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CAPÍTULO 18

Siento ansiedad. Siento alegría, emoción. Siento un millón de cosas lindas que no sé como explicar.

Siento el usual torbellino de emociones que aparece, cada vez que estoy junto a Jaden.

Si alguien me hubiera dicho, el día que me lo encontré y me causó un horrible moretón en el pómulo. El día que me hizo caer y me regalo su chaqueta amablemente, mientras yo lo quería matar, que un día estaríamos juntos; juro que le hubiera dado el galardón por la mejor broma del año. Sin embargo, esa persona hubiera tenido la razón del mundo y hoy estuviera restregándome el famoso: Te lo dije.

«Créelo de una vez, ya niña. Tienes una cita. Estás en una cita con Jaden» la vocecilla me repite una y otra vez, sólo para que me lo crea. Realmente no lo creo aún.

No es una cita romántica o lujosa. No es en un restaurante a la luz de las velas, con una orquesta tocando música de fondo. Pero es sencilla, fresca y me encanta. Me encanta que prefiramos comer unas deliciosas hamburguesas en un buen lugar, mientras conversamos de cualquier locura. Pero nos sentimos bien. Nos sentimos bien porque nos mostramos tal y como somos uno frente al otro. Sin lujos, sin reservas. Sin citas complicadas y costosas. Y eso, hace de esta cita, una muy buena cita.

Estamos en un pequeño parque que está a las afueras de la ciudad. No está muy lejos que se diga, pero es una especie de pequeña reserva forestal, donde se pueden hacer caminatas y dar paseos en bicicletas.

Son cerca de las siete y ya está muy oscuro, pero el lugar luce muy bien. Tiene buena iluminación. Jaden estacionó el auto, en un lugar desde donde se puede observar todo el sendero entre los árboles.

Me giro para verlo, cuando termino de sentarme sobre el capó del auto. Trae en una mano una bolsa que sé que contiene hamburguesas y en la otra, trae otra bolsa que supongo contiene las bebidas.

Maliciosamente, le echo una ojeada de pies a cabeza. Su vestimenta que comprende un jeans y una camisa de botones a cuadros, lo hacen lucir atractivo. Yo no me veo así de bien, ni estoy demasiado arreglada. A decir verdad, visto un desaliñado atuendo conformado por un short de jeans -no muy corto- y mi camiseta favorita de Coldplay. Esto debido a que Jaden llegó al apartamento, me dijo que saldríamos y literalmente me tocó salir, con lo que traía puesto.

—Hamburguesa a la orden, señorita —dice Jaden, al tiempo que se para justo frente a mí y deposita ambas bolsas sobre el auto a mi lado.

—Se le agradece, señor —le regalo una sonrisa pero veo que él me mira serio.

—¿Señor?— yo asiento divertida —. Me haces sentir un anciano.

Yo río y me encojo de hombros —Pues tal vez lo seas.

—Vamos, no seas así. Ya sabes mi edad. Sabes que estoy en el auge de la juventud —dice con tono sabio y me causa más risa.

Sé que tiene veinte años, según me dijo está por cumplir los veintiuno.

—Como usted diga joven... —me detengo y lo observo   —.Nunca me dijiste tu apellido, por cierto.

Ahora que lo pienso es realmente, un tanto ridículo estar en un lugar como este, teniendo una "cita" con alguien que ni siquiera sabes su apellido.

Se sube al capó, tomando asiento a mi lado y empieza a sacar una de las hamburguesas. Quita el envoltorio y la lleva a su boca para dar una mordida —¿No te lo dije?— habla con su voz atorada por el bocado en su boca.

Imito su gesto y saco mi hamburguesa de la bolsa       —No y pensándolo bien, quiero tu nombre completo —observo la hamburguesa y se se ve tan deliciosa por lo que no dudo más en darle un mordisco.

—Vaya, vaya. La chica que ni siquiera quería darme su nombre, quiere mi nombre completo ahora —ríe y da otro mordisco.

—Ya, supera ese día —me burlo —No te conocía. No iba a darte mi nombre así por así.

—¿Y ahora me conoces?— dice curioso.

—No puedo decir que sí, pero tampoco que no —limpio mi boca con la servilleta —.Pero realmente no sé muchas cosas de ti, lo cual me parece un tanto ridículo, ya que actuamos como si fuéramos conocidos desde hace mucho. Digo, por la cercanía que tenemos.

—¿De qué cercanía hablas?—  cuando menos lo espero, se pone tan cerca de mí que esto que ha dicho, lo ha susurrado en mi oído.

Giro mi rostro para verlo inmediatamente y no puedo evitar reír —De esta cercanía, tal vez.

—No estoy cerca —me mira directo a los ojos y una sonrisa traviesa se dibuja en sus labios —No estoy para nada cerca —entonces, me sorprende dándome un suave beso en los labios y me hace quedarme estática.

Luego mi reacción es echarme a reír —No, claro que no tenemos cercanía.

—Tus labios saben a mostaza —lame los suyos y me lanza una sonrisa burlona.

—Creo que son los tuyos. Y no cambies el tema —me quejo y luego, decido continuar comiendo mi hamburguesa.

—Bien —da un mordisco también —¿Qué querías saber?

—Tu nombre completo —digo rodando los ojos.

—Sólo un nombre y un apellido, ¿de acuerdo? Y tú también me dirás el tuyo.

—Bien —me encojo de hombros.

—Soy... —se ríe un poco y no comprendo por qué —.De acuerdo, esto es gracioso —yo lo observo confundida y continúa :—es como si me volviera a presentar.

—Sólo imagina que no te conozco y ya —me burlo divertida.

—Bien —lame sus labios y coloca su hamburguesa sobre el capó del auto. Toma uno de los vasos de las bebidas y da un sorbo. Luego me mira y sonríe —. Soy Jaden Wilkerson, señorita bonita. ¿Cuál es su nombre?

—Wilkerson. Suena elegante —digo lo que pensé, en voz alta.

—Se supone que me seguirías la corriente presentándote —me observa serio.

—Lo siento —se me escapa una risa y su seriedad es más, pero a mí, me causa aún más gracia su carita de serio. Me aclaro la garganta y finalmente accedo —. Es un gusto joven. Yo soy Alyssa Walker.

Entonces es él quien ríe ahora —¿¡Eres familiar de Paul Walker!?— tira una carcajada.

—¡Heey!— me quejo—. Se supone que esto era una presentación formal.

—Se supone —se encoge de hombros —.Pero dime, ¿en serio es buen corredor en la vida real como en sus películas?— ríe de nuevo.

Entonces lo observo sería y continúo comiendo mi hamburguesa y él igual. Luego limpio mi boca con la servilleta y doy un trago a la bebida para responder:— ¡Claro!, ¡Él es mi primo y es genial!

Ríe de nuevo y niega con la cabeza —Es un buen apellido también. Walker —sonríe repitiéndolo —. ¡Heey! Compartimos la inicial.

Me quedo pensando y lo noto. Ambos apellidos comienzan con la letra "W"

—¡Qué casualidad!— sonrío y realmente lo pienso. Con Jaden solo somos puras causalidades.

—Bien... —dice al tiempo que baja del auto y deposita las envolturas de las hamburguesas -que ya terminamos- en una bolsa—. Mi turno de preguntar.

—Aquí vamos con las preguntas —finjo quejarme.

—Esta vez fuiste tú quien decidió empezar. —Se defiende—.Veamos, ya sé tu edad, tu nombre completo  —enumera con los dedos de su mano derecha cada cosa que dice—, también sé sobre tu familia, qué carrera estudias... —hace una pausa—, y hasta sé cómo besas.

«¡Dios! ¿¡Por qué tenía que decir eso!?»

Siento el rubor apoderarse de mis mejillas.

—¿¡Tenías que mencionar eso!?— me quejo y no puedo evitar hacer notar la vergüenza en mi voz. Entonces, no puedo evitar cubrir mi rostro con ambas manos.

Una carcajada resuena en el silencio del lugar y luego, siento cómo se acerca a mí y me hace retirar las manos de mi rostro, mientras se acomodada frente a mí, en el espacio entre mis piernas.

—Te ves tan bonita cuando te sonrojas.

—Si querías hacer que me sonrojara, hubiera preferido que fuera con otro comentario —reniego y él ríe aún más.

—Algo así como decir: ¿tienes idea de las grandes ganas que tengo de besarte mucho?

Y lo logra. De nuevo me he ruborizado y quizás aún más.

—En serio disfrutas hacer que me sonroje —mascullo apenada.

—Tal vez —se encoje de hombros —. Pero, ¿me dejas besarte o no?—cuestiona y me guiña un ojo.

Entonces, coloco mis manos alrededor de su cuello y tiro de él para acercarlo a mí. Sus manos se posan en mi cintura y me abraza —¿Tú qué crees?

Sonríe encantado y entonces, me besa.

Creo que no podría describir el porqué amo sus besos. No sé si es por la sensación que dejan en mis labios o en mi corazón.

Mis manos se aferran más y me permito entrelazar mis dedos en las hebras de su cabello. Se le escapa un pequeño gruñido de su garganta, cuando rodeo con mis piernas sus caderas y como impulso, él se acerca más a mí.

El beso es más urgente y apasionado. Sus manos se deslizan por mi cintura y mis costados, causándome cosquillas. Sus dientes atrapan mi labio inferior y yo gruño contra su boca.

Finalmente, el beso termina para convertirse en unos suaves y delicados en mi mejilla y mandíbula. Con mucho cuidado, muerde la piel donde mi mandíbula se une al cuello y se me escapa una pequeña risa.

—Créeme que cada día me voy dando más cuenta de porque te quiero a mi lado —susurra en mi oído. Su voz es ronca y profunda.

Mi corazón se acelera y empieza su danza bailarina y eufórica. Si de algo estoy empezando a asegurarme, es que yo también, cada día, siento que lo necesito más.

—Yo también te quiero a mi lado —el pensamiento me sale en voz alta pero parece encantar a Jaden, quien cariñosamente me abraza muy fuerte.

—¿Qué tan buena eres corriendo?— su comentario repentino me extraña. Se separa de mí y me observa con una enorme sonrisa.

—¿Corriendo?— pregunto sin entender a qué se refiere. Se separa más y me hala para que baje del capó del auto—. ¿Qué?, ¿Qué vas a hacer?— no paro de preguntar mientras él me hala más.

Entonces se aleja de mí y empieza a trotar lejos —¡Vamos! ¡Sígueme!— me llama y empieza a alejarse más.

Yo lo observo sin entender pero empiezo a dar pasos hacia él —¿Estás bromeando verdad? Jaden, acabamos de comer —lo veo y con una sonrisa divertida niego con mi cabeza—. No quiero correr.

—Bueno, quédate. Luego no llores si alguien o algo te asusta —se encoge de hombros y avanza más.

Entonces observo temerosa a todos lados. El lugar ya está bastante oscuro y el ambiente luce tenebroso mas allá del sendero de árboles. Entonces, aunque no quiero, empiezo a seguirlo.

Troto un poco hasta que estoy cerca de él y me detengo a su lado —Si termino cansada, con un ataque respiratorio, será tu culpa —lo señalo con mi dedo índice y él ríe divertido.

—Como digas, Walker —entonces empieza a correr y me grita :— El último en llegar a la fuente, deberá bañarse en ella.

Empiezo a correr pero disminuyo mi ritmo cuando lo oigo —¿Q-Qué?

—¡Corre! Si pierdes, yo mismo te lanzaré en ella.

—¡Oh, no!— y aunque no quiero, corro. Corro porque sé que Jaden es capaz de lanzarme a la fuente si pierdo.


**~**


—¿Segura que puedes cubrirme?— Juri me pregunta indecisa mientras acomoda el vestido en el gancho.

—¡Claro!, por mí no tengas cuidado. Sólo asegúrate que Eleonor acepte tu permiso.

—Lo haré. En serio Aly, mil gracias —se acerca a mí y me da un abrazo.

—Ve tranquila. Y por favor, mantenme informada.

—De acuerdo —asiente.

—Tranquila Juri, todo estará bien —intento darle palabras de aliento, que no estoy segura que sirvan de mucho en un momento como este.

Sin decir más, se marcha a la oficina de Eleonor.

Esta mañana le informaron que su padre tuvo un accidente en el trabajo. No sé muy bien qué hace o de qué trabaja pero tal parece, que se cayó y fracturó su columna y un brazo. Deberá viajar fuera de la ciudad y por ende se ausentará unos días. Sólo espero de verdad las cosas con su padre, no sean nada grave.

Instantes después Juri sale de la oficina sólo para despedirse. Eleonor es muy comprensiva y afortunadamente, le concede el permiso de ausentarse.

—Prometo mantenerte informada y regresar lo mas pronto posible —acomoda su bolso en el hombro.

—No tengas cuidado, toma tu tiempo.

—Me haces un favor —yo asiento —. Si por milagro de la vida, Allen preguntara por mí, ¿podrías explicarle mi ausencia?

—Claro. Yo me encargaré de que tu corredor espere tu regreso —le guiño un ojo y ella ríe. Que bueno que pueda hacerla reír.

Sin decir más, sale por la parte trasera del local y me quedo aquí sola... Sin mi amiga y la más agradable compañía en este lugar de trabajo.

—No me digas que Juri sale con Allen.

Ruedo mis ojos y me giro para ver a Mic, quien es el que ha hablado —Y si ese fuera el caso, ¿hay algún problema?

Se encoge de hombros —Siempre es un problema si se trata de los Wilkerson.

Y entonces, algo se asienta en la boca de mi estómago. Es el apellido de Jaden. Pero, ¿por qué lo menciona si hablamos de Allen?

—¿Los Wilkerson?— pregunto y no puedo evitar hacer notar la curiosidad en mi voz.

—Me parece que te buscan —hace de señas con su cabeza hacia la puerta. Por inercia giro para ver y me topo con la imagen de Derian.

A pesar de que quiero preguntar el porqué de su comentario no lo hago. Me dirijo hacia la entrada y  dejo que la duda se siembre.

—Hola —Derian me saluda al instante en que me acerco. Ya hicimos las pases de nuevo se podría decir.

—Hola —le sonrío de vuelta cuando él lo hace.

—Sólo pasaba a decirte que me llamó mamá y dice que se han intentado comunicar contigo desde ayer, y no pueden —se recarga en marco de la puerta.

Entonces lo recuerdo. ¡Mierda!.

Mi teléfono sufrió un accidente llamado Jaden y aún no lo reparo. Ayer, desgraciadamente, perdí la odiosa carrera que impuso Jaden y por ende, me tocó el castigo. Pensé que bromeaba. Pero cuando me levantó y se  metió a la fuente conmigo, la broma se convirtió en odiosa realidad.

Por más que pataleé y le rogué, no accedió a tener piedad. Mi teléfono sufrió el resultado, ya que se mojó y por más lucha que hice, no encendió.

—Si, amm..., mi teléfono sufrió un accidente —me encojo de hombros.

—¿En serio?— frunce su ceño.

—Sí, se mojó un poco y no ha encendido desde ayer.

—Apuesto a que se te fue en el baño —me observa divertido y yo niego.

—Claro que no. Pero no estoy segura si encienda —muerdo mi labio inferior y veo que una señora entra al local —Si te comunicas con alguien en casa, diles que prometo llamarles hoy.

—Bueno, si no encuentras cómo, puedes hacerlo desde mi teléfono. Pienso visitarte en la noche.

—Bien —hago de señas con mi cabeza hacia el local —. Tengo que ir a trabajar. Nos vemos luego —él asiente y me marcho, antes de que me llamen la atención.


El día pasa lento y aburrido. Sin Juri en la tienda he sentido una tortura el estar aquí. Ella siempre está hablando y a pesar de que parece no cansarse en hacerlo, me agrada. Me agrada escuchar cada historia, broma o loca ocurrencia que pase por su mente.

Mi turno finalizó hace diez minutos por suerte. Estoy alistando mis cosas para marcharme. Por suerte también, no tengo clases así que tendré algo de tiempo libre. Tendré tiempo para ver si puedo revivir mi teléfono y hace un par de cosas más.

Salgo del cuarto de empleados y avanzo hasta la salida trasera. Al salir al solitario callejón, echo una ojeada a los autos estacionados sólo para asegurarme de no ver el de Jaden por aquí. Una sonrisa se me escapa por ello y niego con mi cabeza. Parece que una parte de mí deseaba que viniera a recogerme.

Termino mi camino, hasta la avenida principal y avanzo hacia la parada del autobús. Por suerte no espero mucho tiempo a que este llegue. Me subo, cancelo mi pasaje y tomo asiento.

Las calles ya me son familiares y me siento más cómoda al viajar. Aunque a veces desearía tener un auto y hacer más cómodo el viaje. Muchas veces tengo que viajar parada.

Vengo pensado en cómo haré para revivir mi teléfono. Lo mejor creo que será, pedirle a Derian que me preste el suyo para llamarle a mamá. Así que decido bajarme dos cuadras más allá de mi parada normal e ir al edificio donde él vive.

He venido un par de veces por lo que conozco un poco el lugar. Por lo menos ya sé qué número de habitación tiene Derian, por lo que no tendré que buscarlo por todo el edificio.

Entro a la recepción y empiezo a caminar escaleras arriba perezosamente. En realidad, justo ahora, desearía subir de arrastras. Mis pies duelen.

Cuando llego al segundo piso estoy a punto de girar hacia el pasillo cuando una familiar voz me detiene.

—Ya te dije que no me importa si sales o no con ella —una voz ronca y muy molesta llega hasta mí.

Evito salir al pasillo sólo para asegurarme de no ser vista y descubrir si es quien creo que es.

—Pues algo me dice que no debo creerte —ese es Jaden.

¿Que hace aquí? ¿Con quién discute?

Mi curiosidad es mucho más. Necesito saber con quién está y de quién están hablando. Me acerco un poco más, pero aún me escondo tras la pared donde se dobla hacia el pasillo, donde ellos están.

Saco la mitad de mi rostro, sólo para echar una pequeña ojeada y logro distinguir a Jaden que me da la espalda y el chico frente a él es Allen. Frunzo mi ceño en confusión. No entiendo que hacen ellos discutiendo por quien sabe qué.

Claramente he notado que no se caen bien, pero nunca he entendido el porqué. Debo admitir que las posibilidades de que Allen sea el hermano de Jaden, han aparecido en mi mente varias veces. Su parecido físico es mucho. Pero nunca se lo he preguntado y tampoco he pedido a Juri que lo haga.

—Me importa una mierda si me crees o no. La confianza es algo que perdí hace mucho —la voz de Allen me devuelve a la realidad de lo que sucede.

Hay reproche y algo de dolor en su voz.

Jaden parece tensarse ante esas palabras. Su espalda se pone más rígida y veo que aprieta sus puños —Porque nunca quisiste darle una oportunidad para no perderla —ahora la voz de Jaden es quien luce igual de dolida y siendo un reproche.

—¿Y tú lo hubieras hecho?— Allen reprocha aún más molesto—. Si tu hubieras estado en mi lugar...

—¡No vengas a querer hacerme sentir remordimientos por algo que no hice, Allen! —la voz molesta de Jaden lo corta de golpe y debo decir, que me hace saltar de susto.

Una risa carente de humor resuena en la garganta de Allen —No hermano... —entonces me confirma. Él y Jaden son hermanos—. Te quiero hacer sentir el mayor cargo de consciencia posible, por algo que hiciste y no quieres aceptar.

—¿Sabes qué?, esta discusión nunca tendrá final. Jamás vas a poder cerrar ese incidente...

—Tú eres quien no puede cerrarlo —ahora es Allen quien lo corta—. Tú eres quien está aquí, confrontándome porque temes que yo te haga lo que me hiciste. Te lo repito de nuevo, Jaden. Me interesa una mierda si sales con Alyssa o no. 

Y ahora, oír mi nombre en esta discusión hace que mi estómago se apriete y la ansiedad me invada.

—Bueno hermanito —Allen continúa y capta mi atención de nuevo—, si piensas que voy a robarte a tu novia, como tú robaste la mía, no lo haré. No pienso ser igual que tú.

Mi estómago se contrae aún más y todo dentro de mí se revuelve. No puedo creer lo que oído. Siento que el aliento se me ha ido por completo y mi corazón dejó de latir.

«¿Que Jaden hizo qué? No. No. No. Ésto no puede ser verdad»


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