besa mi cabeza y me aprieta una vez más, para luego soltarme.

Le regalo una sonrisa y asiento. Sé que más tarde me arrepentiré por esto pero no me importa.
Paso mis manos alrededor de su cuello y me pongo de puntas sobre mis pies para besarlo. Entonces, él rodea con sus brazos mi cintura y me besa de vuelta. Es un beso, que por la forma en que nos lo damos, compensa un poco todo este tiempo sin vernos.

Cuando nos separamos él roza su nariz con la mía y una sonrisa se forma en sus labios —. Guarda muchos besos para cuando nos veamos de nuevo. Los estaré esperando —me guiña un ojo.

Su teléfono suena en algún lugar y él se mueve para sacarlo. Luego de ver el mensaje -supongo- lo guarda de nuevo.

—Debo irme —su rostro se torna un poco triste y de seguro el mío lo está aún más.

—¿No puedo hacer nada para evitarlo?— pregunto con algo de tristeza porque ya sé la respuesta.

—Como me gustaría decirte que sí, pero no puedo —una de sus manos acaricia mi mejilla derecha.

—Lo sé —cierro mis ojos cuando siento como su dedo pulgar traza suaves caricias.

Aún estoy con mis ojos cerrados, cuando siento como sus labios se rozan con los míos en un tierno beso y luego se aleja. Al abrir mis ojos veo que ya se ha dado la vuelta y avanza por el pasillo hacia la salida.

Me abrazo a mí misma y ahora es el momento donde me arrepiento de haber hecho lo que hice. Ni siquiera le reproché todo lo que quería, en lugar de hacerlo me puse sensible y terminé besándolo como si nada. Terminé rendida y perdida ante sus labios, olvidando todo lo que ha pasado.

—¡Esa fila está horrible!— el quejido de Meredit llena mi audición y me hace voltear—. ¿¡Por qué habremos tantas mujeres!? Te juro que estaba pensando seriamente en entrar al baño de hombres. Estaba solo.

—Si hubieras hecho eso, habría jurado que no te conozco —bromeo y ella empieza a reír a carcajadas, contagiándome a mí también.

—No te atreverías a hacerlo —me señala con su dedo índice y empezamos a caminar por el pasillo para salir.

—Pruébame algún día —me encojo de hombros.

—No te conviene retarme, Alyssa Walker, y lo sabes.

—Te reto a comer tacos jalapeños —la observo de reojos y ella voltea a verme con sus ojos entrecerrados.

—¡Hecho!, ¡Una orden completa!— extiende su mano hacia mí para que la estreche y aceptar el reto.

—Como usted diga, señorita. Será un placer ganarte —ambas estrechamos nuestras manos. Y empezamos a caminar hacia la cafetería.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro