—¡Alys!— Jaden me llama a lo lejos pero no dejo de caminar. No dejo de avanzar para alejarme lo mayor posible de él.

¿Cómo se supone que debo reaccionar al darme cuenta, que fue capaz de robarle la novia a su propio hermano?

Y ahora en estos momentos, en que huyo de él porque no quiero verlo, odio mis impulsos. Odio el no haber podido controlarme y haberme delatado que estaba escuchando la discusión de los hermanos.

El rostro de Jaden palideció en el instante en que me vio. A pesar de que le exigí una explicación de lo que Allen había dicho, se quedó callado. Balbuceó cosas que ni entendí y no hicieron más que darme ganas de salir de ahí lo más pronto posible.

Y aquí me encuentro, huyendo de él. Enojada. Herida y dolida, o creo que más bien, decepcionada de la bajeza que cometió para con su hermano.

—¡Alys, ya detente!— no sé en qué momento me alcanzó, pero enreda su mano en mi brazo y me hala para detenerme.

—¡Suéltame!— espeto con fuerza y me giro bruscamente.

—Podrías por favor, siquiera darme cinco minutos para explicarte —suena un poco irritado—. ¿Cómo es que espías una conversación, te enteras de algo tan grave como esto y me exiges una explicación para luego no querer escucharla?

—¿Me estás diciendo que espiaba? ¡Para tu información y para mi desgracia iba de paso! ¿Crees que yo quería escuchar algo así?— mi respiración es agitada y no oculto el coraje que me invade al hablar.

—Tarde o temprano te darías cuenta —suspira e intenta tomar mi otro brazo pero yo se lo impido.

—¿Estás aceptando que hiciste tal bajeza entonces?— más bien le afirmo, no le pregunto.

—No —la firmeza en su voz es clara —.No hice nada de lo que Allen dice —me observa directo a los ojos y me obliga a verlo, sujetándome de los hombros—. Sí, Allen es mi hermano y sí, nuestra relación es de mierda y creo que ya te lo había explicado.

—Omitiste la parte en la que contabas cómo le robaste su novia. Creo que ahora entiendo porque te desprecia...

—¡Ya te dije que eso no es cierto, maldita sea!— se escucha furioso, me suelta y lleva las manos hacia su rostro. Un suspiro cansino brota de sus labios y vuelve a verme—. Alys, me importas. Me importas más de lo que podría admitir. Por eso estoy pidiendo que me dejes explicarte. Me importa que no me creas capaz de hacer algo así.

Muerdo la parte interna de mi mejilla con fuerza. Estoy dudando. Sé que sería injusto no dejar que me explique, pero siento tanto coraje. Se supone que somos pareja. Se supone que esto deba afectarme, es por eso mismo; porque me importa saber cosas que sé que son necesarias contar y él omitió algo así.

—Alys, por favor. Déjame explicarte. Necesito que me dejes hacerlo —hay un tono de súplica en su voz y eso me ablanda.

—Bien —es lo único que logro pronunciar y él parece relajarse.

—Bien —asiente—. ¿Quieres que nos sentemos?— hace de señas con su cabeza hacia una de las bancas que está en las afueras del edificio.

Simplemente asiento y no espero a que diga algo más, ya que me encamino hasta la banca y tomo asiento, él me sigue, hasta que se sienta a mi lado. Arquea su espalda, apoya sus codos en las rodillas, entrelazando los dedos de sus manos, mientras pierde su vista en ellas.

—Se llama Edith. Estoy seguro que aún vive —hace un pequeño encogimiento de hombros —.Todo esto fue hace más de un año, recién venido a esta ciudad. Allen tenía ya un año viviendo aquí. Te dije que las carreras de autos siempre han sido lo mío —gira su rostro para verme y yo asiento —,pues Allen corre también —continúa sin despegar su vista de mí—. Él ya pertenecía al círculo alfa, pero yo no pude entrar tan luego como quería, así que pasé un par de meses como buen estudiante únicamente en la universidad —una pequeña sonrisa se le escapa. A estas alturas, ya me tiene muy pendiente de lo que dice, entonces, continua:— Entonces, en esos días de buen estudiante, conocí a Edith. Compartíamos tres clases todos los días y nos asignaron como pareja para un proyecto. Convivíamos mucho todos los días, demasiado diría yo. Llegamos a tener una relación de amistad bastante estable y cercana. Para no alargar la historia, nos hicimos novios un mes después.

Mi estómago extrañamente, se revuelve por oír este tipo de historia. Pero necesito saber todo con exactitud —Fue amor a primera vista, por lo que veo —digo con un pequeño filo molesto en mi voz.

Sus ojos azules se clavan en los míos y niega con su cabeza —Fue error a primera vista, diría yo. —suspira y continúa:— En fin, una semana después que nos hicimos novios, entré al círculo a competir. Le dije a ella. No quería ocultarle nada y quería que ella fuera a verme competir. Pero no le gustó para nada la idea. Cada vez que tenía una carrera y le pedía que fuera, siempre tenía una excusa, siempre tenía algo más que hacer. Algo más importante que estar conmigo —endereza su postura y recarga su espalda en el respaldar de la banca—. Nunca entendí porqué no me apoyaba. De hecho parecía que odiaba el hecho de que yo fuera corredor. Nunca entendí eso, hasta el día en que por fin decidió acompañarme a una carrera. En realidad no fue por mí, si no por Allen— frunzo mi ceño en confusión y el suspira para luego continuar:— Ese día ella terminaría su relación con él.

—¿¡Q-Qué!?— no puedo evitar escucharme sorprendida. Esto es demasiado. ¿A qué se refiere?

—Como lo oyes. Todo el tiempo nos vio la cara a ambos. Por eso no iba a verme correr. Porque temía a que uno de los dos se diera cuenta. No podía estar en el mismo lugar donde estuviéramos ambos o la descubriríamos.

—E-Eso es..., ¡pero que descaro!— niego con mi cabeza—. Pero si los engaño a ambos, ¿por qué Allen cree que le robaste a su novia? Tú ni siquiera sabías que era novia de él, ¿cierto?

—Claro que no sabía. De haberlo sabido te juro que jamás habría llegado a tener algo con ella. Nunca —suspira y continúa el relato luciendo como si estuviera recordando a profundidad —.Ese día, Allen ganó la carrera en la que compitió y quiso celebrarlo con su novia, que por desgracia, se suponía que era mía también —ríe pero la sonrisa no llega a sus ojos —.Ella lo terminó ese día. Llegué justo en el momento en que ella le reprochaba y le decía las peores cosas. Las peores excusas para alejarlo. Llegué sólo para empeorar la situación, porque yo sin entender nada de lo que pasaba, me dejé manejar como un maldito títere por ella. Me haló del brazo y me presentó a Allen como su nuevo novio. Puedo jurar que aún recuerdo la mirada de odio puro con la que Allen me vio ese día.

—¿Por qué no la retaste a ella en ese momento? ¿Por qué no le explicaste las cosas a él en ese momento?

—Porque no me dejó. ¿Cómo crees que reaccionó? Estaba hecho una furia. De no ser por unos chicos, te aseguro que me habría matado a golpes —veo que su mandíbula se tensa un poco y sé que no le es agradable recordad nada de esto—. Me advirtió que si volvía a verme, no dudaría en romperme la cara. ¿Sabes qué es lo peor? Que seguí como estúpido con ella y le creí la tonta historia de que nunca tuvo nada con Allen. Que él la quería pero ella no le correspondía. Me dijo que Allen llevaba mucho tiempo pidiéndole ser algo, pero ella no lo aceptaba y que cuando llegué y los encontré discutiendo por una supuesta ruptura, todo fue teatro de Allen. Que supuestamente reaccionó como si tuvieran algo, cuando nunca fue así.

—¿Por qué le creíste?— silencio—. Todo era obvio y no necesitabas seguir con su juego.

—Estaba... —deja la frase inconclusa pero mi corazón, se resiente sólo con el hecho de saber lo que iba a decir —.Estaba enamorado de ella. La amaba.

Mi corazón siente una pequeña punzada de dolor. Involuntariamente, siento algo de tristeza o celos por escuchar eso. Pero sé que habla de algo pasado. Sé que no debo sentirme afectada por algo que pasó hace mucho.

—¿Sabes que?— su voz ronca, me saca de mis pensamientos—. El día en que me di cuenta de todo el teatro que Edith había hecho y del juego en el que nos tuvo, no pude evitar sentirme como el peor de los idiotas. Como un estúpido que se dejo engañar de la peor manera. Intenté arreglar las cosas con Allen, pero ya era demasiado tarde. Él se había dado cuenta desde hace cuánto salíamos con Edith y pensó que todo ese tiempo le vimos la cara. En realidad ella nos vio la cara a ambos —frota sus manos en el rostro y suspira —.Allen me odia desde entonces. Jamás quiso escucharme. Para él todo fue planeado para lastimarlo, en una especie de estúpida venganza por lo que él había hecho, cuando decidió irse de casa y darme la espalda. Esto sin mencionar que Edith tomó venganza de cuando la terminé. Se encargó de hacerme quedar como el hermano más mierda y traidor ante Allen. El odio que mi propio hermano siente por mí, ya es irremediable.

Trago duro. Intento tragarme el puñado de emociones horribles que sus palabras han dejado en mí. Esto es demasiado. Allen cree que su hermano es un traidor y lo odia por algo que no tuvo culpa y que al igual que él, fue engañado. Sin conocer a esa tal Edith, la odio. ¿Cómo alguien puede ser tan cruel y hacer eso? Es la peor de las bajezas.

—Jaden, yo..., yo —balbuceo. No tengo idea de qué decir —.Lo siento. No debí reaccionar como lo hice. Te juzgué y no sabía cómo habían sido las cosas.

Suspira pero no me mira y eso me hace sentir mal. Sé que fui un poco injusta con mi comportamiento.

—¿Sabes por qué no pude explicarte qué siento por ti, cuando preguntaste?— habla pero su mirada aún está al frente en algún lado —Porque la vez que me enamoré me hicieron mierda el corazón. Y porque cuando te conocí, algo en tu mirada me dijo que tú serías quien podría curarlo. Pero ahora, ahora tengo miedo de que no quieras hacerlo. Tengo miedo de que no quieras un corazón mierda como el mío.

Mi corazón duele aún más por sus palabras. ¿Tiene miedo a enamorarse?

Sé que ese sentimiento normalmente, es en nosotras las chicas. ¿Puede un hombre tener miedo a que lo lastimen de nuevo?

¡Claro que puede! Tiene un corazón como yo. Como cualquier persona. Toda persona tiene un corazón dispuesto a amar y entregarse, y cuando lo hace por completo y es lastimado, tiene miedo a querer de nuevo.

Todos alguna vez hemos sido lastimados, hasta el punto de alejarnos de todo lo que se relacione con los sentimientos. Todos alguna vez hemos sido dañados, hasta el punto de crear una coraza alrededor nuestro, para evitar ser dañados de nuevo y una experiencia dolorosa que hallamos vivido, nos hace sentir miedo de expresar nuestros sentimientos y entregárselos a alguien, aún cuando sea a la persona correcta.

—Alys... —su voz profunda me saca de mis pensamientos. Y cuando volteo a verlo, me encuentro con sus hermosos ojos azules fijos en mí —.Después de Edith hice la típica y estúpida promesa de no volver a enamorarme nunca. Pero mi nunca digas nunca, fuiste tú.

—Jaden... —mi voz es apenas un hilo. No sé qué decirle.

—Desde que te conocí el brillo de tus ojos me hipnotizó. Puedo decirte que si de algo estoy seguro ahora, es que es muy cierto eso de que después de que te hieren, llega alguien más a sanar esas heridas. Y estoy seguro que ese alguien para mí, eres tú —entonces, lleva una de sus manos y acaricia mi mejilla —.Tal vez aun no pueda decirte con exactitud qué es lo que siento por ti, pero los sentimientos más puros, son los que no se explican. Sólo se sienten.

—Lo siento —es lo único que viene a mí en este momento. Después de escuchar lo que me ha dicho y que ha provocado que mi corazón haga su pequeña danza eufórica, me siento mal por haberme comportado como una grosera con él —.Fui muy grosera por no querer escucharte.

—No te disculpes. Te entiendo perfectamente —retira su mano de mi mejilla y la lleva para agarrar una de mis manos entre las suyas —.Mi miedo no era que supieras esto. Mi miedo era que no quisieras escucharme y saber cómo pasó, y quisieras alejarte y no saber más de mí.

—Siempre estaré para escucharte. Y sabes, estoy segura, que un día las cosas entre tu hermano y tú, se arreglaran —llevo mi mano libre a su mejilla para acariciarla y ante ello, él cierra sus ojos.

—No lo sé —dice sin abrir los ojos —.No me importa si él cree en mí o ya no. Ahora me importa que tú me creas —abre sus ojos y sus hermosas irises azules me observan con determinación.

—Te creo. Claro que te creo.

Se acerca y roza mi nariz con la suya. Su aliento cálido golpea la comisura de mi boca y ante ello, me sorprendo deseando besarlo. Entonces me acerco para darle un suave beso en los labios.

Él corresponde tiernamente el beso. Luego, se separa y une su frente con la mía —La única confianza que necesito tener para sentirme bien conmigo, es la tuya, Alys. Y no le creas a mis labios esto que te digo. Créeselo a él —lleva una de mis manos hasta su pecho y la coloca justo donde puedo sentir su corazón.

Su latir es acelerado. Puedo sentir en la palma de mi mano, los latidos danzantes de su corazón.

Por más que quiero, no puedo apartar mi vista del lugar donde mi mano descansa sobre su pecho. Me siento extraña en muchas formas. La piel, aún por debajo de su camisa, se siente cálida. Que me permita sentir sus latidos es algo que no sé cómo describir.

No sé cómo describir nada de tantas cosas hermosas que él me hace sentir. Y me doy cuenta que tiene razón.

Las mejores cosas; los mejores sentimientos, no se pueden describir. Sólo se sienten.

**~**

Estoy de nuevo en el edificio donde vive Derian. Necesito hablar con mis papás, por ello, necesitó que Derian me preste su celular.

Llego hasta la puerta de su apartamento y toco, esperando que él se encuentre ahí. Vuelvo a tocar y en ese instante la puerta se abre. Derian aparece frente a mí y al momento que me ve, sonríe radiante.

—Pasa —hace un gesto con su cabeza y yo le sonrío, avanzando hasta el interior.

Avanzo directamente hasta sentarme en el sillón. Después de cerrar la puerta, él da la vuelta y se sienta a mi lado.

—Que tranquilidad irradias —me da un pequeño empujón en el hombro lo cual me saca una risa.

—Siempre soy tranquila —digo con tono burlista.

—Sí, claro —rueda los ojos—. ¿Le llamarás a la tía?

—Sí, quiero llamarles. Quiero saber cómo están.

—Bien —se mueve en su lugar y saca su teléfono del bolsillo trasero de su jeans —.Toma.

—Gracias —empiezo a buscar el número de mamá en su lista de contactos.

Nunca pude aprenderme el número de mamá, de hecho el de nadie en casa. Siempre me regaña por eso. Dice que en caso de emergencia y que no tenga mi celular conmigo, no podría contactarme con nadie.

—Estaba por tomar un baño. Te dejó hablar tranquila —Derian se levanta del sillón y estira sus brazos en un gesto que se me antoja perezoso.

—En realidad se nota que necesitas un baño —bromeo alzándole una ceja y él me observa riendo.

—La verdad hoy no te llevaré la contraria. Sí lo necesito —se encoge de hombros y avanza hasta desaparecer en el pasillo que lleva al baño.

Me quedo riendo y negando con la cabeza. Entonces, sigo con mi búsqueda del contacto de mamá en el teléfono de Derian. No sé cómo la tenga registrada así que tendré que recorrer toda la lista de contactos, hasta encontrar el nombre de mamá o algo por el estilo.

La lista de contactos de Derian me parece eterna. Se me escapan varias risas cuando entre los contactos observo varios apodos graciosos. Algunos de ex compañeros del instituto y otros que creo que son de la universidad.

Finalmente, llego a los contactos que inician con la letra T. Ahí me encuentro con el contacto que dice: Tía Jane.

Estoy a punto de seleccionar el contacto, para luego presionar la opción de llamarle, cuando mi vista se traslada hasta los contactos de más abajo.

Mi vista recorre un contacto en especial. Un contacto que al leerlo mi corazón sufre un latido punzante y extraño. Por un momento, casi se me cae el teléfono de la impresión que me he llevado.

El apellido Wilkerson, está registrado.

«¿¡Qué rayos hace Derian con un contacto, que tiene el apellido de Jaden!?» la vocecilla en mi cabeza hace su aparición repentina, y hace que mi ansiedad aumente aún más.

Cientos de preguntas se asientan en mi cabeza. Cientos de preguntas que no sé responder.

¿Conoce Derian a Jaden?, ¿Por qué tiene su contacto?

De pronto, un nuevo pensamiento mucho más certero se apodera de mi mente y siento mucha más ansiedad.

«¿Podría ser el número de teléfono de Allen?»

Pero este nuevo pensamiento no hace más, que traer muchas más preguntas a mi mente.

¿Se conocen?, ¿Podría ser entonces posible, que Allen sea quien le dijo a Derian de mi ida a las carreras clandestinas?

Jaden tuvo esa intuición. Por eso estaba enfrentando a su hermano. Él cree que fue Allen quien quiere poner a Derian encontrar de él. Cree que su hermano se quiere vengar, haciendo que Derian no me deje estar con él.

Todas y cada una de las teorías son tan ciertas y tan falsas. Todas y cada una de las preguntas, me llevan a la misma persona para obtener respuestas. Derian.

Tengo que preguntarle. Tengo que saber de quién es ese número. Pero eso significa, hablarle de mi relación con Jaden y aún no sé si estoy segura de decirle.

Aún no sé si quiero saber cómo reaccionará al saberlo. Me prohibió ir a las carreras porque odia que vaya a un lugar así. ¿Cómo reaccionará si se entera que mi novio es un corredor de autos en carreras clandestinas?